Descargar

Consumo de calcio, fósforo y proteínas y calidad de masa ósea en mujeres posmenopáusicas

Enviado por fveljorn


    1. Resumen
    2. Objetivo general
    3. Material y métodos
    4. Resultados
    5. Factores dietéticos y su influencia en la calidad del hueso
    6. Discusión de los resultados
    7. Factores relacionados con la dieta
    8. Conclusiones
    9. Bibliografía

    RESUMEN

    La osteoporosis constituye un problema de salud a nivel mundial. Es una enfermedad multifactorial en la que se combinan factores genéticos, nutricionales y otros relacionados con diferentes estilos de vida. Objetivos: Determinar la relación entre algunos factores de riesgo de osteoporosis y la calidad de la masa ósea en mujeres posmenopáusicas aparentemente sanas. Material y métodos: Se realizó un estudio descriptivo de tipo transversal, en 244 mujeres posmenopáusicas, en cuatro áreas de salud de La Habana. Se confeccionó una encuesta de frecuencia semicuantitativa de consumo de alimentos para determinar la ingesta de calcio, fósforo y proteínas. Se evaluó la calidad de la masa ósea por osteosonometría del calcáneo (SONOST 2000). Los datos recopilados se procesaron con el paquete estadístico SPSS versión 10.0 Resultados: Un alto porcentaje de las mujeres asintomáticas estudiadas tenían mala calidad ósea (69.3%). Existió una tendencia al aumento de mujeres con mala calidad ósea al aumentar la edad (p = 0.00). No se demostró influencia de los nutrientes estudiados con el desarrollo de mala calidad ósea, aunque predominó el consumo por debajo de las recomendaciones nutricionales de calcio, fósforo y proteínas en las mujeres con mala calidad del hueso. Conclusiones: El mayor porciento de las mujeres estudiadas tenía mala calidad ósea. Se demostró estadísticamente la relación entre la edad y la calidad ósea, sin embargo no se demostró la relación entre el consumo de calcio, fósforo y proteínas y la mala calidad ósea.

    Palabras claves: Osteoporosis, calidad de masa ósea, posmenopáusica, edad, calcio, fósforo, proteínas.

    INTRODUCCIÓN

    La osteoporosis pertenece al grupo de enfermedades crónicas no transmisibles del adulto y, junto a las fracturas relacionadas con ella, representan un gran problema para la salud pública mundial por estar asociadas a un incremento de la morbilidad y la mortalidad de la población adulta. (1)

    Debido al impacto económico significativo de las fracturas, expresiones clínicas más temidas de la osteoporosis, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha clasificado como el quinto problema de salud a nivel global. (1)

    Según la Fundación Nacional de Osteoporosis, 1 de cada 4 mujeres desarrolla osteoporosis y cerca del 50 % de las mujeres de 50 años en adelante, sufrirán una fractura relacionada con dicho padecimiento. (1)

    En poblaciones como la nuestra, que están en transición demográfica por el incremento de la expectativa de vida y la longevidad de su población, la osteoporosis y sus fracturas también ocupan un lugar preponderante como causa de muerte.

    En nuestro país las personas mayores de 60 años constituyen el 14.48 % del total de la población y la esperanza de vida asciende a 76 años de edad, (2) por lo cual es muy probable que en los próximos años aumente la magnitud de la osteoporosis como problema de salud, si asumimos que su frecuencia es al menos, similar o cercana a la hallada en países desarrollados. (1)

    En la actualidad, aproximadamente 1 308 750 cubanos padecen de osteoporosis y de estos, 558 750 son mujeres mayores de 65 años de edad; 375 000 son mujeres posmenopáusicas entre 50 y 65 años de edad; y 375 000 son hombres mayores de 50 años. (3)

    La osteoporosis fue definida en 1991 como una enfermedad esquelética sistémica, caracterizada por baja masa ósea y deterioro en la microarquitectura del tejido óseo, que origina fragilidad ósea aumentada con el consecuente incremento en el riesgo de fractura.

