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CARACTERÍSTICAS DE LAS EMISORAS COMUNITARIAS.-

Estas emisoras, que no cuentan con apoyos económicos del Estado y se financian a través de mensajes, pequeñas publicidades y contribuciones de las propias comunidades, transmiten básicamente en los idiomas nativos aymará, quechua y guaraní, idiomas que hablan mayoritariamente el 60% de la población del país.

Las emisoras son dirigidas, precisamente, por los radialistas indígenas que, aprendieron el oficio en las ciudades en emisoras que transmiten los programas en las madrugadas o en emisoras educativas, y han retornado a sus antiguas comunidades llevando pequeños equipos transmisores, consolas, discos y casetes.

Estas radios no fueron contempladas en la Ley de Telecomunicaciones, promulgada el 27 de septiembre de 1995, que solo menciona a las emisoras y canales de televisión de carácter comercial.

Gracias a su empeño y dedicación los radialistas indígenas han logrado firmar un "convenio interinstitucional de cooperación y servicios" con la Superintendencia de Telecomunicaciones, organismo del Sistema de regulación Sectorial.

A través de este convenio se "regularizará la situación legal de todas las emisoras comunitarias, aymarás y provinciales, que hasta el momento no cuenten con su concesión y licencia".

Además se " gestionará ante las autoridades respectivas una norma legal específica, que comprenda a las emisoras comunitarias, provinciales y fronterizas, otorgándoles por su característica un tratamiento diferenciado".

Y adicionalmente se buscará "la capacitación y el fortalecimiento del personal de las radios comunitarias, provinciales y fronterizas para el desarrollo de su labor de servicios a las comunidades y áreas donde operan".

Naturalmente, este convenio no ha sido del agrado de la Asociación Boliviana de Radiodifusión – ASBORA – que agrupa a los empresarios de las emisoras comerciales, ya que ellos consideran, al igual que en otros países, que las emisoras comunitarias y ciudadanas son una competencias que les afecta en sus ingresos comerciales y en sus ganancias.

De la misma manera empresarios de la televisión y la prensa consideran a estas emisoras como marginales y sin mayor importancia, olvidando que algunas logran sintonía que supera en mucho los tirajes diarios de sus periódicos o la audiencia de sus estaciones de televisión.

Sin embargo, son algunos pocos canales de televisión de alcance local y las emisoras comunitarias, las que reflejan una realidad social y cultural auténtica de los indígenas y que con su programación mantienen presentes los valores autóctonos frente a la presencia de los programas "enlatados" llegados del exterior.

El Estado que cuenta con una radio desde 1933, un canal de televisión desde 1969 y una Agenda de Noticias desde 1996, no está cumpliendo sus funciones específicas de educar, informar y mantener en alto la cultura nacional, porque sus programas no se diferencian en nada a los de las emisoras comerciales. Sin embargo, desde la llegada a la Presidencia de Evo Morales, la Dirección Nacional de Comunicación Social realiza esfuerzo para que Radio Illimani, el canal 7 de televisión y la Agencia Boliviana de Información (ABI) cumplan mejor su labor informativa y han organizado la Cadena radial Patria Nueva compuesta por 12 emisoras que funcionan en la zona rural del país

En cambio, las emisoras comunitarias junto a 30 emisoras educativas, administradas por la Iglesia Católica, son las que incorporan, aunque con grandes limitaciones económicas, los planteamientos educativos nacionales frente a los proyectos hegemónicos transnacionales.

Además, estas emisoras y algunos pocos canales de televisión locales, cumplen también la labor de preservar los bienes culturales a través de los idiomas nativos, aymará, quechua y guaraní, que reconocidos oficialmente en la Constitución Política del Estado y en la Ley de Reforma Educativa, no son aprendidos por la gente que vive en las ciudades.

Las emisoras comunitarias no solamente se ocupan de los problemas cotidianos de sus comunidades sino que se preocupan por transmitir noticias sobre lo que ocurre en la sede de gobierno y en el exterior, por eso en el caso del quechua existen iniciativas regionales entre países andinos como Bolivia, Perú y Ecuador, que están intercambiando programas en dicho idioma, gracias al apoyo de asociaciones como la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica – ALER y la Asociación Mundial de Radios Comunitarias –AMARC.

Las emisoras pertenecientes a ERBOL han organizado varias redes entre ellas la red aymará satelital, la red quechua satelital y la red guaraní satelital en la que participan un total de 90 emisoras de todo el país

Por otra parte, el gobierno del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997) promulgó dos leyes una denominada "Ley de Participación Popular" y la otra de "Descentralización Administrativa", con las cuales se buscaba una mejor distribución de ingresos para los ciudadanos y para los 312 Municipios del país.

Aprovechando, esta situación comunidades indígenas han solicitado y en parte han logrado obtener fondos con los que están instalando emisoras de radio.

En algunos casos, los propios Alcaldes apoyan las iniciativas comunicacionales y en otros casos se han opuesto temiendo que por los micrófonos de las emisoras se critique su gestión edilicia.

DIFERENCIAS ENTRE EMISORAS LOCALES Y REGIONALES.-

Entre las emisoras que trabajan las zonas rurales se tiene que hablar de diferencias concretas entre emisoras regionales y locales. La radio local es aquella que refleja para "los aymarás lo mío, lo de mi tierra, lo de mi gente, lo de mi vecino y vecina, lo de mi amigo, lo de mi compadre, la que conozco porque se encuentra en mi comunidad, está cerca de mi casa y a sus locutores yo los conozco, hablan mi idioma y conocen a mis hijos tanto como yo a los suyos".

