- Hipótesis de los posibles puntos de vista por donde abordar originalmente el Martín Fierro
- Conclusión
1) José Hernández escribe su famosa obra El gaucho Martín Fierro en una época en la que Buenos Aires estaba viviendo un período de progreso, de crecimiento, europisismo y yanquisismo nacional. La clase social gaucha estaba, para ese entonces, condenada a muerte por la falta de compasión de los gobiernos llamados "civilizados y cultos", cuyas ideologías principales fueron Mitre y Sarmiento. Luego de la batalla de Pavón, en 1861, se imponen los ideales civilizadores de los liberales porteños. Asume al poder Mitre, y se comenzó a luchar contra los montoneros en el interior y contra los indígenas en la frontera. Es bajo el gobierno de éste último cuando más fuerte, perseguido y aniquilado es el gaucho.
Lo sucede Sarmiento, y se produce la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay. Se alían Brasil, Argentina y Uruguay, con apoyo de Gran Bretaña. Esta guerra produjo una grave crisis económica y social. Los gauchos deben pelear en la frontera, y hacen una transformación de hombre libre a peón asalariado de terratenientes. Para acabar con este tipo de población, la cual era considerada como un impedimento para el progreso nacional, se la llevó a la frontera para que luchen con los indios donde sufrirían los más crueles castigos.
Si bien muchos gauchos se resistían a ser llevados, se los convencía diciéndoles que alejar a los indios de las tierras del país favorecía a toda la República, aunque a los gauchos nunca se les otorgó beneficio alguno por su contribución. Surge, entonces, otra problemática a resolver que es la baja densidad demográfica, causada por la muerte de los gauchos e indios durante sus luchas en la frontera. Para esto se implementó una política inmigratoria de puertas abiertas, con el objetivo de que las élites más altas y, por lo tanto, cultas poblaran el país. Los liberales, con sus ideas formadas de la política romántica, tuvieron como meta eliminar la barbarie (gauchos) y civilizar el país, poniéndolo al nivel de las naciones avanzadas del momento. Sus vidas, que hasta ese momento se basaban en la tradicional, en la simplicidad criolla, fueron dejadas de lado al elegir la forma de vida europea. El lujo es parte de la cotidianidad porteña.
Hernández, quien fue considerado el más grande cultor de la poesía gauchesca, busca reflejar la dura realidad a la que debían enfrentarse los gauchos. Él ya había expuesto sus ideas políticas y sociales, sobre todo en defensa de los gauchos y contra la persecución de autoridades y los contingentes de frontera en el diario que él mismo fundó en 1869 al cual llamó El Río de la Plata. Con el mismo objetivo escribe y publica las dos partes de Martín Fierro. En estas nos presenta al gaucho del mismo nombre, quien nos va a contar con sincera nostalgia la vida feliz que antaño llevaba en la pampa y la inicia con un auténtico rapsoda del pueblo al que van destinadas sus cuitas y lamentos: "Aquí me pongo a cantar / al compás de la vigüela…" Así comienza el relato de su pasado, en el cual Fierro tenía todo lo necesario para vivir bien: esposa, hijos y un rancho. Recuerda las jugadas que se armaban cuando se reunían para ayudar a los peones. Añora la carne con cuero, la sabrosa carbonada, la mazamorra bien pisada, los pasteles y el buen vino. Era una delicia ver como el gaucho pasaba sus días: antes éste vivía con seguridad, pero lo que ahora vive es una barbaridad.
A partir de entonces asistimos a la vida miserable que sufre nuestro protagonista en su nuevo destino. En una estrofa clave de la obra, Hernández construye el problema clave del ser gaucho cuando Fierro canta:
El andaba siempre juyendo,
Siempre pobre y perseguido,
No tiene cueva ni nido
Como si juera maldito;
Porque el ser gaucho… !barajo!,
El ser gaucho es un delito.
Página siguiente |