En el presente siglo el conocimiento, ha evolucionado de manera vertiginosa; los cambios de todo orden que se producen a diario, generan constantes crisis en la sociedad y nos afecta a todos, por lo tanto los seres humanos estamos obligados a enfrentarnos a problemas de todo tipo; frente a esta dramática situación, surge la educación como una opción, permite a la humanidad comprender la problemática que le rodea, sin ella millones de seres humanos viven en la más absoluta pobreza e ignorancia.
García E. y F. dicen: En nuestra actividad cotidiana nos enfrentamos tanto a situaciones conocidas, en las que actuamos en forma "automática" , como a situaciones que por su novedad requieren una respuesta mucho más elaborada. Utilizamos el término problema para designar a ese segundo tipo de situaciones en las que predomina la incertidumbre respecto a como debemos actuar, de forma que nos vemos obligados a utilizar un tratamiento distinto a la nueva aplicación de un proceso rutinario (p19).
Es así que se encuentra dos tipos de conocimiento cotidiano o vulgar, que se adquiere en el medio en el que se desenvuelve; y el conocimiento científico, producto de la investigación y de la elaboración en base a un proceso ordenado y organizado, con la interacción del proceso enseñanza – aprendizaje.
El proceso de enseñanza – aprendizaje, puesto en juego en las instituciones educativas contribuye a la elaboración de conocimientos, en las ciencias, el arte, y la tecnología, en base a la intencionalidad de adquirir nuevos conocimientos mediante la integración de estructuras cognitivas; de forma que los nuevos datos, los nuevos conocimientos, se articulan con los conocimientos preexistentes, esta adquieran un sentido y una significación para el sujeto que aprende.
Así el saber se elabora a través de la reestructuración activa y continua, y de la interpretación que se tiene del mundo; el proceso de enseñanza – aprendizaje tiene que convertirse en proceso dinámico, flexible y creativo, orientado a resolver problemas, a descubrir e interpretar los principios y las leyes de la ciencia, el arte y la tecnología, que quien aprende ejercite las capacidades cognitivas básicas para que puedan reconstruir y construir el conocimiento, objetivo para transformar la práctica educativa tradicional; que los estudiantes sean parte de un proceso en donde aprendan haciendo, aprendan a aprender y aprendan a ser.
Lanz C. (1996), maestro Venezolano explica con esquemas el aprendan haciendo, aprendan a aprender y aprendan a ser, contenidos de fácil interpretación de los cuales compartimos y presentamos a continuación.
El "aprender haciendo", promueve el descubrimiento y la indagación; rechaza: la simple memorización – repetición la rigidez de los contenidos, la copia y reproducción como criterios de evaluación y la planificación burocrática.
Implica el aprendizaje activo, con la demanda, de la modificación de estrategias didácticas, la organización del ambiente del trabajo y nuevas formas de planificar y evaluar; tiene importancia puesto que permite el desarrollo y aumenta de las capacidades propias del docente y el alumnado, mejora el rendimiento y favorece un clima escolar atractivo.
Por tanto el aprendizaje activo, constituye el eje central de una nueva forma de promover el aprendizaje de los estudiantes, porque propicia el desarrollo y el aumento de sus capacidades; con el apoyo de la nueva forma de planificación flexible y situacional contraria a la planificación repetitiva, rígida y normativa, con una nueva forma de evaluación guiada en los saberes, cognitivos, procedimentales y actitudinales durante el proceso.
El "aprender a aprender" implica flexibilizar el hecho educativo visto como proceso, con un docente despierto e innovador con actualización de sus conocimientos permanente, que promueva el desarrollo de una verdadera facilitación de los aprendizajes y el dominio del proceso de producción de conocimientos y no solo de los contenidos, sino de las didácticas y estrategias metodológicas. Implica además poner mayor énfasis en el aprendizaje que en la enseñanza; con un sujeto crítico de su aprendizaje, obligado a pensar con cabeza propia.
El "aprender a aprender" conduce a crear un clima escolar democrático, al desarrollo dinámico del currículo y de la creatividad, con la resolución de problemas; la capacidad de respuesta ante las demandas educativas, y la construcción de propuestas alternativas.
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