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Agrotecnología de la caña santa o zacate limón

Enviado por rsoto


    La explotación de la caña santa tiene como finalidad la producción intensiva del sistema aéreo (hojas y seudotallos), que es donde se acumula el aceite esencial en mayor proporción y calidad; de esta forma adquieren gran importancia los nutrientes que se requieren para producir los mayores rendimientos. Como lo que se cosecha es su masa vegetal para su empleo en la producción de fitofármacos o para la obtención de su aceite esencial , es importante compensar las pérdidas de los elementos nutritivos del suelo con el fin de mantener la producción de la plantación y mitigar el impacto ambiental negativo que provocan las exportaciones que hace el cultivo de estos nutrientes.

    Lemongrass Research Station Odakkali, (1972) indica que usualmente no fertilizan el cultivo, sino que aplican los restos de la masa vegetal después de destilada, en forma de compost y 1.87 t.ha-1 de cenizas como aplicación basal durante la preparación del suelo.

    Estudios sobre el efecto de los fertilizantes en el lemongrass realizados por Gupta y Jain (1978) arrojaron que el nitrógeno, aplicado en dosis bajas acelera el desarrollo y aumentan el rendimiento en masa vegetal. Aplicaciones de nitrógeno con fósforo y potasio fueron efectivas para incrementar el rendimiento en biomasa y el contenido en aceite esencial.

    Saha et al. (1980) señalan que el lemongrass plantado sobre un suelo cuyos contenidos en P2O5 son de 22,7 kg.ha-1, K2O de 17 kg.ha-1y un pH de 5,8; la aplicación de 40 kg.ha-1de P2O5 y K2O, como fondo durante la preparación del suelo y 40 kg.ha-1de nitrógeno en forma de Urea a un mes de la plantación, es recomendable para garantizar un buen desarrollo inicial de la plantación.

    Un estudio más completo fue realizado por Prasad y Rao, (1986) sobre un suelo de bajo contenido de materia orgánica, deficiente de nitrógeno y deficiente en fósforo, amarillo y de reacción ácida, donde evaluaron cuatro niveles de nitrógeno: 0, 20, 40 y 60 kg.ha-1.año-1. El nitrógeno fue aplicado en dosis fraccionada durante la época de lluvia cada año. Una dosis basal de 40 kg.ha-1 de P2O5 y 20 kg.ha-1 de K2O fue aplicada cada año antes de las lluvias; obteniendo como resultado que con el incremento de las dosis de nitrógeno se elevó significativamente el rendimiento de masa vegetal en todos los años, individualmente y en todo el período. Observaron además que el rendimiento declinó gradualmente en los años en todos los niveles de nitrógeno.

    Con relación a los oligoelementos, se conoce que aunque las necesidades de hierro de los vegetales cultivados son relativamente pequeñas, porque las exportaciones sobrepasan pocas veces algunos centenares de gramos por hectárea, las deficiencias de hierro en las plantas de C. citratus reducen significativamente la biomasa y el rendimiento en aceite esencial, (Rao et al, 1996), aspecto a considerar en el manejo nutricional del cultivo.

    Estudios recientes realizados en Cuba por Rafaela Soto et al,(2002) sobre un suelo Ferralítico Rojo compactado ligeramente ácido, con contenidos de bajo a muy bajos de materia orgánica, alto de potasio y de mediano a bajo de fósforo asimilable, donde se estudiaron niveles de aplicación de N (0, 50, 100, 150 y 200 kg.ha-1.año-1 ), de P (0, 25, 50, 75 y 100 kg.ha-1.año-1 y el efecto de la inoculación de diferentes cepas de micorrizas, dieron los siguientes resultados:

    El nitrógeno, elemento de extraordinaria importancia en las plantas, por ser constituyente de una gran variedad de compuestos orgánicos y funcionales (Clavel et al.1991; Gil, 1995 y Taiz y Zieger, 1998), no influyó en la altura de las plantas, ni en el ahijamiento ya que no fueron significativas las diferencias entre los niveles de N estudiados ni la interacción niveles- cosechas.

    Todo parece indicar, que aún cuando en la mayoría de las gramíneas la aplicación de N favorece el crecimiento expresado a través de su altura (Crespo et al, 1986), en esta especie esta variable no es la que expresa su comportamiento ante la fertilización nitrogenada. En este sentido Bidwell (1995) indica que el crecimiento puede medirse como longitud, grosor, o área, a menudo se mide en aumento de volumen, masa o peso (fresco o seco) y cada uno de ellos, describe algo diferente y rara vez hay una relación simple entre ellos en un organismo en crecimiento. Esto sucede, apunta, porque el crecimiento a menudo ocurre en direcciones diferentes a distintas tasas, quizás ni siquiera relacionadas, así una relación linear área- volumen no persiste con el tiempo.

