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Características fisiológicas de los ejercicios físicos (página 2)


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Cuando se realizan trabajos físicos intensos se puede registrar una aguda disminución de la actividad de los riñones. La diuresis merma en tal medida que puede aparecer una interrupción temporal de las funciones de las células renales; la eliminación de los productos finales del metabolismo se realiza, en volúmenes conocidos, mediante la sudoración.

La intensificación de la actividad de las glándulas sudoríparas y, en correspondencia con ello, el incremento de la cantidad de sudor que se segrega tiene como fin principal la eliminación de calor.

Es frecuente, sin embargo, que la eliminación de calor sea menor que lo que se produce en el organismo, lo que conduce al incremento de la temperatura corporal. Bajo la influencia de un intenso y prolongado trabajo físico, la temperatura del cuerpo se eleva significativamente, de manera particular cuando la actividad se desarrolla en condiciones ambientales cálidas.

El trabajo muscular, si es intenso y prolongado, interrumpe la acostumbrada estabilidad del medio interno del organismo. Además de la elevación de la temperatura, se observan cambios en la composición de la sangre y en su presión osmótica. Estos cambios aparecen cuando la demanda de oxígeno no se corresponde adecuadamente por el sistema de suministro, lo que motiva que en el organismo se acumulen sustancias ácidas.

La adaptación del deportista a las modificaciones del medio interno del organismo, constituye una condición de primer orden para el incremento del nivel de entrenamiento, de manera que la resistencia del deportista a las grandes cargas está definida no sólo por la capacidad del organismo para mantener su estabilidad (homeostasis), sino también por su capacidad para soportar los cambios que se manifiestan en su medio interno.

Por estas razones el desarrollo del nivel de entrenamiento encierra, en sí mismo, un proceso natural de mucha complejidad, caracterizado por cambios que son regulados durante la realización de la propia actividad física.

El funcionamiento de los mecanismos de control nervioso de los movimientos, y de la contracción muscular propiamente dicha, solo resulta posible ante la presencia de energía. La misma aparece como resultado de la síntesis del ácido adenosin trifosfórico (ATP) que la aporta al descomponerse en ácido adenosin difosfórico y fósforo.

En dependencia de la intensidad y duración del trabajo físico que se desarrolla, los procesos metabólicos encargados de garantizar el aporte de ATP se pueden encontrar en los campos aerobio o anaeróbio, en dependencia de la presencia directa o indirecta del oxigeno en el desenvolvimiento de los mismos.

De lo anterior se desprende la importancia de abordar el funcionamiento del sistema encargado del suministro de oxigeno a los tejidos, a partir de la integración de los subsistemas sanguíneo, cardiovascular y respiratorio y que, en esencia, constituyen la parte vegetativa indispensable para asegurar la acción motora.

Resulta lógico pensar que el acto contráctil implica un sustancial incremento de la demanda de oxigeno en la estructura orgánica que realiza la acción, con el objetivo de responder en la mayor medida posible a las exigencias de la oxidación aerobia de los sustratos. En este caso, las sustancias que se someten al proceso oxidativo son la glucosa, los ácidos grasos y, en una medida mucho menos importante, los aminoácidos.

Los músculos pueden obtener energía para su actividad también por vía anaerobia, pero ese camino, siempre que resulte posible, se limita al máximo por dos razones básicas: la primera, porque solo se pueden emplear reservas de glucosa y, la segunda, por la pequeña cantidad de ATP que se logra obtener por esa vía. Además, el mecanismo anaerobio se acompaña de la acumulación de ácido láctico y ácido pirúbico, lo que obliga al organismo a resintetizarlo utilizando oxigeno, proceso que, como regla, se cumple al finalizar el trabajo.

De acuerdo con lo señalado, tanto durante el esfuerzo físico como en momentos posteriores a su finalización, se observa un incremento de la demanda de oxigeno total, que está determinado por la intensidad del trabajo que se realice.

Tanto en condiciones de reposo como cuando se enfrenta la realización de esfuerzos físicos de potencia moderada, la energía indispensable para su ejecución se obtiene casi por completo por mecanismos aerobios.