    La dieta es un elemento particularmente importante y a su vez modificable que interviene en la etiopatogenia de la osteoporosis. En un inicio se enfocó la enfermedad casi dependiente exclusivamente del calcio y la Vitamina D. Sin embargo, el interés reciente es en los efectos de una variedad de otros nutrientes sobre el estado del hueso, y se incluyen los minerales magnesio (Mg), potasio (K), cobre (Cu), zinc (Zn) y sodio (Na); las vitaminas C, K, B12 y A; y macronutrientes, como las proteínas, los ácidos grasos y los azúcares. (4)

    Todo esto indica que la prevención de pérdida del hueso a través de la dieta es compleja e involucra numerosos nutrientes y alimentos. Es probable que los factores genéticos actúen conjuntamente con la dieta aumentando la complejidad de estos efectos.

    Con los adelantos de la genética y la nutrición se mejorará la comprensión de estas interacciones y se contribuirá a buscar recomendaciones cada vez más eficientes para la prevención de la pérdida del hueso y la osteoporosis en el envejecimiento.

    OBJETIVO GENERAL

    Determinar la relación entre algunos factores de riesgo de osteoporosis y la calidad de la masa ósea en mujeres posmenopáusicas aparentemente sanas.

    OBJETIVOS ESPECÍFICOS

    • Clasificar el grado de calidad ósea según los resultados obtenidos por osteosonometría.
    • Valorar la relación entre la calidad ósea y la ingestión dietética de calcio, fósforo y proteínas.

    MATERIAL Y MÉTODOS

    Se realizó un estudio descriptivo de tipo transversal en 244 mujeres posmenopáusicas, en cuatro áreas de salud de La Habana.

    Se evaluó la calidad de la masa ósea por osteosonometría del calcáneo, mediante mediciones del valor del "índice de calidad ósea", conocido por sus siglas en inglés: BQI.

    Las mujeres se clasificaron según sus valores del BQI. Estableciendo el valor 84.5 como punto de corte (que corresponde con el valor de –1 del T-score), serían mujeres con "buena calidad ósea" las que tenían un valor de BQI por encima del punto de corte y con "mala calidad ósea" aquellas que estuviesen por debajo del mismo.

    Se determinaron los hábitos nutricionales de consumo de calcio, fósforo y proteínas mediante un cuestionario de "Frecuencia Semicuantitativa de Consumo de Alimentos", el cual se completó durante la entrevista a la paciente en la consulta y se recopiló la información del último año anterior a la investigación.

    Se consideró como aporte normal de calcio un valor de 800 mg / día; de fósforo un valor 800 mg / día y de proteínas un valor cercano a 0.75g / Kg de peso corporal / día, que se corresponde con un 10 al 15 % de la energía total recomendada. (5)

    Los resultados de la encuesta fueron evaluados mediante el Programa CERES.

    La relación calcio / fósforo y de calcio / proteínas en la dieta fue evaluada también mediante la misma encuesta y se realizó su posterior análisis mediante el Programa CERES. Se consideró como valor normal el intervalo de relación Calcio / Fósforo, de 1.0 a 1.5 y de calcio / proteínas 20 mg/g. (5)

    Los datos recopilados se procesaron con el paquete estadístico SPSS-PC versión 10.

    Para las variables cuantitativas se utilizaron medidas de resumen de estadística (media aritmética, tipo de distribución, desviaciones y errores estándares).

    Los resultados se presentan para el total de las mujeres estudiadas y divididas en:

    • Mala calidad ósea (BQI < 84.5) y buena calidad ósea (BQI ≥ 84.5)
    • Edad: 55- 59 años; 60 – 64 años y de 65 – 69 años de edad
    • Ingesta de calcio, fósforo, proteínas y relación de consumo calcio / fósforo y calcio / proteínas por debajo de las recomendaciones nutricionales y normal o por encima.

    El grado de significación de las diferencias entre las medias se determinó mediante la "t" de Student y el análisis de varianza de una vía empleando el test de Mann Witney y Spearman, y el coeficiente de correlación lineal de Pearson.

