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La metamorfosis. Una metáfora de Kafka

Enviado por ladydiana_al


    Una metáfora de la vida: La metamorfosis, una obra escrita, en 1915, del puño de Franz Kafka, un escritor checo, hijo de padres judíos, que vivió los estragos de los inicios, así como el apogeo, de la primera guerra mundial.

    Su vida no estuvo dotada de grandes hazañas, pues era tímido y antisocial; su padre ejercía un control absoluto sobre él, alejándolo así de su placer por la literatura, que sin embargo, más tarde logró recobrar. Kafka nos ha dejado grandes obras —entre ellas: EL proceso, La condena y América—, de las cuales La metamorfosis es una de las más reconocidas, ya que refleja indudablemente su vida bajo la fuerte influencia de su padre, y la crítica del régimen de aquéllos años en la Europa del Este.

    La obra se ubica dentro del género narrativo, constituyendo un relato del realismo fantástico, con rasgos expresionistas y surrealistas. Durante toda la historia, el autor plasma situaciones no fuera de lo normal; sin embargo, un aspecto que lo hace formar parte de esta corriente es el elemento de la transformación que sufre el personaje principal.

    El análisis del comportamiento y su contexto, así como la aparente decaída de Gregor y la frecuente presencia de un entorno templado, oscuro, privado de claridad, convierten al relato en un híbrido digno de la literatura.

    En La metamorfosis, Franz Kafka aborda el tema del autoritarismo, mediante la historia de un viajante de comercio, llamado Gregor Samsa, el cual despierta una mañana transformado en un insecto, convirtiendo éste en un pecado que lo lleva a sufrir los más grandes sinsabores por parte de su familia, el trabajo y la sociedad. Después de diversos acontecimientos, el personaje principal termina de una manera trágica, mientras que su familia, lo más cercanos a él, toman este suceso como una liberación para seguir adelante con su vida.

    El autor plantea, de una manera extraordinaria, su biografía, su sometimiento hacia su padre, dándonos a conocer las consecuencias y sentimientos experimentados bajo tal régimen autoritario, en donde el único error a cometer es haber nacido dentro de ese sistema. Asimismo, la obra en cuestión es una clase de crítica al gobierno de aquella época, plena de subordinación y autoritarismo, donde las cosas están ya predeterminadas sin explicación ni razón alguna —como se observa en el relato—, así como la inferioridad suscitada por el hecho de ser judío.

    Refiriéndonos ahora a la estructura externa, podemos observar que el texto se encuentra dividido en cuatro partes carentes de nombre. Esto debido tal vez, a la negativa del autor de dar una jerarquía a los capítulos, pues su vida está basada en un sistema de este tipo; de esta manera, la ausencia de nombres crea una igualdad entre las partes de la obra, sin que una parezca más importante que la otra —no obstante, para dirigirnos más fácilmente a los capítulos, les otorgaremos un nombre descriptivo.

    En la primera parte,"Autoridad laboral", el personaje principal se ve enfrentado a su jefe, quien después de un rato de espera, habla con Gregorio a través de la puerta.

    Al ver la reacción del principal, sale ya convertido en un insecto, provocando la exaltación de los personajes en la escena. En "Autoridad fraternal", Grete la hermana de Gregorio, parece ser quien ahora posee el mando, pues ella es la encargada de la supervivencia de Gregorio al encomendarse a darle de comer, y a limpiar un poco; sin embargo, el poder no es ejercido de una manera total y autoritaria, como se presenta en los demás capítulos. "Autoridad paternal" es la parte centrada en el arrebato del padre, el cual es originado por la supuesta agresión de Gregorio hacia su madre, comenzando así las actitudes hostiles que llevan al paulatino desdén por Gregorio.

    La última parte, "Autoridad Social", es llamada así porque es en esta parte donde la autoridad es ejercida por tres huéspedes representantes de la sociedad, si bien no hacia Gregorio, hacia la familia entera. Los capítulos de esta obra están fuertemente relacionados con su autor y época, como ya hemos mencionado antes, ya que el mismo Franz Kafka sufrió la obligada subordinación de su padre y la sociedad en que vivía, así como el cuidado por parte de su hermana cuando enfermó de tuberculosis.