    Sin embargo, tanto la altura como el número de hijos variaron significativamente entre los diferentes momentos en que fueron realizadas las cosechas, los mayores valores para ambas variables se alcanzaron en los meses comprendidos en el período lluvioso, caracterizado en Cuba por una mayor irradiación y temperatura, entre otros, que favorecen el crecimiento de las plantas.

    La respuesta de la caña santa a la aplicación de niveles crecientes de N expresada a través del IAF (Figura 6) varió con el período de aplicación (lluvioso y poco lluvioso). En ambos períodos hay un aumento significativo en el IAF hasta el nivel de 100 kg.ha-1.año-1 y a partir del mismo se estabiliza hasta el máximo nivel de aplicación estudiado, todo parece indicar que estos niveles de aplicación produjeron concentraciones en el suelo que favorecieron su asimilación por las plantas, que pudo haber determinado un aumento de los constituyentes nitrogenados relacionados con la fotosíntesis y con ello un incremento de los fotoasimilados y de la producción de biomasa. Se conoce que la función metabólica más importante del N en la planta, es su carácter de componente estructural en proteínas, ácidos nucleicos, hormonas vegetales, vitaminas y muchas enzimas (Vázquez y Torres,1991; Taiz y Zieger, 1998).

    El IAF fue significativamente superior en el período lluvioso, donde se dan las condiciones que favorecen la absorción de los nutrientes.

    Figura 6. Efecto de niveles crecientes de N sobre el índice de área foliar.

    Los valores de IAF obtenidos están dentro del rango indicado por Clavero (1993) para los pastos tropicales, quien destaca que las gramíneas que tienen hojas cercanas a la vertical, durante gran parte de su crecimiento, como ocurre en la caña santa, desarrollan índices de área foliar elevados y alta eficiencia en la intercepción de la luz.

    Con relación al rendimiento en masa vegetal , en la primera cosecha, fase de fomento (Figura 7), no hubo respuesta a la aplicación del N, siendo similar a lo que ocurre en el cultivo de la caña de azúcar, según refieren Villegas (1994) y Filho et al. (1994) y puede ser explicado por lo planteado por Alomá et al. (1974) quienes manifiestan que las condiciones físicas propiciadas por la preparación del suelo y el hecho de que la cepa nueva es más vigorosa, provocan una mayor capacidad de absorción de los nutrientes del suelo.

    Figura 7. Efecto de niveles crecientes de N sobre el rendimiento de masa verde en la fase de fomento. Arzola et al (1994) no recomiendan la aplicación de N en caña de azúcar en la fase de fomento, ya que no hay respuesta del cultivo, dada la mineralización del material residual producto de la preparación del suelo y el desarrollo radical, que en esta fase facilita una mayor exploración del suelo.

    En la fase de explotación del cultivo (Figura 8), el rendimiento de masa vegetal se incrementó a partir de la aplicación de 100 kg.ha-1.año-1; esta respuesta de la planta a la aplicación de N ha sido encontrada en todo el trópico y se atribuye al bajo status de N en el suelo y a la gran avidez de las gramíneas por este elemento. (Clavel et al 1991, Rocha et al, 2000), componente estructural en proteínas, ácidos nucleicos, hormonas y otros, que participa en la mayoría de los procesos bioquímicos y fisiológicos del organismo vegetal.

    Figura 8. Efecto del N sobre el rendimiento de masa verde por superficie en la fase de explotación. La eficiencia de utilización del N por las plantas (EUN), alcanzó los mayores valores para los tres años evaluados en el nivel de aplicación de 100 kg.ha-1.año-1 y disminuyeron con el incremento de los niveles de N (Tabla 3). En otras gramíneas como en el caso del género Cynodon la mejor eficiencia de utilización es obtenida con el uso de 100 a 200 kg.ha-1.año-1. (Rocha, 2000).

    Tabla 3. Eficiencia de la utilización de N. (E.U.N.)

