1. Introducción
El Tratado de Versalles fue un tratado firmado en Versalles, Francia, en junio de 1919, con el objetivo de poner fin a una guerra que había arrasado con todo el mundo y nunca antes vista en la historia de la humanidad. Su propósito era establecer las pautas de la paz mundial y evitar futuros conflictos que derivaran en una catástrofe similar a la recientemente vivida.
En la siguiente monografía se intentará explicar lo que fue este tratado firmado por algunas de las mayores potencias mundiales y, una vez explicado el mismo, se intentará demostrar en qué nivel puede ser considerado una de las causas de la Segunda Guerra Mundial, haciendo hincapié en los puntos considerados más conflictivos y cuyas consecuencias pudieran dar razón a futuros conflictos internacionales.
Para concretar este trabajo me basaré especialmente en el Tratado de Versalles y su relación, directa e indirecta, con Alemania, ya que a mi parecer, éste fue el país más afectado y fue la nación donde más repercutieron los términos del tratado dando lugar a posteriores reacciones de suma importancia a la hora de establecer un por qué de la Segunda Guerra Mundial. Además, es a mi parecer adecuado hacer un intento por representar los principales intereses de cada una de las naciones intervinientes, al finalizar la Primer Guerra Mundial, que se vieron reflejados en la confección del tratado.
Para realizar este trabajo es necesario juntar la bibliografía correspondiente e intentar interpretarla de la mejor manera posible.
La Derrota de las Potencias Centrales
La ofensiva germana de primavera de 1918 fue lanzada por Ludendorff en un último y desesperado intento de ganar la guerra antes de que llegasen demasiadas tropas estadounidenses y antes de que el descontento en Alemania desencadenara una revolución. La tentativa estuvo a punto de tener éxito: echando mano de todas las tropas adicionales desocupadas en el este, los alemanes se abrieron paso en el Somme (marzo) y hacia finales de mayo se encontraban a sólo 65 kilómetros de París; los aliados parecían desmoronarse. Con todo, bajo el comando general del mariscal francés Marshal Foch consiguieron sostenerse, en tanto el avance germano perdía ímpetu y creaba un estorboso congestionamiento.
Los Aliados lanzaron una contraofensiva (agosto 8) cerca de Amiens, con cientos de tanques que atacaban a base de rápidas embestidas a muchos puntos diferentes en vez de arremeter contra un frente estrecho, lo que forzó a los alemanes a replegarse en todos los frentes. Lenta pero firmemente, éstos fueron obligados a retroceder hasta que al finalizar septiembre los Aliados habían atravesado la línea Hindenburg. A pesar de que Alemania no había sido invadida aún, Ludendorff estaba convencido de que serían derrotados en la primavera de 1919. Insistió en que el gobierno germano pidiera un armisticio al presidente Wilson (Estados Unidos) (3 de octubre), con la esperanza de obtener condiciones menos severas de acuerdo con los Catorce Puntos de Wilson (ver más adelante). Al pedir la paz en 1918, Alemania se salvaría de ser ocupada y preservaría la reputación del ejército. Cuando los Aliados empezaron a avanzar en el verano de 1918, la contienda prosiguió otras 5 semanas, pero a la postre se firmó un armisticio el 11 de noviembre. Las Potencias Centrales no sólo admitieron la derrota, sino que se derrumbaron y las revoluciones se distribuyeron, para el otoño de 1918, alrededor de toda Europa central y suroriental, como antes había sucedido en Rusia (1917).
Problemas Para Concretar un Arreglo de Paz
Al comenzar la guerra ninguno de los participantes tenía una idea precisa acerca de lo que esperaba lograr, fuera de que Alemania y Austria querían conservar el imperio de Habsburgo y para ello consideraban necesario destruir a Serbia. Alemania además había comenzado años atrás una "competencia" con Gran Bretaña por cuál de las dos potencias estaba mejor armada, y con Francia por ver cuál de las dos estaba más industrializada. La Guerra Mundial aparecía como un escenario perfecto para definir estos enfrentamientos.
Considerando que en el pasado prácticamente ninguna de las guerras no revolucionarias y no ideológicas se había librado como una lucha a muerte o hasta el agotamiento total, ¿por qué, pues, las principales potencias de ambos bandos consideraron la Primer Guerra Mundial como un conflicto en el que sólo se podía contemplar la victoria o la derrota total? Eric Hobsbawm dice "La razón es que, a diferencia de otras guerras anteriores, impulsadas por motivos limitados y concretos, la Primera Guerra Mundial perseguía objetivos ilimitados."[1]
Ante la prolongación del conflicto algunos de los gobiernos involucrados, tal vez con miras a estimular a sus tropas presentándoles algunos objetivos concretos por qué luchar, empezaron a enumerar sus objetivos de guerra:
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