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Las movilizaciones campesinas en el Caquet (página 4)


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"Desde los años 80 el M-19 ya tenia contacto con nosotros, ellos a veces ayudaban a las cosas de organización, de trabajos políticos. Dejaron mucha gente formada y lista para defenderse. Luego vinieron las Farc, ellos si fueron más estrictos. Lo que decían se hace y punto… que yo sepa no ha habido problemas con ellos. Hasta controlan a los ladrones; además eso ya desapareció. Usted puede dormir con las puertas abiertas, que nada le va a pasar. Cuando se organizó la marcha cada uno debía colocar una vaquita, unos plátanos, yucas… cada cual iba diciendo con cuantas personas se comprometía a salir a la marcha. Desde la junta de acción comunal y las juntas de colonos, se hablaba de la necesidad de llegar hasta Florencia, de ir a protesta y que si era necesario hasta Bogotá iríamos. Así que lo que se presentó fue que deseábamos lo mismo. Protestar en contra de este gobierno que siempre nos ha tenido abandonados, y que nos manda es veneno y muerte al Caquetá…"[110]

No es entonces especulativo pensar que hubiesen existido en este caso la iniciativa e inclusive presión de las organizaciones guerrilleras o de los narcotraficantes. Respecto a las implicaciones de la guerrilla, bien pudieron constituirse en actores sociales participantes al momento de la movilización. A juzgar por el diario El Tiempo y por algunas declaraciones de diversos estudiosos sobre tales hechos, sí fue lógica la inclusión de un segundo actor -bien sea buscando la no-erradicación de la cual se "sostienen" o por la cual producen numerosas personas vinculadas a la guerrilla-. De otra parte se puede encontrar que también puede ser estrategia para "macartizar" cualquier intento de rebeldía o de "movilización social", y colocarla "en la mira " de los aparatos de control nacionales e internacionales".

El papel de la guerrilla en la zona de colonización puede ser el de catalizador, de control, de para- estado, o de ente partícipe en el cobro del gramaje a los compradores de la coca ya procesada. Pero no se debe olvidar que históricamente el Estado colombiano ha sido bastante fuerte en reprimir, en penalizar la lucha popular, en macartizar o "satanizarla", y en intentar desvirtuarla asociándola con la guerrilla y sus acciones de destrucción, o "atentar contra la seguridad nacional".

Sobre el papel de los "narcos", se han hecho presentes en algunos momentos financiando parte de la marcha, facilitando medios de transporte, y gestionando contactos por fuera de la zona. Puede ser complicado describir hasta donde llega la influencia de los narcotraficantes, y hasta donde la de los comerciantes de la zona del Bajo Caguán. Además, actualizando la información a estos momentos (2002), se puede afirmar que la palabra "narco" es parte de esa intentona de lado y lado por desvirtuar al oponente. Se usan por ejemplo, las palabras "narco- Estado", "narco- guerrilla", "narco-terrorista", entre otras, logrando entrar a formar un lugar común en los análisis de muchos gremios e instituciones. Ni qué decir de esta influencia sobre los medios de comunicación y de los artículos sobre la coca, la guerrilla y el Estado. Sobre este punto, se actualizan las palabras, pero de fondo se esconde algo similar a la anterior "macartización" y ahora "asociación de términos"[111]

Si cobra mayor fuerza el argumento sobre la presencia de un segundo actor, puede ser posible afirmar que fueron los mismos productores de las matas de coca que pidieron tal servicio (de protección), o que en gesto instrumental invierten en sus "amigos revolucionarios". Cabría a estas alturas preguntarnos si el problema es también hablar y categorizar a los actores sociales sin importar su "legalidad", o si por el contrario se debe instigar hacia su pérdida de referente ideológico. Por ello, se argumenta que si a la guerrilla se le asocia a la palabra "narco"[112], se busca despolitizarla desde el universo del lenguaje penal y ético-político. Por ello se debe recurrir a la historia y a algunos de los estudios que afirman posiciones ideológicas frente al Estado que las ha llevado a conformarse y a sostenerse en tiempos en que no necesariamente existía tal negocio. De otra parte se hace relación al crecimiento de sus frentes y a su número de combatientes desde la llegada de la coca.

Para finalizar este aparte, el papel de los "narcotraficantes", bien puede estar intermediado por la defensa de su modo de producción y acumulación capitalista (ilegal), y por la defensa de grandes extensiones de tierra que poseen en la actualidad. El papel de estos dos actores (guerrilla y narcotraficantes), puede ser de cooperación o de mutua asociación racional de corte instrumental, cuestión que merece un análisis detallado en otro trabajo sobre las interrelaciones entre estos dos "enemigos" -puesto que a estos últimos se les incrimina ser los auxiliadores de las autodefensas y propietarios recientes de grandes extensiones y capitales económicos. Se invertiría entonces la relación amigo- enemigo.

Se puede decir que las relaciones en estas movilizaciones pudieron estar constituidas como una muestra de "reacción en bloque en la que campesinos, raspachines, guerrilla, narcos y oportunistas se identifican con una lucha que a todos les generaba un "resaltado interés". Sin embargo, no se debe perder de vista que estamos hablando de la movilización del "eslabón más débil de la producción del narcotráfico"[113] ; y que es sumamente lesivo hacer silogismos sin análisis como relacionar por igual a los "grandes capos" con los campesinos y colonos. Además las grandes ganancias se las toman los intermediarios o los carteles internacionales de la droga. Manú Dornbierer así lo reafirma:

"Es un error creer que los dólares del narcotráfico son recursos para el desarrollo. En primer lugar porque a los países andinos entra una mínima parte de la ganancia global. Si el valor al menudeo en los Estados Unidos es de 100 mil millones, el precio al mayoreo es de 25 mil millones, pero de éstos se calcula que solo unos 6 mil millones ingresan a América Latina…" [114]

4.2. Los factores de la lucha:

Durante los momentos previos a la marcha se articularon diferentes organizaciones, líderes, comités, asociaciones, que dieron como resultado la salida en masa hacia la protesta. Durante la marcha estas redes se sostuvieron.

A continuación se han extractado algunos apartes de las entrevistas, para reconstruir los factores principales que incitaron y produjeron los principales conflictos durante el desarrollo de las marchas en el Bajo Caguán caqueteño: [115]

CUADRO 13: LOS PREPARATIVOS Y ACCIONES EN LA MARCHA DEL BAJO CAGUÁN

FECHAS

DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS Y ACTORES IMPLICADOS

OBJETIVOS

ACCIONES DE ORGANIZACIÓN Y PROTESTA

5 de Mayo de 1996

Declaratoria de Zonas de orden público. Estado-habitantes de la zona.

 

El Ejército asegura las conexiones entre la coca y la guerrilla, dicen acatar únicamente las órdenes Presidenciales

 

Detener los avances de la guerrilla y prevenir revueltas

Gobierno Nacional,

Militarización de caseríos y Municipios.

 

Inconformidad expresada en agitación social: Escenario de Confrontación ante el Estado

Julio

Se reúnen los aprovisionamientos, se crean las diferentes comisiones, con campesinos, colonos, raspachines, líderes comunales, maestros, y algunos comerciantes.

Protestas en Guaviare e inician en el Putumayo

Articular las diferentes zonas de colonización. Se inicia el desplazamiento sobre el Río Caguán. Llegan campesinos a San Vicente.

 

El gobierno hace realidad las fumigaciones

Caseríos, juntas, las vertientes de los Ríos Caguán y Sunciya.

Organización y lucha efectiva contra el gobierno nacional.

 

Se formaliza la lucha por las reivindicaciones. Las Juntas de Acción Comunal lideran el proceso.

Continúa…

Agosto

Recrudecimiento de las protestas en el Putumayo.

Los campesinos inician la larga marcha desde Las riberas del Río Caguán hacia Cartagena, y desde Cartagena hacia El Paujil. Primeros bloqueos

 

Marchan por la no-erradicación de cultivos ilícitos a través de las fumigaciones aéreas.

Lucha frontal contra las políticas de Estado en materia de represión, fumigaciones y de abandono hacia la zona.

 

Se unen cerca de 30.000 campesinos en el sector de El Paujil, llegados desde la selva.

Sep.

Refriegas en Morelia y El Retorno.

Radicalización hacia las negociaciones

Retorno

Cotidianidad de la marcha campesina.

Se comunica lo sucedido en el ámbito nacional e internacional.

Confrontación radical, máxima represión, violación a los Derechos Humanos. Solución final de la marcha a través del pliego

Octubre

Denuncias de algunos casos de desapariciones. Inicia el redesplazamiento debido al abandono de las propiedades en los meses dedicados a la marcha.

Los acuerdos, seguimiento

Tensa calma

FUENTE: Elaborado a partir de las informaciones del Diario El Tiempo y Diario del Huila. Mayo- Octubre de 1996, mas ficheros del autor.