    Se construyeron tablas de dos entradas y se empleó el test estadístico de Chi-Cuadrado para evaluar asociación entre hábitos nutricionales y la calidad ósea.

    RESULTADOS

    Se estudiaron un total de 244 mujeres posmenopáusicas entre 55-69 años de edad las cuales se clasificaron según su calidad ósea tomando como punto de corte el valor de 84.5 del índice de calidad del hueso (BQI). Las mujeres con mala calidad del hueso representaron el 69.3 % de la población estudiada. (Gráfico # 1)

    Fuente: Encuestas

    En los 3 grupos de edad predominaron las mujeres que clasificaron con mala calidad ósea. Se puede apreciar como existe una tendencia a aumentar el número de mujeres con mala calidad ósea al aumentar el grupo etario. Además, se puede observar como a partir de los 60 años el número de mujeres con buena calidad del hueso es mucho menor que en grupo de 55-59 años. A partir de los 60 años el comportamiento fue muy similar en ambos grupos de edades. (p = 0.00) (Gráfico # 2)

    Para ver el gráfico seleccione la opción "Descargar" del menú superior

    Fuente: Encuestas c 2 =9.429; p = 0.00

    El gráfico # 3 muestra el resultado del análisis de regresión lineal simple entre la edad y el BQI. Se puede apreciar como a medida que aumenta la edad, la calidad ósea disminuye dado que los valores del BQI son menores. El análisis de la varianza de la regresión muestra un nivel de significación de 0.001 por lo que el ajuste de los puntos a la recta es adecuado. El valor del coeficiente de regresión b nos demuestra que por cada año de edad en las mujeres estudiadas el valor del BQI disminuye en un 0.8 existiendo una relación indirecta entre estas variables con un nivel de significación de 0.001.

    Cuando analizamos el ajuste de la recta o la r2 vemos que el 0.04 % de las variaciones del BQI están dados por la edad.

    Esta observación concuerda con el análisis realizado con la prueba de Chi – cuadrado (c 2) informado en el gráfico # 2.

    Gráfico # 3

    Correlación lineal entre la edad y el índice de calidad ósea

    FACTORES DIETETICOS Y SU INFLUENCIA EN LA CALIDAD DEL HUESO

    CONSUMO DE CALCIO

    El 80.3 % de las mujeres estudiadas tenía un consumo de calcio por debajo de las recomendaciones nutricionales. La mala calidad ósea fue más frecuente en las mujeres que consumían calcio por debajo de las recomendaciones nutricionales pero sin asociación estadísticamente significativa que demostraran una relación entre el bajo consumo de calcio y la mala calidad ósea de las mujeres estudiadas.

    Tabla # 1

    Relación entre el consumo de calcio y la calidad ósea

    Consumo de Calcio

    Mala

    calidad ósea

    (%)

    Buena

    calidad ósea

    (%)

    Total

    (%)

    < 800mg/día

    80.5 %

    80.0 %

    80.3 %

    ≥ 800mg/día

    19.5 %

    20.0 %

    19.7 %

    Total

    100%

    100 %)

    100 %

     

     

     

    Fuente: Encuestas c 2 =0.007 p = 0.932

    El consumo de calcio en la población total estudiada estuvo por debajo de las recomendaciones nutricionales (570.0 ± 470.0 mg/día). Al analizar el consumo de este nutriente en las mujeres con mala calidad del hueso (548,3 ± 418,6 mg/día) y en aquellas con buena calidad ósea (618,9 ± 569,3 mg/día), no se encontró diferencias estadísticas significativas. (p = 0.28)

    CONSUMO DE FÓSFORO

    El consumo de fósforo por debajo o, normal o por encima de las recomendaciones nutricionales, mantuvo porcientos similares en ambos grupos según la calidad del hueso (buena o mala calidad ósea) por lo que no se obtuvo asociación estadística entre estas variables. (Tabla # 2)