    Tratamientos

    Año I

    Año II

    Año III

    Período poco lluvioso

    Período lluvioso

    N50

    -0,015

    -0,05

    -0,002

    -0,047

    0,052

    N100

    0,05

    0,18

    0,095

    0,13

    0,18

    N150

    0,005

    0,114

    0,064

    0,075

    0,10

    N200

    0,0009

    0,07

    0,023

    0,028

    0,10

    La EUN cambió en los diferentes años, alcanzándose los mayores valores para todos los niveles evaluados en el segundo año, lo que pudo estar relacionado con las condiciones del tiempo de ese año (1993) que se caracterizó por una pluviométrica y temperatura superior a la de los restantes años.

    La UEN y el IAF, fueron superiores para todos los niveles en el período lluvioso, lo que indica que las condiciones ambientales de éste favorecieron la absorción del N.

    Los mayores rendimientos se alcanzaron en el segundo año de vida de la plantación, lo que al parecer estuvo relacionado con las condiciones del tiempo de ese año y declinó en el tercero, lo que coincide con los resultados de las investigaciones realizadas por Prassad y Rao (1986) en esta especie, los que indicaron que el rendimiento disminuyó gradualmente en todos los niveles de N estudiados.

    Con independencia del riego aplicado durante la ejecución del experimento, el rendimiento fue significativamente mayor en el período lluvioso, en correspondencia con los resultados obtenidos de EUN y los IAF, lo que puede atribuirse al aumento de las tasas fotosintéticas por el incremento de los recursos ambientales (agua, temperatura, luminosidad y otros) que propiciaron un uso más eficiente de los nutrientes.( Clavel et al. 1991).

    Los fertilizantes no sólo influyen en los rendimientos de masa vegetal, sino que pueden provocar variaciones considerables en su composición química. Crespo et al (1986), señalan que el fertilizante nitrogenado es el que mayor efecto produce. A continuación se ofrecen los resultados en este sentido en la caña santa.

    El contenido de N en las plantas respondió a los niveles de este nutriente en dependencia del momento en que fue aplicado (Tabla 4). En el primer momento que correspondió a las cosechas realizadas en el período poco lluvioso, el contenido se incrementó significativamente a partir de la aplicación de 100 kg.ha-1año-1 mientras que el segundo momento, correspondiente a las cosechas realizadas en el período lluvioso, el contenido se incrementó significativamente a partir de 150 kg.ha-1año-1, lo que parece indicar que bajo estas condiciones del tiempo, el contenido de N en las plantas se incrementa a partir de un nivel de concentración más alto. Gil, (1995), señala que el aumento de un determinado elemento en el medio puede causar o no efectos sobre su contenido en la planta, según el estado del vegetal. Las medias de los momentos indican que el incremento del nivel de aplicación de N, aumenta su contenido en la planta.

    Tabla 4.Efecto de niveles crecientes de N sobre el contenido foliar de N, P y K.

    Tratamiento

    N%

    P%

    K%

    Momentos

    Momentos

    Momentos

    1

    2

    X

    1

    2

    X

    1

    2

    X

    N0

    0,63 c

    1,41 b

    1,02 c

    0,20

    0,19

    0,19

    1,80

    1,82

    1,80 ab

    N50

    0,70 c

    1,43 b

    1,06 c

    0,17

    0,19

    0,18

    1,60

    1,57

    1,59 b

    N100

    1,18 b

    1,63ab

    1,401 b

    0,18

    0,15

    0,16

    1,86

    1,93

    1,90 a

    N150

    1,62 ab

    1,86 a

    1,74 a

    0,23

    0,17

    0,20

    1,82

    1,93

    1,87 a

    N200

    1,40 b

    1,76 a

    1,58 ab

    0,23

    0,20

    0,22

    1,73

    2,18

    1,96 a

    X

    1,10 b

    1,62 a

    0,20

    0,18

    0,19

    1,76

    1,88

    E.S.X Niveles

    0,061

    0,014

    0,070

    E.S.X Momentos

    0,039

    0,009

    0,044

    E.S.X N x M

    0,087

    0,02

    0,099

    C.V. %

    12,85

    22,14

    10,96

    (Letras diferentes, difieren significativamente, según Duncan p< 0,05

    1- Período poco lluvioso 2- Período lluvioso Paretas (1983) y Rocha et al (2000) apuntan que el incremento de los niveles de N, en los pastos aumenta su contenido y que es evidente que una importante vía para elevar la producción de proteínas en los mismos, es mediante la aplicación de fertilizantes nitrogenados, aspecto a tener en cuenta para la caña santa, ya que una vez sometida su masa vegetal al proceso de destilación, mediante el cual se extrae su aceite esencial, dicha masa puede ser empleada como alimento del ganado vacuno, como señalan Nair (1982) y Rosete y Soto (1987).

