Ecus: ¿si mi alma solo puede componer estas líricas?, ¡líricas llenas de sudor y sangre!, o si podré algún día escribir como sol radiante, Dibujar diamantes y rubíes en mis palabras, dejar el tema del olvido y del infinito: tener las manos limpias, y ya no más manchadas con sangre. ¿Que me contestas mi buen amiga Imagus?
(En esos instantes sale del interior de la puerta una bella sirena y comienza a contar con voz profundamente melodiosa, la historia de un amor perdido, de una gran obra arquitectónica, creada por antiguas civilizaciones; Por los magos mas expertos y arquitectos mas hábiles. Y su caída, por inestabilidad del terreno).
La caída de la torre de Virfalck:
Era bella e idealizada, sus columnas y portales, bellos arcos, gran admiración, pupila dilatada. Hadas recorrían sus pasillos besando con sus pequeños y perfectos labios las brillantes flamas de las velas, Grandes lámparas, iluminación perfecta, bella sonrisa.
(En esto la tierra bajo la torre comenzó a licuarse, parecía no poder soportar la gracia de aquello tan bello, y término por decaer).
Y ahora en breve instante, en gran confusión. Temblor de las carnes, temblor del alma. La gran torre comenzó a tambalearse, sus bellas formas se retorcían, no habían suficientes lágrimas para describir el llanto de las hadas, y cada columna se inclinaba con profundo dolor: alaridos, espaldas rotas. Entro el sol a sus pasillos vírgenes, y los deprimió con su mirada, y los llevo a la bruma de libertad, y nacieron como flores muertas. Esta fue la caída de la gran y bella torre, irradiados ahora sus portales por los blancos y pálidos ojos de la luna, son eternas las noches, es fría luz muerta.
(Se va la sirena y Ecus comprende que esta todo perdido. Se sienta en una de las sillas del castillo, mira a su alrededor y esta rodeado de lúgubres colores, queda un instante en blanco y mira a la par suya una manzana negra, sabe que es Imagus condensada, la come con ansia perversa, y sus ojos se achican de puro y negro placer, en esto comienzan ambos a dialogar).
Imagus: Saludos viajero, no te dejare solo en la apertura de esta puerta, pues lamentaría verte sufrir demasiado, aunque se el dolor es necesario, prefiero amortiguártelo por el amor que te profeso.
(Abre Imagus la segunda puerta).
Segunda puerta:
Depresión.
Desde las nubes, gran caída, profundo mar. ¡En las redes de una telaraña maligna!, No son dagas atravesando mis carnes, mas si el corazón y el alma condensados en gran pesadumbre, los ojos pierden su brillo, y el pasado atraviesa mis sentidos, convirtiéndolos en tristeza. Como quisiera que amargas lágrimas recorrieran mi rostro, así como caudaloso río, llevándose mis penas, y mi cuerpo destrozándose a grandes golpes: Gran roca, gran velocidad, en mi frente la muerte: y el dolor físico, amortiguando al del corazón. Alaridos deseo tirar por las calles, corriendo eufórico detrás de una vela muerta, y llegando a la acera; tumbarme sobre ella, reposando con la mirada perdida: Sintiendo sin sentir.
Mas ahora me levanto a tropezones, y un viento frío hincha mis ropas, quisiera viajar con el al olvido, soñando con la esperanza de salir de estas aguas. Puñal lento, corazón y dolor: palpita aletargado, pero queriendo correr, todo se vuelve caos y confusión, y voces de tortura atraviesan mis oídos: Lo que antes era lindo y precioso, es ahora duramente melancólico. Es una corriente de torpeza, la que domina mis pies. Lloro sobre las ruinas de Virfalck, acaricio cada uno de sus ladrillos, duermo bajo sus portales rotos. Y los rayos de la luna, y mis ojos en el suelo.
(Luego un profundo alarido se deja salir de la puerta, los ojos y la faz de Ecus, palidecen de espanto).
(Mas Imagus lo abraza y consuela, y a breves sorbetes, y lo hace beber un liquido negro, y lo hace comer de dulces manzanas, acaricia su rostro, y roza sus penas).
(Aparece El Duende, viene saliendo de unas profundas catacumbas que se encuentran en los interiores del castillo, trae un pesado martillo en su mano derecha, y una gran y brillante oz en la izquierda).