En la base de conformación campesina de la marcha, se ha constatado que en ningún momento la gente habitante de estos sectores se ha encontrado sin organización propia. Por el contrario, y así como lo señala Fernando Cubides, citando a Ernesto Suárez:

"Desde el punto de vista de la guerra, la guerrilla no puede extender su manto protector sobre la población. La única forma de que haya esa cobertura es en el grado de organización que haya en las masas… La guerrilla llega a las zonas de colonización, y no al revés: llega la guerrilla y después la colonización…"[116]

Sin embargo, la presencia de la guerrilla ha sido determinante al momento de crear los escenarios de organización y vida política en la región, al respecto Cubides agrega:

"..Lo que he venido constatando a medida que reconstruimos la historia de la región, y lo que se desprende de las entrevistas a las diversas fuentes, es que aun en el efectivo dominio de éste territorio detentado por la guerrilla… el Estado en sentido amplio, ha mostrado su presencia desde el mismo inicio de la colonización; presente en las formas de organización adoptadas por los primeros colonos, en el tipo de legalidad a la que se ajustan en modo espontáneo… presencia no desvirtuada por el poder militar de la guerrilla, a la vez que no es refrendada por la acción de agencias gubernamentales."[117]

De estos dos párrafos, se puede extractar que ha existido una cierta maniobrabilidad del actor campesino y colono en su designio de la forma de organización local. En el instante previo a la marcha, según uno de los entrevistados, estas formas de decisión y participación local salieron a flote, de ahí que lo que afirme sea de una…

…"Coincidencia de objetivos y de sentimientos frente a la marcha campesina. Eso quedó claro. De ahí que la presencia fuera masiva. Acaso se puede llevar a tanta gente detrás de un fusil, o de las amenazas?… es que se debe entender que aquí también pensamos, compartimos luchas, y en eso, cuando estamos del mismo lado, pues debemos caminar. Por ello fue un éxito la jornada. fatigosa y lo demás, pero exitosa. .."[118]

En esta primera descripción de este factor también se tomó en cuenta la rápida gestión de alimentos, víveres en general, materiales de salud, que los Comités de Colonización y las Juntas de Acción Comunal habían acopiado con anterioridad.

En cuanto a la organización se puede homologar con lo anterior, agregándole cierto interés hacia un conflicto en particular, demostrando el planteamiento de Coser sobre la unidad de acción de los grupos frente a los conflictos sociales;

"Proposición 7: … La contradicción y el conflicto no solamente preceden a la unidad, sino que operan en ella en todos los momentos de su existencia… El conflicto está destinado a resolver dualismos divergentes; es un modo de lograr una cierta clase de unidad… Viene a ser algo aproximadamente paralelo al hecho de que es el síntoma más agudo de una enfermedad lo que materializa el esfuerzo del organismo por liberarse de los trastornos y perjuicios que aquellos le causan…"

Más adelante, citando la proposición 13, agrega:

"uno se unifica para luchar, y lucha bajo el control mutuamente reconocido de normas y reglas"…[119]

5. La Posición del Estado

Desde 1964, se hablaba de la existencia de las "Repúblicas Independientes", cuyo desenlace se comentó en el capítulo 1. Sin embargo, se puede afirmar que las medidas tomadas por el Estado en su parte de control hacia la sociedad, fue de un carácter similar para este caso de las marchas, por los siguientes aspectos:

1. Las declaraciones fueron recurrentes en señalar como los responsables de las marchas a la guerrilla[120]y a los grandes narcotraficantes, elementos que polarizaron el conflicto.

2. La forma más efectiva de demostrar presencia en el lugar fue a través de su ala militar, con las fuerzas armadas. Llegando hasta las zonas a donde nunca antes habían hecho presencia, como en caseríos alejados de las zonas colonizadas, en la Laguna del Chairá, y otros sitios similares.

3. Desconocieron la forma autónoma en el sentido de vida económica y social desarrollada con escasa presencia directa del Estado, para ser acusados de promotores de revueltas, mítines y azonadas.

4. En lugar de reconocer abiertamente su error histórico hacia esta masa de colombianos civiles, con apoyos en iniciativas socioeconómicas, de empleo y demás; se penalizó de entrada a estas gentes.[121]

A este propósito de argumentar sobre el papel de Estado, textualmente, Ricardo Vargas señala:

"El proceder pragmático obedece también a la ausencia de alternativas de empleo rural más allá de los cultivos ilícitos en las zonas de colonización, en donde su erradicación conduce finalmente a que la guerrilla sea también una alternativa económica para la masa de jóvenes desempleados y sin futuro en estas áreas."[122]

Una sola declaración de cierta "mea culpa", se escuchó de la boca del entonces ministro de Defensa nacional, Juan Carlos Esguerra Portocarrero un: "El Estado ha sido cómplice del narcotráfico", a la cual el almirante Holman Delgado se sumó agregando "esta guerra debió iniciarse hace quince años, cuando el problema comenzaba" [123]

Aunque sea este mismo Estado el que se ha comprometido a apoyar los proyectos de colonización, con préstamos ante la Caja Agraria, INCORA y demás, ha quedado corto, en una zona en donde "todo hace falta", como lo expresa Rangel.

5.1. Uso de la represión

El manejo de la marcha de parte del Estado fue preponderantemente de intervención militar, para luego acatar la necesidad del diálogo y del acuerdo. En este aparte se hace importante tener en cuenta un día a día de las situaciones vividas dentro de la marcha, que la hacen algo anecdótica para los que "sobrevivieron" a su desenlace.

Tal vez se pueda afirmar que el uso de dicha represión es uno de los principales recursos que utilizan los Estados cuando sus políticas son impopulares, para este caso en el contexto del neoliberalismo. Ante un modelo que acaba con los derechos fundamentales, es necesario aumentar el pie de fuerza para aplacar el descontento popular.

CUADRO 14: MES A MES DE LAS MARCHAS CAMPESINAS EN COLOMBIA 1996

FECHA

ACONTECIMIENTO

ACCIÓN DEL ESTADO A TRAVÉS DEL EJÉRCITO

REACCIÓN DE LOS MARCHANTES

9 de abril

 

 

16 de abril

Paro armado de la guerrilla, 22 muertos, 25 heridos. Presionan la salida de Samper.[antecedentes de las marchas campesinas]

29 soldados incinerados en Puerres, Nariño

Operativos militares.

 

 

Exigencia de otras formas de tratamiento hacia la guerra. Intensificación

 

14 Mayo

Aplicación de las Zonas Especiales de Orden Público

Zonas de operaciones militares "zonas rojas"

Protestas e inicio de la organización de las marchas

 

28 de mayo

Inicio del juicio a Samper.

Se profundiza el problema de la coca, se revelan cifras escandalosas sobre financiación de la campaña presidencial

Algunos altos mandos militares rompen la discrecionalidad y deliberan sobre el tema

Ampliación de los motivos, sustento de la marcha

06 de julio

Se definen las zonas de orden público

Los militares se quejan del recorte sobre el presupuesto de defensa en 8000 millones

Llegan a Miraflores [Guaviare] los cocaleros. Tensiones en el aeropuerto

16 de julio

 

 

18 de julio

Protestan 15 mil campesinos por la fumigación.

Dinamitan carretera para impedir avance de los marchistas, vienen 30 camiones hacia San José

"Las Farc quieren obligar a los campesinos a generar un paro regional, supuestamente por las operaciones de las autoridades" Vocero militar

Choques en el Guaviare

28 de julio

 

 

Siguen las acusaciones a la incitación de la guerrilla sobre los campesinos marchantes [Min.Defensa y medios]

"Se necesitan nuevas leyes para operar en contra de los frentes que operan en la zona". Afirma Harold Bedoya

120 mil personas protestan en el área del Guaviare. Crecen las protestas, se irradian hacia el Putumayo

30 de Julio

Refriegas: 4 heridos en el Putumayo

Control y represión sobre las protestas cívicas

Denuncias ante Derechos Humanos

31 de Julio

Campesinos del Orteguaza también se movilizan, algunos llegan hacia Florencia

Se prepara la contención y seguridad en las vías del Caquetá

Organización y decisión de salir a protestar

2 De agosto

 

3 de agosto

El Presidente de Francia, Jacques Chirac, plantea compra de ´narcocultivos´, como solución.

3 muertos en Puerto Asís

"Aseguran haber visto a civiles disparando contra el ejército" [cita115]

Se intensifican las refriegas en el Putumayo

15 de agosto

Firman acuerdos en el Putumayo.

70 mil campesinos se toman 8 Municipios del Caquetá

"Guerrilleros de las Farc habrían firmado los acuerdos", dice el gobierno. [Constante de asedio y persecución]

Choques en el Doncello dejan más heridos.

24 Agosto

Toque de queda en Florencia, luego de disturbios durante 2 días en solidaridad con los campesinos marchistas

Implantan el toque de queda

Los campesinos de Belén de los Andaquíes se toman la plaza central en Florencia

28 de agosto

Las tropas no saldrán del Caquetá, a pesar del fallo de Tutela otorgada por Juez de Albania

Harold Bedoya , comandante de las Fuerzas Militares afirma que no se retirará del Caquetá. continua la "Operación Conquista"

5 mil soldados contienen a los marchistas. Denuncian violaciones y desapariciones.

 

Continúa…

 

 

 

30 agosto

Refriegas en Morelia, Caquetá, heridos 2 camarógrafos.

Enfrentamiento con gases lacrimógenos

La gente asegura que se disparó indiscriminadamente sobre ellos. "si me muero, me muero peleando", dicen algunos

Los marchistas se quejan del abandono, de la muerte, y denuncian a francotiradores apostados en los puentes electrificados.

12 de Sep. 96-

Octubre 96…

Firma de acuerdos en el Caquetá.

Reconteo de la gente, censo de raspachines. Militarización y regreso a las regiones

El balance es desolador. Las fincas y plantaciones se encuentran abandonadas. Algunos redesplazamientos

FUENTE: Cuadro elaborado por el autor, a partir del Diario El Tiempo y Diario del Huila. Abril- Octubre de 1996

 

Por último, basta con transcribir, siguiendo a Ricardo Vargas, cuando afirma:

.." La actitud del Estado de revertir por la fuerza y en pocos meses el resultado de un proceso histórico de crisis de la colonización, llevó necesariamente a la explosión de una crisis que, manejada inadecuadamente, podía llevar a sentar las bases de una profunda diferenciación social, económica, política, y geográfica frente al resto del país… El desgaste político corrió por parte de la fuerza pública en los intentos de contención de la arremetida campesina" [124]

5.2. Salidas Institucionales:

"La coca es, en primer lugar, una cosecha especulativa pero incierta, que no tiene competencia en lo relativo a ganancias o al salario que puede obtenerse por recolectarla" [125]

Este es un planteamiento que seguramente se acepta en las clases dirigentes, en los sectores del gobierno que intentan controlar este negocio. De tal forma que lograr acuerdos sobre su control no ha sido tarea fácil a través de las diferentes estrategias adelantadas. Se reconoce así mismo su alto poder corruptor, asesino y desestabilizador para cualquier Estado[126]La pregunta puede ser: ¿por qué a mayor represión, mayor aumento de la producción de este producto?