    Los contenidos de fósforo en la planta no se incrementaron significativamente con la aplicación del N en ninguno de los momentos, aunque en el período poco lluvioso, se manifiesta como tendencia un incremento de su contenido en los niveles de 100, 150 y 200 kg.ha-1.año-1, respuesta que no es similar a lo que ocurre en los pastos en Cuba, ya que en estos el contenido de P, disminuye a medida que aumenta la dosis de fertilización nitrogenada. (Paretas,1976; Crespo et al, 1986).

    Para los contenidos de K en las plantas, los resultados no permiten inferir un efecto marcado de los niveles creciente de N sobre el contenido de K, no obstante, se manifiesta como tendencia un incremento del contenido de éste cuando se elevaron los niveles de aplicación del N. En este sentido, los resultados en los pastos han sido variables. En Cuba se ha determinado una disminución del porcentaje de K en las gramíneas al elevar la dosis de fertilización nitrogenada en suelos Ferralíticos Rojos. ( Crespo et al, 1986).

    Los valores de los contenidos de N, P y K en la caña santa en las cosechas realizadas son similares a los reportados para las gramíneas en Cuba y se corresponden con los niveles tisulares requeridos por las plantas, según señala Epnstein (1994) citado por Torres (2001), quien indica valores de 1,5% para el N, 0,2% para el fósforo y un 1,0% para el K. Los contenidos de N alcanzados en el período lluvioso en los niveles de 100, 150 y 200 kg.ha-1.año-1, están dentro de los límites establecidos para un contenido óptimo (1,5%) en los pastos de Cuba. (Paretas, 1983), y como promedio general están por encima de los indicados por Yañez (1986) para esta especie (0,96 %), para las condiciones de Tabasco, Méjico.

    Los contenidos de P, están comprendidos en el rango de 0,10 a 0,55 para los pastos en Cuba, y son muy similares a los reportados por Yañes (1986); los de K, también son semejantes a los determinados para las gramíneas en Cuba, los cuales pueden variar desde 0,5 hasta 2,8%.(Paretas et al,1983).

    Los resultados de las extracciones que hacen las plantas de N, P y K, (Tabla 5) indican que el elemento que mayor magnitud extrae la caña santa del suelo en las condiciones en que se realizó el experimento, es el K, seguido del N y el que menos extrae es el fósforo. En este sentido Bidwell (1995), señala: "El K es requerido en grandes cantidades por las plantas, desconociéndose la naturaleza exacta de esta demanda". Estudios recientes indican, como señala Torres (2001) que el K participa en la extensión celular y en los procesos dependientes del turgor celular, influye en la actividad de muchas enzimas, es requerido para la síntesis proteica; juega roles importantes en el fenómeno de la osmorregulación, en el funcionamiento de los estomas, en los movimientos de las plantas en el transporte de solutos por el floema y en el balance catiónico-aniónico.

    En otras gramíneas como Cynodon nlemfuensis,en suelos similares, las mayores extracciones son de N seguidos de las de K. (Crespo et al.,2000).

    Para los tres nutrientes, las mayores extracciones fueron en las cosechas realizadas en el período lluvioso, donde se incrementaron significativamente los rendimientos en masa vegetal y los contenidos, principalmente de N.

    Tabla 5. Extracciones de N, P y K (kg.ha-1) a diferentes niveles de N

    Momento

    N0

    N50

    N100

    N150

    N200

    Media

    Porcentaje de Diferencia Relativa (D.R)

    N

    1

    15,10

    16,80

    41,40

    57,30

    47,30

    35,60

    0,00

    2

    60,00

    56,00

    72,10

    90,60

    83,80

    72,50

    +103,65

    Media

    37,35

    36,40

    56,75

    73,95

    65,55

    54,05

    % D.R.

    0,00

    -6,66

    +20,17

    +51,00

    +39,66

    P

    1

    4,8

    4,08

    7,05

    8,14

    7,74

    6,3

    0,00

    2

    7,00

    7,50

    7,40

    8,30

    9,5

    7,94

    +26,03

    Media

    5,90

    5,79

    7,23

    8,22

    8,62

    7,12

    % D.R.

