Aspectos generales.
Se realizó una revisión actualizada de la neumonía adquirida en la comunidad, afección que se mantiene entre las diez primeras causas de muerte a nivel mundial, con una tendencia actual a subir numero de fallecidos anualmente.
La lucha del hombre contra las enfermedades infecciosas se remonta a la antigüedad, ya en el papiro de Evers, 1500 año a.n.e., se menciona la utilización de la película de moho obtenida de las maderas de los barcos para la cura de heridas. También se conoce que los chinos utilizaban la cáscara enmohecida de la soya para el tratamiento del carbunco, los furúnculos y otras infecciones. (1,,2)
Las bases del verdadero enfrentamiento científico del hombre a los gérmenes comenzó en el siglo XIX, con los grandes descubrimientos microbiológicos que fueron encabezados por las incansables investigaciones del sabio francés Louis Pasteur, favorecidas grandemente por los aportes que realizó el holandés Antonio Leewenhoue al desarrollo del microscopio (3).
Según fueron aislándose nuevos gérmenes el hombre se fue interesando cada vez más por encontrar la forma de combatirlos, pero no fue hasta 1912 que aparece la primera sustancia creada por el hombre (el Salvarsán) capaz de erradicar una enfermedad infecciosa, derivado arsenobencénico creado por Paul Erlich con el cual logró curar la sífilis y tripanosomiasis (4).
En el año 1945 Gerhard Domagk director investigador de la Farbenindustrie realiza los estudios biológicos con una sustancia sintetizada en dicha industria, el Prontosil (primera Sulfamida), demostrando su gran efectividad a sepsis por estreptococos y estafilococos, (5),abriendo una nueva era en el enfrentamiento del hombre con las sepsis. Había dado comienzo la época de los antimicrobianos.
Una carrera desenfrenada emprendieron los científicos de la época en busca de bacterias y hongos capaces de producir sustancias que eliminaran los gérmenes y de esta forma disminuir los altos niveles de mortalidad cobrados por las enfermedades infecciosas. En esta acometida se destacaron hombres como Waskman el padre de los aminoglucósidos, Brotzu quien aisló el cefalosporidium acremonium productor de la cefalosporina N, P y C, Maguirre y su streptomyse eritreus del primer macrólido, la eritromicina y así el hombre hasta la actualidad ha logrado encontrar más de 2000 sustancias con efecto antibiótico. (4,6)
A pesar de los grandes avances en dicho campo, las enfermedades infecciosas siguen ocupando la primera posición en la mortalidad mundial cobrando anualmente 17 millones de vidas de los 53 millones de personas que fallecen anualmente. (7,8,9)
Un lugar destacado dentro de esta mortalidad lo ocupa la infección respiratoria o neumonía, la cual se encuentra entre las primeras 10 causas de muerte a nivel mundial.(10,11,12) Desde el punto de vista epidemiológico estas infecciones han sido clasificadas como neumonías intrahospitalarias o nosocomiales y neumonías extrahospitalarias o adquiridas en la comunidad (NAC),(13) es a estas últimas específicas a las que dedicaremos en este trabajo, un tanto motivados por los reportes mundiales donde puede verse que este tipo de sepsis en aumento no queda fuera de lo que pudiéramos llamar la explosión infecciosa mundial.(14,15,16)
Los índices de mortalidad por dichas sepsis sufrieron variaciones a partir de la aparición de las sulfamidas en 1935, y mucho más con el comienza de la aplicación clínica de la penicilina en 1941.(2,17) El índice de mortalidad en la era preantibiotica era del 30%, el número de fallecidos por dicha causa comenzó a disminuir con la era de los antibióticos, descendiendo de forma global hasta un 5%, elevándose hasta un 25% en los que requieren hospitalización y hasta un 50% en los que tienen criterios de cuidados intensivos.(18,19)
A pesar del gran desarrollo de la antibióticoterapia con el advenimiento de familias de antimicrobianos tan potentes como las cefalosporinas de tercera generación, las quinolonas, los carbapenem, monobactámicos y aminoglucósidos, la morbimortalidad de la neumonía ha aumentado.(20) Muchos son los factores imbricados en este fenómeno, resalta entre ellos la gran masa de pacientes inmunodeficientes, unos debido al gran desarrollo médico (tratamiento inmunosupresor, estroideo y trasplantes) otros por la aparición de la llamada peste del siglo XX, el SIDA, los cuales son atacados fuertemente por un sin número de gérmenes tanto patógenos como oportunistas. Otro elemento importante ha sido la aparición y diseminación a nivel mundial de la resistencia bacteriana, lo que ha dificultado el manejo y control de los diversos gérmenes, especialmente del Streptococcus pneumoniae, máximo exponente de los agentes etilógicos de esta afección en la comunidad, seguido por otro de los más aislados en los estudios como son: Staphylococus aureus , Haemophilus influenzae, etc(21,22,23).