Es innegable que a través de este producto se han realizado algunas transformaciones que superando la moral de ciertos sectores, han desarrollado la economía, y que han permitido, al menos en esta zona, que algunos campesinos lleguen a ser propietarios de sus animales, de pastos y del futuro de su familia.[127]

Las salidas institucionales contemplan programas hacia la ciudad como el programa Rumbos, el aumento de la interdicción, campañas a través de los medios de comunicación, y en la zona agraria con el naciente PLANTE con la erradicación de cultivos.

Hacia el campo, se ha manejado la política de guerra integral hacia el pequeño sembrador, productor, y recolector. Así lo describe Juan Gabriel Tokatlian:

"Atacar con vehemencia el eslabón más débil y menos estratégico de la cadena del negocio de los narcóticos es pueril, inconsistente y perverso.

Mientras los capos de las drogas disfrutan en los centros urbanos, los campesinos son el epicentro de la política punitiva oficial. Como otras fumigaciones, la próxima reforzará el traslado físico y la expansión geográfica de las cosechas…"[128]

La alta asignación de los presupuestos recibidos de los Estados Unidos brilla por su poca aplicación hacia la captura de los grandes "barones de la droga". La unión de conflictos como la presencia de la guerrilla superpuesta a las zonas de pobreza, más la marginalidad donde hay cultivos de coca, hacen que sean las fuerzas del Estado en lo social las primeras que deberían llegar, como arriba se enuncia.

Adicionalmente, el conflicto se ve robustecido por un serio cambio en los productos básicos de la zona en particular:

"Durante más de quince años el cultivo de la hoja de coca ha ido avanzando en número de hectáreas y cultivadores, hasta convertirse en la fuente económica más importante del departamento. El arroz, el maíz, el plátano, la yuca, cultivos tradicionales de los colonos, dejaron de serlo ante la imposibilidad técnica y económica de mejorar la calidad de la producción, por el bajo precio de las cosechas, el alto costo de los transportes, la falta de vías de comunicación y a la ausencia de alternativas de comercialización…" [129]

El papel del gobierno se puede describir en las siguiente líneas:

."Desde el inicio de las conversaciones entre los voceros del gobierno y los representantes de los campesinos hay dificultades de parte y parte. Por un lado, el gobierno trae un preacuerdo listo para ser firmado por los campesinos y su posición intransigente de no negociar las fumigaciones, causa inmediata del conflicto. Por otro, los campesinos, representantes de las diferentes regiones del Caquetá, traen varios pliegos de peticiones y entre ellos hay diferentes prioridades."[130]

Es claro que en la posición del gobierno no estaba la palabra sustitución, que es bien diferente a la erradicación. Aunque se diga que "la ley no se negocia"; porque además el gobierno los ve como narcotraficantes y los campesinos se ven a sí mismos como cultivadores de coca. Puntos que hacen difícil la salida, y discusiones desde lo cultural e histórico que han quedado pendientes.

El gobierno hace una propuesta de pagar 40 jornales por hectárea a razón de $12.000 pesos diarios. En un total de $480.000 pesos y jornales para el sostenimiento mientras dure la erradicación durante 2 meses y medio a razón de $360.000 pesos mensuales por familia, para un total de $900.000 pesos. Pero los campesinos piden el pago de 50 jornales por hectárea a razón de $12.000 pesos diarios, para un total de $600.000 pesos; 40 jornales para adecuación de suelos, puesto que una vez arrancada la coca el suelo queda estéril, a razón de $12.000 pesos diarios, para un total de $480.000 pesos mas jornales para sostenimiento, $360.000 mensuales por familia hasta que se produzca el desembolso de los créditos. Puntos a los que no se llegó a algún acuerdo.

6. La posición de los marchantes:

6.1.El pliego de peticiones

De los puntos que resaltan en las actas, es importante el referente al deseo de lograr la erradicación concertada, de manera manual y acompañada de subsidios a los nuevos cultivos. El primer punto dice textualmente:

"Suspender de manera inmediata la fumigación indiscriminada y selectiva de los cultivos ilícitos y reemplazarla por métodos manuales de sustitución y concertados con la comunidad en forma gradual, y de acuerdo con el tiempo requerido para el inicio de la producción de los nuevos cultivos elegidos por las comunidades de cada región para efectuar dicha sustitución.

Teniendo en cuenta que el problema no solamente es la coca sino la contaminación ambiental y la terminación de la biodiversidad amazónica…"[131]

Se insiste a continuación sobre la necesidad de concertar con la comunidad tales procedimientos, incluida la necesidad del acceso al crédito y a las garantías de comercialización para los nuevos productos agropecuarios.

Así mismo se amplían los puntos hacia la necesidad de solucionar las deudas adquiridas ante la Caja Agraria y sus intereses a través de la condonación; acompañado de adjudicación de tierra para los campesinos que actualmente no la poseen. Así mismo, exigen que se aplique la Ley 160 de 1994 en su capítulo IV sobre entrega de tierras a los trabajadores del campo asalariados que no la poseen.

Respecto a la problemática indígena, solicitan:

 

"Legalización, ampliación, constitución y saneamiento de los resguardos de tal manera que todos los municipios del Caquetá sean beneficiarios… Adóptese proyectos especiales de manera inmediata para el buen funcionamiento y progreso de las comunidades" [132]

Otros puntos que pueden certificar el desbordamiento de una protesta sobre un conflicto puntual -las fumigaciones-; están contenidas en el mismo documento citado, desde el quinto hasta el onceavo punto sobre temas estructurales tan diversos como transferencia de tecnología, carreteras, educación, salud, saneamiento básico, vivienda, deportes, electrificación medio ambiente, telefonía, generación de empleo, modificaciones a la Ley 30 de 1986, erogación de la ley 0817 del 13 de Mayo de 1996 sobre zonas especiales de orden público y en su reemplazo sean declaradas como "zonas de mayor inversión y rehabilitación social en Colombia"; para finalizar con los puntos sobre derechos humanos, exoneración de impuestos y la creación de nuevas reservas naturales. [133]

Durante la marcha, y de manera interna, se estipularon varias subdivisiones del territorio que hicieron viables la creación de subcomisiones. Estas fueron las zonas sur, centro, cordillerana, norte, Bota Caucana, Bajo Caguán, cada una con representación de 7 personas que harían parte de la comisión central y trabajarían en las diferentes subcomisiones [agropecuaria, tecnológica, infraestructura, educación y cultura, salud y saneamiento básico, derechos humanos, y convivencia ciudadana]. Paralelas a estas mesas se creó la subcomisión de asuntos indígenas.[134] En cada Subcomisión participaba un Alcalde.

Los campesinos describen su participación en estas líneas:

"Este puñado de líderes y dirigentes comunitarios que cursaron sus estudios en la Universidad de la Vida, con mínima experiencia, conocimiento sencillo y altruista, pero con tenacidad, esmero, conciencia y convicción de progreso, afrontaron aquella responsabilidad histórica, aunque con hambre, dificultades económicas, acusaciones mal intencionadas, lograron comprometer al Gobierno en una mayor asignación de recursos destinados a diversos proyectos de desarrollo Departamental…"

Seguidamente expresan:

"Aquellos líderes campesinos, electos democráticamente estaban compuestos por 45 personas quienes actuaban como interlocutores de los campesinos marchistas, pero las mismas dificultades y las exigencias de los delegados del Gobierno Nacional, hicieron reducir el número de negociadores campesinos a 15 personas, quienes representaban a todos los municipios del Departamento" [135]

La fatiga de cerca de dos meses intensos de caminatas y constantes refriegas, sumadas a las continuas acciones de asedio sobre los marchistas, ocasionaron que el gobierno se levantara finalmente con un acuerdo producto del cansancio, y que aunque bien elaborado, no se revirtió en sus alcances esperados.

Uno de los actores campesinos participantes en la marcha comenta:

"Luego de tener que pasar hambre, de ir a la cárcel de Florencia diariamente a sacar a los presos y de visitar a los heridos en los hospitales, llegábamos a preguntar cómo iban las noticias, si el gobierno ya había aceptado la conformación de las comisiones. La gente nos comentaba que el agua escaseaba, las enfermedades, todo estaba al bordo del acabose. Nos daba dolor mirar a las mujeres, a los viejos llorar, curar heridas, preguntar por sus hijos o esposos… no queríamos colocar más muertos. Los del ejército nos gritaban que éramos puros guerrilleros, narcotraficantes, y se lanzaban sobre nosotros con gases, bayonetas y balas de verdad… Finalmente nos sentamos desde el 10 de septiembre a intentar acercarnos, apoyados por la iglesia, el Obispo de Florencia y los maestros de los pueblos. Se avanzó en que el país y el mundo -pues hubo de todas las naciones, de España., Francia, Brasil, Perú, alemanes, y otros-, se dieran cuenta que no somos gente mala, que trabajamos y queremos vivir en paz, eso era todo…" [136]

No se han querido presentar en detalle punto por punto los acuerdos y desacuerdos entre el Gobierno Nacional y los campesinos marchistas, sin embargo, se han tomado algunos ejes centrales que bien pueden sustentar las principales exigencias contenidas en las demandas de los actores sociales movilizados. A continuación se han extractado los puntos centrales teniendo en cuenta los que pudieron convertirse en puntos de conflicto al momento de la negociación:

CUADRO 15: PROPUESTAS DE LOS CAMPESINOS Y DEL GOBIERNO NACIONAL

PROPUESTAS DE LOS CAMPESINOS

PROPUESTAS DEL GOBIERNO NACIONAL

Plan de inversiones para el desarrollo regional

Aporte de 20 mil millones a través del PLANTE para financiar el estudio del plan de desarrollo productivo para el Caquetá

Desarrollo agrícola y tecnológico

Comercialización de productos agrícolas, a través del IDEMA. Compensación de los gastos de desplazamiento sobre los productos, pagos por el gobierno

Adjudicación de tierras gratuitas e implementación de programas de parcelación.

