La ley del valor de Marx. Dinero, moneda y finanzas
Enviado por Francisco Umpiérrez Sánchez
- A modo de introducción
- El dinero
- Funciones del dinero
- El dinero como medio de circulación y el dinero como capital
- La transformación del dinero en capital
- El capital productor de interés
- Las sociedades anónimas y las acciones
- A modo de conclusión
Rebelión (http://www.rebelion.org/)
A modo de introducción
El mercado financiero es el mundo de los bancos, de los créditos, de las hipotecas, de los pagarés, de las cuentas corrientes, etcétera. También es el mundo de la bolsa, de las acciones, de la deuda pública y en general de los títulos de valor. E igualmente es el mundo de los ahorradores y de los inversores, de las oligarquías financieras y de los enriquecimientos súbitos y desproporcionados. Es, por último, el mundo del dinero y de los intereses. Con la regionalización y globalización de las economías la oportunidad de captar ingentes ahorros para hacer inversiones lucrativas se ha multiplicado por mil. De ahí que también se haya multiplicado por mil la oportunidad de enriquecerse de manera desproporcionada. La izquierda radical no debe de estar en contra de todos estos mecanismos económicos, que son fruto de la evolución de las formas mercantiles, pero si debe de estar en contra de que estos mecanismos se empleen para que unos pocos se enriquezcan a costa del empobrecimiento de los muchos. Les pongo un ejemplo. Recientemente hemos tenido noticia de que Emilio Botín, director del Banco Santander Central Hispano, pagó a dos altos cargos la cantidad de 150 millones de euros en concepto de jubilación.
Si suponemos que un obrero medio gana al año 15.000 euros, los 150 millones de euros equivalen al trabajo de 10.000 trabajadores durante 1 año. No cabe duda de que esa libertad mercantil que tienen los consejos de administración de las grandes empresas para jubilar a sus altos cargos con cuantías tan elevadas, supone la apropiación descarada de ingentes cantidades de trabajo ajeno. Hay que verlo así de claro: para pagar a esos dos altos cargos es necesario el trabajo de 10.000 trabajadores durante 1 año o el trabajo de 3.571.000 trabajadores durante un día. Decía Frey Betto, en un reciente artículo publicado en Rebelión, que las izquierdas deben estar unidas en torno a los derechos de los pobres. Estoy totalmente de acuerdo con esta premisa para la unidad de las izquierdas. Pero los derechos de los pobres no pueden ser defendidos si al tiempo no se lucha contra el derecho de las oligarquías financieras de apropiarse de cantidades ingentes de trabajo ajeno.
El dinero
La economía convencional razona más o menos así: "Pensemos que no existiera el dinero, que todos tuviéramos que intercambiar mercancías por mercancías. Nos encontraríamos entonces en la época del trueque directo. Supongamos ahora la existencia de un agricultor que produce manzanas. Como no existe el dinero todo lo tiene que comprar por medio de manzanas. Imaginemos ahora que quiere comprarse un coche. Como el coche vale doce mil euros y el kilo de manzana 1 euro, el agricultor debe entregarle al vendedor dos toneladas de manzanas a cambio del coche. Piensen ustedes qué puede hacer ahora el vendedor de coches con dos toneladas de manzanas. Y así ocurriría con todo, el transporte y el almacenamiento de los medios de pago serían muy costosos, pues toda mercancía sería medio de pago. Y la posibilidad de desprenderse de todos los medios de pagos acumulados en manos de los vendedores, como ocurría con el vendedor de coches, sería mínima. Es decir, la economía sería un tremendo desastre. De ahí que con la introducción del dinero, un medio de cambio manejable, transportable, divisible y almacenable, todos esos problemas quedaran solucionados. Por lo tanto, el dinero es un gran invento de los hombres mediante el cual se hace posible el intercambio de bienes. Si no existiera el dinero, muchos intercambios de mercancías no podrían realizarse, y así la economía se iría al garete". Reconoce también la economía convencional que en un tiempo el dinero era mercancía (ganado, aceite de oliva, cobre, hierro, plata, oro, etcétera), pero desde ese entonces hasta la llegada del dinero-papel no ve un largo proceso de evolución, sino que de golpe, como obra de una invención o ocurrencia, se pasó del trueque directo a la circulación de mercancías mediante el dinero.