    Pasando a la estructura interna, el planteamiento se ve iniciado por un suceso tan alarmante como el clímax: la metamorfosis de Gregorio en un insecto.

    Al desarrollarse la historia, se observan los distintos aspectos en los que la vida de Gregorio se ve afectada, y los sucesos ocurridos durante su estado (ubicado esto en "Autoridad Laboral", "Autoridad Fraternal" y una parte de "Autoridad Paternal").

    Sin embargo, estos sucesos que se vuelven cotidianos, son interrumpidos por el desmayo de la madre en "Autoridad Paternal" (clímax), atribuyendo al personaje principal una culpa que se ve castigada con la actitud del señor Samsa al arrojarle manzanas, hecho que al final hiere Gregorio, llevándolo a su trágico desenlace.

    La historia es planteada por un narrador extradiegético, con esporádicas intervenciones del estilo directo; en pocas ocasiones, el narrador extradiegético se inmiscuye en el estilo directo, dando una idea de superioridad ante tal caso. El narrador omnisciente podría resultar en la representación de la autoridad que somete al estilo directo, ocupando así en su mayoría las intervenciones en la obra, proporcionándole el poder de la narración.

    Por otra parte, el tiempo en el que se desarrolla el relato, es un tiempo lineal, sin digresiones, que proporciona un fácil entendimiento en el transcurso de los acontecimientos, para así mostrarnos la progresiva autoridad ejercida por los diversos tipos de relación ahí presentados.

    Sin duda, toda la obra apunta a lo que fue la vida de Kafka, plasmando a éste como un insecto, análogo al hecho de ser judío, que además de vivir bajo el mando de su padre, sufría desprecios que, en ocasiones, provocaba un sentimiento de inferioridad y de culpa en él.

    Frases como: "Por eso había él comenzado a trabajar con tal ahínco, convirtiéndose […] de dependiente sin importancia, en todo un viajante de comercio.", "Innumerables patas, lamentablemente escuálidas […]", "[…] ¿qué pasaría si yo siguiese durmiendo […] y me olvidase de todas las fantasías?", "Gregorio encontrábase […] separado de la madre, la cual, por culpa suya, hallábase […] en trance de muerte", junto con otras citas más, lo evidencian, pues efectivamente, Kafka era dependiente de su padre, mas tiempo después obtuvo un trabajo similar al de Gregorio.

    Asimismo, "escuálidas" nos dan idea de cuán débil y enfermizo era Kafka, e igualmente la pregunta antes citada, refleja su deseo de salir de la realidad. El hecho de sentirnos un bicho bajo tales circunstancias, puede provocar en nosotros ciertas alteraciones que nos lleven a pensar cosas ilógicas, o creer en sucesos inexplicables o inexistentes, como es reflejado en los dolores de Gregorio previos a la metamorfosis.

    En cuanto a la simbología, existen ciertos elementos que apuntan directamente a lo que es el tema. Se presenta en repetidas ocasiones la palabra "cabeza", como la cabeza de Gregorio y la cabecera de la cama. Esta palabra está relacionada con la autoridad, que es representada como la cabeza, lo más alto de las cosas en la jerarquía, lo cual también nos lleva al hecho de que Gregorio una vez pensó en la acción del principal al sentarse sobre el pupitre, denotando su superioridad.

    La intervención de la madre al afirmar que Gregorio no tenía otra cosa en la cabeza más que el almacén, sugiere la gran importancia que el personaje principal le da al trabajo pues éste también ha mencionado que su prioridad es mantener a su familia y no dejarla sola hasta liquidar su deuda.

    La presencia de los muebles otorga un sentido humano todavía vivo en Gregorio, que la autoridad —en este caso su hermana—, trata de arrebatarle al creer que es mejor para él dejar la habitación sin obstáculos para su libre tránsito. La mesa frente a su cama, es un elemento muy importante y descriptivo en la analogía hecha de Gregorio-Kafka, pues su localización sugiere un lugar importante (superior) en sus vidas, y su utilización: la escritura, es un aspecto que ambos comparten.