Énfasis especial debemos hacer, al enfocar las neumonías adquiridas en la comunidad, en el estado inmunológico del paciente, para lo cual tendremos en cuenta elementos tan vitales como, la edad y la presencia o no do enfermedades crónicas y estados asociados inmunodebilitantes diabetes mellitus, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia cardíaca, cardiopatía isquémica, accidente vascular encefálico, alcoholismo, desnutrición, etc.). Múltiples estudios han mostrado a la edad como un factor de riesgo independiente, de tal manera que ha quedado mostrado y aceptado que a mayor edad peor pronóstico. Algo similar ocurre con la presencia de estados inmunodebilitantes, los cuales presentes en pacientes mayores de 60 años, eleva el riego de complicaciones por encima del 60%. (16,20,24 )
Estudios realizados sobre la inmunidad del anciano han puesto en evidencia la llamada senectud inmunológica (disminución del reflejo tusígeno, alteración del aclaramiento mucociliar y reducción de la inmunidad sistémica), lo cual pone al anciano en desventaja con el adulto joven ante los procesos infecciosos y las neumonías en particular, siendo esta última la mayor causa de morbimortalidad en los pacientes mayores de 60 años. Las alteraciones inmunológicas presentes en el anciano, provocan que la distribución de los patógenos causantes de neumonías en los mismos sea diferente a la población general y la población juvenil . Por esta razón el espectro de gérmenes causantes de neumonía incluyen además del S.pneumoniae, gérmenes como el H.influenzae (responsable del 70% de las neumonías asociadas a EPOC), Legionella neumophila (relacionada con ambientes húmedos como equipos de refrigeración y aires acondicionados), Clamydia pneumoniae con alta mortalidad en el anciano, anaerobios relacionados con eventos de broncoaspiración, e incluso floras mixtas, de las cuales la combinación más frecuente es S.pneumoniae y H.influenzae.(25-29)Teniendo en cuenta este fenómeno podemos imbricar que la terapéutica inicial en este tipo de paciente debe ser lo más amplia posible debido a que en la mayor parte de los casos esta es empírica, incluso en los centros más desarrollados, donde los reportes de los estudios más serios de aislamiento de los gérmenes responsables no van más allá del 50%.(30)
Los antibióticos más utilizados mundialmente para enfrentar dicha infección en el anciano son las aminopenicilinas (amoxicilina/ácido clavulánico) y las cefalosporinas de 2da y 3ra generación asociadas o no a los macrólidos según los reportes epidemiológicos de la comunidad en cuanto a la incidencia de gérmenes intracelulares como; Legionella, Clamydia y Mycoplasma, los cuales provocan aproximadamente e 15% de las NAC. (11,31-34) Un tanto más intensa es la antibióticoterapia de los 5-10% de los pacientes que tienen criterios de cuidados intensivos por presentar neumonías severas, en estos casos las indicaciones terapéuticas son combinar una ureidopenicilina (azlocillina, piperacilina, mezlocilina), cefalosporina antipseudomona (ceftazidima, cefoperazona, cedsulodina), quinolona o imipenen con un aminoglucósido.(35)
Distinto es el enfoque de este proceso infeccioso pulmonar en el adulto joven inmunocompetente donde la incidencia de los gérmenes se ve bien disminuida debido a que gérmenes como los bacilos gram negativos no tienen invasividad suficiente como para vencer un sistema inmunológico intacto, tal es así que desde la época de Sir William Osler quien le llamó a la neumonía la capitana de los hombres de la muerte, el grado de autolimitación de estos procesos era de hasta el 70% en ausencia total de antibióticoterapia. Por esta razón la antibióticoterapia de elección en la neumonía del adulto joven son los macrólidos (eritromicina, roxitromicina, claritromicina, azitromicina), los cuales solo tienen acción bacteriostática sobre las bacterias, el resto lo resuelve el sistema inmune del individuo. (36-39)
Otro elemento importante en el enfoque de las NAC es determinar el paciente que necesita ingreso y el que puede ser tratado de forma ambulatoria.
