- La Histología Hepática.
- Estroma
- Espacio porta o de Kiernan
- Vesícula biliar
- Conductos biliares
- Origen embrionario del hígado
- Regeneración Hepática
- Referencia bibliográfica
La Histología Hepática.
El hígado es una glándula tubulosa compuesta, su parénquima se deriva del endodermo por brotes del epitelio a nivel del duodeno y está estructurada para cumplir con numerosas funciones tanto metabólicas como endocrinas y exocrinas, tales como, secreción de bilis, almacenamiento de vitamina A, lípidos, vitaminas del complejo B, y glucógeno, síntesis de fibrinógeno, globulinas, albúminas y protrombina, además tiene función defensiva por la fagocitosis y detoxicación, función de conjugación de sustancias como las hormonas esteroideas, esterificación (ácidos grasos libres a triglicéridos), metabolismo de las proteínas, carbohidratos, grasas, hemoglobina y fármacos, también se le atribuyen función hematopoyética durante la etapa fetal y potencialmente en el adulto. [1, 2] Su estructura de base se corresponde con los órganos parenquimatosos.
Está representado por una cápsula fibroconjuntiva revestida por una serosa derivada del peritoneo visceral denominada cápsula de Glisson, el grosor y las características de esta estructura depende de la especie animal, esta cápsula se hace más gruesa a nivel del hilio del órgano por donde penetra para emitir tabiques o septos que dividen al órgano en lóbulos y lobulillos (el grosor de los tabiques también depende de la especie animal, por ejemplo son muy gruesos en el cerdo y extremadamente finos en el bovino, conejo, equino, perro, gatos, etc.), irradian de ella una trama tridimensional de fibras colágenas y reticulares que le sirven de sostén a los elementos parenquimatosos, también puede encontrarse a nivel de la cápsula y tabiques algunas fibras musculares lisas, troncos de nervios motores, así como, fibras sensitivas.
Además se observa tejido conjuntivo estromático en el lugar donde convergen los vértices de varios lobulillos hepáticos y donde se localizan estructuras tales como conductos biliares, ramas de venas, arterias y vasos linfáticos (espacio porta).[3]
En dependencia de las relaciones morfofuncionales, se describen tres tipos de unidades en el hígado:
- Lobulillo hepático: llamado en ocasiones lobulillo clásico, es una unidad estructural organizado alrededor de una vena central que se estructura por la confluencia de los sinusoides hepáticos, que drenan la sangre mezclada procedente de una rama de la vena porta y otra rama de la arteria hepática., entre los sinusoides hepáticos se localizan una doble cadena de hepatocitos (cordones de Remak) separados por un espacio denominado espacio Disse, el otro elemento estructural del lobulillo lo constituyen los canalículos biliares formado a nivel del borde interno de ambas filas de hepatocito por la invaginación de su membrana citoplasmática estructura no visible al microscopio óptico, sin embargo funciona como un canal para vehiculizar la bilis secretadas por los hepatocitos y sacarla hacia los espacios portas donde se localizan los conductos excretores para la bilis. Estos lobulillos tienen aspecto hexagonal bien delimitados en los hígados de cerdos por la presencias de gruesas trabéculas interlobulillares característico de esta especie, en el resto de las especies es muy difícil destacar los contornos de los lobulillos en condiciones fisiológicas y se localizan entonces guiándose por la vena central. Las áreas portales o espacios portas están situados por fuera de los lobulillos en alrededor de tres de los seis ángulos del lobulillo. Describiremos aquí la microestructura de los cuatro elementos que forman el lobulillo clásico:
- Cordones de Remak: estructurado por doble fila o cadena de hepatocitos. Los hepatocitos son células poliédricas con núcleo esférico situado centralmente (puede tener en ocasiones dos núcleos), con uno o más nucléolos y grumos de cromatina diseminados. El citoplasma contiene mitocondrias, complejo de Golgi situado yuxtanuclear o cerca de las invaginaciones de la membrana (canalículo biliar), lisosomas, peroxisomas, enzimas, glucógeno, gránulo de pigmento, gotitas de grasa, retículo endoplasmático liso y rugoso. Esta célula presenta tres áreas funcionales: la superficie externa adyacente a los sinusoides presenta microvellosidades separada solo por el espacio Disse, la superficie interna de contacto entre las dos filas de células es lisa y unidas mediante complejos de uniones, mientras que la superficie que forma el canalículo biliar se invagina y en sus extremos se mantiene unidas por desmosomas. [3, 4]
