Evaluación del efecto de la siembra directa con cobertura en el cultivo del tomate
Enviado por Rafael Enrique Perez
La agricultura intensiva ha conllevado al deterioro del recurso natural más importante, el suelo, producto a tecnologías de labranza tradicionales que alteran sus propiedades físicas y elevan los costos de producción. El presente trabajo se desarrollo en la Parroquia Canta Gallo, del Estado Guárico, Venezuela, tiene el objetivo es evaluar diferentes tecnología de siembra directa con cobertura establecida y espontanea en un entisol en el cultivo del tomate, teniendo presente su efecto sobre las propiedades físicas del suelo, rendimiento agrícola del cultivo. Obteniendo como resultado que La tecnología de siembra directa con cobertura establecida (T3), presenta evidentes ventajas con respectos a la tecnología tradicional y siembra directa con cobertura espontanea (T2) en cuanto a retención de la humedad del suelo alcanzándose valores de 26,59 y 26,99 % seguido de T2 con valores de 18,00 y 19,75 % para las campañas 2012/2013 y 2013/2014 respectivamente; la tecnología de siembra directa con cobertura establecida (T3), presenta evidentes desventajas con respectos a la tecnología tradicional y siembra directa con cobertura espontanea (T2) en cuanto a densidad aparente aunque se encuentra en el rango establecido para este suelo; la mayor cantidad de frutos por plantas se obtuvo con T3 con valor promedio de 37,18 y 37,86 seguido por T1 con 35,97 y 37,08; los mejores rendimientos agrícolas se obtuvieron con el tratamiento T3, alcanzando valores de 44,61 y 45,91 t·ha-1, seguido de T1 con valores de 39,41 y 41,81 t·ha-1
En la producción de hortalizas, el tomate es uno de los cultivos que requiere mayor inversión en mano de obra e insumos sintéticos, incluyendo una alta cantidad de plaguicidas (EMBRAPA, 2006; Kieling, Comin, Fayad, Lana y Lovato, 2009). Por eso, el desarrollo de sistemas de manejo que disminuyan el uso de agrotóxicos y de fertilizantes sintéticos, contribuye a reducir: los costos de producción, la contaminación ambiental y las intoxicaciones de humanos.
En la producción tradicional del tomate, el control de malezas está basado principalmente en el uso de herbicidas, y las coberturas vegetales del suelo contribuyen a disminuir su interferencia en los cultivos comerciales (Teasdale y Mohler, 2000).
La producción de alimentos, forraje y fibras, siempre afecta a los ecosistemas, y bajo la agricultura convencional o tradicional, viene presentando problemas graves de sustentabilidad (o sostenibilidad) tanto del punto de vista ecológico, como social y económico; con especial énfasis en la zona tropical del planeta; observándose niveles de degradación de suelos desde leve hasta muy severo; así lo señalan investigadores en varias latitudes del planeta, como son: EPAGRI (2004); Sá (2006); EMBRAPA (2008), en Brasil; Crovetto, C. (2002), en Chile; Phillips y Young (1979); Altieri y Nicholls (2000); Kinsella, J. (2009); Lal, R. (2010), en Estados Unidos; Derpsch, R. (2012), en Paraguay; Casanova (2005), en Venezuela; Baker y col. (2008). (Phillips y Young, 1979; Altieri y Nicholls, 2000; Crovetto, 2002; EPAGRI, 2004; Casanova, 2005; Sá, 2006; Baker y col., 2008; EMBRAPA, 2008; Kinsella, 2009; Lal, 2010; Derpsch, 2012)
Desde hace aproximadamente 60 años, se viene implementando, en diferentes partes del mundo, tecnologías alternativas a la agricultura convencional, con el fin de atenuar o revertir la degradación de los suelos; entre ellas se pueden citar: la mínima labranza o labranza reducida y la labranza en franja (ubicadas en lo que se conoce como labranza conservacionista) (FAO, 2002); y la siembra directa (SD) o cero labranza (No-Till en el idioma inglés, plantio direto en el idioma portugués) (Phillips y Young, 1979; FAO, 2002) – única tecnología, hasta el presente, que viabiliza la agricultura conservacionista a gran escala.
En la producción de hortalizas, el laboreo del suelo es mucho más marcado que en otros cultivos, por lo que la degradación de los mismos es mucho más severa. Las hortalizas y especies similares, constituyen un grupo de vegetales que es muy explotado por pequeños agricultores en América Latina. Estos productores a su vez, cultivan tierras que muchas veces se caracterizan por tener grandes pendientes, lo que favorece la erosión hídrica en todas sus expresiones – erosión laminar, surcos, zanjas y hasta cárcavas – (EPAGRI, 2004).