    0,00

    -1,86

    +22,50

    +39,30

    +46,10

    K

    1

    43,20

    38,40

    65,30

    64,30

    58,50

    53,94

    0,00

    2

    67,00

    62,30

    96,00

    94,00

    103,80

    84,62

    +56,80

    Media

    55,10

    50,35

    80,65

    79,15

    81,15

    69,28

    % D.R.

    0,00

    -8,62

    +46,37

    +43,64

    +47,2

    El contenido de aceite esencial en la masa vegetal (Tabla 6) no varió de forma significativa por efecto de los tratamientos, en ninguno de los dos períodos del año. Sin embargo Central Institute of Medicinal and Aromatic Plants Lucknow (1985), indica que el contenido en aceite esencial es óptimo, cuando se aplican 75 kg.ha-1 al año y que dosis mayores no influyen sobre el mismo.

    Sin embargo, el rendimiento por superficie de aceite esencial fué favorecido por la aplicación de N al incrementar el rendimiento de masa vegetal y mantenerse contenidos similares de éste en todos los tratamientos. El mayor rendimiento se alcanzó en ambos períodos con la aplicación de 100 kg.ha-1.año-1 La calidad del aceite esencial no fué influenciada por los niveles de N aplicados, Pareek y Gupta (1985) indican que en esta especie, la síntesis de citral en el aceite esencial es más influenciada por el contenido de humedad del suelo, que por la fertilidad del mismo.

    Tabla 6. Efecto de los niveles crecientes de N sobre el contenido, rendimiento y calidad del

    aceite esencial.

    Tratamientos

    Contenido (%)

    Rendimiento (kg.ha-1)

    Citral (%)

    Período lluvioso

    Período poco lluvioso

    X

    Período lluvioso

    Período poco lluvioso

    N0

    0,63

    0,64

    0,63

    187,9

    177,8

    74,9

    N50

    0,56

    0,63

    0,59

    203,2

    189,2

    76,3

    N100

    0,69

    0,68

    0,68

    281,7

    248,2

    75,3

    N150

    0,64

    0,67

    0,65

    254,4

    234,3

    75,5

    N200

    0,62

    0,67

    0,64

    246,4

    215,7

    73,8

    X

    0,62

    0,65

    234,5

    213,0

    E.S.X Niveles.

    0,041

    1,037

    E.S.X Períodos

    0,026

    E.S.X (N x P)

    0,059

    C.V. %

    18,62

    2,76

    En sentido general, los resultados obtenidos muestran que la fertilización nitrogenada no influye sobre la altura y el ahijamiento de la caña santa, pero si favorece a partir de la aplicación de 100 kg.ha-1.año-1, el IAF y los rendimientos de masa verde por superficie en la fase de explotación del cultivo. La mayor eficiencia de utilización del N se obtiene con el empleo de 100 kg.ha-1.año-1. La aplicación de N favorece su contenido en la planta, así como el de K pero no influye sobre el de P. Para todos los niveles de N estudiados, los mayores rendimientos de masa verde se obtienen en el período lluvioso. El contenido y calidad del aceite esencial no son afectados por los niveles de N estudiados, pero si incrementa su rendimiento por superficie.

    El fósforo, al igual que el nitrógeno, juega un importante papel en las plantas, se halla en los ácidos nucleicos, fosfolípidos y glucolípidos, en los fosfatos de las bases púricas, pirimidínicas y de los monosacáridos (transporte energético) y en la síntesis de polisacáridos, tanto estructurales como de reserva. Su deficiencia afecta el metabolismo vegetal y el crecimiento. (Bidwell, 1995; Gil, 1995; Taiz y Zieger, 1998).

    En la caña santa, los niveles crecientes de P evaluados no influyeron en las alturas de las plantas , en el rendimiento de masa vegetal por superficie, en su contenido en las hojas (Tabla 7), ni en su extracción por las plantas.

    Tabla 7. Contenido de P foliar y extracción del mismo por las plantas.

