Conceptos de psicología científica, sociogénesis, positivismo y socioconstructivismo (página 2)
Enviado por Rosa Vera Garcia
El hecho es la única realidad científica y la experiencia y la inducción los métodos exclusivos de la Ciencia. Privilegia el método experimental y estadístico como elemento que garantiza la captación de la realidad de una forma pura, con exclusión de la participación de la subjetividad del científico. Lo que no se capta por los sentidos, que no es tangible, sería hacer metafísica. Concibe a la ciencia "neutra", al eliminar la subjetividad, siendo el científico ideal el que prescinde de su humanidad.
Como rasgos más distintivos del Positivismo, se han destacado el supuesto de la racionalidad, el intento de medir todo, el dato como máxima expresión de verdad científica, la experimentación como único juez, con una clara orientación pragmática. Como idea central que la ciencia debe utilizar las teorías como instrumentos para predecir fenómenos observables y renunciando a buscar explicaciones. Solo se considera la posibilidad de estudiar científicamente los hechos, los fenómenos, el dato experimentable, lo observable, lo verificable, en un intento de definición de la manera más objetiva posible, independientemente de la subjetividad de los investigadores, de los orígenes y condiciones psico-sociales, utilizando en todo momento la verificación en la experiencia y en la observación de los fenómenos.
Esta concepción se expandió hacia todas las ramas del conocimiento, inclusive hacia los hechos sociales que son también tratados como cosas.
En lo que respecta a la Psicología, uno de sus mayores problemas, en tanto disciplina particular ha sido que carece de un objeto natural y propio, unánime o al menos aceptado mayoritariamente.
Según el concepto de ciencia, la pretensión de hacer del conocimiento científico el único conocimiento válido y digno de ser considerado como tal es lo que ha empujado a la Psicología a intentar buscar una forma de realizar su actividad dentro de los parámetros aceptados como científicos, como es el Positivismo. En este contexto, el aspecto cultural e histórico, que no podemos negar, ha perturbado a la psicología, y ha sembrado confusión.
Como ya dijo Heidbreder E.: "En todo momento, especialmente en los Estados Unidos, la psicología ha procurado por todos los medios ser ciencia; y en principio, la ciencia se abstiene de toda especulación no penetrada y consolidada por los hechos. Sin embargo, en toda la ciencia psicológica no hay hechos suficientes para fundar un sistema único y sólido". ("Psicologías del siglo XX", p. 17.).
De este modo, la Psicología Científica Positivista, que se instituye en términos de conocimiento verdadero tal como se ha planteado en el debate, ha rechazado todo concepto que no provenga de la experiencia, siendo el hecho la única realidad científica. Mediante la observación y la experimentación intenta explicar la realidad formulando leyes, estableciendo conexiones que sean generalizables entre variables, utilizando el método hipotético-deductivo. Una de las características, en mi opinión muy criticable de la Psicología Científica Positivista, es el hecho de negar de contenido social los objetos investigados, siguiendo la guía de la racionalidad científica para la que no existe la particularidad y lo concreto, en una búsqueda de explicaciones generalistas. No se ocupa de las emociones, las motivaciones o la conciencia, con un peso eminentemente subjetivo y no observable, siendo eliminadas como objeto de estudio. Todas estas eliminaciones se pueden interpretar como un medio para establecer un método lo más "científico" posible o lo más cercano a lo que se denomina como "científico" en su lucha por erigirse como ciencia experimental.
Como ejemplo de la Psicología científica positivista, se ha mencionado a la psicología objetiva de la reflexología rusa de Pavlov y Bejterev, Throndike con la ley del efecto y su teoría de estímulo-respuesta, al Conductismo. Un conductista dira: "aquello de lo que no puedo dar cuenta en términos empíricamente observables (científicamente) no forma parte de mi indagación como científico".
A modo de ejemplo, Watson afirmó la necesidad de desprenderse por completo de conceptos como conciencia y mente por carecer de sentido en términos de los requisitos del método científico y sustituirlos por otros que sí los cumplieran como es el de la conducta; decía: "Si la psicología quiere convertirse en ciencia debe seguir el ejemplo de las ciencias físicas, esto es, hacerse materialista, mecanicista, determinista y objetiva". Esta forma de estudiar la conducta niega los factores realmente importantes en la comprensión del comportamiento humano, vaciando el conocimiento de reflexión y convirtiéndolo meramente en una disciplina descriptiva con el único fin de poder ser aplicada.
