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Cultivo de cardiomiocitos humanos en terapia celular para el tratamiento de cardiomiopatía isquémica


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Objetivos
    3. Ubicación del problema a investigar
    4. Hipótesis
    5. Marco teórico
    6. Los Cultivos Celulares
    7. Cultivo Celular de Células Cardiacas
    8. Bibliografía

    Resumen

    El empleo de células madre embrionarias, para el tratamiento de cardiomiopatías es una de las herramientas mas usadas en la actualidad, pero debido a las dificultades que se presentan para trabajar con ellas como lo es la obtención de embriones fecundados, se busca desarrollar técnicas que permitan tratar estas enfermedades de manera efectiva y con menos problemas, así la técnica de cultivo de cardiomiocitos se convierte en la mejor opción para el tratamiento de este tipo de patologías. En este caso se utilizaran células cardiacas (cardiomiocitos) para la elaboración de cultivos celulares en condiciones adecuadas para evaluar la viabilidad de estas células y así tenerlas como posible tratamiento para cardiomiopatías isquémicas en humanos.

    Introducción

    Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad en los países desarrollados. Concretamente, sólo en Colombia se diagnostican 250 nuevos IAM (Infarto Agudo de Miocardio) por cada 100.000 habitantes y año lo que hace de esta enfermedad un problema de salud pública muy importante. La insuficiencia cardiaca (IC) es la principal consecuencia clínica de la cardiopatía hipertensiva, isquémica o idiopática, y se debe a la disfunción de las células musculares cardíacas o cardiomiocitos (Cohn et al., 1997). La ausencia de células madre cardíacas así como la incapacidad de los cardiomiocitos de replicarse y regenerar las células destruidas constituyen las bases anatomopatológicas de la IC.

    El tratamiento médico ha mejorado significativamente la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardíaca (Cohn, 1996). Sin embargo, la única alternativa terapéutica curativa para la IC grave es el trasplante cardíaco, que conlleva un elevado coste económico y una morbilidad importante. Por todo ello resulta evidente la necesidad de desarrollar nuevas estrategias terapéuticas que permitan una aproximación mas fisiológica, segura, económica y menos agresiva para el tratamiento de la IC. En los últimos años se han desarrollado nuevas estrategias dirigidas a estimular la regeneración del músculo cardíaco o a su sustitución por células con capacidad miogénica (Kessler and Byrne, 1999).

    Los cardiomiocitos se generan a partir de un precursor celular que se divide y da lugar a grupos de células del mismo tipo. Durante la vida fetal, estas células empiezan a diferenciarse y aparecen en su citoplasma las miofibrillas contráctiles. Estos cardiomiocitos fetales contráctiles conservan todavía la capacidad de dividirse a pesar de encontrarse en un estado diferenciado y, en el caso de los seres humanos, esta capacidad se mantiene hasta los 3-4 meses de vida posnatal (Zak, 1994). En general, se supone que a los pocos meses del nacimiento ya poseemos el número máximo de miocitos cardíacos que podemos llegar a tener, y que a partir de este momento las células que se pierdan ya no van a poder ser reemplazadas, lo que conduce a una disminución progresiva de su número hasta la muerte. Éste es el modelo de crecimiento que se ha considerado válido para las células musculares cardíacas y para las neuronas del sistema nervioso central. Por el contrario, el resto de las células del organismo conservan la capacidad de dividirse después de haber alcanzado un estado estacionario diferenciado.

    En diversas opiniones este concepto del corazón como órgano no regenerativo está basado en observaciones superficiales y no está de acuerdo con los datos recientemente obtenidos en animales experimentales y en humanos. Estos resultados demuestran que el corazón es un órgano en regeneración continua que aumenta la producción de nuevas células musculares en respuesta a diferentes estímulos fisiológicos y patológicos (Anversa et al 1996). Esta capacidad regenerativa ofrece nuevas oportunidades para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca.

    Los cultivos celulares se han evidenciado como un buen modelo experimental, ya que permiten reproducir in vitro de una manera semejante las condiciones que las células tienen in vivo. Aunque para su realización presentan algunos problemas técnicos, creemos que, en muchos aspectos, son más útiles que los modelos de experimentación animal. Por ello, progresivamente se ha generalizado su uso en diversas disciplinas biomédicas (Cofan et al 1992).

    La obtención de cardiomiocitos sanos de pacientes con cardiomiopatías isquémicas, para cultivo celular nos da una herramienta muy importante para realizar trasplante celular en estos pacientes con el objetivo de que se produzca la regeneración de tejido muerto, evitando así problemas como es el rechazo u otras afecciones cardiacas asociadas.

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