Considerando que por esta vía es posible alcanzar el máximo rendimiento energético, resulta compresible que la fibra muscular trate de incorporar la mayor cantidad de oxigeno posible. Para cumplir dicho objetivo en el organismo se desarrollan cambios funcionales, cardiovasculares y respiratorios, que deben entenderse como reacciones de adaptación, así como importantes procesos locales, dirigidos a suministrar al tejido en actividad la mayor cantidad de oxigeno posible.

No obstante, cuando la potencia del trabajo se incrementa, el músculo está obligado a obtener la energía sin utilizar oxígeno, es decir, por vía anaerobia, aún cuando este mecanismo es mucho menos eficiente y cuando se trata del empleo directo de sustancias macroenergéticas fosforiladas por la fibra muscular.

Es necesario entender que los momentos iniciales de cualquier trabajo físico debe ser enfrentados con recursos energéticos obtenidos por mecanismos anaerobios, ya que los mecanismos aerobios necesitan de un tiempo relativamente largo para adoptar la energía que se requiere. Este proceso energético inicial se desarrolla a partir de la utilización de ATP y CrP,(ácido adenosin trifosfórico y creatin fosfato), que permite la obtención inmediata de energía y no generan la acumulación de sustancias ácidas, lo que justifica su denominación de mecanismo energético anaerobio alactácido. El inconveniente fundamental de esta vía de obtención de energía radica en las limitadas cantidades de ATP y CrP disponibles en el organismo, lo que impide mantener por un tiempo prolongado la realización del trabajo.

En correspondencia con ello, cuando las necesidades energéticas planteadas por el esfuerzo físico que se realiza, sobrepasan la capacidad de oxidación directa de substratos, el organismo esta obligado a buscar energía por vía anaerobia, pero como el mecanismo alactácido puede ser empleado por un tiempo muy breve, resulta indispensable recurrir al mecanismo anaerobio lactácido, es decir a la glucólisis anaerobia, que en esencia consiste en la ruptura de glucosa sin la presencia del oxígeno, lo que permite obtener ATP pero se acompaña de formación de ácido láctico. La necesidad de recurrir al mecanismo anaerobio lactácido puede estar determinada, además, por la intensidad de la contracción muscular, que cuando sobrepasa determinado nivel supera los valores de la tensión arterial e impide la adecuada circulación por la región que realiza el trabajo, por lo que el músculo no tiene otra opción energética que la glucólisis anaerobia.

La glucosa empleada para los fines señalados procede, inicialmente de las reservas de glucógeno muscular localizadas en las fibras que intervienen en el trabajo.

Como tendencia, el organismo prefiere emplear mecanismos energéticos aerobios con el objetivo de garantizar mayor eficiencia en la oxidación de los substratos. Sólo utiliza la energética lactácida cuando no dispone de otra alternativa, pero siempre limitándolo al mínimo indispensable.

De acuerdo con la señalado, salvo en los momentos iniciales de la actividad, el componente energético del esfuerzo tiene un carácter mixto, con predominio aeróbio o anaerobio según las particularidades de la intensidad del trabajo.

Cuando la intensidad del trabajo es muy elevada aparece una diferencia sustancial entre las necesidades energéticas de los músculos y la capacidad orgánica de suministrar oxígeno y, en este caso, predomina el componente anaerobio lactácido, aunque de manera paralela se trate de emplear la oxidación aerobia en la mayor medida posible.

Los esfuerzos prolongados, que se caracterizan por una intensidad relativamente abaja, deben ser considerados plenamente aerobios. Como ya sea indicado, los momentos iniciales del trabajo se cumplen en condiciones anaerobias. Al extenderse la actividad aparece un componente anaerobio que gana importancia en la medida en que el esfuerzo genera un acercamiento al nivel del máximo consumo deoxígeno.

La relación funcional que se ha señalado entre los mecanismos energéticos aerobios y anaerobios permite considerar que existe un momento en que se desarrolla un cambio en el predominio de una vía energética sobre otra, es decir, el punto en que la energética anaerobia ocupa el primer lugar en el aporte de energía. Este momento se denomina umbral de metabolismo anaerobio (UMAN) también calificado como frontera de la resistencia.