El Duende: Saludos camaradas, vengan conmigo a las afueras del castillo, la tristeza es ya cosa del pasado. Allá en las afueras nos espera la libertad.
Ecus: y dime mi amigo, que haces con esos objetos, y que harás con ellos.
El Duende: Con este martillo daré muerte a las cadenas que atan a todos, haré que estalle su conciencia. Y la ozz, pues la ozz, es otro asunto.
Los asuntos de la ozz.
Duerme calida y pasiva, serena y tranquila, esperando con bella pasión el momento de la liberación, segando maíz y fríjol en la granja del tío SAM.
Irrigo tal y bella plantación con la sangre del captor, entierro en la dulce tierra sus cabezas con la mirada perdida, danzo ante sus cuerpos en putrefacción: Sonríen las flores, por fin llega a ellas el liquido que les había sido robado.
Los ojos de los niños: incautos, perfectos, irradiados sus estómagos: ríen y comen al son de las llamas, el cerdo rechina, sus grasas se queman, escapan por sus poros las grasas de su interior: son como volcanes, que dan sin resistencia las calorías aprisionadas durante años.
Se mueve la ozz, hace círculos al son de las palabras de los héroes, de los valientes, de los rebeldes. Corta, cirujano, cabezas danzantes.
Opio de masas se consumen en su filuda garra, circuncida al dios, libera al hombre. Muerte al caos, vida al orden.
Esta mi amiga no propone asesinato, no anhela sangre, no come carne. Solo busca entendimiento, solo busca equidad, ¡y es que acaso no la ven!: ella solo pide libertad.
(Ecus llora de sublime alegría, Imagus besa cada una de sus cristalinas lágrimas, y El Duende luce sus artefactos, orgulloso de su dura belleza).
(Salen todos fuera del castillo, Dark espera en la puerta, apoyado en la pared viendo al sol ocultarse, dando sus últimos rayos, iluminando sus ojos, e indagando en su alma).
Dark: Y ahora que has preparado para nosotros.
El Duende: Conocen ustedes los valles profundos.
Ecus: De que valles hablas.
Imagus: Si mi amor, son aquellos en los que reina Caín, pocos sobreviven a su soledad perpetua, solo una luna maligna acompaña a los viajeros, mas no la sigas, y llora bajo el árbol, duerme por las noches, no la anheles pues te perseguirá.
Ecus: Tu creaste este lugar mi amigo.
El Duende: No mi viajero, yo solo hice el árbol de la salvación.
Los valles profundos:
En las llanuras.
Pasos que el polvo bebe, viento cenizas, seca tristeza, horizonte café, negro recuerdo, al adentrarse el alma en estos parajes, se va al olvido mi presencia, se esconde tras las rocas mi pensamiento, estatuas de ancianos, señalan con sus bastones, el camino a esta iluminación oscura, ríen con mirada sarcástica, se burlan de mi exagerado apetito, y las almas de los incautos atrapadas en breves remolinos de polvo. Inicio y muerte, en un segundo su vida. Mi alma se entristece de dulzura al ver las flores; marchitas y firmes, débiles pero constantes. Tomo la vereda que mas plazca a la incertidumbre, la lógica seria tonta en la incongruencia. Cae la noche, el corazón palpita, ya en ella duendes y hadas negros; corren riendo de amargura sangran sus ojos a carcajadas de malicia. Tendido en el suelo, observo al cielo. Tendido en el suelo, me comprime la atmosfera, se acerca la luna irradia mis dedos, contempla mis ojos. Como vanpireza del alma, pronto estoy bajo su influjo, pronto mis fluidos, son mareas a su antojo. Voy sin pensamiento, en marcha constante, hay un abismo, mis huesos truenan antes de quebrarse. Mas el recuerdo de aquellos bastones; como rayo desnuda mis actos; miro al árbol, y con botas de concreto; camino hacia su sombra. Y ya bajo ella, los rayos de la luna; observan mi cara con perversa impaciencia, las hojas del árbol se cierran sobre mi, la oscuridad me reconforta con canciones de cuna. Tierra blanda en mis manos, se contraccionan cual útero, y al cabo de nueve milenios de tristeza, me expulsa al aire cual bello fruto, ¡he nacido de nuevo! las flores rojas cual sangre, la hierva me invita al descanso, los no mundos están en el alma, y Caín toca una flauta. Las plantas crecen, el corazón ríe, las aguas susurran, y los viejos sonríen tranquilos, y sus miradas contemplan belleza. Grita Caín en mi rostro: come de toda fruta, ansia cada caricia, bebe de limpias vertientes, ama el regalo de mi madre. Y no habrán no mundos ocultos, y no habrán lógicas locas, todo es uno eres el creador de tu alma.