    El uniforme que porta el señor Samsa al entrar a trabajar, proporciona aun más a su presencia el aspecto de autoridad, el cual él mismo cree y adopta actitudes características de un dirigente autoritario, principalmente hacia su esposa y su hija. Sin embargo, con el tiempo va perdiendo su pulcritud, anunciándonos que está por finalizar su mandato, tomado entonces por los tres huéspedes.

    El elemento de la manzana, representa el pecado original, una culpa con la que todos nacemos, y que Gregorio sufre de más.

    La incrustación de ésta en su cuerpo, es símbolo del castigo, que lo lleva a su muerte, no sólo por la herida, sino por la indiferencia de su familia, que lo deja solo, y se olvida de él. Esta agresión hacia Gregorio se da poco después de que éste se encontraba aferrado al cristal con el retrato de la mujer en pieles, el cual me sugiere el arquetipo de Eva posterior a su pecado, es por eso viste en pieles, y la serpiente está a su alrededor. Gregorio, pues, se aferra a la madre, a la vida, que vendrá a abandonarlo, acarreándole a su fin, castigo por el que Eva es representada de esa manera.

    Le atribuyo a los desechos de los que Gregorio se alimenta, la degradación final de su persona, la cual él acepta, y es aceptada también por Grete y sus padres. La creencia de su inferioridad es, en parte, producto de su impotencia al no poder ayudar a sus padres: esa es su frustración. Esto lo lleva al punto de agradarle los desperdicios como comida, y rechazar lo digno de un humano corriente, como los demás a sus alrededor.

    En las puertas con llave, se advierte una vez más la autoridad que se ejerce en la historia, al no poseer Gregorio la habilidad de abrirlas o cerrarlas debido a su estado. Esto se contrapone a la facultad que, en cambio, poseen todos los miembros de la familia y demás personajes para disponer de las puertas, así como del mando sobre la situación, que todos alguna vez presentan.

    El tiempo es un factor importante en el relato, pues marca la diferencia entre la supuesta desgracia de la familia Samsa, y la superación de ésta, posterior a la muerte de Gregorio. El clima nublado, templado, lluvioso es imperativo a lo largo de la historia, al tiempo que Gregorio sufre las consecuencias de su metamorfosis, y la familia atraviesa por ciertos acontecimientos.

    Al morir Gregorio, se observa que el tiempo ha mejorado, y si bien al principio la familia Samsa llora su fallecimiento, después recobra su alegría, olvidándose de todo, y mirando entonces hacia nuevos proyectos.

    La presencia y continua referencia del reloj, denota una cierta importancia al tiempo, algo a lo que está sujeto nuestro personaje principal, pues su trabajo depende de horarios que deben de cumplirse. De esta manera, podemos ubicar el tiempo como algo vital y superior, a lo que Gregorio está sometido, llevándonos de nuevo a nuestro tema: la autoridad.

    En cuanto a la forma del relato en general, observamos que en el texto predomina el estilo verbal sobre el nominal, debido al dinamismo con el que transcurre la obra, y la exigua descripción que se le otorga al entorno, limitándose a los detalles más fundamentales; y es que la atención se dirige de una manera exclusiva e imperante hacia la acción, dejándonos con la poca admiración del pobre entorno que se describe.

    En su mayoría, los verbos están conjugados al imperfecto, —lo cual contrasta con lo antes mencionado—, sin embargo, la descripción es propia de los eventos que se suscitan, proporcionándonos una mejor percepción de la acción. Es preciso señalar que la conjugación de estos verbos no nos ubica en un tiempo determinado, haciendo impredecible la época en la que sucede la historia, a pesar de las frecuentes intervenciones del perfecto que sí nos ubican dentro del relato, mas nunca en la época.

    La presencia de oraciones compuestas y complejas, indican la manera en la que el autor pensaba, y en este caso, la complicada existencia que Gregorio presenta. Cierto es que Kafka vivía una vida simple, sin embargo, su psicología, así como la de nuestro personaje principal, se tornó complicada. Así pues, lo que se piensa que es una vida sin acción, monótona, y bajo la decisión de los demás, puede resultar en una alteración de nuestro pensamiento.

