Ahora bien, la alegoría del despertador que marca cada minuto durante sesenta segundos es entendida por Löwy[42]como el valor único que Benjamin le atribuye al surrealismo en tanto considera cada segundo como la puerta estrecha por la que puede entrar la revolución[43]Esta imagen apela a una expresión posterior del mismo Benjamin que permite comprender, de acuerdo a Löwy, que de lo que se trata en última instancia es de la revolución, por lo que todas las iluminaciones profanas adquieren sentido en función a ella.
Antes de empezar propiamente con la conclusión, es importante entender que el papel que ocupa el surrealismo en Benjamin es un tema bastante más complejo de lo que se puede llegar a expresar en estas páginas. Sin embargo, es necesario entender, como fue expuesto desde el inicio, que esta inclinación hacia el movimiento ya había sido reflejada en el Libro de los pasajes, empezando con la oposición entre el sueño y el despertar. Efectivamente, en los primeros trabajos del autor sobre el tema, podemos notar que el proyecto se encuentra emergente, sobre todo en el enfoque que se le da a la posibilidad de conocimiento mediante al sueño, sobretodo, como aquel que explica de manera más eficiente el despertar.
Como vemos, el trabajo del surrealismo en el que se enfoca Benjamin es importantísimo para el movimiento propiamente. Inicia la argumentación de este texto tan complejo y tan interesante proporcionándonos una radiografía del contexto en el que el movimiento se dio acabo. Junto con eso, nos explica, aunque un poco entre líneas, como finalmente es el movimiento marxista aquel que le entrega cierta vida y actividad a la práctica del surrealismo, aunque, como vimos en las primeras páginas de este trabajo, ese emprendimiento termina siendo dejado de lado pues no hubo realmente una compenetración entre sus ideales y la práctica propiamente. Las ideas del surrealismo fueron realmente empáticas con el pragmatismo y la renuncia a un tipo de vida solo de crítica y arte en el que ellos estaban involucrados. Es curioso ver cómo el Manifiesto Comunista empieza involucrándonos a todos en el cambio propuesto por Marx, un cambio que estaba enfocado en hacer de la sociedad lo más justa posible y tenía que ser llevado a cabo con una verdadera convicción del espíritu. Sin embargo, esta convicción no solo pedía la predisposición a asimilar un discurso novedoso, que rompe con el aquel anterior en donde se prefería la diferencia y la explotación antes que la unión y el respeto por todos aquellos a los que se debe dignidad humana, este discurso, por otra parte pedía que la crítica fuera una parte del proceso y que la acción sea el punto determinante. Es decir, la necesidad de cambio proponía no solo un ejercicio del carácter, sino también, si es que se pidiese, tomar las armas, renunciar a aquello que es conocido y embarcarse en un cambio que no podía tener vuelta atrás. Hasta 1929, ese era el plan de los surrealistas y Benjamin lo suscribe, sin embargo, a partir de 1930 se van retirando y dejando de lado aquel ímpetu que nuestro autor rescató en ellos, llamándolos aquellos que podrían hacer posible el plan propuesto en el Manifiesto, utilizando las herramientas planteadas por el comunismo.
Bibliografía
1980 Benjamin, Walter. El surrealismo, la última instantánea de la inteligencia europea.Madrid, Taurus
2005 Libro de los pasajes. Madrid : Akal
1967 Breton, André. Nadja. México, D.F.: Joaquín Mórtiz
2005 Buck-Morss, Susan. Walter Benjamin, escritor revolucionario. Buenos Aires: Interzona Editores.
1957 Cirici Pellicer, Alexandre. El surrealismo. Barcelona: Omega.
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1974 Durozoi, Gérard. Las definiciones del surrealismo. Madrid: Guadarrama.
2004 Klingsöhr-Leroy, Cathrin. Surrealismo/ Uta Grosenick, ed. Taschen.
2007 Löwy, Michael. Walter Benjamin y el surrealismo: historia de un encantamiento revolucionario. Acta Poetica 28 (1-2) PRIMAVERA-OTOÑO.
1972 Nadeu, Maurice. Historia del Surrealismo. Barcelona: Ariel.
Autor:
Olb
[1] Nadeu, Maurice. Historia del Surrealismo. Barcelona : Ariel, 1972, p. 26.
[2] Klingsöhr-Leroy, Cathrin. Surrealismo/ Uta Grosenick, ed. Taschen, 2004, p. 7.
[3] Nadeu, p. 27.
[4] Cirici Pellicer, Alexandr. El surrealismo. Barcelona: Omega, 1957, p. 9.
[5] Wikipedia: Nació en Vitebsk, Bielorrusia siendo el mayor de nueve hermanos. Su nombre natal fue Moishe Shagal (????? ?????) o Movsha Jatskélevich Shagalov (????a ?????????? ???????). El nombre de su madre era Felga-Ita. Fue uno de los más importantes artistas del surrealismo y en su trabajo se encuentran resonancias de fantasías y sueños. http://en.wikipedia.org/wiki/Marc_Chagall
[6] Habría que aclarar que en rigor a la palabra francesa surréaliste la traducción castellana debe ser superrealista, pero con el uso el término surrealista es el que caló más.
[7] Cirici, p.10.
[8] Durozoi, Gérard. Las definiciones del surrealismo. Madrid: Guadarrama, 1974, p. 81.
[9] Bretón, André. Manifiestos del surrealismo. Madrid: Guadarrama, 1969.
[10] Durozoi., 82
[11] Ibid., p. 84.
[12] Cirici-Pellicer p. 12.
[13] Durozoi, p. 85. Cfr. Bretón, Qu'est-ce que le surréalisme?, Brussels, René Henriquez Editeur, 1934.
[14] Löwy, Michael. Walter Benjamin y el surrealismo: historia de un encantamiento revolucionario. Acta Poetica 28 (1-2) PRIMAVERA-OTOÑO, 2007., p.1. Cfr. Naville, Pierre. La Révolution et les intellectuels, 1926.
[15] Torre, Guillermo de. Qué es el superrealismo. Buenos Aires: Columba, 1955.
[16] Durozoi, p. 93.
[17] De Torre, p. 35.
[18] Ibíd., p. 36.
[19] Ibíd., p. 95.
[20] Ibíd., p. 96.
[21] Ibíd., p. 37.
[22] Ibíd., p.38.
[23] Ibíd., p.39.
[24] Buck-Morss, Susan. Walter Benjamin, escritor revolucionario. Buenos Aires: Interzona Editores, 2005, p. 10.
[25] Ibíd., p. 14.
[26] Buck-Morss, p. 19.
[27] Burcks- Morss, p. 20
[28] Benjamin, Walter. Libro de los pasajes. Madrid : Akal, 2005.
[29] Löwy, Michael. Walter Benjamin y el surrealismo: historia de un encantamiento revolucionario. Acta Poetica 28 (1-2) PRIMAVERA-OTOÑO, 2007.
[30] Ibíd., p. 7
[31] Ibíd., p. 9
[32] Walter Benjamin: El surrealismo, la última instantánea de la inteligencia europea. Madrid, Taurus, 1980. p. 1.
[33] Ibíd., p. 2.
[34] Ibid, p. 2
[35] Ibíd., 10.
[36] Löwy, p. 9.
[37] Löwy, p. 9
[38] Breton, André. Nadja . México, D.F. : Joaquín Mórtiz, 1967 .
[39] Löwy, p. 12
[40] Löwy, p. 15
[41] Löwy, p. 17
[42] Löwy, p. 18
[43] Löwy, p. 23
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