    Tabla # 2

    Relación entre el consumo de fósforo y la calidad ósea

    Consumo de fósforo

    (mg/día)

    Mala

    calidad ósea

    (%)

    Buena

    calidad ósea

    (%)

    Total

    (%)

    < 800

    54.4 %

    49.3 %

    52.9 %

    ≥ 800

    45.6 %

    50.7 %

    47.1 %

    Total

    100 %

    100 %

    100 %

     

     

     

     Fuente: Encuestas c 2 =0.08 p = 0.77

    EL consumo medio de fósforo en la población estudiada fue de (883.9 ± 602.1 mg/día), ligeramente superior a las recomendaciones de este nutriente en este grupo poblacional.

    La media del consumo de fósforo en las mujeres con mala calidad del hueso (859,6 ± 611,5 mg/día) y en las mujeres con buena calidad (938,8 ± 580,8 mg/día) no mostró diferencias estadísticas significativas. (p = 0.34)

    RELACIÓN CALCIO / FÓSFORO

    La relación calcio / fósforo menor que 1.0 se presentó en el 92.3 % de las pacientes con mala calidad ósea y en un 93.3 % de las mujeres con buena calidad ósea pero no encontramos asociación significativa entre la relación de consumo calcio / fósforo y la calidad ósea. (p = 0.77)

    La relación de consumo calcio / fósforo en toda la población tuvo una media de 0.64 ± 0.23. El valor mínimo fue de 0.13 y el máximo de 1.26. Estos resultados son posibles de explicar debido a que la población tuvo una ingesta de fósforo superior a la del calcio.

    Según la calidad ósea, la relación Ca / P tuvo valores de la media de consumo muy similares sin diferencias estadísticas entre las mujeres con afectación de la calidad del hueso (0.63 ± 0.23) y las que tenían un buen índice de calidad del hueso (0.62 ± 0.22). (p = 0.76)

    Al realizar un análisis de asociación entre el consumo calcio / fósforo y el índice de calidad ósea mediante una prueba de correlación lineal no encontramos diferencias estadísticas. (r = 0.038; p= 0.55)

    CONSUMO DE PROTEÍNAS

    El consumo de proteínas por debajo de las recomendaciones nutricionales, predominó tanto en las mujeres con buena calidad ósea como en aquellas que tenían mala calidad, pero sin diferencias estadísticas significativas. (p = 0.15)

    Se estimó una media de consumo de proteínas de (70.5 ± 61.6 g/día) en la población estudiada. En las mujeres con mala calidad ósea la media de consumo fue de (68.9 ± 68.3 g/día) y en las que tenían buena calidad ósea (74.2± 43.0 g/día) sin diferencias estadísticas entre ellas. (p = 0.54)

    PROPORCIÓN CALCIO / PROTEÍNAS

    Tanto en las mujeres con mala calidad del hueso como aquellas que no tenían afectación ósea predominó el consumo por debajo de las recomendaciones nutricionales de la relación Calcio / Proteínas pero sin asociación estadística.

    (p = 0.476)

    La relación calcio / proteínas en toda la población tuvo una media de 8.71± 4.30 mg/g. El consumo mínimo fue de 1.10 mg/g y el máximo de 23.03 mg/g.

    La media de consumo en las mujeres con mala calidad del hueso (8.84 ± 4.43 mg/g) y en las mujeres con buena calidad (8.42 ± 4.03 mg/g) no mostró diferencias estadísticas entre ambos grupos. (p= 0.49)

    Al realizar un análisis de asociación entre el consumo calcio / proteínas y el índice de calidad ósea mediante una prueba de correlación lineal no encontramos asociación. (r= 0.031; p = 0.62)

    DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

    ÍNDICE DE CALIDAD ÓSEA

    La densidad mineral ósea sufre variaciones fisiológicas en las distintas etapas de la vida. Durante la segunda y la tercera década de la vida el hueso alcanza se pico máximo de masa ósea y posteriormente, 3 ó 4 años antes de la menopausia comienza la pérdida de masa ósea causada por un disbalance entre la resorción y la formación ósea. (6-9)

    Tomando el valor de 84.5 del BQI que obtenemos a través de la osteosonometría del calcáneo, como punto de corte para evaluar la calidad del hueso, encontramos un alto porciento de afectación del hueso en la población estudiada en edad posmenopáusica que se acentúa más en las mujeres de mayor edad ya que existe una correlación entre la edad y la mala calidad ósea.