En las ruinas de Virfalck.
(Camino pues ecus, por aquel patio baldío, saliendo así a las orillas de un rio sucio, atravieso sus aguas, y entro en un mundo de rocas).
Ecus: El sendero me lleva, allá donde todos los sentimientos de combinan, la alegría se ha diluido en aguas de incertidumbre, dolor y suciedad, mis pies descalzos: Frio y calor, placer y dolor.
Frente a mis ojos un gran hongo, y en su copa un duendecillo fumando hachís: el humo serpentea por el ambiente árido y desolado, y dibuja bellas mujeres, y danzan con tonadas profundas. Luego este me invita a hacerle compañía, a mis pies un camino amarillo, y en mis ojos las formas del hongo: Y sin voz me invito a comer de el, mis dedos sintieron sus cálidas formas, mi mente se destrozo en su país de ensueño, Alas, libido, sonrisa.
(Ecus se distrae de su distracción y ve las ruinas de virfalck).
Ecus: Frente a mis ojos, lo bello de un amor perdido, de una Eva idealizada, de un bulto de piedras convertido en bella torre, en bellas ruinas.
(Entra Ecus a los pasajes rotos).
No hay cosa que no escape de los rayos de la luna, y las sombras se esconden detrás de las paredes, lagrimas llueven de los rincones, manos perversas dibujan las ramas de los arboles, y estas tiemblan al beber de aquellas lagrimas, salado, cristalino, muerto.
(Luego ve Ecus una puerta, de la cual brota una luz muy brillante, es justo la media noche, es justo el cantar de la luna).
Toco la puerta, y como soles cósmicos brotan rayos de energía, como disparos de belleza, la atravieso sin pasa, pero con dudas. Mis ojos no comprenden lo que ven.
(Ese era justamente un portal, un recuerdo a la torre de Virfalck).
Es bella e idealizada, tal como en los cuentos de las sirenas, sus omóplatos bellos y fuertes, hadas se deslizan por sus curvas, no hay nada que no brille, y cada fragmento de luz, trae a mi oído dulces canciones, Un sol de oro estampado en su domo: No hay nada mas alto que la torre de Virfalck. Jardines de fertilidad se acogen en sus palmas, mientras sus ojos arrullan las cálidas flores de la mañana. Como en éxtasis corro por sus pasillos, niño eufórica alegría. Bebo de sus aguas de pureza, y así duermo narcotizado entre su mirada y su ternura.
(Y así durmió Ecus toda la noche, que no se diga que no conoció el amor, y así despertó metido en una sucia alcantarilla).
(Aparece el duende tocando un violín y le dice).
El Duende: Pero dime amigo, ¿Donde estas ahora?
Ecus: No lo se.
El Duende: Ben que ya es hora de despertar.
(Se van el duende y Ecus a la casa de este, se da Ecus un gran baño y se dirige a la sala de su casa, y allí están Imagus y Dark: Comiendo manzanas, acariciando experiencias).
Ecus: Saludos amigos.
Imagus: Pero ben siéntate con nosotros, viajero andante, artista perdido, ben a mis brazos, cuentame, háblame, ámame.
(Ecus se abalanza contra Imagus, luego se sientan a charlar, y Dark dice a Ecus).
Dark: Menuda tarea te haz dado, de visitar los parajes del alma, de entrar en castillos ocultos, y vagar por valles perpetuos.
(Ecus se queda en blanco, algo en su interior a cambiado, no sabe que es, y tendrá que descubrirlo en la nueva etapa de su vida).
Imagus: Pero vámonos caballero, el sueño ha terminado: Es hora de seguir buscando sin encontrar.
Capítulo IV.