Desde estos sectores, típicamente positivistas y experimentalistas se niega el carácter de ciencia al psicoanálisis (y sus variantes), la psicología fenomenológico-existencial, la comprensiva, la humanista y la transpersonal. Todo lo que no responda en forma estricta a los parámetros de cientificidad del positivismo, se califica genéricamente, desde esta particular perspectiva, como "especulativo", "apriorístico", "no empírico" y "no verificable".
Se ha hablado en el debate que resulta "lógico" el seguir siendo científico positivista, entre otras, por cuestiones de reconocimiento profesional y de ser considerado realmente científico. En el positivismo no existen variables ocultas o no medibles por lo que el gremio de los científicos solo admiten estos hechos como verdaderos, con validez y fiabilidad cuando se puede repetir el ensayo con los mismos resultados. Es mucho más sencilla la psicología cuantitativa que la cualitativa, pero el ser humano no sólo están compuesto de sistemas matemáticos o lógicos y experimentales, sino que va mucho más allá.
En este sentido, ha existido consenso.
El Socioconstruccionismo, que no es presentado en el artículo de Tomás Ibáñez, fue definido por Kenneth Gergen como un "movimiento", un conjunto de elementos teóricos en pogresión, laxo, abierto y con contornos cambiantes e imprecisos, más que como una doctrina teórica fuertemente coherente y estabilizada. Privilegia su dimensión instituyente por encima de su dimensión instituida, su carácter de proceso por encima de su carácter de producto, más o menos acabado.
El conocimiento no está en la mente de los individuos, ni las palabras son el reflejo ni de la mente ni de una naturaleza preexistente. Siguiendo a Gergen, "la fuente principal de las palabras que utilizamos sobre el mundo radica en la relación social. Desde este ángulo lo que llamamos conociiento no es el producto de mentes individuales, sino del intercambio social; no es el fruto de la individualidad sino el de la interdependencia". (Gergen, 1989, p.19).
Así, la realidad estaría construida en la interacción significativa que realizan los seres humanos y, por ello, se aleja del Positivismo que se limita a emplear, como he comentado anteriormente, una metodología basada en la observación, experimentación, contrastación, etc. Esta realidad construida, de forma dinámica, es internalizada por los individuos a través de la socialización. Introduce el factor histórico y el carácter interpretativo del ser humano. El lenguaje como potente constructora de la realidad.
Tal como se ha explicitado en el debate y siguiendo a Tomás Ibáñez, la perspectiva construccionista es aquella que rechaza que sea la realidad la que dicte los discursos sobre la realidad y quien selecciona los que son adecuados. El conocimiento es, sencillamente, relativo. El construccionismo viene a disolver la dicotomía sujeto/objeto, afirmando que ninguna de estas dos entidades existe propiamente con independencia de la otra, no constituyen entidades separadas, cuestionando el propio concepto de objetividad. El socioconstruccionismo surge como un enfoque crítico, preocupado por cómo afecta el determinismo científico predominante al conocimiento y nos invita a la reflexión crítica, a cambiar nuestras lentes y a observar el mundo de forma completamente diferente a como se ha nos enseñado y rompiendo las características de lo institucionalizado.
Lo que más hemos resaltado del artículo de Ibáñez ha sido la argumentación crítica que realiza de todos los mitos imperantes así como su arriesgada apuesta posicionándose en la parte más compleja. Ofrece nuevas perspectivas para la ciencia, con el reconocimiento de la subjetividad.
De forma general, todos los componentes del debate nos hemos posicionado a favor del socioconstruccionismo.
A modo de conclusión, ha existido consenso general en todos los aspectos planteados del debate.
Estamos inmersos en una sociedad que refuerza una forma de razonamiento más ortodoxa y rígida, por lo que es importante que cada individuo comience a ponerse sus propios lentes. No existe una única verdad y una sola forma de ver el mundo.
Para posibilitar este nuevo enfoque, el movimiento socioconstruccionista es perfecto pues abre las perspectivas y miras de forma amplia y crítica.
El investigador se ve influido, necesariamente, por su entorno, sus creencias, sus valores, su actitud, etc. No se puede negar el hecho social ni el carácter histórico.
Finalmente, en mi opinión, la multidisciplinariedad es fundamental y no por ello la Psicología debe obviar o renunciar a variables que no sean demostrables de forma
emípirica con tal de equipararse a otras ciencias y obtener de esta forma el título de "Ciencia".
Autor:
Rosa Vera García
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