 

Inclusión de todos los Municipios en el programa PLANTE

Reforma Agraria. El INCORA adelantará unos programas de mercadeo de tierras, acompañados de subsidios para su adquisición; reestudio de la UAF[Unidad Agrícola Familiar], ajustándola a las condiciones particulares; reestudio de las zonas sustraídas de reserva forestal

Educación: Nombramiento de profesores, 1.000 nuevas plazas, construcción de 500 nuevos establecimientos educativos; reparación de 250 escuelas y colegios, construcción y dotación de 120 restaurantes y residencias estudiantiles

Inventario de necesidades reales, capacitación a profesores del área rural; partida por 200 millones para la adecuación de algunas instituciones; 200 plazas docentes; convenios con la Universidad de la Amazonia; aumento de cobertura en los programas del ICBF

Salud: Construcción y dotación de treinta centros de salud; 120 puestos de salud; nombramiento de 60 médicos; 180 enfermeras; ampliación del régimen subsidiado.

En saneamiento Básico: 90 acueductos, rellenos sanitarios, mataderos municipales

Realización de foros sobre el régimen subsidiado; 10 puestos de salud; capacitación de 30 promotoras de salud; bienestarina para los niños, asesoría técnica sobre programas de medicina tradicional, e inducción de personal médico;

se acoge el plan de saneamiento adoptado por el CORPES de la Amazonia

Continúa…

Red Vial: terminación con la mayor brevedad posible de las carreteras troncales que comunican con el interior del país y otros Departamentos vecinos. Vías secundarias y terciarias

Diagnóstico ambiental para la construcción de la carretera marginal de la selva; aumento del ritmo de trabajo, aumento del presupuesto en 31.140. millones; mantenimiento de vías,

FUENTE: Elaborado a partir de las actas oficiales de acuerdo entre los campesinos marchistas del Caquetá y el Gobierno Nacional. Florencia, Caquetá, 12 de septiembre de 1996.

Los campesinos firmantes definen algunos de los puntos de su lucha y sus logros en el párrafo siguiente:

"Quizá la disparidad de criterios expresada por las comunidades, la lista demarcada sobre necesidades, la falta de una propuesta clara y precisa, hizo postergar la negociación, creando incertidumbre, pérdida de vidas, mutilados, huérfanos, procesados y múltiples heridos, situación bien aprovechada por el Gobierno para imponer sus criterios" [137]

6.2. Las refriegas. Situaciones de Derechos Humanos:

Durante el desarrollo de la marcha se vivieron diversas situaciones que colocaron en constante asedio a los marchantes, bajo la política de control y militarización total desplegada luego de la expedición del decreto de Zonas Especiales de Orden Público. Es así como desde la salida de las comunidades de los caseríos y veredas ya se encontraban controlados los ríos, como el caso del Caguán.

…"Luego de la conformación de los comités de seguridad, alimentos, salud, y desplazamientos, nos dirigimos en familias a reunirnos en las cabeceras de los caseríos, Río abajo [hacia la desembocadura del Caguán en el Caquetá], no había problema porque los soldados llegaban cerca a Remolinos, pero de ahí hacia abajo les daba miedo… La gente bajaba en deslizadores, algunos venían hasta a pie, pues habían caminado desde el Sunciya, a encontrarse con la marcha. Llegábamos a los pueblos y nos impedían salir, entonces cada cual se salía de a poquitos[en grupos pequeños], hasta que no podían controlar a tanta gente, no parábamos en los poblados, algunos se quedaban en los recodos y el resto continuaban en la caminata. Desde ahí los soldados nos perseguían, ya sabían de las protestas…" [138]

 

Constantemente los retenes militares y controles en Cartagena del Chairá y en la vía hacia el Paujil hacían devolver a la gente. Estos a su vez pasaban los controles por los montes o bordes de quebradas cercanas, de tal forma que para los soldados y militares se constituyó desde un inicio en una situación difícil de controlar. La decisión de concentrar la tropa hacia las cercanías de Florencia se toma en esa dirección, puesto que algunos campesinos habían llegado al centro de la capital del Caquetá demandando la atención del Estado. Algunos de los marchantes, afirman sobre los desenlaces:

"Luego de caminar casi un mes, aguantando sed, pues casi no había tiempo para preparar la comida, llegamos a la entrada de El Paujil. También nos encontramos con la marcha que venía de San Vicente y de la montaña [Cordillera Oriental]. Venían por ahí unas treinta mil personas, mas nosotros, cerca de 50.000. Las vacas para alimentarnos las traíamos al lado, algunas gallinas, cerdos, plátanos, y todo… Al llegar a la vía principal que lleva hacia Florencia, los problemas aumentaron… venían los soldados a golpearnos, a darnos palazos, a muchas señoras y amigos míos los garrotearon. Las balas sonaban día y noche. Cuando dormimos frente al puente electrificado se escuchaban disparos sobre la gente, luego al otro día había que llevar a cinco, diez heridos a diario. Algunos morían, dicen que había francotiradores en los árboles altos y en las torres de los puentes del río San Pedro, a quince minutos de Florencia…" [139]

 

Las denuncias han quedado en materiales de video, algunos reportajes y las denuncias de las comisiones de Derechos humanos. Desde los mismos momentos del inicio de la marcha se conocía de tales actos de penalización y persecución sobre los campesinos movilizados; sobre tal aspecto, se denuncia:

"En el desarrollo de las marchas campesinas, las fuerzas militares a través de los Batallones adscritos a la Brigada XII reiteradamente distribuyeron, en los retenes y por intermedio de helicópteros, panfletos, en la cual ofrecían recompensas a quien delatara a los promotores de marchas o líderes campesinos y guerrilleros, coartando la libre expresión de las comunidades campesinas y penalizando la movilización social, como plena violación al acuerdo con relación a la Declaración de garantías del Gobierno Nacional" [140]

Los diarios le dieron especial cubrimiento a las acciones desarrolladas en Morelia, en El Doncello y en Santuario. El clima de violencia reaparece en las muestras de exceso y utilización desbordada de la fuerza, tal como se reporta en El Tiempo:

"Mientras en Morelia (Caquetá) una comisión del Gobierno se sentó a negociar con los líderes del paro campesino sobre la erradicación de los cultivos ilícitos y los programas para desarrollar la región; en Morelia el Ejército se enfrentó a bala con los manifestantes…"[141]

En ocasiones, se acusa a los marchistas como lo incitadores de las acciones de fuerza:

" Con hondas y caucheras unos mil raspachines (cogedores de coca) hirieron a 22 soldados de la Policía Militar que impedía el avance de los marchantes en el puente sobre el río Bodoquero, a 18 kilómetros de Florencia (Caquetá)…" [142]

Sin embargo el balance es de seis muertos y unos 100 heridos, informan en el mismo diario; al momento de acordar los balances generales.[143]

Atendiendo a las sucesivas muestras de acusaciones de lado y lado, el Diario del Huila le otorga cierto detalle a las declaraciones de las fuerzas militares, quienes insisten en llamar la atención sobre el "paro guerrillero" adelantado sobre las vías que conducen del Caquetá al interior del país. En la edición del primero de septiembre se informa:

"Las empresas de transportes públicos que operan en el Caquetá, no podrán prestar sus servicios durante unos quince días hacia el interior del país debido a las amenazas de la guerrilla de las Farc, de quemar vehículos si hacen caso omiso a la recomendación… Este paro de transporte obligado por las Farc, estaba anunciado a los mismos conductores que en varias ocasiones fueron retenidos por células armadas para advertirles que si el gobierno no arreglaba pronto y los campesinos no podían llegar a Florencia, se hacía necesario taponar la vía para que la misma capital no pueda abastecerse de alimentos y combustibles, los cuales han ingresado sin problemas, mientras que los campesinos y otros municipios padecen los rigores de la escasez." [144]

Documentos como los anteriores fueron los que indudablemente ocasionaron la reacción de las Fuerzas Militares, ordenando intensificar aún más las operaciones sobre Florencia; reforzar las entradas, y llegar a declarar que inclusive la guerrilla estaba a punto de tomarse la ciudad.[145]

Similares afirmaciones de advertencia había realizado el Ministro del Interior, Horacio Serpa Uribe, quien en visita de emergencia a la zona, aconsejó a los campesinos a "no dejarse manipular por fuerzas extrañas ", así como advierte:

"En las marchas hay muchos protagonismos como los grandes narcotraficantes de la droga y la subversión armada, pero insistió en que el gran protagonista no es otro que el campesino honesto y trabajador…" [146]

La interrelación de estos dos actores es recurrente [guerrilla-campesinos]. Las acciones de violación sobre los Derechos Humanos bien se podrán amparar sobre estas valoraciones. Luego, en el texto de acuerdo final se insistirá de parte de los campesinos marchistas en que se reconozca el papel autónomo y protagónico de los campesinos sin presiones algunas.

