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Los otros diez mandamientos para una mejor convivencia

Enviado por Roberto Rafael


    PRÓLOGO

    El objetivo de esta obra es llevar un mensaje al lector, con el fin de conocerse a sí mismo y conocer a los demás, partiendo de aquel mensaje antiguo "Conócete a ti mismo ti mismo".

    El hombre es un ser biopsicosocial, y como tal interactúa dentro de una sociedad, de la cual recibe normas y orientaciones, y dentro del grupo social al que pertenece desarrolla un rol importante para su ego, igual debe cumplir normas de acuerdo al medio social–cultural del cual forma parte en su tiempo–espacio; pero cuando la membresía impone normas y condiciones, aparece la rebeldía en sus miembros, y la deserción y estos desertores forman grupos que asociados entre sí, forman otros sub–grupos que conforman nuevas directrices religiosas, políticas, estatales, sociales y surgen a la vida pública como estamentos legales.

    La Psicología social estudia al hombre en grupo, su desenvolvimiento a través de éstos y la aparición de los OTROS DIEZ MANDAMIENTOS no confundirlos

    con aspectos religiosos, ni espirituales, ni sociales, son pautas para todos los seres humanos que interactuamos dentro de un conglomerado, nos permitirá vivir en mejor forma, un mejor conocimiento, más comprensión, tolerancia, y convivencia. No quiero imponer normas, simplemente hacer sugerencias para una mejor forma de vida, ya que estando en este planeta por tan poco tiempo, encarnado en esta materia de carne y hueso, etc., nos ayudaremos y cumpliremos alguna misión para el bien de los demás.

    Con esta obra se busca la unión de todos los seres humanos, sin tener en cuenta sexo, religión, edad, raza, cultura, posición social, política, sino simplemente como humanos, partiendo del hecho biológico que todos nacemos, estamos formados de igual materia, crecemos, nos reproducimos y morimos.

    Cada mandamiento lleva un capítulo y se desarrolla en interactuación con los demás, en fin para qué te explico, mejor lee tú mismo.

    El autor

    edu.red

    CAPITULO 1

    EL OTRO PRIMER MANDAMIENTO

    "DIALOGAR"

    El ser humano es el único mamífero que se comunica con todos los demás, por el hablar, el gesto, la postura, la mímica, las miradas, y podríamos decir que hasta con la telepatía.

    Pero esto no surgió de la noche a la mañana, tuvo su evolución desde épocas remotas, y si observamos grabados antiguos de cavernas, tablas, tabloides, papiros, y otros objetos más, donde se pierde la historia, sacamos la conclusión que el hombre primitivo en su evolución, no hablaba, sólo gruñía o imitaba los sonidos de la naturaleza y los animales para hacerse entender en forma muy limitada y esta comunicación era una forma de lenguaje, de expresarse con relación a las múltiples situaciones del hábitat o aspectos que le interesaban, y este medio de comunicación era local; pero tomemos el aspecto desde el punto de vista del Homo Sapiens, donde ya existe una comunicación en cualquier forma, hablada, escrita, etc., y sobre esa base se fundamenta este capítulo.

    Las gestiones que se realizan como local, nacional internacional, partiendo de algún aspecto importante se realizan a través del diálogo, y sobre este se hacen los acuerdos, tratados, convenios, o disposiciones que van a favorecer a determinado grupo o entidad, y entonces se utiliza el protocolo para afianzar las diferencias pactadas, que fueron objeto de la controversia que originó el pacto, pero para llegar a este acuerdo que pudo ser basado en el comercio, la guerra, la ley, la religión, etc., se tuvo como base el diálogo, que es lo primario de todo acto es un ámbito social.

    Nos falta dialogar con nosotros mismos, con nuestros seres queridos, con nuestros compañeros, con nuestros hermanos, en fin con todo el mundo, y por qué no dialogamos?

    A ratos queremos dialogar, y no nos dejan, queremos decir lo que sentimos, lo que sufrimos, lo que amamos, etc., pero no nos dejan, otras veces no queremos dialogar, porque no, porque no nos da la gana, por orgullo, por vanidad, por lo que quieras creer, pero no queremos, así de sencillo; y otras veces de las que tenemos la oportunidad de dialogar, porque se dan los medios y las personas no decimos lo que debemos decir. Estamos en una sociedad de consumo que solo tiene en cuenta el quantum, cuánto tienes en el banco, cuánto manejas, cuánto produces, y no mira la parte humana nuestra, y por eso se pierde el diálogo, se cambia, se modifica, no nos expresamos como queremos expresarnos, fingimos una expresión, si estamos con el rico hablamos como rico, si estamos con el político hablamos de política, y con el religioso de religión, pero nunca hablamos sobre el ser humano, lo que nos interesa exteriorizar, y tan barato que es hablar, y no lo hacemos. Yo le decía a un amigo que lo más barato que hay después del aire es el hablar, y hay personas tan ahorrativas que no hablan por ahorrar, cuando este ahorro no es necesario. El diálogo en casa con nuestra pareja, si es que vivimos en un hogar formado, o con nuestra novia si hay soltería, con esta persona es necesario hablar de nuestros objetivos, planes, proyectos del hogar, los hijos a tener, la educación de los mismos, y los demás aspectos en los cuales estemos ligados en una forma ya sea material o espiritual, afectiva o familiar.