    Tratamientos

    Concentración (%)

    Extracción

    (kg ha-1)

    P0

    0.187

    13.25

    P25

    0.182

    13.92

    P50

    0.18

    13.3

    P75

    0.182

    13.3

    P100

    0.2

    12.69

    E.S.x

    0.02 N.S

    0.74 N.S

    C.V. (%)

    14.5

    11.22

    No se obtuvieron diferencias significativas entre los tratamientos para ninguna de estas variables; lo que indica que no hay respuesta a la aplicación de P, lo que pudo estar determinado por el valor del pH del suelo en agua, comprendido en el rango (6,5-7,5) donde manifiesta su disponibilidad óptima. (Gil, 1995); así como su contenido en P asimilable, que está por encima de los 3,5 mg por 100 g. de suelo, límite por debajo del cual, Crespo (1979), plantea que se debe esperar respuesta a la aplicación de P en los pastos. En este sentido, Fixen (1997) señala que son varios los factores que influyen en la respuesta de las plantas a la aplicación de los fertilizantes fosfóricos, entre ellos destaca su contenido en el suelo, su contacto con las raíces de las plantas y su concentración en la solución del suelo. En otras condiciones, como sucede en los suelos latosólicos en Brasil el P es el nutriente que más limita el crecimiento de las gramíneas. (Moreira et al, 1997 y Morikawa et al, 1998).

    Paretas (1983), señalan que los estudios llevados a cabo en suelos Ferralíticos Rojos, han mostrado poca respuesta de los pastos a los fertilizantes fosfóricos, por otra parte Villegas (1994), refiere que cuando en la caña de azúcar hay respuesta a las aplicaciones de P, lo más altos rendimientos se obtienen con niveles no mayores de los 50 kg.ha –1.

    La caña santa hizo una extracción similar de P en todos los niveles de P estudiados, al no haber respuesta del cultivo en cuanto al rendimiento en masa vegetal y mantenerse contenidos análogos de concentración de P en las hojas. Los valores obtenidos para esta variable en la cosecha evaluada, son semejantes a los encontrados en Cuba, en los pastizales en suelos Ferralíticos sin fertilizar que oscilan entre 13 y 20 kg.ha -1 al año. (Crespo, 1977 y Paretas, 1976 citados por Crespo et al., 1986, pero si se asume que estos valores para la extracción se mantienen al mismo nivel en todas las cosechas que se realizan en el año, la extracción alcanzaría valores del orden de 53 kg.ha-1.año-1 comparables a los valores de extracción que hacen algunas especies de pasto, como C. nlemfuensis según indican Crespo et al. (2000), aspecto a tener en cuenta en el manejo de este nutriente en la caña santa, en consideración con la exportación que hace el cultivo del P y la necesidad de mantener los niveles de fertilidad del suelo, lo que haría recomendable hacer aplicaciones de 50 kg.ha –1.año-1, con vistas a restituir las pérdidas por este concepto.

    El rendimiento de aceite esencial por superficie (Tabla 8) tampoco se vió afectado por la aplicación de niveles crecientes de P, al no producirse variaciones para el rendimiento en masa vegetal y mantenerse contenidos similares de aceite esencial en las hojas . De igual modo tampoco se afectó la calidad del aceite esencial; los contenidos de citral no variaron entre los tratamientos y alcanzaron valores comprendidos a los establecidos para un aceite de buena calidad, según la Norma Cubana 3522 (1981).

    Tabla 8. Efecto de la fertilización fosfórica sobre el contenido de aceite esencial

    y de citral.

    Tratamientos

    Contenido en aceite esencial (%)

    Rendimiento (kg.ha-1)

    Contenido en citral (%)

    P0

    0,526

    169,2

    73,3

    P25

    0,528

    173,9

    75,2

    P50

    0,523

    175,0

    71,3

    P75

    0,521

    174,3

    70,3

    P100

    0,523

    178,9

    74,2

    E.S.X

    0,02

    2,02

    C.V. (%)

    7,69

    5,54

    Los resultados indican que bajo condiciones de riego y en un suelo Ferralítico Rojo compactado con contenidos de fósforo de 37,48 mg por 100 g de suelo, niveles crecientes de P2O5 no influyen sobre la altura de las plantas, el rendimiento por superficie de masa verde y de aceite esencial, ni en la calidad del mismo.

    "El uso de los microorganismos del suelo es cada día una de las alternativas nutricionales que más fuerza cobra dentro del contexto agrícola mundial, jugando un papel importante en los modelos de agricultura sostenible, donde su uso es imprescindible", (Altieri, 1997). Entre estos microorganismos se encuentran los hongos micorrizógenos, formadores de la simbiosis con las raíces de determinadas especies vegetales. (Ferrer, 1989).

    Un estudio del efecto de diferentes cepas de micorrizas comparadas con un testigo absoluto y testigos con aplicaciones de mfertilizantes químicos arrojó como aprecia en la tabla 9 que los rendimientos en masa seca, en la fase de establecimiento manifiestan un comportamiento inestable en los tratamientos inoculados con micorrizas, incluso en los controles de fertilización, que no difieren apreciablemente del testigo absoluto, resultado similar al obtenido en el experimento donde se estudió el efecto de niveles crecientes de N a nivel de campo.

