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El sentido de la vida (página 3)

Enviado por MILTHON


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Conclusión

Expuesto el tema sobre el cuestionado sentido de la existencia, o "voluntad de sentido", nos hemos podido dar cuenta que en el hombre de nuestra actualidad están mucho mas latentes estos interrogantes: ¿quién soy yo?, ¿cual es el sentido de la vida?, ¿qué finalidad tiene mi existencia?. Estos y muchos más interrogantes navegan por la mente de hombres que se sienten sin un rumbo, sin una meta, sin un sentido que cumplir.

Pues de hecho todos sabemos que existimos, pero en muchas de las veces no sabemos para qué existimos, ni para qué nos sacrificamos; de esta manera nos sumergimos en el sin sentido de la vida y consideramos un absurdo todo lo que se hace en este mundo; y al mismo tiempo para tapar el problema nos sumergimos en metas, sentidos, objetivos perecederos, que no hacen más que agravar el problema.

Pero ahí mismo en ese mundo inseguro y pantanoso, nace un primer principio o raíz del comienzo de la real y verdadera autenticidad. Y la luz capaz de este gran desafío es el mismo espíritu del hombre.

El hombre es el único ser capaz de perderse en la inautenticidad de la rutina, y del absurdo; pero al mismo tiempo este hombre es poseedor de la suficiente energía como para sacudirse de todas las cadenas, de optar por retomar las riendas de su vida y retornar hacia sí mismo, echando un vistazo introspectivo y analítico del sentido de su propia existencia.

La persona que se preocupa integralmente (de sí mismo y de su entorno) por el sentido de la vida, demuestra una suficiente madurez espiritual que le propiciará la plenitud del significado de su existencia. Pues en todo ser racional consciente de sí mismo está latente esa ansia que le impele a esforzarse por encontrar el fundamento del significado de la propia existencia, o como lo denominó Víktor Frankl "LA VOLUNTAD DE SENTIDO".

De hecho el sentido no se inventa, si no al contrario se descubre, está ahí, enraizado en el propio ser del racional existente (como una ley natural); lo que hace falta es hacerlo aflorar a la conciencia. Pero este sentido no aflora a la conciencia por sí solo, necesita ser estimulado por experiencias, como la muerte del ser querido, las guerras y sus consecuencias desastrosas, la sincera amistad entre amigos, el sacrificio por el bienestar del otro, sin esperar recibir nada a cambio.

Experiencias pregnantes que no son pocas en nuestra actualidad, emergen a la corteza de las vivencias humanas. De esta manera nos damos cuenta que la conciencia es el principal instrumento del sentido; necesitamos saber que somos seres "para" la vida, "para" un fin, o más concretamente, llamados a la existencia para responder a una vocación en la que encontremos la feliz plenitud de la vida.

Actualmente, estamos inmersos en un sin número de problemas; pero dentro de estos problemas, hay uno que está causando confusión, desacierto, inseguridad; nos referimos a la "frustración existencial".

Gracias al desarrollo científico y tecnológico se satisfacen necesidades materiales, pero se ha dejado de lado el aspecto espiritual, motor de la autentica felicidad. Es obvio que no debemos calificar radicalmente a los bienes materiales como fuente de inautenticidad, si no al contrario, lo material debe ser considerado sólo como medio, como un instrumento que ayude a vivir mejor y a alcanzar la plenitud equilibrada de la existencia.

Personas que se han hecho esclavas de sus bienes terrenos, se sienten insatisfechas, quieren tenerlo todo y aún cuando lo obtienen, sienten que en su vida perdura un vacío que no pueden llenar. Y si nos hemos dado cuenta, los jóvenes de nuestra actualidad, son el objeto de estos desequilibrios espirituales, que se manifiestan luego en actos absurdos como: el pandillaje, delincuencia juvenil, promiscuidad, alcoholismo, etc. Buscan ansiosamente el placer y no encuentran más que el vacío, sienten que la vida les es dada sin un fin, sin una meta que cumplir. Interpretan el sacrificio, la responsabilidad como aspectos absurdos que no tienen fundamento.

Muchos científicos de nuestro tiempo han demostrado su especial interés por estos complejos de inferioridad, que inconscientemente van socavando la integridad de la vida del hombre. Se buscan teorías adecuadas que contribuyan eficazmente al tratamiento de estas enfermedades psicógenas-noogenas, enraizadas en el espíritu de los pacientes con graves neurosis.

El psicoanálisis surgió en tiempos de S. Freud y A. Adler, cuando estaban en pleno apogeo la frustración sexual y la frustración por el afán de prestigio; con esto no quiero decir que el psicoanálisis ya no tenga su efecto en pacientes de la era contemporánea, sino que en la actualidad con las nuevas anomalías que han surgido, es necesario aplicar otro tipo de terapias que se adecuen fácilmente a la solución del problema del vacío existencial. Y ahora ya contamos con una nueva teoría denominada "Logoterapia", descubierta por el psicólogo psicoterapeuta Víktor E. Frankl.

La Logoterapia se especializa en el tratamiento de enfermedades de tipo noogeno o espiritual. Pero más que todo, el objetivo de la Logoterapia está centrada en dar sentido y significado a la existencia. Se sugiere que el paciente haga un análisis de su personalidad y acepte sus limitaciones como parte de su ser.