    Estos resultados coinciden con la bibliografía consultada donde se señala una mayor prevalencia de osteoporosis en mujeres después de la menopausia. (1, 3, 5, 7-14)

    FACTORES RELACIONADOS CON LA DIETA

    CONSUMO DE CALCIO Y CALIDAD ÓSEA

    La ingestión de calcio no tuvo una asociación significativa con la calidad del hueso en este estudio a pesar del bajo consumo en la población estudiada, lo que se contradice con algunos autores que señalan una asociación significativa entre el consumo de calcio y la calidad del hueso, mientras coincide con otras investigaciones en las cuales no se encuentra esta asociación como explicaremos a continuación.

    Los estudios transversales de densidad ósea encuentran una asociación entre la ingesta alimentaria de calcio y la densidad ósea, mientras que en estudios longitudinales en adolescentes hasta la edad adulta no encuentran esta asociación. (11)

    En diversos estudios publicados se plantea que no existe relación alguna, o que solo existe una discreta relación directa, entre el calcio en la dieta y la masa ósea cortical. (15)

    En diferentes estudios se ha indicado que la densidad ósea está directamente relacionada con el consumo de calcio en diversos períodos de su vida. (6, 12, 16, 17-25, 29)

    CONSUMO DE FÓSFORO Y CALIDAD ÓSEA

    El consumo excesivo de fósforo puede disminuir la absorción intestinal de calcio y aumentar la excreción urinaria de dicho catión y, por tanto, afectar el contenido mineral óseo. Según Arnaud, es posible que estos efectos se contrarresten de forma que el balance de calcio no sea afectado. (11) Heaney y Recker publicaron que las ingestas variables de fósforo no tenían efectos sobre el balance global del calcio en las mujeres posmenopáusicas lo que coincide con los resultados encontrados, donde no hubo asociación entre el consumo de fósforo y la calidad del hueso. (26)

    RELACIÓN DE CONSUMO CALCIO / FÓSFORO Y CALIDAD ÓSEA

    Porrata y colaboradores recomiendan para la población cubana que la ingesta de fósforo sea paralela a la de calcio, de forma tal que una relación calcio / fósforo de 1:1 a 2:1 es la adecuada y por debajo de 1 se considera un riesgo de pérdida de masa ósea. (5, 27)

    La ingestión de fósforo superó la de calcio, encontrándose con más frecuencia esta relación por debajo de lo recomendado pero no encontramos asociación entre la relación de ingestión de calcio y fósforo y los defectos en la mineralización ósea.

    Hernández y Porrata señalan que el análisis de los datos del Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional en Cuba entre los años 1994 y 1997 puso en evidencia una deficiencia de la ingestión de calcio en varios grupos etarios y una relación calcio / fósforo con valores de 0.45 y 0.56 lo que coincide con nuestra investigación al encontrar que el mayor número de mujeres tenían una deficiente ingesta de calcio y una proporción Ca:P menor que 1. (28)

    En un estudio realizado en el Norte de México, en mujeres posmenopáusicas no se encontró una relación positiva entre la ingesta dietética de Ca y P y la densidad ósea, lo que coincide con los resultados encontrados. (26)

    CONSUMO DE PROTEÍNAS Y CALIDAD ÓSEA

    El papel de la proteína en la dieta en el metabolismo óseo es controversial. Diferentes autores señalan los efectos del consumo elevado de proteínas relacionados con el metabolismo del calcio, aumentando la excreción urinaria de calcio y afectando su absorción y, por consiguiente, afectando el contenido mineral óseo. Estos efectos negativos no se observan cuando el consumo de calcio y de vitamina D es adecuado. Rapuri encontró una asociación estadística entre el consumo elevado de proteínas y un contenido mineral óseo elevado en mujeres en las cuales el consumo de calcio era superior a 408 mg/día. (29)

