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La reconcentración en San Cristóbal ? Cuba (1896-1898)


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    1. Desarrollo
    2. Conclusiones
    3. Bibliografía

    ¨Pocas veces en la Historia un pueblo ha tenido que pagar tan alto precio por su amor a la Libertad

    Raúl Castro Ruz.

    Introducción

    La clarinada mambisa del 24 de Febrero de 1895 dio continuidad a la gesta libertadora de 1868,contra el poderío colonial español; pocos meses después de consolidada la guerra en la región oriental de Cuba; se iniciaba la proeza insólita de la histórica Invasión de Oriente a Occidente, dirigida por Antonio Maceo y Máximo Gómez.

    El 22 de Enero de 1896; después de un avance arrollador, entró el Titán de Bronce y sus bravos invasores en Mantua; ardía la llama de la rebeldía en toda la isla y la victoria de los cubanos frente al coloniaje español era solo cuestión de tiempo.

    La obstinación del gobierno español ante la inminencia de la victoria de los cubanos lo llevó a la aplicación de medidas extremas: La Reconcentración forzosa de la población campesina en las poblaciones fortificadas. El capitán general Arsenio Martínez Campos fue sustituido por el sanguinario Valeriano Weyler; designado especialmente por el Presidente del Consejo de Ministros de la Metrópoli, para la aplicación de tan inhumana medida.

    El propósito de este folleto ; poner al alcance de estudiantes, docentes e interesados en el tema; una información sintetizada de los efectos desastrosos que para la población de San Cristóbal tuvo La Reconcentración; y contribuir con ello al conocimiento de la Historia Local, así como a la consolidación de las convicciones revolucionarias de las actuales generaciones.

    Desarrollo

    El bando oficial de la Reconcentración fue emitido el 21 de Octubre de 1896,y en el se disponía que en un término de 8 días, todos los residentes en los campos o fuera de la línea de fortificación de los poblados, se reconcentraran en los pueblos ocupados por las tropas; se prohibía la extracción de víveres de las poblaciones y su traslado; las reses debían ser llevadas a los pueblos; se señalaba que aquel que infringiese las disposiciones seria juzgado como rebelde.

    Esta medida perseguía, desde el punto de vista militar privar al Ejército Libertador del valioso apoyo del campesinado, y de fuentes seguras de suministros pues además de requisar el ganado, fue acompañado de la destrucción de sembrados y caseríos.

    Es significativo que, investigaciones recientes han evidenciado que se aplicaron estas medidas antes de la fecha de la salida del bando oficial; en numerosas localidades; incluyendo nuestro municipio, prueba fehaciente es el aumento considerable de muertes en el año 1896, provocadas por epidemias, que se propagaron en condiciones propicias.

    La Reconcentración, se aplicó primeramente en la provincia de Pinar del Río, donde Antonio Maceo se batía con éxito casi diariamente con numerosas fuerzas españolas; se extendió paulatinamente a casi toda la isla y se estima que hubo más de 300 000 reconcentrados. Hubo zonas de Oriente donde dominaban los insurrectos(los campos) y el bando no pudo ser materializado.

    El ejército regular español, los guerrilleros y los voluntarios fueron autorizados para aplicar esta política de exterminio. Centenares de miles de mujeres, niños y ancianos fueron arrancados de sus sitios de labor y traídos como rebaños a las poblaciones, donde hacinados y hambrientos, sin protección oficial, sin higiene y atención eran víctimas de las epidemias.

    A estas barracas le llamaban el Lazareto; en gran hacinamiento, sin condiciones higiénicas, vivían en estos campamentos improvisados hombres, mujeres y niños, dormían generalmente en el suelo, no se separaban los enfermos y ni siquiera los muertos que permanecían tirados hasta que venía el carretón municipal a recogerlos, en grupos de 12 a 14 cadáveres.

    Testimonios de descendientes de reconcentrados que sobrevivieron a la tragedia han legado para la historia tristes relatos sobre:

    –El lugar y las condiciones de las barracas.

    –La promiscuidad, falta de higiene, alimentación y atención médica.

    –El merodeo de los más fuertes, única fuente segura de alimento, pues solo se distribuía las sobras de la tropa.

    –Las enfermedades que más padecían los reconcentrados eran: la diarrea, la fiebre, la viruela y sobre todo el hambre.

    –Muchos no cabían en las barracas y vivían disgregados en los suburbios del pueblo.

    –No les permitían salir al campo abierto en busca de frutos, solo lo hacían burlando la vigilancia.

    –El fallecimiento de familias enteras a causa del hambre y la diarrea.

    La investigación, en los documentos históricos, registros de nacimiento y defunciones de la época han apartado otros elementos:

    >El estudio de los tres primeros años de la década del ´90 del siglo XIX ofrece una muestra del comportamiento de los nacimientos y defunciones.

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