Aspectos normativos de la diversidad cultural y el balance y perspectivas del pluralismo jurídico en México
Enviado por marisela cifuentes
I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Los derechos de los pueblos indígenas han sido motivo de tratamiento por todos los sectores sociales. El mayor interés se ha despertado, sin duda alguna, en las últimas décadas. Fueron la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo quienes iniciaron esta cruzada. Los instrumentos internacionales han sido conscientes de la problemática de este grupo vulnerable y han plasmado sus postulados con base en la necesidad del respeto a las culturas, formas de vida, de organización, instituciones y tradiciones de los pueblos y comunidades. Con la influencia internacional, se ha permeado en nuestro país el criterio de que resulta impostergable implementar mecanismos jurídicos adecuados que eliminen toda forma de discriminación e intolerancia y se promueva la participación de estos grupos como beneficiarios del desarrollo económico, político, jurídico, social y cultural del país.
No obstante que el influjo de estos instrumentos trajo consigo el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas de México, a fin de ser congruentes con la realidad nacional sobre la composición pluriétnica, y por ende, pluricultural del pueblo mexicano; la nueva política Indígenista no ha sido capaz de garantizar los derechos de estos grupos a su diversidad jurídica y cultural.
El reto de la ciencia jurídica consiste en establecer los mecanismos idóneos que impacten en el reconocimiento de los sistemas normativos indígenas y una nueva relación entre éstos y el sistema positivo mexicano que permita su eficacia y potenciación a fin de construir un Estado nación pluricultural.
II. DIVERSIDAD CULTURAL
A) CONCEPTO.
Lo diverso se percibe a menudo como dispar, lo que contradice a lo uniforme y homogéneo. En su sentido original y literal la diversidad cultural bien puede referirse entonces simplemente a una variación, un modo diverso y contrastante.
Desde luego, hoy en día, esta visión está superada, ya que la diversidad cultural alude más como concepto a una relación social y las formas de articulación de los grupos cuya conciencia de identidad se finca en aspectos culturales[1], y que no son opuestos a la homogeneidad, ya que cuentan con diálogos y valores compartidos. Más bien el concepto de diversidad cultural va más lejos, en el sentido de que considera la multiplicidad de las culturas en una perspectiva sistémica donde cada cultura se desarrolla y evoluciona en contacto con otras, es decir, es un pluralismo dinámico.
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