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El amor de los conquistadores (página 2)


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Ahí no acabó todo. Me contaba que Martín Loyola y la Ñusta salían del cuadro por las noches, y le pedían en nombre de Dios que se casara contigo. Encima de eso llegó a sus manos el libro del Amor de los Conquistadores. Vio tu pintura y tu fotografía en el reverso. Cuando leyó sobre nosotros, se acordó más de ti y un poco de mi persona.

_Con frecuencia suele repetir:_Mi novio Neko tiene que venir al convento. Si no viene me mato. Si se enteran aquí de mi noviazgo secreto me expulsan del convento, y por esa desgracia también me puedo matar.

_¿Qué se puede hacer Neko?_Fue la interrogante melancólica de Angela.

_Tenemos que evitar que ella se suicide_Propuse impedir la desgracia.

Futuras soluciones planteamos ante el delicado problema. Angela aparentemente cambió el tema de conversación_¿Tú que estás haciendo ahora?

_Yo. Buscando trabajo. Me gasté toda mi plata en el Cusco. Otra vez me despidieron de los colegios y las academias porque enseñaba lo que me gustaba y no lo que debería enseñar. No puedo con mi genio. Ahorré y me fui al Cusco para ver la pintura de Martín Loyola. Sucedió la desgracia de Esperanza y ahora de vuelta sin ningún sol.

_¿Por qué no presentas tu currículum en el colegio y en el instituto pedagógico de las Clarisas? Ahí la volverías a ver a Bony. Ella es una alumna informal ahí. Además los centros de estudio se encuentran al costado del convento. Se comunican mediante una puerta. Creo que es una buena oportunidad para aprovecharla.

Angela presentó a Neko a la madre superiora, que era la directora del colegio y del instituto. Meses después tuvo la suerte de ganar el concurso de aspirantes a profesores. Lo mejor de todo era que la superiora admiraba sus clases y le daba toda la libertad posible para poder enseñar. Bony fue una alumna libre en las asignaturas de religión e historia del arte sagrado. Se portaba bien en su clase. Manifestaba inteligencia y cultura.

Neko tenía la confianza de todas las religiosas. Llegó a conocer la celda de Bony. Por ser un convento secular, y no regular, sus relaciones humanas con las hermanas eran más informales. A tal punto que obtuvo el permiso de la superiora, avalado por el siquiatra, para dar clases particulares a Bony en su propia celda. Este recinto se convirtió en un nuevo atellier, donde ella aprendió realmente a pintar. Sus pinturas salían de los sueños que le contaba a su profesor. Bony y Angela modelaban para Neko. El también para ellas. El convento se convirtió para el maestro en su segundo hogar.

Neko y Bony fueron los novios secretos del convento, pero sin ninguna manifestación amorosa de un noviazgo. A ella le gustaba sentirse novia, aunque no lo fuese en la realidad. Solamente gustaban de la fonación de esa palabra. Bony, en su demencia, se asustaba con los carinitos típicos de una pareja. El trauma vino cuando un paciente del Larco Herrera trató de besarla y abrazarla.

Bony tenía el corazón de una novia amiga. Neko el de un humano compadecido.

Finalmente Bony no pudo esperar más. Ya quería matrimonio. Angela la convenció para que se casase en una pequeña y desconocida capilla, porque si se casaban en una iglesia sobresaliente, se podía enterar la superiora y esto significaría la expulsión de la congregación. Además, lo más fatal sería, lo que podía pasar con el profesor.

Neko alquiló el vestido de novia. Los padres de los novios fueron los padrinos. Se casaron en el atellier de la casa de él. Este estaba implementado con un altar e imágenes religiosas. En ese nidito de amor el sacerdote impartió el romántico sacramento. Los familiares de los novios que no pudieron entrar a la capilla, por razones de espacio, se sentaron en unas blancas largas que se encontraban en la azotea. Después de la ceremonia, el arroz y los aplausos, bajaron a la sala de la casa del novio para disfrutar de un ágape y de una fiestesita.

A la seis de la tarde los novios, con sus respectivas familias, se encaminaron hacia el Parque central de Miraflores. Con Angela habían planeado tomar un taxi, después del paseo por la carreta, rumbo al convento donde ella entraría con la sotana.El vestido de novia se quedó como tantos recuerdos alquilados de las vitrinas nupciales.

Hicieron la parodia de salir de la iglesia de la Virgen milagrosa. Se pasaron en el cabriolet connubial jalado por los caballos. La mamá de la novia lloraba tristemente. Las familias aplaudían, aclamaban y tiraban el arroz. En el momento que exclamaron:

_¡Que vivan los novios!

Ella preguntó:_¿Quién ellos o nosotros?_señalando el cuadro del Amor de los conquistadores, que se encontraba en el espaldar del cabriolet.

Neko retornó a su hogar, quiso descansar de la apasionada aventura, hojeando un viejo texto de historia del Perú, pero su descanso se vio convulsionado cuando leyó que el Virrey Toledo en 1,572 hizo que la princesa Beatriz Coya , sobrina de Tupac Amaru I, príncipe rebelde ejecutado por el Virrey, e hija de Sayri Tupac, sucesor del príncipe incaico, se casara con el Capitán Loyola que había apresado al mismo Inka. El Virrey autorizó a Loyola a que pusiera en su escudo dibujada la cabeza cortada del Inka, tío de su mujer.

Meses después Bony fue envenenada en el convento.

Dedico este libro a mi Padre:Jorge Augusto Cornejo Orellana. Augusto

como su nombre. El me elevó, desde niño, a las categorías intelectuales

Que la sabiduría divina le deparó en su existencia.

El, para mí, es una historia viviente, como también lo son mis colegas

profesores, alumnos, amistades intelectuales y amistades bibliográficas,

que son los libros, a quienes también dedico este libro.

El Autor.

 

 

Autor:

Nelson Nataniel Cornejo Jones.

Seudónimo: El Neko.

 

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