La FAO (2002) y Sá (2001), señalan que la sustentabilidad de los sistemas agrícola-ganaderos implica preservar y/o mejorar la capacidad productiva del sistema desde los puntos de vista agronómico, económico y ambiental, y la calidad de los recursos renovables y no renovables involucrados. Entre estos recursos, se destaca el suelo como recurso finito no renovable. La materia orgánica del suelo (MOS) es el más importante indicador de la calidad de los suelos. (Sá, 2001; FAO, 2002)
La producción de muchas especies de hortalizas bajo el sistema de siembra directa, es una realidad en países como Brasil, adoptándose como una alternativa a la agricultura convencional, evitando y revertiendo la degradación de los suelos donde se ha implementado (EPAGRI, 2004; EMBRAPA, 2008).
En Venezuela, se inició la difusión de la Siembra Directa a finales de la década de1960, a través del Servicio Shell para el Agricultor (luego FUSAGRI), pero se comenzó a utilizar a gran escala desde mediados de la década de 1980 en maíz (Zea mays L.), sorgo (Sorghum bicolor), soya (Glicyne max (L.) Merril) y en menor grado frijol negro (Phaseolus vulgaris). Hasta el presente no se ha implementado la Siembra Directa en hortalizas a gran escala, solo se ha hecho a nivel de pequeños lotes demostrativos.
La producción de hortalizas y en especial la producción de tomate, en Venezuela, manifiestan problemas diversos, tales como degradación de los suelos, contaminación medioambiental, frutos con alto contenido de residuos de agrotóxicos, intoxicación de humanos, bajos rendimientos agrícolas en general, producción estacional y concentrada en pocas áreas en el país, frutos con calidad de baja a media en general.
Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado, se define como:
Problema científico
El uso de la labranza tradicional, unidos a los agroquímicos en la producción de tomate en Venezuela es intensivo, generando degradación del suelo y contaminación ambiental; sin embargo, la siembra directa en la producción de tomate, no ha sido adoptada masivamente como una solución integral a problemas ambientales y económicos, que inviabilizan la explotación de ese cultivo.
Hipótesis de trabajo
La implementación de la siembra directa en la producción de tomate, en la región central de Venezuela, específicamente en la parroquia Canta Gallo, estado Guárico, podría contribuir a evitar la degradación del suelo, la contaminación ambiental y a disminuir los costos directos de producción, obteniéndose productos de mayor calidad y cantidad.
Objeto de la investigación
Tecnología de siembra para el cultivo del tomate en la región central de Venezuela, en especial en la parroquia Canta Gallo, estado Guárico.
Campo de acción
La Siembra Directa con cobertura establecida en el cultivo del tomate en la región central de Venezuela, en especial en la parroquia Canta Gallo, estado Guárico.
Objetivo general
Evaluar el efecto del sistema de siembra directa con cobertura en el cultivo del tomate (Lycopersicum esculemtum) en la parroquia Canta Gallo, estado Guárico, Venezuela.
Objetivos específicos
Realizar una revisión bibliográfica relacionada con la siembra directa.
Determinar los efectos de los sistemas de producción en el rendimiento agrícola del cultivo del tomate y sobre el contenido de materia orgánica del suelo, densidades aparente y real, porosidad, humedad y dureza del mismo.
Novedad científica
La tecnología resultante de esta investigación, que demuestre su sostenibilidad ecológica, social y económica, se puede considerar una novedad en el país, ya que hasta el presente la Siembra Directa no se utiliza en la producción de tomate en Venezuela.
Valor práctico
Aquellos resultados que resulten favorables desde los puntos de vista ecológico, social y económico; podrán tener aplicabilidad inmediata a nivel de productores.
2.1. Localización geográfica del área experimental.
El trabajo de investigación se realizó en la unidad de producción "La Esperanza", ubicada en el sector Las Piedras, parroquia Canta Gallo, municipio J. G. Róscio, estado Guárico, Venezuela.
2.2. Suelo del área experimental.
El suelo del área experimental, es de textura franco arcilloso (FA), con características del orden vertisol, de profundidad media y con bajo nivel de pedregosidad; pH (1:2,5) de 5,0; con contenido de materia orgánica alto (68,20 g·kg-1). Este suelo pertenece al orden Entisol.
2.3. Climatología de la zona donde se realizó la investigación.
Es un área ubicada en la formación vegetal o zona de vida "Bosque Seco Tropical", con precipitación promedio al año de 900 a 2 200 mm, potencial de evapotranspiración total anual mínima de 1 296 mm, relación de evotranspiración potencial de 0,9 a 2,1 y bio-temperatura media anual mínima de 22 oC (Holdridge, 1987).