CRITERIOS DE INGRESO EN PACIENTES PORTADORES DE NAC(40)
- Mayores de 60 años de edad
- Enfermedades crónicas o estados asociados (diabetes, EPOC, AVE, insuficiencia cardíaca, alcoholismo, desnutrición, etc.)
- Lesiones radiológicas extensas.
- Complicaciones extrapulmonares: meningitis, artritis, etc.
- Hipoxia.
- Presión diastólica menor de 60mmHg.
- Presión sistólica menor de 90mmHg.
- Frecuencia cardíaca mayor 140 mto.
- Frecuencia respiratoria mayor de 30 mto.
- Temperatura mayor 38.3 grados c.
- Alteración mental .
De forma general los pacientes que pueden ser tratados ambulatoriamente son los que presentan:
- Edad menor de 60 años.
- No compromiso respiratorio.
- Lesiones radiológicas localizadas.
- No presencia de enfermedades asociadas.
Las recomendaciones terapéuticas de la American Thoracic Society y la British Thoracic Society (41) son:
American Thoracic Society:
- Paciente ambulatorio, sin enfermedad asociada < 60 años:
- Macrólidos o bencilpenicilina.
- Paciente ambulatorio con enfermedad asociada > 60 años:
- Cefalosporinas 2da y 3ra generación.
- Trimetropin / Sulfametoxazole.
- Betalactámico / Ac. clavulánico con / sin macrólido.
- Paciente con criterio de hospitalización:
- Cefalosporinas de 2da y 3ra generación.
- Betalactámico / Ac, clavulánico con / sin macrólidos.
- Paciente con neumonía severa:
- Cefalosporinas de 3ra generación antipseudomónica + aminoglucosidos
- Imipenem + Aminoglucósidos.
British Thoracic Society:
- Neumonía no complicada de causa desconocida:
- Aminopenicilina.
- Neumonía severa de causa desconocida:
- Cefalosporina 2da ó 3ra generación + macrólido.
Son múltiples los criterios de riesgo en los pacientes de NAC, muchos coinciden con los factores de mal pronósticos planteados anteriormente y se plantea que cuando dos de ellos están presentes las complicaciones rebasan el 60%.(13)Por tal motivo, los pacientes mayores de 65 años son portadores de un factor de riesgo por lo que deben ser siempre hospitalizados.
Debemos seguir profundizando en el estudio de esta afección respiratoria que continua mantiendo índices elevados de morbimortalidad a nivel mundial.
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Autor:
Dr. Moisés Morejón Garcia
Especialista de 2do grado en Medicina Interna. Profesor Auxiliar.
Dra. Rosa Salup Díaz**
Especialista de 1er grado en Pediatria. Intensivista.
Facultad ¨Manuel Fajardo¨. ISCMH.
Ciudad Habana.Cuba