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La familia como ámbito de acciones educativas


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. La preparación de la familia del niño y la niña con diagnóstico de retraso mental
    3. Investigaciones relacionadas con el tema
    4. Bibliografía

    Resumen:

    Se trata en síntesis de valorar la importancia de educar a un niño y la necesidad de ofrecer a los padres las herramientas necesarias para la preparación que requieren en el desempeño de tal encomienda.

    Introducción:

    El educar a un niño impone un reto para el cual sólo el buen juicio y el amor no bastan. No todos los padres están suficientemente preparados; algunos no piden ayuda, a pesar de la situación difícil que vive la familia. Lo más terrible es que, en ocasiones, no tienen ni conciencia de lo mal que la manejan. De ahí la importancia de que los padres tengan acceso a todas las vías de orientación, no necesariamente asociadas al nivel cultural (Arés Murzio, P, 1999).

    Son atinadas las palabras de Arés Murzio, P cuando destaca la importancia de una adecuada preparación de los padres para satisfacer las disímiles necesidades de los hijos(as) al referirse al papel educativo de la familia; entre otras razones por el valor que representa para el desarrollo de los hijos(as).

    Es innegable que cuando la familia ejerce una influencia positiva en la educación y la formación de su descendencia, los progresos son más visibles y alentadores.

    La familia con hijos(as) con diagnóstico de RM, se somete, desde el mismo instante en que recibe la noticia del diagnóstico, a profundos cambios, para los cuales no siempre tiene la orientación y la preparación suficientes.

    La experiencia con estas familias, nos ha permitido corroborar la complejidad del trabajo de orientación, precisamente por las múltiples complicaciones y barreras que las mismas generan en su dinámica funcional, las cuales entorpecen el desarrollo favorable de todos sus miembros; en particular, el de los propios hijos.

    Desarrollo:

    La preparación de la familia del niño y la niña con diagnóstico de retraso mental.

    En franca coincidencia con lo planteado por Cañedo Iglesias, G. (2007), cabe señalar que para llevar a cabo la preparación de la familia del niño y la niña con diagnóstico de RM deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos:

    • La aceptación del menor y su familia tal y como son.
    • La comprensión de los términos necesidad, posibilidad, potencialidad y diversidad, demostrándolo con la actitud diaria en la práctica.
    • La disposición para aplicar los principios de normalización, integración, sectorización e individualización.

    La propia autora hace referencia a un grupo de indicadores que evidentemente son fundamentales para el desarrollo de la labor de preparación de estas familias, teniendo en cuenta que no se trata de una acción improvisada, sino de una labor que requiere de preparación para que las acciones a diseñar sean efectivas. Por tal motivo, es importante:

    • La caracterización real, objetiva y sistemática de la familia y la identificación de las necesidades para la preparación, pues hoy la caracterización familiar no se actualiza sistemáticamente ni se tienen en cuenta elementos tan importantes como las aspiraciones, los intereses y los motivos.
    • La preparación que incida en las necesidades propias de cada familia, porque actualmente se hace una capacitación familiar homogénea, igual para todas, sin conocer a cabalidad cuáles son las necesidades de cada una.

    Es necesario el estudio minucioso de la problemática familiar para un mejor manejo y entendimiento de la familia, así como la búsqueda de soluciones de sus problemas. La orientación oportuna y sistemática que necesitan los padres para el ejercicio de su función educativa es un reto (Duany Timosthe, M, 2007).

    Es evidente entonces el papel insustituible de la familia en toda la labor educativa y formativa de los hijos(as) y, por consiguiente, en la preparación de éstos para desarrollarse como entes activos en la sociedad y en el establecimiento de patrones de comportamiento adecuados que repercutirán durante toda su vida.

    Hay razones suficientes para enfatizar la necesidad del trabajo con las familias de estos menores para entender mejor su problemática y poder ayudarlas a buscar vías de solución que les permita cumplir con éxito su función educativa.

    Como bien señala Duany Timosthe, M. (2007), la actitud de los padres con hijos(as) retrasados mentales determina la seguridad y la estabilidad, de las relaciones familiares en armonía con las sociales. La estabilidad familiar bien estructurada es la fuente de conocimiento de la cual se nutren los niños(as) para conformar los patrones culturales primarios que rigen su actividad. Por el contrario, si en la fuente primaria las condiciones socio-psicológicas son inapropiadas, las posibilidades de una formación integral y estable será precaria.

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