El valor de las expresiones representadas en la siguiente caricatura sintetizan la posición férrea del ministro Serpa en la visita a Florencia y sus respectivas declaraciones:

Diario del Huila, Septiembre 3 de 1996, 4A

Otro aspecto que contribuye a la sumatoria de violaciones de los Derechos Humanos, lo constituye las detenciones de los heridos que se aplica en el momento mismo de su entrada a los hospitales; sumadas a la utilización de vehículos de organismos internacionales como la Cruz Roja para transportar lacrimógenos y detenidos durante las refriegas.[147]

Por último, y antes de cerrar el presente aparte, la principal consideración sobre las violaciones a los DD.HH de los campesinos la constituyen la falta de vivienda digna, de salud oportuna, de asistencia social, de desarrollo, de respeto al buen nombre y por el asedio sistemático. Llegan a tan elevado grado las violaciones, que en un fallo proferido por el Juez Único Promiscuo de Albania, a favor del desbloqueo de las vías del Caquetá bloqueadas por el Ejército para impedir el paso de los campesinos marchistas, el entonces general Harold Bedoya Pizarro se sostuvo en no acatar la sentencia de la justicia a través de la acción de tutela. Negativa que fue igualmente reforzada por el Ministro de Defensa Juan Carlos Esguerra. [148]

A continuación se presenta el mapa de las marchas campesinas en el Bajo Caguán caqueteño:

Mapa de las marchas

CAPITULO IV

"TODO O NADA! . YO VENGO POR LO MIO"

LA SALIDA.

1. Puntos de negociación:

Fueron necesarias las sucesivas visitas de los representantes del gobierno central, como Horacio Serpa, los entonces parlamentarios Carlos Alonso Lucio, y Fernado Almario Rojas; sumado a las intervenciones del Obispo de Florencia, Monseñor Fabián Marulanda López y los representantes del Gobierno en las negociaciones como el Viceministro de Agricultura Rafael Echeverri, para que se facilitaran algunas de las propuestas que inicialmente "sorprendieron a los representantes del Estado", y que invitan a calcular al menos inicialmente la convocatoria de los campesinos movilizados.

Seguidamente un punto final que no permitió el ágil regreso de los campesinos a sus zonas de orígen fue la exigencia de parte de estos de lograr un acuerdo firmado en el cual se reconociera el respeto por la vida de todos los participantes y voceros. Los desenlaces de este punto no fueron tan convincentes. Las denuncias posteriores no se hicieron esperar. Raúl Gratz, delegado del Ministerio del Interior comenta sobre el particular:

"De las personas firmantes del acuerdo del Caquetá, sobre los campesinos, indígenas y colonos ha habido una constante persecución. Algunos han venido hasta las oficinas del Ministerio a solicitar que los apoyemos en ubicarlos dentro de los planes de protección y de seguridad que para ello tiene el Estado. De algunos de ellos recuerdo que hasta hemos tenido que facilitarles alimentación, pues han tenido que salir desplazados desde sus lugares hasta esta ciudad [Bogotá]… recientemente me informaron que a varios de ellos los ha asesinado la misma guerrilla en muestras de retaliaciones, y a otros, los paramilitares. Es difícil que esto quede claro. La información nos llega de manera lenta… además algunos de ellos no quieren solicitar apoyo por no considerar de seguridad este apoyo institucional…" [149]

Aunque los medios no reportaron, algunos campesinos comentan sobre la destrucción de sus casas, el hundimiento de sus embarcaciones, el hurto a sus pertenencias por miembros del Ejército; que los llegó a inculpar por exigir gasolina para su retorno, asegurando que dicha gasolina era para el procesamiento de la hoja de coca.

Otra posición en la salida de este conflicto se aportó también desde la Universidad; como fue el caso de una carta enviada al presidente Samper, contenida en cinco puntos a manera de propuesta y de llamado de atención sobre el olvido del Estado sobre la Universidad, en este caso de la Amazonia.

"Nuestra institución [La Universidad de la Amazonia] puede y debe participar en el proceso. La norma que la creó (Ley 60 de 1982) estableció que su radio de influencia sería la región amazónica y le fijó claras obligaciones en lo relacionado con las actividades de docencia, investigación y extensión…. La decisión del gobierno nacional de erradicar los cultivos ilícitos , si bien ha dado lugar para una radicalización de los productores de defensa de su única fuente de ingresos en las áreas más lejanas y de difícil acceso, ha llevado también al establecimiento de un diálogo que debe llevar a concertar con la comunidad las acciones más convenientes para cumplir dicho propósito…" [150]

La esperanza fijada en los diversos sectores de la vida regional implicados en las acciones hacia una salida pronta, pacífica, y que diera como resultado la apertura de vías de acceso, la desmilitarización, y la posibilidad de disfrutar de los acuerdos que para nada se presentaban como indecorosas. Así lo recuerda uno de los negociadores por los campesinos:

"Arrebatarle al Gobierno unos miles de millones nos ha costado de nuevo decenas de muertes. Cientos de heridos, pero es que no nos han dejado otro camino. Ahora nos vamos más preocupados que antes, pues ellos tienen nuestros datos, y eso nos hace temer por nuestras vidas y las de nuestras familias… si se logra lo de las escuelitas para los niños, la salud, las vías, con eso quedamos contentos…con lo de la coca ellos saben que no tiene salida, que la solución está en otra parte… De todas formas no fue en vano la marcha…seguiremos preparando muchas más, cuando sea necesario…" [151]

¿Qué sería normalidad? Al juzgar por los años transcurridos desde el acuerdo y al ver sus pocos cambios, se debe decir que entonces el tan anhelado "regreso a la normalidad" es seguir con la coca, la penalización, los negocios secretos, los cultivos aumentando, la misma pobreza, los desplazados y colonos que terminan invadiendo a la fuerza la selva aún virgen del Amazonas.

Otro de los llamados desde las instituciones sociales –en este caso de los medios de comunicación-, lo realizó el Diario del Huila. A continuación se transcribe parte del texto redactado en su editorial:

"Este departamento Hermano, forjado inicialmente por huilenses, que se desplazaron a la tarea colonizadora, y luego poblado por migraciones de familias que huían de la violencia política en sus territorios de origen y encontraron allí el oasis de paz en donde consagrarse al laboreo pacífico y honrado en esta crisis profunda.(sic)

Víctima de un secular aislamiento ha visto poco a poco, ir afectándose con la violencia, combinada en las últimas dos décadas con el narcotráfico, el que desplazó en un gran porcentaje el extraordinario potencial ganadero y agrícola que venía afianzando su incipiente estructura económica y administrativa… (sic)

Todo ese episodio venturoso comenzó a cambiar con los narcocultivos, que desplazaron los cultivos tradicionales y las actividades lícitas bajo el espectro de una aparente bonanza económica, el mejoramiento salarial y el enriquecimiento indudable de muchos, pero hoy, al descorrerse el telón, solo aparece el conflicto social y la depresión."[152]

Ligado a lo anterior, la posición de los campesinos no distaba en sus reivindicaciones en mucho. Producto de su cansancio, temor y ganas de volver a sus hogares y plantíos, abandonados por algunos desde hacía dos, tres o más meses, aceptaron negociar. Sin embargo, se evidenció de nuevo la fortaleza de la organización campesina en la elaboración del pliego final unificado que no contó con mayores tropiezos. Así entonces se articuló la efectividad de la participación en las Juntas de Acción Comunal, de los Comités de Colonización y de las mesas de coordinación de las marchas al momento de sentarse en Florencia a hablar sus representantes.

"Dormíamos, cuando se podía y por turnos, entre el lodo. No todos llevamos buenas toldas o plásticos, la ropa estaba mojada casi siempre. Había enfermedades, falta de agua limpia, de baños… Eso si nos habíamos puesto de acuerdo en la necesidad de llevarnos en la negociación los puntos de las vías, los maestros y de la asistencia social. Ante estos propósitos no importaba si comíamos o no, si estábamos enfermos o no. Al fin y al cabo estamos enseñados en estas tierras. Cuando escuchábamos las noticias nos sentíamos aunque temerosos fuertes porque a nivel nacional éramos protagonistas. La fuerza viene de la lucha grupal…. Las dolencias quedaban atrás… ."[153]

2. Implicaciones sociológicas de la marcha campesina del Bajo Caguán

2.1. Alcances inmediatos y mediatos:

Luego de realizar una descripción de los diferentes rasgos de esta muestra de acción colectiva que conduce a la conformación de movimientos de protesta dentro de los campesinos marchistas del Bajo Caguán, puede ser un buen ejercicio dentro de esta tesis avanzar hacia una posible interpretación de los alcances, al menos los inmediatos y que luego de seis años de haberse presentado se puede realizar.

1.El hecho de presentarse una movilización organizada con sus puntos de negociación, movilización de recursos, amplia participación y concreción del propósito central -que era la suspensión de las fumigaciones sobre los plantíos de coca-, puede otorgar un buen indicador de la magnitud de esta jornada de organización social en este grupo humano. Así mismo, puede representar la invitación a reconsiderar el papel del actor social[154]como aquellos grupos o individuos que pueden adelantar de manera consciente, intencionada y organizada una articulación entre su identidad colectiva – ser campesinos cultivadores de coca en este caso-, que adelantan demandas hasta exigir la tierra, el desarrollo, entre otros puntos.