    En el resto de las cosechas realizadas y para el acumulado los mayores rendimientos en masa seca por planta se obtuvieron en los tratamientos donde se aplicó N a 50 kg.ha-1 por corte, los que se diferenciaron de los tratamientos inoculados y del testigo absoluto, siendo superiores donde se incluyó el potasio, donde se alcanzan los mayores porcentajes de incremento con relación al testigo absoluto. Dentro de los tratamientos controles, PK, alcanzó los menores rendimientos; ello evidencia la exigencia de las gramíneas a la aplicación del N después de cada corte.

    Por otra parte se manifiesta también que la interacción del K con el N es notable, sobre todo con aplicaciones sucesivas de este último como ocurre en los pastos en Cuba, lo que ha sido señalado por Crespo et al. (1986) y por Martha Hernández y Cárdenas (1994).

    La inoculación con micorrizas no provocó un aumento significativo en los rendimientos con respecto al testigo absoluto, sin embargo, se registran incrementos del rendimiento acumulado de masa vegetal seca en más de un 3,7% y hasta un 9,9% en los tratamientos donde se emplearon las cepas G. moseae Guira 8,G. fasciculatum –1 y G. amarillo Topes- 7, lo que indica la factibilidad de inocular los mismos para mejorar esta variable.

    Tabla 9.Influencia en los rendimientos de masa seca (kg. planta-1) de la inoculación con MVA en Caña Santa.

    Tratamientos

    Cosecha de fomento

    Primera cosecha

    Segunda cosecha

    Tercera cosecha

    Acumulado de tres cosechas

    % de incre –mento

    G.fasciculatum-1

    1,75 bcd

    2,02 d

    1,21 d

    1,01 c

    4,24 e

    8,99

    G.manihoti-2

    2,59 ab

    1,53 d

    1,06 d

    0,98 c

    3,57 e

    G.agregatum-4

    1,97 abcd

    1,71 d

    1,05 d

    1,04 c

    3,80 e

    G.Pelú Topes-5

    2,22 abccd

    1,51 d

    1,09 d

    1,14 c

    3,74 e

    G.amarillo Topes-7

    1,47 cd

    1,61 d

    1,50 d

    0,99 c

    4,10 e

    5,30

    G.moseae Guira-8

    1,19 d

    2,03 cd

    1,36 d

    0,88 c

    4,27 e

    9,70

    G.mosaea UK-12

    2,14 abccd

    1,62 d

    1,28 d

    1,01 c

    3,91 e

    0,5

    G.moseae UK-13

    1,57 cd

    1,33 d

    1,16 d

    0,88 c

    3,37 e

    G.mosaea-14

    2,02 abcd

    1,71 d

    1,13 d

    1,12 c

    3,96 e

    1,7

    Control NPK

    1,61 bcd

    3,90 b

    5,0 b

    4,46 a

    13,36 b

    243,3

    Control PK

    2,30 abc

    2,43 cd

    3,31 c

    0,88 c

    6,62 d

    70,1

    Control NK

    2,87 a

    5,01 a

    7,03 a

    4,79 a

    16,84 a

    332,9

    Control NP

    2,44 abc

    2,92 bc

    4,93 b

    3,38 b

    11,24 c

    188,9

    Testigo absoluto

    2,20 abc

    1,78 d

    1,22 d

    0,89 c

    3,89 e

    E:S. X

    0,228 **

    0,252**

    0,1572**

    0,200**

    0,399**

    C.V (%)

    19,00

    8,58

    3,22

    7,10

    7,70

    Pattaro et al. (2000) en Puerto Rico, compararon plantas de C.citratus inoculadas con hongos micorrízicos arbusculares con plantas no inoculadas y obtuvieron como resultado un incremento en la producción de masa vegetal seca por planta de un 33,57%, resultado que, citan estos autores, fueron semejantes a los obtenidos por Gupta et al (1990) cuando inocularon C.martini con Glomus sp., en las condiciones de la India.

    Kothari y Singh(1996) estudiando el comportamiento de la citronela de Java (C.winterianus Jowitt) a la aplicación de la micorrizas G.intrarodices, a la compactación del suelo y al suministro de P, obtuvieron como resultado que estos hongos incrementaron sustancialmente la biomasa, longitud y contenido de nutrientes en las raíces, así como su concentración en la planta cuando el suelo tenía baja densidad y no había recibido aplicaciones de P.

