Una mirada sobre la evolución socioeconómica argentina en la segunda mitad del siglo XX
Enviado por Berta Sanchez
La conformación de las villas de emergencia en las zonas aledañas a los grandes centros urbanos está íntimamente ligada al proceso socioeconómico que vivió la Argentina en su historia, sobre todo a partir de los años 50 y 60. Durante los años del peronismo, grandes masas poblacionales del interior iniciaron una migración a las grandes ciudades como consecuencia del auge del proceso industrial y la consiguiente oferta laboral. A su vez, la disminución del trabajo en áreas rurales también provocó dicha migración interna. La población se asentaba rápidamente alrededor de los centros urbanos más importantes del país, y sin ninguna planificación, crecían los barrios obreros en zonas contaminadas e inundables, es decir, no propicias para la construcción de viviendas. La falta de previsión del crecimiento acelerado de la población urbana trajo como consecuencia la formación de barrios en sitios inapropiados, con consecuencias como el hacinamiento, la proliferación de enfermedades, la falta de servicios, etc.
El proceso industrial continuó su marcha con el desarrollismo de Frondizi (1958-1962) luego con Illia (1963-1966) y con gobiernos de facto, que, más allá de su condición neoliberal, no alteraron demasiado el curso de la industria nacional. Sin embargo, la convulsionada situación política de los ´70 dio a los militares y a los grupos financieros que los solventaban la excusa para hacerse con el poder de la Argentina mediante un golpe de Estado. El "Proceso de Reorganización Nacional", así llamado por los militares, no sólo instauró en el país la cultura del miedo a través del terrorismo de Estado, sino que además favoreció los intereses de los sectores financieros internacionales, desmantelando la industria nacional.
El gobierno militar de Videla, Massera y Agosti impuso el neoliberalismo a rajatabla, abriendo el mercado nacional merced a la reducción de aranceles de importaciones: evidentemente, la industria argentina no podía competir con los mercados internacionales por razones coyunturales, es decir, el tamaño de la producción argentina generaba un costo de los productos mucho más alto que el de los grandes mercados internacionales, por lo tanto el precio de los productos nacionales era muy superior al de los productos importados.
La industria, desprotegida y abandonada, se vio obligada a cerrar las puertas de las fábricas despidiendo a miles de empleados, aumentando así la tasa de desempleo del 5% al 9%. Los obreros de los barrios próximos a los conglomerados urbanos se quedaron sin trabajo. Los barrios, precariamente construidos, fueron transformándose en villas de emergencia, acogiendo en sus viviendas a grandes masas de excluidos. Por otra parte, el rol social del Estado se vio disminuido por las ideas neoliberales que azotaban al país por lo tanto los habitantes de las villas no obtuvieron ninguna ayuda por parte del estado. Como consecuencia de esto, la cantidad de habitantes de las villas creció mucho. El porcentaje de hogares pobres pasó del 5,8% en 1974 a 12,8% en 1980.
La realidad de la Argentina era cada vez más cruel para más gente, a costa de la apertura de los mercados. Durante el gobierno de Alfonsín, el Estado volvió a estar presente en la actividad económica, sin embargo el gobierno radical no pudo hacerle frente a la crisis inflacionaria y los mercados mundiales, íntimamente relacionados a la caída de la URSS , presionaron para la salida del gobierno de Alfonsín para así instaurar nuevamente el neoliberalismo en la Argentina. Pero esta vez sería peor. El neoliberalismo, con la URSS extinguida, tenía el camino libre para apropiarse del tercer mundo. Ya en 1991, antes de la llegada de Menem al poder, sólo el 30% de los hogares del conurbano bonaerense poseían una adecuada infraestructura urbana, lo que concierne a alumbrado público, desagüe pluvial, red de agua potable y red cloacal.
El gobierno de Carlos Menem fue una profundización del neoliberalismo: las empresas públicas fueron vendidas a capitales privados, la convertibilidad "1 dólar = 1 peso" perjudicó terriblemente a la escasa industria nacional que quedaba. La población obrera que quedaba y otros sectores sociales medios bajos perdieron su trabajo y, paradójicamente, fueron incluidos dentro del grupo de los excluidos. La nula planificación urbana del Estado más el aumento de la población por debajo de la línea de pobreza contribuyó a la proliferación de villas de emergencia en todo el país. Esto sumado a la total ausencia del Estado en materia social y laboral lo que produjo, como ya dijimos el crecimiento acelerado de la población que habita en las villas de emergencia.
Para mostrar un ejemplo de este crecimiento acelerado de la población de las villas de emergencia, mostraremos un gráfico de la Capital Federal, el distrito más rico del país:
Fuente: Clarín
Para ejemplificar lo mencionado anteriormente, se puede tomar el caso de la Villa 31 y la 31 bis, ubicadas en Retiro, a partir de un artículo publicado en La Nación el 30/9/01. Allí, en primer lugar se destaca el impresionante crecimiento que tuvieron estas villas de emergencia, puesto que en 1998 eran 9442 los habitantes, mientras que en 2001 aumentó hasta los 13.290 habitantes, es decir un aumento de aproximadamente 40% en 3 años (según los censos realizados en las villas). Los vecinos de esta villa atribuyen este crecimiento acelerado a que las personas que vivían en Fuerte Apache debieron abandonar ese lugar luego de que fuera demolido. Por otra parte, dan testimonio de que, además de la situación marginal en la que viven, deben soportar un clima de violencia debido a la rivalidad que existe entre los habitantes de la Villa 31 y la 31 bis.
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