Buscando sin encontrar
Oscuridad perfecta, paredes lisas, habitación vacía. En medio de ella una hoja, a la par de ella una rosa. Todo congelado y frio, silencio perfecto. Allí se encuentra la hoja acompañada de la emoción, pero congelada en el tiempo, camino tembloroso hacía ella, estrecho mis manos tratando de cogerla, ¡Me hieren sus contornos! Esta fija como concreto, la rosa bebe su sangre y se embellece de ternura. La hoja despierta, brilla, desquebraja el espacio, libera esta instancia, y me llama me incita. Buscar sin encontrar, buscar sin encontrar, ¡Esa es la respuesta!
Ecus: Ahora se que la incertidumbre es una ilusión, que la razón de todo se encuentra en lo que ocurre, el paso que doy en la esquina, la mirada que echo al pasado. Todo es parte de una bella incongruencia lógica, todo es claro como un rompecabezas sin armar.
Imagus: ¡Si! Yo también lo he comprendido, nuestra concepción de la existencia describe nuestra percepción de esta, el mal es el bien disfrazado, por tanto no existen categorías: Hay que idealizarlo para comprenderlo, hay que comer de la fantasía para luego comprobarla con nuestras manos, hay que reducir todo a pequeñas partes, hay que armar el rompecabezas por sus contornos, hay que buscar sin encontrar.
Dark: Basta de filosofías obtusas, es hora de que conozcáis lo no mundos.
(Dark comienza a declamar: Alegoría a los no mundos)
Alegoría a los no mundos:
Sentado en una banca, puedes ver temblar el universo, de ti parten flechas a infinitas direcciones. Los objetos, los edificios; Todos son el reflejo de tu alma: Hay ojos en las ventanas, bocas en las puertas, excitación en las ruedas. Y hasta un amigo para cuando la soledad te invada. Estos son los no mundos escondidos detrás de las paredes, ¡Los símbolos son el lenguaje de las acciones! Esto ocurre cuando nuestra mente viaja por la rápida experiencia; Figuras detrás de las palabras, sonidos en los contornos de las formas, alaridos en las imágenes, y ecos en la oscuridad.
Este es el reino de Opak: Donde lo que sucede, sucede, y sucede, donde el razonamiento aclara amargamente la percepción. Muchos lo llamaran tortura, incongruencia con nuestra condición de ordinarios seres: Pero es la pregunta que me despierta por las mañanas, me tortura con su bella estimulación durante el día, y al final de la noche solo tengo unos pocos ángulos de esta figura infinita, y dormiré soñando con buscarla, y viviré buscando sin encontrar.
(Este es el momento de su vida mas temido por ecus, sabe que deberá enfrentarse a la realidad concreta, sabe que deberá combinar todas estas experiencias adquiridas en estos viajes del alma. Condensar el reino de Opak, las obras del duende: Vivir en los no mundos, y no dejar que la vela de la cordura se extinga. Es aquí donde las reflexiones de Imagus y las experiencias de Dark lo ayudaran a ser humano).
(Sale Ecus a la calle, el día es frio y ventoso, todo llama a la tristeza, mas Ecus lucha contra ella. Pero ya todo es diferente ¿Se encuentra en los no mundos?)
(En pensamiento: Es Ecus).
Ecus: Esta es la última y definitiva experiencia. ¿Que encontrare fuera del umbral de la percepción común? ¿Que hay detrás de mis pensamientos? ¿Cual es el mecanismo de mis ideas?
(Ve entonces Ecus a un bello y robusto caballo negro, de abundante pelaje, mechones negros en sus patas, aliento de fuego, ojos rojos y, mirada pasiva. Es Exitor el caballo de los no mundos).
(Se acerca Ecus a este y Exitor le dice).
Exitor: Murrrrrfssss. ¡No te acerquéis! ¡No te acerquéis!
Ecus: ¡Que! ¿Acaso tú hablas? No puedo creerlo.
Exitor: ¿Y en que reside el que no puedas creerlo? ¡No te acerquéis!
Ecus: ¿Pero porque me adviertes? ¿Porque me alejas?
Exitor: ¡Buscar sin encontrar! No puedes tocarme si hay dudas sobre tu búsqueda, perderías la razón, ¡yo se porque me ves! Tú ya no vives en el mundo de los hombres comunes, eres habitante de los no mundos, ¡Mas no te pierdas! ¡Más no te quemes! Pues al final del día solo habrá mas preguntas, y mis pelajes son alambres de incertidumbre y melancolía.
