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Estilo Bizantino. Iglesia de Santa Sofía


Partes: 1, 2

    1. Períodos del Arte Bizantino
    2. Arquitectura Bizantina
    3. Obras principales del arte bizantino
    4. Iglesia Santa Sofía
    5. Conclusión
    6. Bibliografía

    1. Introducción

    En el año 330 d.C. el emperador Constantino fundó sobre la capital cultural griega, Bizancio, su propia ciudad, Constantinopla, destinada a ser el eje del Imperio Romano de Oriente, separándose del Imperio Romano de Occidente, que se vio invadido por los bárbaros terminando con su unidad política.

    Originariamente, el imperio comprendía los territorios orientales de los antiguos dominios de Roma: Grecia, Macedonia, Asia Menor, Armenia, Siria, Palestina, Egipto, la costa norte de Libia y las islas del mar Egeo y del Mediterráneo oriental.

    El imperio Bizantino logró un ponderable desarrollo a través de tres corrientes culturales: el helenismo, el Oriente y el cristianismo. Poco a poco, las características latinas que distinguieron la vida imperial fueron reemplazadas por la cultura y la lengua griegas.

    Este imperio constituyó un verdadero archivo de la cultura del mundo antiguo que subsistió durante diez siglos gracias, en gran medida, a estar alejado de las grandes vías de invasión de los pueblos de occidente, esto le permitió mantener un ejército bien dotado y una administración eficaz.

    Su estratégica ubicación geográfica le permitió conseguir una formidable prosperidad económica, controlaba las rutas comerciales con Europa Oriental, los Balcanes, el Egeo, el Norte de África (incluido Egipto) y Asia Menor, la puerta de la India y la China Tang. Además su eficiente artesanado le accedió a mantener un permanente intercambio con Oriente.

    Mientras Roma se desplomaba y decaía su reino, Constantinopla crecía de una manera incontenible, la población aumentaba constantemente, se construían edificios lujosos y su puerto reunía naves de distintos países, otorgándole un floreciente emporio comercial e industrial. Los refinados productos eran: piedras preciosas (entre ellas el mármol), porcelanas, perfumes, seda, en tanto que las ciudades del imperio proveían finas vajillas de vidrio, ricos tejidos y obras de orfebrería.

    Durante el gobierno de Justiniano la ciudad de Constantinopla adquirió un brillo sin igual. Entre los magnificos edificios construidos se destaca la Iglesia de Santa Sofía, una de las muestras más notables de la arquitectura bizantina. Más de diez mil hombres, durante cinco años, intervinieron en su construcción.

    Pero junto al esplendor de los edificios públicos y la abundancia de iglesias y palacios, se alzaban sencillos monasterios, bulliciosos mercados, y casas muy humildes construidas en callejuelas estrechas y sucias donde se hacinaba la población marginada. Esto da indicios de un contraste entre una población harapienta, con abundancia de indigentes, frente a la otra, finamente vestida, integrada por aristócratas y ricos comerciantes.

    2. Períodos del Arte Bizantino

    Los distintos períodos del arte bizantino se ajustan, a las grandes fases de su historia política. Desde comienzos del siglo V se va creando un lenguaje formal artístico, propio y peculiar del Imperio romano de Oriente; pero sólo en la época del emperador Justiniano (527-565) se inicia la primera etapa específicamente bizantina que es cuando se construyen los edificios más importantes y ricos; el arte bizantino temprano abarca los siglos VI y VII.

    Después del período de la lucha de los iconoclastas (movimiento que rendían cultos a las imágenes) comienza, en el año 850 el arte bizantino medio que perdura hasta el 1200 aproximadamente. Esta época que caracteriza en esencia, forma y espíritu al arte bizantino, tiene dos fases: la de la dinastía macedónica (aproximadamente del 850 al 1050) y la de los Comnenos (aproximadamente del 1050 al 1204).

    En los siglos posteriores las novedades artísticas son de escaso interés, sin embargo, en el sur de Italia se forma un estilo en el que se mezcla con el arte árabe y el gótico, produciendo obras de gran riqueza. En esta época el estilo bizantino se introduce en Rusia, donde continuará durante varios siglos después de la desaparición de Bizancio.

    3. Arquitectura Bizantina

    En el arte de Bizancio pueden apreciarse varias influencias: el arte romano, el helenismo griego y la Persia Sasánida (suroeste de Asia).

    En la arquitectura bizantina se distinguen varios elementos arquitectónicos característicos:

    3.1. Plantas arquitectónicas

    En la tipología de los templos, según la planta, abundan los de planta centralizada, sin duda concordante con la importancia que se concede a la cúpula central, pero no son inferiores en número las iglesias de planta basilical y las cruciformes con los tramos iguales (planta de cruz griega). En casi todos los casos es frecuente que los templos, además del cuerpo de la nave principal, posean un atrio o

    narthex, de origen paleocristiano, y el presbiterio precedido de iconostasio, llamada así porque sobre este cerramiento calado se colocaban los iconos pintados.

    3.2. Arcadas de medio punto sobre columnas

     

    Los arquitectos bizantinos generalizaban el uso de arcos apoyados sobre columnas con fines constructivos. Esto tiene una gran importancia para la historia de la arquitectura y contribuye a dar ligereza y bellos efectos de perspectiva a los interiores.

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