    Por otra parte, en la búsqueda de un fragmento a analizar (que más adelante se discutirá), he encontrado dos figuras retóricas que llamaron especialmente mi atención.

    En la página 12, encontramos una singular hipérbole: "Mil veces intentó en vano esta operación"; tal exageración es análoga al número patas que Gregorio posee en su nuevo estado, y que no puede controlar, así como su deseo de cambiar de posición. De esta manera, Gregorio está imposibilitado en su cuerpo, no posee poder ni regulación sobre él, como tampoco lo tiene con su vida.

    Del mismo modo, en páginas como la 13, la 18 y la 50, advertimos el tropo de la interrogación retórica, del cual está pleno el relato.

    En ocasiones, esta figura se encuentra de forma repetitiva, es decir, cuando una pregunta termina, se formula otra a continuación. Debido a esto, inferimos que el autor, así como Gregorio, tienen una fuerte lluvia de interrogantes, que no requieren de respuesta, sino que lo hacen para dar a conocer su confusión e incertidumbre ante las cosas, así como la complejidad de la que sus mentes son presa. Asimismo, observamos que cada pregunta formulada se refiere a nuestro tema de la autoridad, algunas veces no en concreto, pero sí en sus diferentes aspectos manteniendo su esencia.

    Ahora nos dirigiremos al análisis de la forma del fragmento anexo. En cuanto al plano léxico-semántico, encontramos en la línea 2 la aparición de una antítesis, formada por los adjetivos "plano" y "seco", que se contraponen a la previa constitución de Gregorio, la cual era descrita como redonda y algo babosa, al dejar éste una sustancia de esta textura. Los primeros adjetivos marcan de una manera rígida el cambio se ha suscita en el cuerpo de Gregorio; al morir éste, pierde lo más parecido que tenía al hombre: humedad y algo de forma en su cuerpo. Con esto toda su inferioridad se reduce a nada, sucumbiendo ante la fuerte autoridad de la que era víctima.

    Identificamos ahora una hipérbole en las líneas19-20: "inundado de claridad". Tras un período de nebulosidad, la luz al fin aparece, y aparece justamente a la muerte de Gregorio. La vasta claridad a la que se hace referencia, corresponde a la autoridad en su máxima expresión; el señor Samsa y su esposa, su hija, la asistenta y los tres huéspedes se hallaban dentro de la habitación a un determinado tiempo (aunque distinto), "inundándola" así de sus actitudes autoritarias.

    Como ya hemos mencionado, las oraciones complejas y compuestas están por todos lados en el texto, incluso en este fragmento de cuarenta líneas, salvo en algunas intervenciones del estilo directo, y en su defecto, en las oraciones simples.

    Las oraciones simples en las líneas 11 y 14, sugieren un hecho que provee información importante: cómo es importante el factor del tiempo en la historia ("Se estaba justo a fines de marzo") —como ya hemos mencionado—, y la evidente desaparición de la autoridad de los tres huéspedes al leer la cita: "Los habían olvidado".

    Como podemos observar en el anexo, existen grandes marcas relacionadas a nuestro tema. En la línea 3, el hecho de que sus "patitas" (en diminutivo) ya no lo sostengan, denota cuán débil era ya de por sí, sin siquiera un control sobre él mismo.

    El uso de la palabra "ratito" (en diminutivo) en la línea 5, es evocada por la madre, quien es la única persona que nunca trató de mala manera a su hijo; y aún en este punto de la historia, sigue representando esa ternura que inspira una madre, y la fragilidad de sus sentimientos hacia sus hijos, demostrando así que de verdad quería a Gregorio.

    En las líneas 10-11, el tiempo sigue apuntando al límite de las dos épocas claramente distinguidas en la historia, tomando como punto de referencia la muerte de Gregorio. En las líneas 12-13, la acción de los tres huéspedes de buscar su desayuno con la vista, alude, una vez más, a la autoridad que hasta ese entonces poseen, y no obstante pierden, desconcertando al que de los tres se atribuye mayor importancia (líneas 15, 31), como observamos por su nueva actitud en las líneas 31, 32, 39 y 40.

