INTRODUCCIÓN
La crisis económica y el caos social de finales de la década de los ochenta puso en evidencia el fracaso de la estrategia de desarrollo, basada en la protección de los mercados y la intervención activa del Estado en la economía, que se venía aplicando en el Perú desde los primeros años de la década de los sesenta, y la administración del presidente Alberto Fujimori que asumió al poder a principios de los años noventa aprovechó las circunstancias para adoptar una nueva estrategia de desarrollo, basada tanto en el mercado como asignador de recursos como en la apertura hacia el exterior, cuyos lineamientos principales están contenidos en el denominado Consenso de Washington.
En efecto, el Consenso de Washington describía un conjunto de reformas estructurales, de corte liberal, que redefinieron la nueva estrategia de desarrollo económico que adoptó el Perú para dejar atrás la vieja estrategia de desarrollo de los sesenta, setenta y ochenta. Los objetivos centrales de estas reformas estructurales aplicadas desde inicios de la década de los noventa pretendía de un lado evitar el colapso económico del país y, de otro lado, restablecer los equilibrios básicos de las variables económicas fundamentales en la estructura interna y externa de la economía y eliminar las distorsiones al libre funcionamiento del mercado así como evitar la interferencia del Estado en las decisiones económicas.
Al terminar la década de los noventa, los resultados globales de las reformas estructurales de libre mercado indicaban avances significativos hacia la estabilidad económica, en la corrección de los principales problemas estructurales que impedían los cambios en la estructura económica, en la consolidación del sector privado como líder del proceso de crecimiento y, en la modernización del aparato productivo en ciertos sectores, etc. Sin embargo, la evolución de los indicadores sociales parecieran no haber estado en consonancia con los logros económicos. Los niveles de empleo, las tasas de pobreza, las remuneraciones reales, la distribución del ingreso, etc. no mostraron mejoras significativas, en algunos casos, registraron algún grado de deterioro.
A pesar de los resultados negativos, en el aspecto social, de las reformas estructurales, el Perú de inicios de la presente década es sustancialmente diferente al de una década atrás. Sobre todo, porque las reformas estructurales ejecutadas en la primera mitad de la década de los noventa permitieron recobrar la estabilidad económica al corregir los desequilibrios macroeconómicos fundamentales y sentar las bases y las reglas de juego para hacer más viable la economía. Sin embargo, el presidente Alejandro Toledo pregona éxito económico en los cuatro años de su gobierno mostrando como grandes "logros" los equilibrios macroeconómicos recuperados en la década de los noventa. Es decir, se atribuye "logros" en la parte macroeconómica que no le corresponden a su administración, y que más bien son atribuibles a las reformas estructurales del Consenso de Washington aplicadas en la década pasada por el ex presidente Alberto Fujimori, y al entorno internacional extraordinariamente favorable de los primeros años de la presente década.
En ese sentido, el objetivo fundamental de este trabajo es intentar dar respuesta, en base a los resultados globales vistos una década y media después de iniciada la nueva estrategia de desarrollo y materializada a través de las reformas estructurales del Consenso de Washington, con un estilo directo y un lenguaje sencillo a las siguientes interrogantes: ¿cuál era la situación económica y social del país después de una década de reformas estructurales?, ¿por qué las reformas estructurales del Consenso de Washington no dieron mejores resultados?, ¿por qué las variables macroeconómicas siguen siendo positivas en el gobierno de Alejandro Toledo, pese a la ausencia de reformas estructurales significativas y a la deficiente administración de la economía? y, finalmente, ¿qué estrategia de desarrollo se debe seguir para salir de la crisis económica y social ocasionada por las estrategias tradicionales de desarrollo?
Para cumplir con el objetivo propuesto, el presente trabajo se ha dividido en seis capítulos, los cuales se van a resumir a continuación:
El primero de ellos, es un capítulo teórico donde se presentan algunos conceptos básicos que nos permitan entender con mayor facilidad la nueva estrategia de desarrollo materializada a través de las reformas estructurales del Consenso de Washington que se aplicaron a lo largo de la década de los noventa, comprende los antecedentes y lineamientos principales de la nueva estrategia de desarrollo, así como, la definición de reformas estructurales, tipos de reformas estructurales, los programas de estabilización y liberalización, y la secuencia entre los programas de estabilización y las reformas estructurales.