- Sinusoide hepático: tiene la estructura típica de los capilares. Presenta células endoleliales discontinuas, algunas de las cuales son fagocitarias y forman parte del sistema de macrófagos del organismo, pueden presentarse como células aplanadas inactivas o como células de aspecto triangular activamente visible como macrófago denominadas células de Küpffer, por fuera del endotelio se pueden advertir unas células con prolongaciones citoplasmáticas denominadas pericitos o células estelares que pueden convertirse en células productoras de sustancia fundamental del tejido conjuntivo o en macrófagos.[5] Existen diferencias entre los animales en cuanto al revestimiento endotelial, en ovino y rumiantes mayores el revestimiento es continuo y lámina basal manifiesta, en la cabra es discontinuo y con lámina basal presente y en las demás especies el endotelio es discontinuo y falta la membrana basal.
- Vena central: se forma por la convergencia de los sinusoides hepáticos, presenta un endotelio y un extrafino subendotelio. Este vaso vierte la sangre directamente a la vena sublobulillar o vena intercalar que se encuentra en la periferia del lóbulo. Las venas sublobulillares cursan a lo largo de la base de los lobulillos y finalmente forman las venas hepáticas, las que se unen a la vena cava caudal.
- Canalículo biliar: esta estructura se forma por el espacio dejado entre la unión de dos células hepáticas yuxtapuestas. Las membranas celulares que bordean y forman este espacio presenta microvellosidades cortas y los bordes inferior y superior tienen complejos de uniones que impiden que la bilis se derrame hacia otros espacios intercelulares por encima y debajo de los canalículos. La bilis cursa en sentido opuesto al sentido de la sangre es decir hacia fuera del lobulillo por tanto nunca se une la sangre con la bilis dentro del lobulillo. Los hepatocitos absorben bilirrubina (pigmento biliar), la conjugan y segregan como uno de los componentes de la bilis como las sales biliares, proteínas y colesterol; la bilis después de sintetizada por los hepatocitos salen por el sistema de canalículos y se comunica con los conductos biliares que se localizan a nivel del espacio porta o de Kiernan. [3,4, 5]
- Lobulillo portal: Es una unidad funcional centrada alrededor del conducto biliar del espacio porta. Se define como un área triangular compuesta por el parénquima de tres lobulillos hepáticos adyacentes, cuyos vértices son las venas centrales.
- Acino hepático: se define como una zona oval, cuyo eje gira alrededor de la vena porta del espacio del mismo nombre y los polos del óvulo son las venas centrales de dos lobulillos hepático, destacándose tres zonas de diversa actividad metabólica entre el eje y la vena central de un lobulillo y se justifica por la disminución del aporte de oxígeno y de nutrientes conforme la sangre fluye hacia la vena central. Por consiguiente las células que están más próximas a la vena central (zona 3) reciben menos oxígeno y nutrientes que las que están periféricamente (zona 1), donde vierte la sangre la rama de la arteria hepática y de la vena porta para formar los sinusoides (inicio del capilar sanguíneo). [2]
Los lobulillos clásicos se encuentran delimitados por tejido conjuntivo procedente de la cápsula, en los lugares donde confluyen los extremos aguzados de los lobulillos podemos observar una zona que se denomina espacio porta (puerta de entrada), donde pueden observarse las siguientes estructuras:
- Rama de la vena porta
- Rama de la arteria hepática
- Conductillo biliar
- Vaso linfático
Los conductos biliares se diferencian del resto de los vasos que allí se localizan porque presentan epitelio simple cúbico y una lámina propia de tejido conjuntivo, conforme se ensanchan se incrementa la altura del epitelio y ya en los conductos mayores presentan epitelio simple prismático. La vena porta presenta endotelio, luz amplia y paredes muy finas, mientras que la arteria presenta la pared mucho más gruesa que la vena y los pequeños vasos linfáticos tienen la misma estructura de las vénulas de su mismo calibre.