En la medida en que el organismo posea un mayor nivel de entrenamiento su capacidad para garantizar el suministro de energía por vía aerobia será mayor y por tanto la aparición del UMAN se presentará más tarde. Esto quiere decir que es un indicador de gran utilidad para controlar la efectividad de las cargas de entrenamiento, toda vez que puede ser utilizado como punto de referencia para conocer el comportamiento del organismo ante la realización del esfuerzo.

Lo anterior se fundamenta en que el UMAN tipifica la potencia del trabajo ante la cual aparece un componente anaerobio lo suficientemente alto como para provocar incrementos en la concentración de lactado en sangre, y que puede ser expresado en una relación porcentual sobre el valor del máximo consumo de oxígeno.

Teniendo en cuenta lo expresado anteriormente, en el entrenamiento se aplica la determinación del UMAN con el objetivo de establecer la zona ideal de aplicación de cargas de trabajo para provocar incrementos sustanciales de la capacidad de trabajo. Prácticamente esto consiste en lo siguiente:

· Se determina el momento de la aparición de UMAN.

· Se establece la relación del UMAN con la frecuencia del trabajo cardiaco.

· Al valor de este último indicador se le resta veinte pulsaciones y la franja que se localiza entre las dos cifras indica la zona aerobia-anaerobia.

Esta zona se determina también zona mixta. Cuando el incremento de la frecuencia de trabajo cardiaco se localiza cerca del límite inferior de la zona, el esfuerzo se desarrolla fundamentalmente con recurso energéticos aerobios. Si el trabajo, por el contrario, provoca un incremento de la frecuencia del trabajo cardiaco próximo al límite superior de la zona, entonces la energía se aporta por medio de mecanismos básicamente anaerobios.

Atendiendo a los intereses concretos del entrenamiento se planifica la intensidad de las cargas, teniendo en cuenta que la frecuencia del trabajo cardiaco se ubique en un punto de la zona mixta que resulte el más adecuado a los intereses energéticos deseados.

En tanto que el suministro de oxígeno constituye un elemento cardinal en la definición de la capacidad de trabajo física, conviene analizar el comportamiento de las principales funciones vegetativas que integran el sistema de suministro del gas a los tejidos.

El sistema del fosfágeno es el que utiliza el músculo para obtener oleadas bruscas de energía en unos pocos segundos, mientras que el sistema aerobio es necesario para la actividad prolongada del deportista. En medio de ambas está el sistema del glucógeno-ácido láctico, que es especialmente importante para obtener potencias suplementarias en las distancias intermedias, como en las carreras de los 200 a los 800 metros.

¿En qué clases de deportes se utilizan los diversos sistemas de energía?

Teniendo en cuenta la resistencia y duración de la actividad deportiva, se puede calcular con mucha aproximación cuál de los sistemas de energía se utilizan, EJ.

Sistema del fosfágeno casi por completo:

-Carrera de 100m

-Salto

-Halterofilia

-Submarinismo

Sistema del fosfágeno y del glucógeno-ácido láctico:

-Carrera de 200m

-Baloncesto

-Carrera completa del beisbol

Sistema del glucógeno ácido-láctico, principalmente:

-Carrera de 400m

Natación 100m

-Tenis

Sistema del glucógeno-ácido láctico y sistema aerobio:

-Carrera de 800m

-Natación 200m

-Patinaje 1500m

-Boxeo

-Remo 2000m

-Carera 1500m

-Carera 1 milla

-Natación 400m

Sistema aerobio:

-Patinagje 10 000m

-Carera de maratón- 42km

-Carrera con saltos

CONCLUSIONES.

Conocer las características y utilización de los ejercicios físicos constituye un eslabón importante en la cadena del conocimiento sobre la actividad física y específicamente sobre el ejercicio físico

BIBLIOGRAFÍA

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Autor

Lic y MSc Carlos Luis García Gutiérrez.

Centro laboral: Facultad de Ciencias Médicas, filial Oeste de la Habana

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