En el segundo capítulo, se describe la situación previa a la aplicación de la nueva estrategia de desarrollo a través de las reformas estructurales del Consenso de Washington. Se presenta de manera sucinta la situación económica, social y política, y las principales medidas del programa de reformas estructurales de primera y segunda generación implementadas desde inicios de la década de los noventa por el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori, así como el programa de reinserción de la economía en el sistema financiero internacional y el programa de emergencia social.
En el tercer capítulo, previamente a dar respuestas a las interrogantes planteadas anteriormente, se analiza el desempeño de las reformas estructurales del Consenso de Washington ejecutadas de manera parcial en la primera mitad de la década de los noventa. El análisis se hace en función a los principales objetivos que persigue la política económica, es decir: la estabilidad de precios, crecimiento económico, mejora del empleo, la distribución del ingreso y, el equilibrio externo.
El cuarto capítulo, está íntegramente destinado a dar respuesta a las interrogantes planteadas, se presentan los aspectos más relevantes que caracterizan la situación económica y social del país después de una década de reformas, las causas principales por las que las reformas estructurales del Consenso de Washington, implementadas por los reformadores bajo el paradigma neoliberal, no dieron mejores resultados y, las principales razones para que los indicadores macroecónomicos sigan siendo positivos en el gobierno de Alejandro Toledo, pese a la ausencia de reformas estructurales significativas y a la administración deficiente de la herencia recibida de la década de los noventa.
En el quinto capítulo, se presenta de manera general, en base a los resultados obtenidos de las estrategias tradicionales de desarrollo, una nueva estrategia de desarrollo que sirva como marco orientador para emprender un conjunto de reformas estructurales necesarias para mejorar la productividad y la competitividad de la economía nacional, para iniciar una nueva fase de crecimiento económico sostenido con equidad social y desarrollo humano, que contribuya a combatir la pobreza y la desigualdad en sus raíces más profundas e integrar a todos los peruanos a un proceso dinámico de desarrollo.
También, en este capítulo, se presentan las condiciones necesarias para implementar la estrategia de desarrollo propuesta. La primera de ellas es utilizar el planeamiento estratégico para transformar las reformas estructurales, que son la expresión de la estrategia de desarrollo propuesta, en un plan estratégico de desarrollo y en su ejecución en el mediano y largo plazo; y en segundo lugar, se requiere de personas o reformadores honestos, innovadores, proactivos, con capacidad gerencial y visión de futuro que implementen y administren eficientemente el plan estratégico de desarrollo.
Finalmente, en el capítulo sexto que cierra el presente trabajo, se presenta a manera de resumen las principales conclusiones y algunas reflexiones sobre las estrategias tradicionales de desarrollo y sobre la necesidad de una nueva estrategia de desarrollo que sirva de marco general para implementar reformas estructurales que el país necesita para salir de una vez por todas de la crisis endémica que nos caracteriza.
Quiero aclarar que esta modesta obra no es un trabajo con pretensiones académicas. De ninguna manera, es una obra dirigida de manera especial al mundo no académico y, específicamente, a todas los personas interesadas en los temas económicos del país y, sobre todo a los peruanos, que con estoicismo y coraje han soportado y siguen soportando los efectos negativos de las estrategias tradicionales de desarrollo aplicadas en el Perú a lo largo de las últimas décadas.
Heber Jaime Barreto
Lima, enero del 2006
CAPÍTULO I
ASPECTOS TEÓRICOS BÁSICOS
1. LA ESTRATEGIA DE DESARROLLO DE LOS NOVENTA
1.1. Antecedentes
Hacia fines de la década de los ochenta, el Perú, al igual que la mayoría de los países de América Latina, estaba atravesando por una profunda crisis económica y social, como consecuencia de una serie de desequilibrios originados fundamentalmente, por una equivocada estrategia de desarrollo1 basada en la protección de los mercados y la activa intervención del Estado en la economía, que se venía aplicando desde los primeros años de la década de los sesenta. De hecho, la profundidad de la crisis económica y de los problemas del sector externo ocurridos durante este lapso sólo resultan comparables con los que tuvieron lugar durante la Guerra del Pacífico.