Las vías biliares extralobulillar están formadas por los conductos intrahepáticos y extrahepáticos (conducto hepático, cístico, conducto biliar común, vesícula biliar (excepto equino, paloma y pintada), y colédoco).
Este órgano de aspecto vesiculoso almacena y además concentra la bilis producida en el hígado, está presente en la mayoría de las especies de animales, falta en los equinos, la paloma y la pintada. La llama también carece de vesícula biliar y el conducto hepático se une al conducto pancreático mayor, a unos 3 cm del duodeno, formando el conducto hepato-pancreático, el cual desemboca mediante el trayecto intramural en la segunda curva de la ese sigmoídea del duodeno.
En los lobulillos hepáticos, el tejido conectivo de soporte es escaso, se halla limitado al espacio porta.[6]
La bilis es un líquido viscoso que puede contener algunas células epiteliales segregadas a partir del epitelio de revestimiento, contiene además acumulaciones de gránulo de pigmento biliar y gotitas de grasa.
Su estructura histológica corresponde a la de los órganos tubulares, presentando 3 capas o túnicas:
Mucosa: Presenta un epitelio simple prismático con microvellosidades y células caliciformes especialmente en los grandes rumiantes, ese epitelio se invagina y estructura a los pliegues de la mucosa que su altura y presencia depende de la especie animal, por ejemplo, el perro y el gato presentan pliegues muy desarrollados mientras que en otras especies suelen ser más bajos e inclusive pueden estar ausentes.
En el perro se ha observado por microscopía electrónica a nivel del epitelio dos tipos celulares (células oscuras y células claras), las células claras contienen vesículas pinocitóticas y secretoras que se cree que transportan moco y colesterol, mientras que las células oscuras tienen el citoplasma electrónicamente denso y escasos organelos intracitoplasmático. Ese epitelio descansa mediante su membrana basal en un corion de tejido conjuntivo laxo; a este nivel se pueden observar tejido linfático difuso o nodular.
Las glándulas observadas en los rumiantes y en otras especies pueden ser serosas o mucosas de morfología tubular, lo que depende de la localización dentro de la mucosa, especie o individuo. Son escasas en los carnívoros y en el cerdo. Se ha observado invaginaciones del epitelio que dan aspecto de unidades secretoras, y a estas estructuras se le llaman senos de Rokitansky-Aschoff. [4]
Capa muscular: compuesta por músculo liso dispuesto en varias direcciones pero por lo general predomina la circular, inervada por nervios simpáticos y parasimpáticos.
Capa serosa: Compuesta por mesotelio y tejido conjuntivo laxo.
Los conductos biliares tienen una estructura similar a la descrita para la vesícula. Presentan una mucosa con similar epitelio de revestimiento. La capa muscular es de músculo liso dispuesto circular y longitudinalmente, el músculo más grueso es el de los bovinos y el más delgado es el de los carnívoros y en otras especies la capa muscular es discontinua.
En el equino el conducto hepático que lleva bilis no concentrada porque no presenta vesícula biliar se abre junto al pancreático en el divertículo del duodeno a unos 15-17 cm. del píloro y en esta especie el drenaje de bilis es continuo, no está regulado porque falta el esfínter. Los conductos biliares de la oveja y la cabra se unen al pancreático para formar el conducto biliar común que se abre a nivel del duodeno a 30-40 cm. del píloro, mientras que en los bovinos el conducto biliar es corto y se abre a nivel de la mucosa duodenal a unos 50-70 cm. del píloro.
