El incidente OVNI de Roswell
Consiste en un supuesto choque de una nave extraterrestre en Roswell, Nuevo México, EE. UU. en julio de 1947.
Algunos especialistas en ufología y gran parte del público se han interesado en los acontecimientos de Roswell. Se han escrito muchos libros y rodado películas sobre los presuntos sucesos, tanto novelas de ficción como informes serios y elaborados.
Los partidarios de la hipótesis extraterrestre consideran el caso Roswell como uno de los acontecimientos ufológicos más importantes, ya que a partir de este suceso comenzó la historia de la ufología moderna.
Los escépticos alegan que la hipótesis que sostiene que en Roswell cayó una nave extraterrestre se apoya en pruebas insuficientes o poco fiables y que presenta demasiadas incoherencias. Sostienen además que existen otras explicaciones a los sucesos de Roswell que resultan mucho más admisibles que la hipótesis de naves extraterrestres. Además se debe tomar en consideración el lucro comercial, a través de la venta de libros, entrevistas, etc.; que obtienen varios de los principales involucrados que apoyan la hipótesis extraterrestre.
También las descripciones de testigos, análisis realizados por personas que participaron en el diseño de los globos del proyecto Mogul, y sobre todo los informes desclasificados de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en los años 90, apuntan a que lo estrellado en Roswell fue el vuelo nº4 del proyecto Mogul y que la necesidad de mantener el secretismo de dicho proyecto provocó el supuesto incidente ufológico.
Hipótesis
Algunos ufólogos han argumentado que una nave alienígena se estrelló cerca de Roswell y que se recuperaron varios cadáveres de origen extraterrestre.
Igualmente se ha postulado que si Roswell fuera de verdad un accidente extraterrestre, como muchos insisten, algunos especialistas ovni argumentarían lo que sigue:
El gobierno de los Estados Unidos sabe que los extraterrestres han visitado nuestro planeta desde al menos 1947, pero todavía no lo admiten, e incluso algunos grupos postulan que habría una conspiración del ocultamiento extraterrestre.
El gobierno estadounidense está actualmente en posesión de tecnología alienígena.
Por eso los motivos que tenía el gobierno para guardar el secreto inicialmente serían evidentes. Los altos funcionarios del gobierno probablemente temerían una situación de pánico general al dar a conocer que existía una posible amenaza extraterrestre (como ocurrió en 1938 con una emisión de radio de La guerra de los mundos).
Esta hipótesis también barajaba como real, hasta que se descubrió en 2006 que era un fraude, la autopsia realizada supuestamente en 1947 a los extraterrestres capturados defendiendo que el gobierno quería ocultar datos por estar desarrollando nuevas tecnologías. También aseguraban que los extraterrestres estaban vivos antes y durante la autopsia.
El rumor comenzó a circular en el mundillo ufológico en enero de 1995. STEVEN SPIELBERG preparaba una película sobre el incidente de Roswell, a partir de «unas presuntas grabaciones reales» de las autopsias a los tripulantes del platillo volante que se estampó contra la Tierra en el desierto de Nuevo México en 1947 [Canto, 1995]. La fuente original del rumor fue CARL NAGAITIS, miembro de la Asociación Británica para la Investigación Ovni (BUFORA) y autor, junto a PHILIP MANTLE, del libro Ufo abductions, without consent. Aunque la productora de Spielberg desmintió inmediatamente la existencia del proyecto, el inventor de la patraña consiguió su objetivo: llamar la atención del sector más desquiciado de la comunidad ufológica internacional, que todavía no se había recuperado del mazazo recibido tras revelar el Tribunal General de Cuentas de Estados Unidos que los restos hallados hace casi medio siglo en Roswell se correspondían en realidad con los de un globo del proyecto Mogul, un programa secreto para la «detección de la onda expansiva generada por explosiones nucleares soviéticas» [Weaver, 1994]. Ya estaba todo preparado para dar el golpe de gracia.
El escenario elegido fue un auditorio del Museo de Londres, donde el 5 de mayo un centenar de personas asistió a la proyección de una cinta de 20 minutos, en la que se veía como supuestos médicos practicaban una necropsia a un cadáver alienígena en lo que parecía ser un quirófano. El productor de televisión RAY SANTILLI envolvió el cebo con el halo de misterio adecuado, incluidos los preceptivos registros para evitar fotografías piratas. El público estaba compuesto por periodistas, potenciales compradores del filme y ufólogos. Y la mayoría cayó en el engañó, pero no KEN JEFFREY, del grupo creyente Iniciativa Internacional por Roswell (IRI), que tras ver la filmación no tenía «ninguna duda» acerca del carácter fraudulento de la película [Jeffrey, 1995]. Aún así, el productor de televisión siguió adelante con su estrategia y quince días después repitió la maniobra en San Marino, en un congreso ufológico al que acudieron los autores más sensacionalistas del viejo continente. En esta ocasión, los expertos pudieron ver 6 minutos del examen médico del cuerpo de un extraterrestre en el interior de una tienda de campaña.
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