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Plan de actividades recreativas para propiciar la integración social de los adultos mayores


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Métodos
  3. El envejecimiento, su incidencia en la integración social de las personas adultas
  4. Propuesta del plan de actividades recreativas para propiciar la integración social de los adultos mayores de 60-70 años al Círculo de Abuelos

Introducción

La actividad física y el ejercicio físico están considerados hoy en día como la mejor inversión o el mejor negocio para el logro de la salud pública a escala mundial. Por eso la prolongación de vida y la capacidad de trabajo de las personas de edad media y madura es uno de los problemas sociales más importantes que corresponde resolver, fundamentalmente a los trabajadores de la salud, de la Cultura Física y el deporte, en la lucha por el mejoramiento de la salud, aumentando así su calidad de vida y la longevidad.

El ejercicio físico sistemático aumenta la estabilidad del organismo frente a los efectos nocivos del medio externo, su capacidad de trabajo, metabolismo, entre otros. Ellos compensan la insuficiencia de las actividades motrices en la tercera edad. La actividad física es necesaria en estas personas, ya que a partir de los 60 años comienzan a presentarse dificultades, dentro de ellas: problemas de locomoción, poca resistencia física y control de la postura, debilitamiento de la fuerza muscular y flexibilidad, aumento de peso, aparición de enfermedades como la osteoporosis, diabetes y otras que repercuten en su bienestar social y que la práctica de actividades físicas contribuye a mejorar en este grupo social, provocando un aumento de la demanda de programas de actividades físicas para mayores.

La actividad sana juega un papel determinante no solo como medida necesaria e indispensable para que el hombre obtenga una salud normal y dinámica, sino también para con la diaria ejercitación física mantenga mejor condiciones psicológicas y fisiológicas. En particular la actividad física contribuye con sus ofertas a la calidad de vida de la población en general y del adulto mayor en particular, utilizándose como medio preventivo de salud física y psicológica, terapéutico y en el desarrollo de un estilo de vida saludable desde las primeras etapas de la vida, ya que proporciona gran cantidad de beneficios, en todas las esferas, al ser humano dándole la posibilidad de adaptarse a cualquier actividad individual o colectiva.

Numerosas investigaciones han mostrado que la llamada tercera edad no tiene necesariamente que ser un período de la vida en el que predomine o se haga inevitable un deterioro fatal de las capacidades físicas e intelectuales, ya que si los sujetos muestran la necesaria motivación, la intención de mantener un estilo de vida activo y productivo, se les propician las condiciones para desenvolverse en un entorno rico y estimulante, en el cual se favorezcan experiencias de aprendizajes, se reconozcan y estimulen los esfuerzos por alcanzar determinados logros, en cuanto a participación en actividades de diversa índole, entonces la vejez puede evitarse o demorarse.

Las personas adultas cubanas al llegar a las edades de 60 a 65 años tienen el derecho a jubilarse, lo que en muchos casos significa apartarse de la vida social, recluyéndose en sus casas .Sin embargo el hombre a esta edad no se siente viejo, por el contrario con mucha frecuencia él trata de aumentar su actividad motora, realizando todas las actividades domésticas posible.

Una agradable experiencia para nuestra población ha resultado la introducción del ejercicios físico en los denominados Círculos de Abuelos y los grupos de salud en la comunidad .Estos se crearon desde 1984 con vista al incremento del régimen motor y la capacidad de trabajo físico e intelectual de las personas de estas edades, este trabajo se desarrolla en coordinación con el Médico de la Familia o trabajadores del Sector. Se cuentan con 8507 a los Círculos de Abuelos, los mismos tienen como objetivos: reducir las limitaciones funcionales y aumentar la capacidad física de la población y reincorporar este grupo a las labores y actividades recreativas de la comunidad y de la sociedad en general.

Un enfoque simplista de la recreación en la tercera edad, llevaría a considerarlas como una mera opción individual del tiempo libre, y se dejaría de apreciar su carácter desarrollador, por los niveles de participación y de actualización que pueden generar; sobre todo si se les considera como recurso potenciador, herramientas de acción social que permiten elevar el bienestar y la calidad de vida de las personas de la esta edad.

Los sujetos que envejecen adecuadamente utilizan y disfrutan de todas las posibilidades que existen en su entorno social y en sus propias personas, y están preparados para aceptar, sin claudicar, sus limitaciones, la disminución de sus fuerzas y la necesidad de recibir algún tipo de ayuda; pero no renuncian a mantener, dentro de rangos razonables y posibles, determinados niveles de independencia y autodeterminación.

La actividad física-intelectual y el interés por el entorno canalizadas a través de actividades de recreación y ocio productivo, favorecen el bienestar y la calidad de vida de los individuos a todas las edades y especialmente en el adulto mayor.

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