    En Cuba, Ojeda et al.(1993) alcanzaron, con inoculación de micorrizas en Guinea likonii un incremento en los rendimientos acumulados de tres cortes de hasta un 5% con las cepas G.sp-6 y G amarillo Topes –7. Para el King Grass estos mismos autores encontraron diferencias significativas con relación al testigo absoluto al inocular las cepas G.amarillo Topes –7, con un aumento de los rendimientos de masa seca de un 24,4%.

    En los cultivos de arroz, maíz y sorgo la inoculación con la cepa G. fasciculatum incrementó significativamente los rendimientos hasta un 30% con relación al testigo sin inocular. (Fernández et al,.1999; Marlen Hernández y Cueva, 1999)

    La tabla 10 que aparece a continuación muestra los parámetros biológicos, porcentaje de infección (colonización), densidad visual (contenido fúngico comprendido en un peso determinado de raicillas micorrízicas) y la razón de dependencia micorrízica (beneficio obtenido de la simbiosis), lo que según Azcón y Ocampo (1981); citados por Ferrer (1989), depende de muchos factores, tales como: las relaciones especies- vegetal –hongo, la temperatura, la humedad , la fertilidad del suelo y otros factores.

    Los tratamientos que manifestaron determinada dependencia coinciden con los que alcanzaron mejores rendimientos; Ojeda et al.,(1993) encontraron en gramíneas forrajeras una dependencia de 2 a 30%, mientras que en leguminosas hasta un 177%. Esto demuestra lo complejo de la asociación micorrízica en el efecto de incrementar la dependencia.

    Tabla 10. Dependencia micorrízica, colonización y densidad visual de infección de la Caña Santa inoculada con MVA.

    Tratamientos

    Dependencia micorrízica (%)

    Colonización (%)

    Densidad visual (%)

    G.fasciculatum-1

    8,32

    60,0 a

    3,16

    G.manihoti-2

    40,0 cde

    1,74

    G.agregatum-4

    42,0 cde

    2,34

    G.Pelú Topes-5

    45.6 bcd

    1,56

    G.amarillo Topes-7

    5,21

    58.6 ab

    2,26

    G.moseae Guira-8

    9,06

    52.0 abc

    2,12

    G.mosaea UK-12

    0,6

    42.0 cde

    1,36

    G.moseae UK-13

    37.0 def

    1,45

    G.mosaea-14

    47.6 abcd

    1,80

    Control NPK

    28.0 efg

    1,35

    Control PK

    22.0 g

    1,43

    Control NK

    23.6 fg

    1,89

    Control NP

    28.3 efg

    1,48

    Testigo absoluto

    22.6 g

    1,32

    E.S.x

    3.18

    0,369

    La caña santa alcanza una colonización estable en todos los tratamientos inoculados del orden de 37 a 60%, esto se corresponde con los mayores valores del rendimiento. Pattaro et al (2000) en esta especie señalan un valor para esta variable de un 62% identificando a los hongos simbióticos de los géneros Glomus y Acaulospora. Por otra parte,Barthakur y Bordoloi (1990) en un estudio realizado sobre la ocurrencia de micorrizas en diferentes especies de Cymbopogon en el nordeste de la India, determinaron que C.citratus mostró la mayor colonización con un valor de 82,2%.

    La densidad visual obtenida es baja lo que coincide con los resultados expuestos por Ojeda et al (1993) en gramíneas en suelos Pardos de la provincia de Cienfuegos.

    Los tratamientos con fertilización mineral, así como el testigo absoluto, registraron valores de infección que, aunque bajos, demuestran la capacidad de las micorrizas nativas de asociarse, de lo que se infiere la necesidad de evaluar las poblaciones nativas.

    Los resultados indican que la mayor producción de masa seca por planta se obtiene cuando se aplica N y K, así como que la inoculación con las cepas G.moseae Guira 8, G.fasciculatum-1y G.amarillo Topes-7 incrementan el rendimiento de masa seca en más de un 3,7 y hasta un 9,9%.

     

     

    Autor:

    Dra. Rafaela Soto Ortiz, Ing. Agrónoma, MSc.

    Subdirectora. CETAS / Universidad de Cienfuegos  Cuatro Caminos, Carretera a Rodas, km 4ç CP 59430, Cienfuegos, Cuba