    Otros estudios señalan que el consumo bajo de proteínas afecta directamente la resorción ósea, la formación del hueso o ambas lo que coincide con nuestros resultados en relación con la frecuencia encontrada entre bajo consumo de proteínas y mala calidad ósea, aunque no encontramos significación estadística. (20,30)

    RELACIÓN DE CONSUMO CALCIO / PROTEÍNAS Y CALIDAD ÓSEA

    Algunos autores creen que una relación calcio/proteína superior a 20 mg/g es la adecuada para proteger al hueso de la desmineralización. Nosotros encontramos un consumo medio de esta proporción 8.71 mg/g, muy por debajo de las recomendaciones, lo que coincide con lo encontrado por Basabe. (27,31)

    CONCLUSIONES

    1. Un alto porcentaje de las mujeres posmenopáusicas asintomáticas estudiadas tenían mala calidad ósea (69.3%).
    2. Se observó una tendencia a aumentar el número de mujeres con mala calidad ósea al aumentar el grupo etario. (p = 0.00)
    3. Desde el punto de vista nutricional, no se demostró una influencia de los nutrientes estudiados con el desarrollo de una mala calidad ósea en el grupo de mujeres estudiadas, pero si encontramos una tendencia al consumo por debajo de los aportes nutricionales recomendados en las mujeres con mala calidad del hueso.