En efecto, los años ochenta como consecuencia de la vieja estrategia de desarrollo, fueron una "década perdida" para las economías de América Latina, sobre todo para la economía peruana, la que mostraba grandes desequilibrios internos y externos, altas tasas de inflación, elevados déficit fiscales, estancamiento de la producción, desmonetización, carencia de reservas internacionales netas y, un deterioro de las condiciones sociales manifestadas en el aumento del desempleo y subempleo, en la reducción de las remuneraciones reales, en el incremento de la pobreza, más desigualdad social y deterioro de la calidad de vida de la población, etc.
En este contexto de crisis generalizada, a principios de los años noventa el Perú y la mayoría de los países de América Latina, con el apoyo y supervisión de los organismos financieros internacionales (BM, FMI, BID), adoptaron una nueva estrategia de desarrollo basada tanto en el mercado como asignador de los recursos como en la apertura hacia el exterior, con el objetivo de reformar sus economías y ponerlas a la altura del escenario del mercado abierto y globalizado. Los lineamientos básicos de la estrategia de desarrollo de los noventa fueron presentados magistralmente a fines de 1989 por el economista Jhon Williamson en el denominado "Consenso de Washington".
En ese sentido, el decálogo que resume el "Consenso de Washington2", describía un conjunto de reformas estructurales orientadas al mercado que las economías de América Latina podrían aplicar para salir de la crisis de la "década perdida" de los ochenta. Desde entonces, el Consenso de Washington, denominado posteriormente "reformas estructurales de primera generación", se convirtió en la expresión de la nueva estrategia de desarrollo económico para el Perú y toda América Latina, con excepción de Chile que ya venía aplicando esta estrategia de desarrollo económico desde la década del setenta.
Perú: hacia una nueva estrategia de desarrollo para salir de la crisis
El Consenso de Washington, denominado así porque resumía en ese momento, la opinión de los organismos localizados en Washington3; tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos; sobre la política económica recomendable para América Latina. Es decir, existía un consenso uniforme en las instituciones de Washington sobre la receta que deberían aplicar las economías latinoamericanas para dejar atrás la vieja estrategia de desarrollo económico.
Posteriormente, Naím4 en 1994 planteó la necesidad de aplicar reformas estructurales de "segunda generación" tendientes a fortalecer aspectos adicionales a los contemplados en la versión original del Consenso de Washington. De lo que se trataba, en palabras de los economistas estudiosos de las reformas estructurales, era de ir más allá del Consenso de Washington, es decir, a una nueva agenda de reformas estructurales, que añadidas a las reformas estructurales de primera generación formarían a fines de la década de los noventa, el denominado "Consenso de Washington extendido".
Finalmente, es necesario precisar que los organismos localizados en Washington, mencionados anteriormente, han tenido un "Consenso" diferente cada veinte años aproximadamente para los países en proceso de desarrollo, cada vez de signo diferente al anterior. Por ejemplo, en la década de los sesenta el "Consenso" recomendaba reformas estructurales fuertemente marcadas por la intervención estatal, es decir, contrarias al libre mercado. Por eso, en Perú en las últimas cuatro décadas se aplicaron alternativamente reformas estructurales proteccionistas e intervencionistas y liberales, que no lograron consolidarse y hacerse sostenibles en el tiempo, siendo una de las causas principales de la crisis económica y social que afecta al país desde siempre.
1.2. Lineamientos básicos
Como se menciono en el acápite anterior, los lineamientos básicos de la estrategia de desarrollo de los noventa fueron presentados en el denominado Consenso de Washington, que describía un conjunto de reformas estructurales orientadas al libre mercado que los países de América Latina podían adoptar para dejar atrás la vieja estrategia de desarrollo basada en la protección de los mercados y la activa participación del Estado en la economía. Ahora bien, antes de presentar el conjunto de reformas estructurales contenidas en la versión original del Consenso de Washington y las reformas estructurales del Consenso de Washington extendido, creo conveniente definir el concepto de reformas estructurales.
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