    La asistenta, al poner su dedo índice en la boca (línea 16) para silenciar a los huéspedes, y su acción de llamarlos con "señales enérgicas" (línea 17), revelan una de las pocas veces en las que la autoridad pasa a ella, pues en ese momento está a cargo de lo que suceda, a pesar de que los tres hombres tengan una supuesta superioridad ante la situación y lo pongan de manifiesto (líneas 20-22).

    Sin embargo, esto se ve opacado al aparecer el señor Samsa con su esposa e hija a los lados, sugiriendo una nueva fuerza más grande, que se ve reflejada en las líneas 28 y 36, por el tono en el que se dirige a sus inquilinos, recobrando así la autoridad que había poseído desde siempre.

    Finalmente, La metamorfosis, pertenece, sin duda, a las grandes obras del siglo XX, pues no sólo goza del entretenimiento para el lector, y su análisis, sino que representa lo que un hombre puede vivir, cuán solo puede llegar a sentirse hasta el punto más trágico.

    Este relato lo leí cuando era pequeña, sin embargo, no había entendido lo que esta obra significaba realmente, hasta que tuve la oportunidad de observarlo y analizarlo, y al final comprender lo que es. Todo esto condujo a mi cambio de percepción, que no se limita sólo a la apreciación, sino a un gusto por la lectura de La metamorfosis, que incluso encierra aquél que tanto me apasiona, y que es por la crítica de la política de los sistemas de gobierno.

    El cuerpo de Gregorio aparecía efectivamente comple-

    tamente plano y seco. De esto, sólo se enteraban ahora, por-

    que ya no lo sostenían sus patitas, y nada apartaba de él la

    mirada.

    —Grete, vente un ratito con nosotros— dijo la señora

    Samsa sonriendo melancólicamente.

    Y Grete, sin dejar de mirar hacia el cadáver, siguió a

    sus padres a la alcoba.

    La asistenta cerró la puerta, y abrió la ventana de par

    en par. Era todavía muy temprano, pero el aire tenía ya, en

    su frescor, cierta tibieza. Se estaba justo a fines de marzo.

    Los tres huéspedes salieron de su habitación y busca-

    ron con la vista su desayuno. Los habían olvidado.

    — ¿Y el desayuno?— preguntóle a la asistenta con mal

    humor el señor, que parecía ser el más autorizado de los tres.

    Pero la asistenta, poniéndose el índice ante la boca, in-

    vitó silenciosamente a los señores, con señas enérgicas, a en-

    trar en la habitación de Gregorio.

    Entraron, pues, y allí estuvieron en el cuarto inunda-

    do de claridad, en torno al cadáver de Gregorio, con expre-

    sión desdeñosa y las manos hundidas en los bolsillos de sus

    algo raídos chaqués.

    Entonces, se abrió la puerta de la alcoba, y apareció el

    señor Samsa, enfundado en su librea, llevando de un brazo a

    su mujer y del otro a su hija. Todos tenían trazas de haber llo-

    rado algo, y Grete ocultaba de vez en cuando el rostro contra

    el brazo de su padre.

    Abandonen ustedes inmediatamente mi casa— dijo el

    señor Samsa, señalando la puerta, pero sin soltar a las mujeres.

    — ¿Qué pretende usted dar a entender con esto?— pre-

    guntóle el más autorizado de los señores, algo desconcertado,

    y sonriendo con timidez.

    Los otros dos tenían las manos cruzadas a la espalda, y

    se las frotaban sin cesar una con otra, cual si esperasen go-

    zosos una pelea, cuyo resultado había de serles favorables.

    Pretendo dar a entender exactamente lo que digo

    —contestó el señor Samsa, avanzando con sus dos acompa-

    ñantes en una sola línea hacia el huésped.

    Éste permaneció un punto callado y tranquilo, con la

    mirada fija en el suelo, cual si sus pensamientos se fuesen or-

    ganizando en una nueva disposición dentro de su magín.

    Diana Figueroa Prado

    Universidad Autónoma de Nuevo León

    Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe

    Bachillerato Internacional

    Comentario de Texto "Una metáfora de Kafka"

    A 7 de octubre de 2005, Monterrey, N.L.