    BIBLIOGRAFÍA

    1. Kattah W. Epidemiología de la osteoporosis. Algunos datos demográficos de la población mundial. Boletín de osteoporosis: Valoración del impacto social y económico de la osteoporosis. 2002;26:5-9.
    2. Ministerio de Salud Pública. Anuario Estadístico 2002. La Habana. MINSAP.
    3. Padrón R. Osteoporosis: un problema de salud en aumento. Rev Cubana Endocrinol. 2001;12(2):69-70.
    4. Varela ER. Evaluación del polimorfismo del gen VDR como factor de predisposición genética a la osteoporosis y su relación con otros factores de riesgo. [Tesis para optar por el título de Licenciada en Bioquímica]. La Habana: Universidad de La Habana; 2003.
    5. Porrata MC, Hernández TM, Argüelles VJ. Recomendaciones nutricionales y guías de alimentación para la población cubana. La Habana: Editorial Pueblo y Educación; 1997.
    6. Katbleen ML. Escott-Stump S. Nutrición en la salud ósea. En: Katbleen Maban L. Escott-Stump S, editores. Nutrición y Dietoterapia de Krause. 9ed. México DF;1999. p.583-94.
    7. Lugones BM. Osteoporosis en la menopausia. Prevención y estrategias terapéuticas actuales. Rev Cubana Obstet Ginecol. 2001;27(3):199-204.
    8. Santos HC, González de la Nuez J, Ugarte Suárez JC, González IM. La mujer cubana en el climaterio, aspectos metabólicos-nutricionales. RNC. 2002; XI (4):121-132
    9. Schaafsma G. The Western diet with special focus on dairy products. Bruxelles: Danone; 1997.
    10. Rapado A. Salud ósea y calcio en la mujer menopáusica. Alim Nutri Salud. 2000;7(1):6-14.
    11. Arnaud CD, Sánchez SD. Calcio y fósforo. En: Ziegler E, Filer LJ, editores. Conocimientos actuales sobre nutrición. 7 ed. Washington, DC: OPS; 1997.p.260-71. (Publicación Científica; 565)
    12. Quiles JI. Consejos y cuidados nutricionales en el climaterio. Alim Nutri Salud. 2000; 7(2): 37-50.
    13. Sowers MF. Adelantos nutricionales en la osteoporosis y la osteomalacia. En: Ziegler E, Filer LJ, editores. Conocimientos actuales sobre nutrición. 7ed. Washington, DC: OPS; 1997.p.488-96. (Publicación Científica; 565)
    14. Chaftare Y, Pisabarro R. Osteoporosis: epidemiología, diagnóstico y tratamiento. An Esp Pediatr. 2001;54:48-50.
    15. Garn SM, Rohmann CG, Wagner B. Population similarities in the onset and rate of adult endosteal bone loss. Clin Orthop.65:51-60.
    16. Bronner F. Calcium nutrition and metabolism. Dent Clin North Am. 2003; 47(2):209-24.
    17. Hata M, Miyao M, Mizuno Y. Osteoporosis as a lifestyle-related disease. Nippon Rinsho. 2003;61(2):305-13.
    18. Islam MZ, Lamberg-Allardt C, Karkkainen M, Ali SM. Dietary calcium in premenopausal Bangladeshi women: do socio-economic or physiological factors play a role? Eur J Clin Nutr. 2003;57(5):674-80.
    19. Advani S, Wimalawansa SJ. Bones and nutrition: common sense supplementation for osteoporosis. Curr Womens Health Rep.2003;3(3):187-92.
    20. Ilich JZ, Brownbill RA, Tamborini L. Bone and nutrition inn elderly women: protein, energy, and calcium as main determinants of bone mineral density. Eur J Clin Nutr. 2003;57(4):554-65.
    21. Lane JM, Garfin SR, Sherman PJ, Poynton AR. Medical management of osteoporosis. Instr Course Lect. 2003;52:785-9.
    22. Owecki M, Horst-Sikorska W, Baszko-Blaszyk D, Sominski J. Influence of diet and physical activity on the course and therapy of osteoporosis. Pol Merkuriusz Lek. 2002;13(78):473-6.
    23. Creedon A, Cashman KD. The effect of calcium intake on bone composition and bone resorption in the young growing rat. Br J Nutr.2001;86(4):453-9.
    24. Rozen GS, Rennert G, Rennert HS, Diab G, Daud D, Ish-Shalom S. Calcium intake and bone mass development among Israeli adolescent girls. Am Coll Nutr.2001;20(3):219-24.
    25. Prentice A. Diet, nutrition and the prevention of osteoporosis. Public Health Nutr. 2004;7(1A):227-43.
    26. Mendez RO, Gomez MA, Lopez AM, Gonzalez H, Wyatt CJ. Effects of calcium and phosphorus intake and excretion on bone density in postmenopausal women in Hermosillo, Mexico. Ann Nutr Metab. 2002;46(6):249-53.
    27. Basabe B. Condicionantes dietéticos y nutricionales de densidad mineral y remodelado óseo en mujeres jóvenes. [Tesis para optar por el título de Doctor en Nutrición]. Madrid: Universidad Complutense de Madrid; 2003.
    28. Hernández TM, Porrata MC. Calcio, osteoporosis, hipertensión arterial y cáncer colorrectal. Rev Cubana Aliment Nutr. 1999;13(1):33-45.
    29. Rapuri PB, Gallagher JC, Haynatzka V. Protein intake: effects on bone mineral density and the rate of bone loss in elderly women. Am J Clin Nutr. 2003;77(6):1517-25.
    30. Wang P, Zhang H. Review of dietary risk factors for osteoporosis. Wei Sheng Yan Jiu.2003;32(1):81-3.
    31. Massey LK. Does excess dietary protein adversely affect bone? J Nutr. 1998;128(6):1051-3

     

     

     

    Autor:

    Dra. Ana Rosa Jorna Calixto

    Especialista en Medicina General Integral. Master en Nutrición en Salud Pública y Profesora Instructora

    Dr. Pedro Luis Véliz Martínez

    Especialista en Medicina Interna. Diplomado en Nutrición en Salud Pública y Profesor Instructor

    Lic. Ada Lydia de las Cagigas Reig

    Dr. Jorge Blanco Anesto

    Dr. Gabriel Perdomo González