Si reconocemos que somos personas con muchas capacidades y al mismo tiempo con muchas limitaciones, habremos encontrado el equilibrio espiritual-corporal; ya que no somos superhombres capaces de todo, si no sólo criaturas de Dios; y la grandeza de una persona está en saberse reconocer pequeño ante la inmensidad y grandeza de su creador.

Es hora de que nos empecemos a cuestionar por el estado de vida que estamos emprendiendo. Es por un fin absoluto, eterno, lleno de sentido o estamos optando por falsas metas que presenta el mundo, disfrazadas de esperanza y libertad placentera, pero que en el fondo no encierran más que absurdo, sin sentido, vacío existencial, que termina por último en una trágica frustración existencial.

Por eso: "Sacrifícate por obrar conscientemente y con toda libertad, pero procura no confundir tu libertad con el libertinaje, porque así tu obra será un pecado, es decir una ruptura con Dios, consigo mismo, con los otros y con el mismo mundo material". Nuestro terapeuta y pensador V, Frankl lo resumiría también diciendo: "desarrolla todo lo que puedas el sentido de la vida y evita con todas tus fuerzas" la trágica frustración existencial.61

Para terminar quisiera resaltar las palabras que expresó un joven estudiante de media (secundaria) cuando se realizaban los preparativos para la festividad del CORPUS CHRISTI en la ciudad de Trujillo (2004), "hoy las personas buscan ansiosamente un seguro para la vida terrena; pero hoy en día, ya casi nadie se preocupa por el seguro de la vida eterna después de la muerte".

Bibliografía

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THORP, John. El libre albedrío; defensa contra el determinismo neurofisiológico. Barcelona. Edit: Herder, 1985.

 

 

Autor:

Milthon

 

[1] Diccionario Enciclopédico-Océano uno color. Edit. Océano. Barcelona 1997. P. 1700.

[2] Se llaman actos elicitos de la voluntad, a los que realiza ella misma, y actos imperados a los que realiza cualquier otra facultad en tanto que movida por ella misma.

[3] Los actos del entendimiento son imperables por la voluntad.

[4] La explicación y comprensión de la voluntad, aquí expuesta, es la que se puede considerar de la filosofía realista perenne, sintetizada en gran manera por S. Tomás de Aquino, teniendo en cuenta los estudios de Aristóteles y otros autores especialmente S. Agustín.

[5] Este acto de la voluntad comprende tres momentos que son: deliberación, decisión y ejecución.

[6] Las explicaciones de Spinoza y Herbart, por Ejem. Eran ciertamente así, de un intelectualismo racionalista preempírico; pero no se puede decir lo mismo de todos los filósofos: la filosofía realista ha cultivado una Psicología filosófica que siempre ha tenido que ser empírica al mismo tiempo.

[7] Otto Stern (1888-1970). Es un físico de origen alemán, nacionalizado Norte Americano. Premio Nóbel de Física en 1943 por sus estudios sobre las propiedades magnéticas de los átomos y la materialización de los fotones.

[8] Las ganas van y vienen sin que el sujeto pueda siempre provocarlas de manera inmediata.

[9] Cualquiera que sea la hipótesis o corriente psicológica que lo sustente.

[10] DORSCH, Friedrich. Diccionario de Psicología. Edit. Herder Barcelona 1976. P. 726.

[11] BENZO MESTRE, Miguel. “Sobre el sentido de la vida”. Edit. Biblioteca de autores peruanos. Edic. 4ª. Madrid 1975. PP. 3-9.

[12] Esta sugestión equivale a la pregunta por el sentido de la vida o por la naturaleza de la felicidad.

[13] Freud fue el primero en emprender esa investigación con los métodos experimentales y sistemáticos de la ciencia moderna. Intentos que han sido continuados por ejemplo: los positivistas modernos, por el Marx juvenil, por Freud, Sartre y algunos psicoanalistas contemporáneos.

[14] DORSCH, Friedrich. Diccionario de Psicología. P. 450.

[15] No intentaré exponer aquí un análisis general de esas dos maneras de pensar, sino investigar únicamente sí y cómo funcionan en el caso de la decisión libre.

[16] THORP, Jhon. El libre albedrío. Defensa contra el determinismo neurofisiológico. Edit. Herder Barcelona 1985. P. 19.

[17] DORSCH, Friedrich. Diccionario de Psicología. P. 706.

[18] PUNA SUCH. Diccionario enciclopédico Labor. Edit. Labor, tomo VII Barcelona 1971. P. 212.

[19] Gran Enciclopedia. Rialp Ger. Edit. Rialp, tomo XX. Madrid 1979. PP. 146-156.

[20] Condición de la voluntad que se rige por imperativos que están fuera de ella misma.

[21] La responsabilidad entendida así, se la entiende como fuera de todo condicionamiento u obligación de toda índole; el hombre se rige por su misma voluntad consiente, que le empuja a obrar con libertad y a ser responsable de todos los actos que se le imputen.

[22] BAUNGARTNER WILD, Krigs. Conceptos fundamentales de filosofía; tomo III. Edit. Herder. Barcelona 1979. PP. 313-324.

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