2. Las políticas sin concertar hacia estos campesinos pueden dejar más pérdidas que ganancias. Esto se demuestra en la posición autoritaria de los delegados del Estado quienes intervinieron caótica e improvisadamente exagerando el conflicto, utilizando un despliegue de fuerza mayúsculo en un momento en el que las condiciones eran de negociación antes que de represión. Sobre este respecto, no se vio en el Estado una política seria de previsión sobre las protestas que se presentaron seguidamente de una región a otra, exceptuando la declaratoria de Zonas Especiales de Orden Público. Se evidenció la presencia del estado autoritario, y a veces enceguecido por la necesidad de ocultar otros problemas mayores como el caso del juicio al Presidente Samper, que por el mismo momento tomaba su punto más alto. Recordemos que es Maquiavelo quien aconseja al Príncipe "inventarse guerras contra enemigos inclusive ficticios" [155]para distraer a sus contradictores y opositores internos.

3.La Sociología se hace relevante en estos momentos, pues no son los campesinos cocaleros actores sociales traídos desde otras partes a protestar únicamente; son los habitantes de las tierras que han llegado desde inicios de siglo, desde los años 50 y 80, los que ahora siembran la coca y exigen soluciones de fondo a sus demandas. Por ello puede aparecer ciertamente irresponsable la categorización de "marchas cocaleras", como se les denominó en el argot popular y hasta intelectual del país, por cuanto estos campesinos no son solo cocaleros; son productores de otras actividades económicas lícitas; además se invita de entrada, en cuestión de análisis del discurso y de la teoría de la argumentación como acciones que deben esperar una respuesta inmediata así:

edu.red

Sobre las consecuencias inmediatas también se logra que el poder estatal tenga en cuenta esta realidad, que se incluya en otro capítulo de la vida nacional. Las iniciativas de inversión social y de reasignación de recursos se ven reactivadas en unas zonas en donde no deberían debilitarse. Es cierto que algunas obras como electrificación rural, arreglo de vías y algunas nuevas escuelas y centros de salud se han construido; pero aún estas zonas del país están sumidas en la marginalidad social, al seguir siendo desconocidas y poco integradas a la sociedad nacional.

4. Cerrando la posibilidad de una reforma agraria con inversiones sociales, asistencia técnica y créditos oportunos, ha ocasionado que los cultivos ilícitos y no ilícitos se desborden hacia las zonas de reserva forestal, de parques nacionales y de resguardos indígenas. Por la misma ineficacia de las iniciativas estatales, se ha dejado a la iniciativa espontánea la colonización y adecuación de recursos naturales. Detrás de cada colono está toda una familia, y unas necesidades de ocupar tierras que aunque nunca logre explotar y beneficiarse de ellas, en su mente está ser un gran propietario. Una Reforma Agraria bien pensada seguramente contribuiría a la solución de fondo no solo en estas zonas, sino en el país en general. Alfredo Molano comenta al respecto:

"Cada persona [colono] equivale a una hectárea, o sea, dicho de otra manera las parcelas tienen en promedio 5 hectáreas y una familia tiene en promedio 5 miembros, digamos que no es loco decir que hay 120 mil personas directamente vinculadas al cultivo… de todas maneras, cualquiera que sea el daño ecológico que haya hecho la coca y la amapola es infinitamente menor al que han hecho la ganadería y la papa en los páramos, para no hablar del trigo, que acaba no solo con el bosque sino también con la tierra…" [156]

5. Las movilizaciones de los campesinos se vieron nutridas en sus partes de convocatoria y resistencia con un nuevo grupo social bastante heterogéneo: "los raspachines", estos actores son generalmente jóvenes venidos de las ciudades o del mismo campo, con la ilusión de ahorrar algunos dineros. También pueden ser personas con ambición de establecerse en la zona. Sobre su papel protagónico también se habla en los acuerdos, en donde es el mismo Gobierno quien les ofrece retorno a sus lugares originarios, inclusión en capacitaciones y apoyo de instituciones estatales. El afloramiento de este nuevo actor social invita a reflexionar sobre el mundo del trabajo, de las relaciones globalizadas de la economía en su manifestación capitalista. De nuevo Molano detalla sobre este aspecto:

"…Pero hay una tercera parte de manifestantes que vemos ahora que es población flotante. Además de los rebuscadores, ellos son otra cosa. El es el raspachin que es el que jala la coca, que cosecha propiamente y vende por costaladas al dueño de la finca. Son muchachos entre los 14 y 20 años, pelados de las ciudades normalmente o chinos del campo. La misma edad de reclutamiento de la guerrilla, chinos desmoralizados que se van a rebuscarse. Muchos terminan haciendo chagras y otros terminan de mulas. Hay un paso intermedio y es que muchos terminan traqueteando, llevando gasolina o comprando la merca, negociando en este mercado. Y también hay unos que terminan de mulas, inclusive haciendo pequeños embarques. Pero ese es otro tipo de personas."[157]

Al momento de describir las acciones colectivas, a este grupo social se le debe dedicar un análisis pormenorizado, pues la reconstrucción de su entorno, de su historia y de sus expresiones hacia la acción social son bastantes heterogéneos. Por una parte, se trata ciertamente de jóvenes que en algunos casos recorren el país de un lado a otro detrás de las cosechas de café, algodón, sorgo, arroz, y finalmente de la coca. En esta encuentran una remuneración más amplia y permanente, en un entorno de aventura ante la bravura del sector y de la presencia de otro tipo de autoridad. En lo individual se sospecha la constante posibilidad de acrecentar su capital, de convertirse en el "señor", como en la historia de los "grandes barones de la droga", tipo Carlos Lehder, Gacha, Escobar, entre otros. Definitivamente este tema queda por abordar

6.La presencia de la coerción de parte de la guerrilla hacia el campesinado al momento de actuar se pudo presentar. Como lo señala Elster, este tipo de acción social puede desbordarse por los cálculos bajo presión, en el cual el "dilema del prisionero"[158] cobra su mayor punto al tener el campesinado que ineludiblemente participar en las acciones colectivas. Al mismo tiempo se entroncan las relaciones jugosas de protección y defensa con la trilogía campesino-guerrilla-narcotraficante. De todas formas, como lo señala Weber, la relación de poder es asimétrica, no necesariamente concertada; debido a la posibilidad de encontrar obediencia a través de las tres formas clásicas de dominación: legal, por tradición y por carisma. Daniel Pecaut aporta a la reflexión:[159]

"Desde la perspectiva de los grandes productores (los empresarios de las grandes transacciones), este es un lucrativo negocio que atrae un buen número de comerciantes, desempleados y a todo tipo de aventureros que reclamarán en recompensa de su riesgo una considerable suma de pago. Si es necesario intercambiar las alianzas, se hace, si es necesario desestabilizar el poder, se hace." [160]

Sin embargo estas interrelaciones de cálculos de interés-beneficio, se ven ampliadas. Siguiendo a Pecaut tenemos que:

"En las zonas de cultivo y de transformación de droga, es imprescindible cierta cooperación entre guerrillas y narcotraficantes, pero se necesita también de la cooperación implícita de otros actores locales como militares, policías y políticos. Obviamente estas transacciones también generan conflictos." [161]

7.Las ganancias que según las declaraciones del Departamento de Estado norteamericano, y de los diferentes gremios y representantes del Gobierno nacional son la causa de la represión y la interdicción en primera instancia, continúan quedándose en las manos de los que nada tiene que ver con los oficios agrícolas: es decir, los empresarios, comerciantes, inversionistas, narcotraficantes, actores armados, políticos y otros actores que en el ámbito internacional financian guerras y planes de intervenciones contra otras naciones a partir del negocio de las drogas.

2.2. Compromisos:

A nivel del gobierno nacional se ha dicho que se invertirían dineros hacia el proyecto de desarrollo presentado por la comunidad del Caquetá.

Algunas de las asignaciones fueron distribuidas así: [162]

CUADRO 17: DISTRIBUCIÓN DE INVERSIONES Y COMPROMISOS. GOBIERNO NACIONAL Y CAMPESINOS MARCHISTAS DEL CAQUETÁ.

INVERSIONES

 

DESTINO

MONTO

Jornales para erradicación y sostenimiento

Campesinos y colonos

480.000+900.000/hectárea para erradicar

Plan de acción agropecuario

Financiar estudio del plan de desarrollo productivo en el Caquetá

20 mil millones

Puestos de salud

Puerto Valdivia, Curillo; La Esperanza, Puerto Rico; Diamante y la Ilusión, Milán; Los Cristales; Cartagena del Chairá

120 millones

Energía eléctrica

Central eléctrica del río San Pedro y Termoeléctrica

60 millones para estudios + 140 millones de interconexión

Vías

Carreteras Florencia-Orrapihuasi; Florencia-San Vicente del Caguán; San José de Fragua-Florencia; puentes y otras vías

31.140,38 millones

Educación

Nuevas plazas docentes

200 millones+60 millones para educación ambiental.

Financiación y prestamos

Vivienda, microempresas

Sin datos Exactos.

FUENTE: Acta de acuerdo entre el Gobierno Nacional y los campesinos e indígenas marchistas del Departamento del Caquetá suscrito en la cuidad de Florencia el día 12 de septiembre de 1996.

Del cuadro anterior se puede concluir que las necesidades de los campesinos y marchistas indígenas traspasaron lo coyuntural, pasando hacia todo un plan de desarrollo regional.