Marx procede en este terreno de modo distinto. Cuando analiza el trueque directo de mercancías descubre el dinero en forma germinal. Supongamos que se intercambian dos kilos de trigo por 1 metro de seda. Si preguntáramos cuánto cuestan los dos kilos de trigo, responderíamos que 1 metro de seda. Por lo tanto, en la relación de intercambio las dos mercancías no desempeñan el mismo papel: los dos kilos de trigo, que es la mercancía que expresa su valor o sobre la que preguntamos cuál es su valor, se encuentra en forma relativa de valor, mientras que 1 metro de seda, que es la mercancía que sirve de material de expresión del valor de los dos kilos de trigo, se encuentra en forma de equivalente. Ninguna mercancía puede expresar su valor en sí misma, necesita de otra mercancía para poderlo hacer. De ahí que de la mercancía que expresa su valor se diga que se encuentra en forma relativa de valor. Al principio cualquier mercancía servía de equivalente, pues todo el mundo utilizaba su propia mercancía como medio de cambio y usaba las otras como equivalentes particulares de la suya. En este estadio todavía no existía el dinero, el equivalente general, sino infinidad de equivalentes particulares, tantos como mercancías hubiera en el mercado. Hasta que llegó el momento en que todos los mercaderes expresaban el valor de sus mercancías en una y la misma mercancía. Y esta mercancía excluida, donde todas las mercancías expresaban su valor, se convirtió en dinero. El dinero es el equivalente general, la mercancía donde el resto de las mercancías expresan su valor, el espejo donde todas las mercancías reflejan su igualdad y su proporcionalidad cuantitativa.
Marx expone cómo la mercancía se transforma en dinero, mientras que la economía convencional deja de lado este problema. Marx reconoce que el dinero es la forma acabada del valor, mientras que la economía convencional procura evitar hablar del valor cuando habla del dinero o sólo reconoce el valor como valor de cambio. Niega que las mercancías tengan un valor intrínseco, o admitiendo que las mercancías tengan un valor intrínseco lo escamotean mediante el valor de uso.
Del dinero, por medio de Marx, llegamos al valor. Y desde el valor, por medio de Marx, llegamos a la sustancia del valor: al trabajo humano abstracto o al gasto de fuerza de trabajo humana. Y eso es lo que hay que ver en el dinero, ya sea el dinero mercancía o el dinero papel, trabajo, gasto de fuerza de trabajo. Sin embargo, la economía convencional no le da al valor ninguna sustantividad frente al valor de uso, o esconde el valor por medio del valor de uso. Escuchemos a Samuelson y Nordhaus en su libro Economía, en la página 465, donde refiriéndose a la época en que el dinero era un valor de uso determinado, ganado, plata, oro, etcétera, dicen lo siguiente: "Estos tipos de dinero tenían un valor intrínseco, lo cual quiere decir que tenían un valor de uso en sí mismos". Analicemos este juicio. ¿Por qué tiene el ganado, por ejemplo, un valor intrínseco? Responden Samuelson y Nordhaus: Porque tiene un valor de uso en sí mismo. Esto es como si a un religioso le preguntáramos por qué un hombre tiene alma, y respondiera: porque tiene cuerpo. Marx responde a esa pregunta de otro modo: el ganado tiene valor porque en él se ha gastado fuerza de trabajo humana. Aquel es el modo mediante el cual el economista convencional, esto es, el economista burgués, oculta el valor mediante el valor de uso. La lluvia, por ejemplo, es un valor de uso pero carece de valor. ¿Y por qué carece de valor? Porque no es obra del trabajo humano. Así que una cosa puede ser valor de uso sin ser valor. Resumamos la posición marxista sobre el dinero: en el dinero debemos ver la forma acabada del valor, y en el valor su sustancia: el trabajo humano abstracto. Mientras que la economía convencional oculta el valor por medio del valor de uso o formula la naturaleza del valor en términos de valor de uso.
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