En cambio la radio regional la entienden como aquella que tiene "gran alcance" y por lo tanto como "lo para mi, aquella que, estando lejos, habla mi idioma y se preocupa por conectarme con otras comunidades y con el mundo moderno, la que conoce, aunque sea superficialmente mis problemas, se preocupa por mi salud y por el desarrollo de mi gente a nivel general, y, sobre todo, estando lejos de mi, hace lo posible por hacerme sentir parte de la gran familia aymará".

Por eso, algunos radialistas aymarás, tomando una anterior clasificación, dicen que ahora existen "radios para aymarás y radios de aymarás", clasificación también valida para las emisoras quechuas y guaranies.

Esta diferenciación es importante porque no solo habla de la propiedad de los medios sino del sentimiento que expresan los aymarás sobre el personal que dirige y trabaja en las emisoras.

Además, la diferencia sustancial entre radio local y regional, se encuentra en la ubicación de sus públicos. Las emisoras regionales están destinadas a públicos heterogéneos que lo único que tienen en común es el idioma y la cultura (aymará o quechua), en cambio las radios locales tienen la ventaja de conocer más a

fondo a sus audiencias, esto le permite armar su programación de acuerdo a los gustos, necesidades e intereses de sus oyentes.

También varía el nivel de profesionalización de sus locutores y personal en general. Los programas de las radios regionales son mejor elaborados, por tanto, con mejor calidad discursiva, frente a las radios locales donde los locutores son en su mayoría empíricos.

La información tiene diferencias, ya que las radios regionales apuntan en sus informativos hacia las noticias provinciales, nacionales e internacionales, mientras que las locales apuntan hacia noticias especificas de su zona de influencia.

Los programas dramatizados también tienen diferencias, ya que las emisoras regionales presentan historias de actualidad general y amplias, referidas a nuevas leyes, temas de salud, analfabetismo, violencia intrafamiliar, etc., en cambio la radio local se ocupa de lo específico, con historias referidas a los habitantes del lugar, su

comunidad, sus mujeres o cuentos sacados de las experiencias de los ancianos.

El servicio de avisos, saludos y felicitaciones tiene diferencias como ser que la radio regional se constituye en correo-teléfono a larga distancia, mientras que la radio local es más personalizada, cubre necesidades sentimentales – espirituales, de la gente que acude a la emisora para saludar, felicitar o recordar a familiares y amigos, a los que puede ver cada día en la comunidad, en la feria, en el camión o el micro.

La participación de la gente varía entre ambas emisoras. En las emisoras regionales la participación es más general de aymarás o quechuas, mientras que en una radio local la audiencia se constituyen en verdaderos interlocutores en la medida que participa no solo en la audición de mensajes, sino en la elaboración de éstos, por lo que la participación es altamente superior.

Otro aspecto tiene que ver con la identidad. Mientras la emisora regional le da a su audiencia una identidad aymará y nacional, la radio local ofrece una identidad mas local Ilamese machaqueña, sorateña, aiquileña, cuzqueña, etc.

La situación de los oyentes infantiles también es interesante. Los niños identifican a la radio no por su nombre, sino más bien por aquello que a criterio de los niños más la caracteriza. Ellos dicen que: Radio Mar "es la radio de cumbias", radio Chaka "la radio del programa de matemáticas", San Gabriel "es la radio de los cuentos", radio Tutuca "la radio donde se saludan y felicitan", panamericana "la radio del informativo", Radio Fides "donde Ilaman por teléfono para pedir canciones", radio Sariri "la radio que transmite el programa del negrito" (radionovela El Zambo Angolita") y por úItimo radio Metropolitana "la radio de avisos de problemas".

Y en cuanto al idioma. Una madre aymará comentaba de sus hijos "ya más grandecitos escuchan más tiempo y prefieren oír en castellano las radios en Frecuencia Modulada escuchan todos los programas, aunque ni siquiera entienden pero igual nomás oyen".

Las niñas igual que sus madres prefieren el idioma materno "hasta que después se acostumbran a escuchar la misma radio que sus hermanos mayores y dejan de escuchar las radios que hablan en aymará".

En cambio, la radionovela, género que a partir de la introducción de las telenovelas había prácticamente desaparecido en las radios, en el último tiempo ha vuelto a ser retomado por algunas Organizaciones No Gubernamentales, pero en este caso extranjeras, que han constatado a través de estudios de audiencia en el país y en el exterior, que son utilizables para transmitir contenidos educativos, especialmente, en el campo de la salud.

Estas radionovelas producidas por equipos profesionales bolivianos se están difundiendo en aymará, quechua y castellano, por emisoras provinciales y rurales con bastante aceptación.

Todos son aspectos novedosos en el campo de la radiodifusión que permiten nuevamente, como ocurrió en la década de los 50 cuando los sindicatos mineros instalaron emisoras de radio en Bolivia, democratizar la palabra y permitir que la gente se exprese libre y directamente sobre sus problemas, anhelos, penas y alegrías.

Estas experiencias comunitarias muestran que frente a la globalización de la economía y las tendencias de conformación de conglomerados multimediaticos, existen proyectos comunicacionales impulsados por la gente y para la gente de nuestro país que no se deben menospreciar y menos pensar que son pasajeros, ya que están enraizados en la sabiduría popular y milenaria de nuestros pueblos.

Ronald Grebe López

Comunicador social boliviano, consultor en comunicación en el Instituto Prisma, La Paz-Bolivia.

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