El conducto biliar del cerdo se abre en la papila duodenal a 2.5 cm. del píloro. En los caninos ese mismo conducto tiene de 2.5-3 cm. de sección intramural en la pared del duodeno, luego atraviesa su pared y desemboca junto al conducto pancreático menor a nivel de la papila duodenal mayor. En el gato el conducto biliar tiene similar recorrido que el descrito para los perros, pero está acompañado por el conducto pancreático principal.
Origen embrionario del hígado:
El parénquima hepático surge por brotes epiteliales de origen endodérmicos a nivel del duodeno, ese brote o evaginación forma la yema hepática en forma de Y invertida. La rama más craneal origina al hígado y el conducto hepático, mientras que la rama posterior origina a la vesícula biliar y al conducto cístico y la porción que se mantiene unida al duodeno da lugar al conducto extrahepático principal denominado colédoco. Ese brote endodérmico al crecer se rodea del mesénquima de donde se forma el estroma del hígado.[7,8]
La regeneración hepática es una respuesta fundamental del hígado ante el daño tisular. La compleja interacción de factores que determinan esta respuesta envuelve un estímulo (experimentalmente, una hepatectomía), expresión de genes, síntesis de diversos factores de crecimiento y la interacción de otros factores que modulan la respuesta.
En contraste con otros tejidos capaces de regeneración (médula ósea, piel), la regeneración hepática no depende de un grupo de células germinales (stem cells) sino que se produce por la proliferación de todas las células maduras remanentes: los hepatocitos (las células funcionales principales), células epiteliales biliares (que recubren los canalículos), células endoteliales fenestradas (que recubren los sinusoides hepáticos y permiten una intercambio directo entre la sangre y los hepatocitos), células de Kupffer (macrófagos en los sinusoides) y las células de Ito (células estrelladas cuyos largos procesos envuelven a los hepatocitos, que almacenan vitamina A, sintetizan diferentes proteínas del tejido conectivo y secretan diferentes factores de crecimiento). Todas proliferan para restablecer el tejido perdido pero la velocidad de su respuesta es diferente. Los hepatocitos son los primeros en proliferar, primero alrededor del espacio periportal y luego extendiéndose hacia las venas centrales. Las otras células proliferan después de los hepatocitos hecho que sugiere que son los estos los que producen el estímulo para dicha proliferación.[9]
- Vega, G. : Manual de Histología esquemática. Editorial Pueblo y Educación, pp 119-127, 1980.
- Eliséiev, V.G.;Yu. I. Afanasiev; N.A. Yúrina: Histología. Editorial MIR, 480-496, 1985.
- Dellmann, H.D.; Esther, Brown: Histología Veterinaria. Editorial Acribia, Zaragoza, España, pp 274-280, 1980.
- Ham, A.W.; D.H. Cormack: Tratado de Histología. 8va edición. Nueva editorial Interamericana S.A de C.V. México, DF, pp 783-811, 1985.
- Junqueira, L.C.; J. Carneiro: Histología básica. 4ta edición. Editorial Masson, S.A. España, pp 306-319, 1996.
- Castro, Alejandra ; M. D. Ghezzi; R. H. Alzola.: Morfología del hígado de llama (Lama glama). Rev. chil. anat., dic. 2001, vol.19, no.3, p.291-296. ISSN 0716-9868.
Vega, G. : Resumen del desarrollo anatómico de aves y mamíferos. Editorial Pueblo y Educación, pp 233-234, 1974.
Lagman, J. : Embriología médica. Editorial Pueblo y Educación, pp 219-222, 1984.
Chianale, J. Regeneración hepática. Apuntes de Fisiopatología de Sistemas. Departamento de Gastroenterología. 200
http://escuela.med.puc.cl/paginas/Cursos/tercero/IntegradoTercero/ApFisiopSist/gastro/Regeneracion.html (Consulta: 8-11-05).
Confeccionado por:
DMV Milagros Teresa Alonso de León
DMV Nelson A. Izquierdo Pérez PhD
DMV Sonia del Risco Garcés
Facultad de Ciencias Agropecuarias
Universidad de Camagüey, Cuba
Carretera Circunvalación norte km 5½