La voluntad del Gobierno en el documento expresa de entrada lo siguiente, haciendo prever un feliz desenlace de los hechos:

"La comisión del Gobierno Nacional y la comisión de representantes de los campesinos e indígenas marchistas del Departamento del Caquetá acuerdan que:

Estando plenamente convencidos de la importancia de sustituir y erradicar voluntariamente los cultivos ilícitos, a través de un programa especial dirigido a los pequeños cultivadores y recolectores del Departamento del Caquetá y la Bota Caucana, mediante el esfuerzo conjunto de campesinos, indígenas, jornaleros, las organizaciones que los representan, las ONG´s, el Gobierno y la cooperación internacional, y que se debe implementar un plan de inversión social y agropecuario con sistemas de producción amazónicos sostenibles, en los términos que se detallan en el presente documento…." [163]

De parte de los marchistas, se acuerda inmediatamente cesar la movilización, y regresar a las zonas de procedencia, como lo detalla el documento:

"Los voceros campesinos e indígenas marchistas se comprometen a desmovilizar las marchas y las concentraciones a partir de la firma del presente acuerdo regresando a sus sitios de origen" [164]

Uno de los compromisos suscritos que puede significar una nueva relación y por consiguiente un nuevo actor social que se ganó su representación autónoma en las comisiones de negociación, fueron los raspachines. en el acuerdo se describe:

"Las comisiones identificaron tres tipos de jornaleros recolectores de hoja de coca (raspachines), para darle a cada uno de ellos un tratamiento específico:

Aquellas personas con tradición campesina que por diversas circunstancias terminaron trabajando como raspachines, pero que conservan su vocación campesina y de permanencía en el sector rural…

– Aquellas personas con tradición jornalera agraria, hoy raspachines, quienes han trabajado en diversas áreas agrícolas y en todo el territorio nacional con el carácter de asalariados rurales y que aspiran a continuar viviendo en el sector rural del Departamento

-Raspachines itinerantes o andariegos, en donde se incluyen a los menores de edad…" [165]

Dentro de estos acuerdos no se incluye la reflexión sobre la cultura, en especial sobre la identidad de los pueblos indígenas y su consumo ancestral de la coca. No se hace una valoración hacia la producción de cultivos alternativos, como se realiza en Bolivia y Perú. Solamente se enuncia la peligrosidad, el contenido penal -ilícito, según la ley 30 de 1986-. Mucho menos se acuerda realizar una campaña de sensibilización amplia hacia las otras capas de la población donde se realiza el consumo. Tampoco se menciona, por ejemplo, el papel de las naciones consumidoras en el proceso. Quizá se pueda afirmar que se trata en estos acuerdos de una población que no exige aclaraciones inmediatas, ni discusiones de contenidos. Se elimina entonces la posibilidad de ampliar la base de las discusiones y por ende de las propuestas finales. Sobre este respecto, Eugenio Guerrero nos recuerda:

"Por qué será que en Bolivia y Perú se pueden extraer de la coca cerca de 150 productos lícitos, que van desde gaseosas hasta perfumes, y desde galletas hasta medicamentos?. Porqué será que en Colombia no se puede hacer lo mismo?." [166]

No es de sorprender que los campesinos participantes se hayan quedado con la misma imagen sobre el gobierno, como el que no escucha, el que solo reprime, y lo peor el que engaña a través de sus acuerdos que son poco reales.

Una de estas muestras es la denuncia sobre la implementación de nuevas fumigaciones, rompiendo los acuerdos firmados en las marchas campesinas:

" El Gobierno desconoce los acuerdos y rompe la concertación con las comunidades campesinas e indígenas, al implementar la fumigación en nuestro Departamento, iniciando por los municipios de Solita, Valparaíso, Milán, Montañita y luego se hizo extensiva a otros. No estamos en contra de las fumigaciones para defender al narcotráfico, sino por la defensa del ecosistema de la Región Amazónica y las Comunidades Campesinas. Conscientes del valor intrínseco de la diversidad biológica y de los valores ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos, estéticos y sus componentes; así mismo de su importancia para la evolución y el mantenimiento de los sistemas óptimos para la vida de la biosfera. Tal conservación debe ser interés común de toda la humanidad y responsabilidad del Estado en la preservación de la diversidad y del manejo sostenible de sus recursos biológicos…" [167]

Estos campesinos parecen estar debidamente documentados, al menos al mirar las declaraciones de sus reivindicaciones y proyectos. Su nivel de discurso puede hacer pensar que el viejo pensamiento del campesino como el "iletrado" puede tener sus serias excepciones.

2.3. El regreso hacia las zonas de procedencia.

Una vez terminadas las largas faenas de las marchas que se produjeron entre los meses de mayo a septiembre de 1996, y en acato a los acuerdos firmados, se inicia el regreso, penoso por cierto, hacia las zonas de origen.

Los acuerdos finales se suscribieron entre el Gobierno Nacional representado en el Ministro del Interior, Horacio Serpa Uribe, y una comisión avalada por los campesinos marchistas. El Gobierno se vio representado por la gobernadora del Caquetá María Amparo Ossa Suárez, el Obispo de Florencia Fabián Marulanda López, el director regional del PLANTE Juan Carlos Claros y los representantes a la Cámara por el Caquetá Luis Fernando Almario Rojas y Jorge Olaya Lucena. De parte de los campesinos, esta forma de negociación puede sugerir la debilidad nacional de la representación de la lucha campesina en la actualidad, producto del debilitamiento y atomización de los diferentes gremios del sector. La presencia de la ANUC como organización, por ejemplo fue de intermediaria, o en veces de facilitadora. Similar gestión adelantó la ONIC [Organización Nacional Indígena de Colombia], del lado de los indígenas. Se llegó a este acuerdo luego de superar como se dijo antes, los obstáculos sobre inversiones en vías terciarias y las plazas docentes.

De todas maneras, la aceptación de los acuerdos fue total y la desmovilización se presentó desde el día viernes 13 de septiembre de 1996. El Diario del Huila lo reseña así:

"Mientras los campesinos se comprometen a desmovilizar las marchas y a erradicar y sustituir los cultivos de coca por cultivos lícitos, el Gobierno se compromete en invertir más de diez mil millones de pesos en proyectos de desarrollo agropecuario, obras de infraestructura vial, educación, salud y apoyo a la industria y a la microempresa… se ha calificado este [la movilización] como uno de los conflictos sociales más trascendentales en la historia del Caquetá…" [168]

El día sábado 14 de septiembre, el Presidente Samper hizo presencia en el Departamento del Caquetá y avaló formalmente los acuerdos, y de paso asistió a una misa en memoria de los soldados que perdieron la vida en el ataque a las Delicias [30 de agosto de 1996]. Se refirió a los acuerdos como "El Caquetá en paz y sin coca", y al mismo tiempo invitó a los caqueteños a aprovechar el buen momento a partir de las inversiones sociales que se avecinaban [169]

La larga marcha se inicia. El Gobierno apoya con algunos buses y volquetas, inicia el conteo de la gente de acuerdo a sus comunidades y el balance del caso. La subcomisión de Derechos Humanos y convivencia ciudadana recalca antes de iniciar el retorno que:

"El Gobierno Nacional, sus instituciones, las Fuerzas Armadas, y demás autoridades reiteran sus propósitos de garantizar los Derechos y las pacíficas expresiones de los campesinos marchistas del Caquetá y no promoverá ninguna acción de tipo laboral, administrativo, disciplinario y judicial en contra de estos sus voceros, por la participación en las marchas… Las indemnizaciones a que haya lugar se establecerán en consideración con la ley y a las decisiones jurisdiccionales. Igualmente las investigaciones determinarán los grados de responsabilidad sobre los hechos…" [170]

Reseñan en el mismo documento su preocupación sobre los volantes que las Fuerzas Armadas repartieron entre los campesinos marchantes y habitantes de la zona con el fin de procurar la delación de los impulsores de las marchas. Aquí se reproduce uno de estos volantes. Es pertinente hacer énfasis en la imagen de un individuo ocultando su rostro, con un inmenso sombrero que lo presenta como un ser temible y enigmático. Las imágenes son parte de la estrategia del Plan Conquista, adelantado por las Fuerzas Militares acatando la orden del Gobierno Nacional.

[Volante de Denuncia]

Los campesinos realizan una serie de denuncias acaecidas luego de la marcha, a continuación se transcribe uno de los textos sobre las violaciones a los Derechos Humanos:

"Poco tiempo después de finalizar las movilizaciones campesinas llegó desdichadamente para los habitantes del Departamento del Caquetá, un nuevo factor generador de violencia, sumándose a la presencia de la guerrilla de las Farc, ensombreciendo aún más el ya por sí gris panorama de orden público; las autodenominadas "autodefensa de Córdoba y Urabá " más conocidos como grupos paramilitares; situación que tiene en ascuas a la población civil en general y particularmente dirigentes campesinos, cívicos y comunales…"Los numerosos grupos paramilitares aumentaron su ofensiva contra la guerrilla, perpetrando muchas matanzas deliberadas, masacres y desplazamientos forzados entre los civiles, supuestamente aliados de la guerrilla… Los asesinatos perpetrados por los grupos paramilitares aumentaron de manera notoria, muchas veces la complicidad de soldados o de unidades militares, con el reconocimiento y la aprobación táctica de algunos de los altos oficiales del ejército…" [171]

Paso seguido enuncian la lista de asesinados desde el día 5 de enero de 1997, hasta el 14 de junio de 1998. La lista es larga e incluye el asesinato de algunos de los dirigentes asociados con la organización de las marchas campesinas. La lista completa está disponible como material de denuncia en el texto referido en el pie de página.