(Ecus lo entiende, el caballo es excitación pura, la búsqueda sin restricción ni dudas).
(Ecus esta a punto de aceptar su destino. Cuando en ese justo instante aparece Fadiman con una biblia en su mano y dice).
Fadiman: ¡Ha! Casualidad encontrarte aquí joven amigo, tu rostro se ve cansado, y tu mirada un tanto demacrada. ¡Bien te decía yo que no te llevaras con ese tipo de gente! Pero ven te invito a mi iglesia, pero ven, te invito a conocer al creador.
(En su mente Ecus pensó: ¡Ja! Ya lo conocí en el Edén Narcótico, pero igual lo seguiré).
Ecus: Esta bien te acompañare, me siento cansado, estoy débil, Carcomido de angustia.
(Y en esto Ecus no mentía. Se fue con Fadiman, mas Imagus monto sobre Exitor y fue tras el a paso lento, contemplando lo que sucedía).
(En pensamiento, es Ecus).
Ecus: Hey, que pasa, que hago yendo con este tipo, ¿y los no mundos? ¡Pues han desaparecido!
(Ecus ve a su alrededor, mas no logra ver a Exitor e Imagus, Estos los siguen a un metro de distancia. Obvio es que ecus no puede ver lo no mundos).
(Llegan a aquel centro religioso, y Ecus ve al Duende sentado en la puerta).
Fadiman: ¡Vete de aquí hombrecillo, corruptor de mentes!
El Duende: ¡Prefiero ser lo que dices, a ser corruptor de almas!
(Mira fijamente el duende a los ojos de Ecus, se acerca a el y rocía sus ojos con un liquido transparente, son las lagrimas de Imagus, y dan discernimiento a los ojos de Ecus).
(El duende se va, y aquella iglesia se ve igual, mas Ecus se siente mas tranquilo).
Fadiman: ¡Que bueno que se fue! Entra muchacho, esto es lo que curara tu alma y tu corazón. ¡Y no habrán mas dudas, aquí están todas las respuestas!
(Se sienta Ecus en una de las bancas, y ve aun extraño hombre con un sombrero sentado en una esquina; Este ve pasivamente a Exitor e Imagus, y luego el culto comienza).
(Casualmente el pastor de esta iglesia se llama Abel, Imagus saca su espada, el hombre se sombrero aguarda paciente).
(Haya en su esquina Dark siente un llamado, y camina hacia aquel lugar).
El culto:
Abel: Bienvenidos sean hermanos, alzad vuestra mirada, y dad gracias al creador.
(Hay vísceras en la boca de Abel, y un canino huele a cada miembro buscando entre sus bolsillos).
Abel: ¡Hooo! Mis amados hermanos, solo nosotros comprendemos la gracia y la paz de dios, creador del universo y de las cosas. Oremos hermanos, pidámosle abundancia, pues dice la palabra: "Pide y se te dará", y dios nunca deja desamparados a sus hijos.
Oración:
Danos entendimiento señor.
Ilumina nuestra mente y nuestra alma.
Necesitamos de tu santa presencia.
Esto te lo pedimos, o gran creador.
Ruega por nuestras almas.
Organiza nuestras vidas.
Sabemos que estas allí arriba.
Un respiro nos da gracia de tu ser.
Con el entendimiento, de ti profundo.
Imagen clara del santo espíritu.
Objeto eres de total veneración.
(Luego entra Dark en escena y dice).
Dark: ¡Parad! ¡Que esto es pura confusión!, el dios que buscáis no se encuentra aquí, si no en vuestras almas: Vosotros sois sus dioses, dios es vosotros.
(El hombre se sombrero negro se para).
Zatan: Es que acaso no veis, yo soy el símbolo de vuestras penas, y vivo en los malos actos que ustedes me atribuyen.
(Seguido la luz del creador bajo a la tierra desde el cielo, y dice).
Dios: ¡Abel! ¡Hijo mío! Estas ovejas están ya muy descarriadas, no es posible traerlas de nuevo al rebaño. ¡No creen en mi existencia, viven en instancias ajenas a nuestro paraíso!).
Abel: ¡Pero señor! ¡Todos deben estar bajo tu gloria!
(Luego Imagus atravesó la garganta de Abel con su espada, este quedo mudo al instante, y Zatan vuelve a los avernos de la culpabilidad, se alegra de hacer sido escuchado).