2.4. Diseño experimental.
A nivel del experimento, se utiliza un Diseño de Bloques al Azar con 4 réplicas. Cada bloque consta de tres parcelas experimentales; cada parcela tiene 4 hileras de tomate de 4 metros de largo y distanciadas a 1 m; en cada hilera se tiene 3 plantas de tomate por metro lineal, lo que equivale a una población de 30 000 plantas·ha-1.
Figura 1. Esquema de parcela experimental: 4 m largo, 4 hileras, separadas a 1 m y 48 plantasparcela-1.
Figura 2. Esquema de los 4 bloques con los 3 tratamientos.
2.5. Tecnologías de producción evaluadas (Tratamientos).
Se evalúan 3 sistemas de producción (labranza convencional, SD con cobertura espontanea y SD con cobertura establecida), midiéndose rendimiento agrícola del tomate (1 observación); materia orgánica del suelo, densidades aparente y real, porosidad, humedad y dureza del mismo (al comienzo y al final, respectivamente), e indicadores económicos en la producción del tomate (1 observación en cada variable al realizarse cada labor).
2.5.1. Tecnología de labranza convencional o tradicional (T1).
Consiste en ejecutar un pase de grada pesada y 3 pases cruzados de grada liviana, apertura de surcos estrechos con aplicación de la primera fertilización, colocación de sistema de riego y siembra de semillas de tomate.
Figura 3. Labor de gradeo
2.5.2. Tecnología de siembra directa con cobertura espontanea (T2).
El segundo tratamiento (T2), consiste en una aplicación de glifosato, 10 días después, apertura de surcos estrechos con aplicación de la primera fertilización, colocación de sistema de riego y siembra de semillas de tomate.
2.5.3. Tecnología de siembra directa con cobertura establecida (T3).
El tercer tratamiento (T3), consiste en colocar una cobertura sobre el suelo a base de paja rolito (Rottboelia cochinchinensis), en una cantidad de 12 t materia seca por hectárea, apertura de surcos estrechos con aplicación de la primera fertilización, colocación de sistema de riego y siembra de semillas de tomate.
2.6. Cultivo, cultivar y marco de plantación.
El cultivo a establecer en este experimento, es tomate, híbrido Río Grande, con un marco de plantación de 1 m entre hileras y 3 plantas por metro en las hileras.
2.7. Atenciones culturales.
El manejo agronómico a aplicar es el señalado en el punto 1.1.3, en el tratamiento uno. Para el tratamiento dos, el control de malezas, una vez establecido el cultivo, será con desmalezadora manual, desyerbe manual en las hileras y/o químico. En el tercer tratamiento, si hubiere incidencia de malezas, se utilizará desmalezadora y desyerbe manual en las hileras. El control de plagas y enfermedades, y cualquier otra labor requerida, se aplican igual para todos los tratamientos.
2.8. Propiedades físicas del suelo.
Las propiedades físicas del suelo a evaluar, son densidad aparente, humedad, densidad real, porosidad y dureza o resistencia a la penetración.
2.8.1. Determinación de la densidad aparente y la humedad.
Se utiliza el método del cilindro (Uhland), tomando cuatro muestras por parcela experimental (48 muestras en total).
2.8.2. Determinación de la densidad real.
Como, esta variable varía muy poco de suelo en suelo, exceptuando suelos orgánicos y suelos tropicales altamente meteorizados con altos contenidos de óxidos de hierro, se asume el valor de 2,65 g·cm-3.
2.8.3. Determinación de la porosidad.
Se determina en laboratorio, cuando se determine la densidad aparente.
2.8.4. Metodología para la determinación de la resistencia a la penetración o dureza del suelo.
La dureza del suelo se determina utilizando un penetrómetro de aguja, tomándose medidas, tres en cada unidad experimental, 36 mediciones en total.
2.9. Parámetros evaluados al cultivo.
Los parámetros a evaluar al cultivo, son siembra y rendimiento agrícola.
2.9.1. Siembra.
Se colocan de 5 a 8 semillas a cada 33,3 cm en cada hilera. Se cuantifica el número de plántulas por metro lineal, que una vez sembradas, enraízan y sigan su desarrollo. Se dejan 3 plántulas por metro lineal en cada hilera.
Figura 4. Aplicación de fungicida, colocación de 5-8 semillas, cubrimiento con abono orgánico sólido y germinación de semillas.
2.9.2. Rendimiento agrícola del cultivo.
Cuando en el cultivo, los frutos alcancen la madurez fisiológica, se inicia la cosecha, cuantificándose en una balanza el peso de los mismos, se cosecha las cuatro hileras en cada parcela experimental (obteniéndose 48 mediciones en total, 4 por cada tratamiento).
CAPÍTULO III.
3.1 Análisis de la densidad del suelo
Página siguiente |