    Pero hablemos de los pasos de la vida que debemos dar cuando se trata de interacción, y la primera que se me ocurre y que nos pasa a todos es la etapa del noviazgo, una etapa linda y bella su está envuelta en un amor puro y espiritual, y esta primera interacción nos abre el camino para la formación de un hogar, para la venida de nuestros hijos, para dejar estirpe, esta me hace recordar un viejo dicho oriental con el cual se demuestra la hombría: "plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo", y si comenzamos con ese noviazgo dentro del diálogo lleno de afecto, el noviazgo será un largo camino de felicidad, que empalmará con el matrimonio y seguirá su curso eterno, pero veamos lo que ocurre en el noviazgo por falta de diálogo. El novio formal visita la novia y apenas comienzan a conocerse, cada uno utiliza sus hábitos o costumbres, su educación y se comportan de acuerdo a las reglas de su hogar, pero no se conocen en forma total, como sí lo harán más tarde y ojalá no sea muy tarde, porque el conversatorio gira en torno a la delicadeza y todo se va en papito, mamita, te amo, te quiero, no puedo vivir sin ti, me haces falta, no sabes cómo esperé el tanto el día para visitarte, las horas que paso contigo vuelan, deseo tanto que llegue el día en que estemos solos tú y yo, en fin, palabras y palabras y nada más. No se preguntan

    ¿Cómo eres tú? ¿Cuáles son tus vicios?

    ¿Qué no te gusta de mí? ¿Cuáles son tus diversiones? ¿Qué te gusta hacer? ¿Qué planes tienes para nuestro matrimonio?

    ¿Cómo vamos a hacer con la alimentación cuando estemos solos? ¿Quién va a lavar la ropa? ¿Sabes cocinar, lavar, planchar…?

    ¿Cómo haremos cuando…?. Sí, se dialogó y se contestó el interrogatorio y muchas preguntas que surgen de las diversas situaciones, este noviazgo tiene madurez emocional, y llegarán a un bello matrimonio, ejemplares padres, abuelos de una familia; pero sucede que en el noviazgo y solamente al comienzo la atracción es física, después habitual y posterior emocional, y puede incluso llegar al amor, y esto se ha conseguido con el diálogo, y después de ese conocimiento, se aceptarán como son, con sus virtudes, defectos, y se conocerán mejor y llegarán a compenetrarse tanto que no podrán estar el uno sin el otro. ¡Qué belleza!. Por ello el diálogo en el noviazgo es importante para la futura familia, y según las estadísticas de 100 noviazgos que llegan al matrimonio, el 50% han madurado sobre su relación de pareja, basada en el diálogo y la comprensión y por esta razón son matrimonios duraderos, y el saldo del porcentaje terminan separados, de ahí tanta proliferación de divorcios a nivel religioso, civil, por incomprensión, intolerancia, por desconocimiento de la pareja, por querer cambiar hábitos, cultura, religión, etc.

    No podemos cambiar a nadie, debemos aceptar a las personas como son, y en caso de cambio, el cambio debe ser nuestro y nada más que nuestro, y este cambio requiere de sacrificios y de un gran ingrediente de amor, amor por su pareja, y quien da amor, recibe amor, y eso sí nunca pidas amor, dá y recibirás.

    He tenido la oportunidad de asesorar parejas a escala jurídica y psicológica, que están al borde de la separación, por crisis situacionales que no supieron o no manejaron, por desconocimiento de cada uno como persona en sí, porque de novios ocultaron sus defectos y una vez casados, dejan de fingir, y se portan como realmente son, lo que habían ocultado mientras dura la luna de miel y unos meses después, se muestran como son y vienen los arrepentimientos, que yo no sabía que tomaba licor, que ingería drogas, que botaba los vientos en mi presencia, que duerme con la luz encendida, que tiene amigotes y amigotas, que juega, que no sabe hacer nada, que vive del qué dirán, que se casó conmigo para estar cómodo, que soy viejo, etc.

    En fin, la posible realidad que te puede pasar a ti amigo lector, lo que le pasó al vecino, lo que le puede pasar a mi hermano, o lo que se puede evitar con el diálogo.