(Fadiman llora al ver al pastor mudo).
Fadiman: ¡Pastor! ¡Pastor! Satanás ha bloqueado tu boca para que no saques los demonios de estos impíos.
Ecus: ¡Pero Zatan ni lo ha tocado!
Imagus: No te preocupes, a el siempre lo culpan de todo, El pago, paga, y pagara por los errores de los hombres.
Dark: ¡Vámonos, este lugar me huele a estiércol!
(Salen, Imagus, Dark, y Ecus a las calles, el climas esta ya un poco más cálido. Exitor sonríe con una mirada de astucia y dice: Vamos pues amigos, los llevare a conocer los no mundos, y a mi reino, el reino de Opak).
(Monta Dark sobre Exitor y señala el camino a cualquier parte, a los no mundos).
(Van en medio De la calle todos, es de noche, ven castillos y universos, en cada cosa y en cada lugar).
(Se abre el suelo bajo sus pies).
Ecus: ¡Imagus que sucede!
Imagus: ¡No temáis caballero!
(Se abre el cielo sobre sus cabezas).
Dark: Bienvenidos sean amigos.
Los No Mundos.
Tomad.
Comed el bello fruto.
Envenenado de placer.
Delicioso cual labios vírgenes.
Y prohibido al hombre común.
(Bajo estas cálidas palabras se levanta Ecus del suelo, y vio la hoja de sus encantos flotando apacible en el aire).
(Mas la hoja vuela, se aleja de el, y Ecus la sigue en aquel espacio negro y bizarro).
(Llega a un extraño monumento con las palabras).
Monumento.
La soledad del alma:
Prodigiosa tarde, abandonada la carne, muerta la pena. Más es de sabios alejarse de la mirada de los hombres, tocar violines al son de lo sublime, y reír por las melodías que estos nunca escucharan: Bailar al son de ellas, y forjarse un alma, una armadura, y con ella protege el fruto, y en ella porta siempre la espada. Mora en la montaña, duerme bajo los astros fugases, que la luna se dibuje plena en tus ojos. El alma corriendo eufórica por los senderos nocturnos, y el cuerpo en un coma narcótico. Muerte a la pasión impura, y la emoción en la palma de la mano: regida por cinco pilares de astucia, y condensada en una mirada sarcástica. Envenenada la felicidad por un placer oscuro he indescriptible. ¡Es el ritual de las dagas! ¡Es la muerte del hombre!
Imagus: Veo que gustas ahora de palabras puras, de esencias marchitas; Pues aquí encontraras lo que siempre has soñado, y sufrirás al conocerlo, y sentirás placer al seguir sus designios.
(Viene Exitor a todo galope, he invita a Ecus a montar sobre el).
Imagus: ¡No temáis caballero, yo montare contigo!
(Exitor recorre una calleja a toda velocidad).
Caudal de las venas, gran velocidad.
A la par de ellos un cochero, arrea sus caballos a fuertes latigazos, su mirada en blanco, sus rasgos fuertes y enigmáticos. Gigantes delgados la atraviesan y ofrecen al pasante, sus frutas con sabor a alegría, y el hombre del poste gira como fuente esparciendo su placer.
Exitor: ¡Agarraos camaradas, conoceréis el vértigo!
(Acelera Exitor a una velocidad prodigiosa, y luego se detiene lentamente frente a un alto pilar).
Imagus: Aquí lo tienes caballero.
(Ecus lo ve y se conmueve, llora lagrimas de felicidad oscura. ¡Da gritos de desesperación al contemplarlo!).
Dark: Es el final del camino caballero, allí estas tu.
(El pilar contiene múltiples rostros, son caras de Ecus en diferentes estados, expresando distintas emociones).
(Ecus se dispone a leer la escritura de este segundo monumento).
Ecus: ¡Dos! Pues dos es la clave de la vida.
Monumento.
El alma:
(Imagus y Ecus ríen, y se amaran por siempre, Dark reina en los no mundos, y Exitor los conducirá a la lujuria cuando lo deseen).
FIN.
Nota final del autor:
Bien fácil me hubiera sido, escribir lo que decía el último pilar, mas no es mi alma, ni la de Ecus la que debes encontrar. Por eso oz incito camarada, a ver tu sombra, y a ver detrás de ella.
Autor:
Amimsped
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