Otras de las graves situaciones posmarcha, las constituyen las denuncias presentadas por el Personero de Cartagena del Chairá:

"En Colombia para conseguir la paz se necesita voluntad para sentarse a dialogar y solucionar diferencias y así conseguir la convivencia pacífica. No puede existir Paz cuando se penaliza la protesta popular; no puede haber paz cuando cada día abundan colombianos analfabetas, porque se les ha negado el derecho fundamental del acceso a la educación; no puede haber Paz cuando por la privatización de empresas del Estado lanzan a la calle a miles de trabajadores para que se sumen a la cantidad de colombianos que aguantan hambre; no puede existir Paz cuando a los dirigentes campesinos, cívicos y comunitarios los persiguen con recompensas para capturarlos y posteriormente procesarlos por infinidad de delitos; no puede haber Paz, cuando los organismos del Estado creados para los Derechos Humanos no funcionan y son inoperantes…"

Seguidamente agrega:

"…Ante todos estos hechos no se ha dado ninguna respuesta o ningún resultado contribuyendo así a que la impunidad reine cada día en nuestra querida Colombia; por eso desde ya invito a todo el pueblo de Cartagena y de Colombia a apoyar y respaldar a los organismos no gubernamentales, defensores de los derechos Humanos, como son Amnistía Internacional y otros… La Paz de Colombia no se consigue armando a la población civil, impulsando las Autodefensas o Convivir, ni tampoco la justicia se construye donde no exista la Justicia Social, es importante hacer llegar el clamor al presidente de la República para que de una vez, por todas, inicien los diálogos de Paz con todos los sectores en conflicto" [172]

Al poco tiempo y por los días de la campaña presidencial de 1998, el entonces candidato presidencial y hoy presidente de la República, Andrés Pastrana se entrevista con Manuel Marulanda para comprometerse a proponer un diálogo de paz que iniciaría desde el 7 de enero de 1999.

3.De nuevo al contexto: Últimas reflexiones.

"Al reconocimiento de las múltiples vicisitudes que se presentaron en esta época en donde la FUMIGACIÓN y el arrasamiento de los cultivos de coca como los de pancoger, nos hizo crear la unidad en torno a la problemática social que se extiende en nuestro departamento por el abandono total en el que nos han sumergido, tanto la clase dirigente de la región , como la del país, donde el Estado Centralista, ciego y absoluto en todas sus estructuras, como expresión del colonialismo que aún no ha sido erradicado, en la actualidad se vive con otros personajes, y que los legados españoles siguen siendo esquemas subyugantes y explotadores de los recursos económicos, ahora utilizando el fundamento del neoliberalismo rampante que agota y destruye la economía de nuestras regiones y el país.." [173]

Algunos analistas como Tokatlian, Vargas, Thoumi, Molano, Guerrero, convergen analíticamente en planteamientos como los siguientes:

Por un lado se está atacando el problema de una forma equivocada, descuidando las acciones de control y educación en la masa de consumidores, especialmente de los Estados Unidos, en donde se calcula entre 30 y 40 millones el número de personas consumidoras de drogas "ilícitas". Sumado a la inefectividad de los grandes operativos de persecución que han redundado en sostener unos precios elevados, unas estrategias cada vez más criminales y elaboradas, que hacen aumentar a su vez los presupuestos necesarios para su posible control y eliminación. Además las políticas en materia de lucha antinarcóticos se imparten desde las naciones industrializadas, en un acción casi de "lavado de manos", ocasionando las guerras y persecuciones fuera de sus territorios. Las cifras de muertes violentas en Colombia hablan por si solas. [174]

Por el lado de la discusión sobre la rentabilidad del "lucrativo" negocio de las drogas ilícitas, se tiene que:

"El comercio mundial de las drogas mueve anualmente entre 400 y 500 millones de dólares, que en su gran mayoría circulan en el sistema financiero internacional y en las empresas productoras de precursores químicos. A Colombia tan solo ingresa entre un 2 y 3 por ciento de lo que se queda en los Estados Unidos, en donde está el verdadero negocio del narcotráfico. Mientras en Colombia un kilo de pasta de coca cuesta aproximadamente US 1.500, ese mismo kilo puesto en EE.UU. vale US 25.000 y llevada a la nariz del consumidor puede alcanzar los US 200.000…"

Las cifras pueden cambiar de autor a autor. Sin embargo, la problemática se sigue perpetuando en las zonas de producción y los campesinos del Bajo Caguán pueden certificar que los grandes ingresos nunca se han visto por estos lados, en palabras coloquiales. Se agrede a la masa asalariada, en sus domicilios. Fácil tarea para mostrar resultados dentro de una política dependentista, moralista y criminal hacia las clases bajas en Colombia. La inclemencia desatada en los años de fumigaciones y persecuciones, fueron aunque bastante publicitadas, de muy poca efectividad hacia las ciudades. En el caso de Cali, por ejemplo, la construcción se detiene, los capitales se esfuman, la especulación aumenta y muchas empresas prefieren cerrar o cambiar su domicilio. Recién en los últimos dos años [1999-2001] se ha visto un relativo repunte de las actividades que por tradición ocupan a los habitantes de las clases bajas de Cali: la construcción y el comercio.

En el campo la situación no deja de ser menos dramática, y es la apertura económica de Gaviria la que hace rematar el débil desempeño del sector agrícola en el PIB, aumentando inclusive los índices de importaciones de alimentos propios como los son el maíz, arroz, entre otros. [175]

Por otra parte, se puede afirmar que la influencia decisiva de los Estados Unidos de ubicar un pretexto para seguir su interferencia en las naciones dominadas es evidente. Así lo confirma entre otros, Rosa del Olmo, notable investigadora de este tipo de temas, propone una explicación de lo que acontece desde lo general hacia lo particular:

"La guerra a las drogas -aunque con estrategias muy diferentes- ha sido una constante del gobierno norteamericano a lo largo del siglo veinte. Si bien fue el presidente Richard Nixon el promotor de la actual estrategia, al sostener que la eliminación de la oferta en la fuente de producción en el exterior era la forma de reducir el consumo de drogas dentro de Estados Unidos, sería el presidente Ronald Reagan, quien, por medio de la Directiva Secreta No. 221, firmada en abril de 1986, calificaría formalmente al narcotráfico como amenaza a la seguridad nacional, autorizando a su vez, la participación de las Fuerzas Armadas en el extranjero…" [176]

Similar tesis se detalla en los diarios nacionales que certifican tales textos:

"El tema de los cultivos ilícitos ha pasado hoy al primer lugar de las prioridades del gobierno norteamericano, incluso por encima de la captura de grandes capos del narcotráfico…Según fuentes del gobierno colombiano, desde cuando el presidente Bill Clinton llegó al poder, en materia de lucha antidrogas ya no se habla tanto de poner tras las rejas a los delincuentes o de capturar automóviles cargados de narcotráfico…" [177]

Regresando al lenguaje del conflicto utilizado por Del Olmo, propone como explicación de fondo al tema sobre la lucha contra las drogas dentro de los conflictos de baja intensidad; puesto que, según los análisis, la guerra ahora se ha desplazado de lo militar netamente hacia la opinión pública, en los medios de comunicación, y en el público, especialmente el norteamericano. Sobre los cuales propone:

"Ante todo hay que recordar la definición misma del llamado "Conflicto de Baja Intensidad" cuando señala que "se libra entre una combinación de medios y la utilización de instrumental político, económico, informativo y militar" . Además es necesario señalar la creciente importancia para la Doctrina de los aspectos no militares, es decir la dimensión política, expresada, por ejemplo, en palabras de J. Michael Kelly, subsecretario Adjunto de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, cuando decía "Yo creo que la operación especial más crítica de nuestros días es persuadir al pueblo americano… si podemos ganar esta guerra de ideas, podemos ganar todo lo demás". [178]

Es de notar que puede ser una explicación viable, más cuando en Estados Unidos existe un consenso que hasta el momento es relativamente fuerte que es de no realizar otra guerra similar a la del Vietnam, que desencadenaría el repudio de la comunidad norteamericana. Pareciera simple el tema: se reprime y se realiza una guerra sin colocar ellos los cadáveres, ni a sus bajas, ni sus desplazados y mutilados; eso sí, cuidando al mismo tiempo su intachable reputación ante los organismos internacionales de Derechos Humanos; mientras en los campos, como es el caso del Bajo Caguán, se persigue con una justicia propia de tiempos de guerra, basada en los años del estado de sitio Acorde con lo anterior se cierra la posibilidad de lograr comprender el conflicto al momento de reportar los grandes cocales cuando no se hace el debido contexto sobre sus interpretaciones sociales, culturales y político-económicas; puesto que si se analizan todos estos factores se puede caer en el peligro de ser interpretados como "parte de los auxiliadores del cartel".

Seguramente en un análisis detallado sobre la influencia de los medios de comunicación en este tipo de conflictos se pueda avanzar sobre estos aspectos. Por el momento, se puede incluir la decisiva participación de la parte cultural en el desenlace de los hechos de la Marcha de los campesinos del Bajo Caguán:

"Nosotros sabíamos de lo difícil que era proponer una marcha tan gigantesca. Pero lo hicimos. Las gentes de todas las veredas, caseríos y asentamientos nos apoyaban. Más cuando se les decía que esta marcha era en contra del gobierno, en contra de los gringos, que son los que nos llenan de plagas y enfermedades. En eso sí la gente está de acuerdo: en su sentimiento de no hacerle caso al gobierno que además es corrupto, y menos cuando los que mandan son los de Estados Unidos. Las avionetas, los helicópteros, los dineros para la policía son de ellos… Por eso los colonos, campesinos e indígenas marcharon en una sola voz. Otra cosa fue la pelea por no dejarse morir de hambre y de sed en las marchas. Pero a nivel interno nos sentimos como uno solo. Todos pegamos para un mismo lado. Eso es lo bonito de estas tierras. Todos somos de una raza bravía. Así fue, para que lo vayan sabiendo…" [179]

Es indudable que las expresiones propia de los pueblos, sus esperanzas, su identidad colectiva, forman un amalgama de diversas redes y simbologías que pueden condicionar las especificidades de las marchas en las zonas de colonización: se comparte un ethos de aventura, de liderazgo innato producto de la duras condiciones del espacio físico que se ve reforzado por la escasa presencia del Estado, reforzando con ello un sentimiento latente de inconformidad y acción social .

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