    Yo les digo a mis clientes que dialoguen, si no quieren que lo manifiesten cada uno por separado, ante terceros o en mi presencia, dándole a cada uno la oportunidad de oírlo y si es el caso oídas las versiones, hacer una confrontación muy diplomáticamente, con el objeto de conseguir una comprensión en ellos, y les insisto en que hablen, que es la forma de exponer sus razones, sus peticiones y demandas, utilizando una técnica de intervención psicológica (TRE) Terapia Racional Emotiva, para que cada uno de los exponentes pueda analizar y decidir sobre su futuro. Les hago una pregunta inicial o posterior a su intervención con el fin de que lo analicen y contesten: ¿En verdad se quieren? ¿Se aman? ¿Han pensado en los hijos? (si los hay) ¿Sí has pensado en lo bello de la relación de pareja cuando hay amor? ¿Qué van a hacer cada uno solo? ¿Para dónde van a parar? Les digo que hablen ahora o callen para siempre, y les insisto que hablen, que manifiesten sus razones, que la mejor forma de comunicarse es el diálogo, que es la forma de expresar lo que piensan, sienten, y experimentan, por medio de esta comunicación pueden arreglar muchas cosas ahora.

    De la exposición de motivos algunas parejas pasan del diálogo al diálogo–grito, en el cual quien más fuerte grita, tiene la razón, y si el otro acepta, no por que no quisiera, sino porque la garganta no le da más para gritar; y ahí en ese momento espero 8 segundos período de duración de la adrenalina en el organismo, y entonces les digo: Okey, ya se desahogaron, ahora resolvamos la problemática como personas inteligentes y con inteligencia emocional; y muchas veces la comprensión, el pensar bien resuelve las situaciones de esa pareja, que solo necesitó que alguien escuchara sus pretensiones.

    Este diálogo a nivel de pareja, resuelve muchas preguntas y suposiciones que una persona tiene de la otra. Recordemos que hay un principio antiguo, en que se fundamenta la creencia, que es más fácil de creer lo malo de la persona, que lo bueno: para las explicaciones sinceras, honestas y sobre todo reales dan como resultado una comprensión y aceptación de tolerancia.

    Pero el diálogo no debe ser solo al nivel de pareja, hogar, noviazgo. Extenderlo a situaciones laborales, sociales, tertuliares, eventos deportivos, etc.

    El trabajo, lugar donde laboramos es nuestra segunda casa, ahí permanecemos hasta 8 horas y más, y en ese sitio hay compañeros, hay un jefe, un gerente, un trabajador, o soy el propietario, gerente, jefe, y ahí se está cumpliendo una labor, un horario y se puede estar en tres formas:

    Por necesidad de una paga justa a una labor con un horario rígido.

    Por gusto o aptitud. ¡Creatividad!

    Por amor al arte o profesión sin importar el tiempo, y recibiendo una remuneración.

    En el trabajo buscar la relación fraternal, no limitarse a cumplir una labor y horario, es necesario la interactuación, y si trabajamos con entusiasmo, amor, y mucha imaginería, la empresa o la nuestra tendrá progreso, nosotros y quienes nos rodean también serán prósperos.

    El hombre ser biopsicosocial, no puede vivir solo, y en una sociedad, se requiere compartir en actos grupales que permiten la interactuación del hombre, y el desempeño de un rol social, por ello considero que es imposible un Robinson Crousoe en este tercer milenio viviendo en una isla, ya que por la explosión demográfica, llegará un tiempo en que viviremos en casas acuáticas, porque la tierra no dará margen para almacenar tantos habitantes, pero no solo eso, se necesitarán zonas agrícolas adecuadas para proveer la alimentación, el hombre al interactuar refleja normas conductuales propias de una membresía que le permite expresar un rol sociable, y ello le acarreará un juicio que le permitirá el desarrollo de su vida de acuerdo a normas socioculturales de un grupo en el espacio–tiempo.

    También es de suma importancia el diálogo con los hijos, más en este medio de la actualidad, donde se hace necesario andar de guarda–espalda de los hijos, por la liberación, por las drogas, sexo, delincuencia y amistades.

    Habla con tu hijo, trátalo como amigo, como compañero, gánate su confianza, oriéntalo con cariño, no esperes que lo orienten en la calle, recuerda que tú también fuiste niño, y hay que comprender las diversas etapas de la vida, hasta llegar a la adultez mayor, tu hijo te necesita, tú eres lo único que él tiene, tú lo trajiste al mundo, y es tu responsabilidad. Y la niña, qué decir de ella, ahí está la escuela de la madre. Recuerda que si orientamos al niño, no tenemos que castigar al adulto.

    Si se educa a una juventud dentro de los parámetros de verdad y justicia, tendremos una sociedad llena de paz y armonía.

    Amigo lector, haz un paréntesis y pregúntate: ¿Tengo amigos? ¿Cuántos?

    ¿Qué hobbies tengo? ¿Soy sociable?, etc., y encontrarás la respuesta dentro de ti.

    Así podemos seguir con una serie de situaciones en el campo del deporte, con los padres, con los abuelos, y hasta con nuestros opositores, y de pronto lleguemos a un acuerdo y sea nuestro aliado, y esto es precisamente lo que recoge este otro primer mandamiento, el diálogo entre los seres humanos.

    No interesa e idioma, interesa el deseo de comunicación y por este deseo soluciones y beneficios, por eso les sugiero dialogar, dialogar y dialogar, y así seremos un poco felices.

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