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Gestación con signo de más y menos (página 2)

Enviado por Dr. Alberto Pinillo


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Para el diagnóstico de signo de menos es necesario emplear el diagnóstico ultrasonográfico para corroborar la presencia de latido cardíaco, el índice de líquido amniótico y el perfil de crecimiento. Con la ultrasonografía del programa realizada a las 20 semanas de EG, corroboramos el posible error de cuenta. En todos estos diagnósticos (excepto en el caso de error de cuentas) se realizará un ingreso precoz para mejorar el estado nutricional de la paciente o determinar la conducta de interrupción de la gestación en el momento más adecuado para el binomio madre-hijo, si fuera necesario. En casi todas estas entidades el útero se presenta irritable, el feto está apelotonado, y existe un incremento insuficiente del peso materno o decrecimiento. Por estudio radiológico se podrán detectar los signos radiológicos de muerte fetal (halo pericraneal, encorvamiento de la columna vertebral, "feto nadador"; pero en la actualidad, la ultrasonografía ha desplazado este medio diagnóstico.

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Como el crecimiento fetal restringido es sinónimo, muy a menudo, de sufrimiento fetal crónico (SFC), la ecografía Doppler es una técnica que permite el uso del ultrasonido para el estudio de la hemodinámica fetal y es útil en el caso de sospecha RCF o SFC, ya que evalúa cualitativamente y cuantitativamente los flujos hemáticos fetales, fetoplacentarios y uterinos (8). Permite determinar en las arterias umbilicales, la aorta y las ramas de la arteria uterina, la velocidad y cantidad de flujo sanguíneo registrado en forma de onda y las resistencias que a ella se oponen (8), todo lo cual ofrece posibilidades diagnósticas tanto en la previsión de identificar fetos a riesgo de desarrollar restricción del crecimiento intrauterino, como en el diagnóstico diferencial de los mismos. El Doppler puede ser utilizado con provecho a partir de la 20ª a 25ª semanas de gestación. Es prudente añadir que si bien los beneficios de la ecografía obstétrica suelen ser empleados para tratar de precisar la edad gestacional, al basarse en ese recurso debe considerarse que los estimados biométricos permiten deducir la fecha del embarazo partiendo de la apreciación del tamaño fetal. De ahí que los datos aportados por este resulten considerablemente menos seguros para predecir la edad gestacional conforme progresa la preñez, como consecuencia de: la variabilidad biológica en las dimensiones del feto (sobre todo el cráneo después de la semana 34), del somatotipo de la mujer, de la diferencia de los equipos utilizados y de los errores de medición. Es por ello que si la edad gestacional fue precisada tempranamente con relativa certeza, en modo alguno esta debería ser modificada posteriormente sobre la base exclusiva de nuevas mensuraciones obtenidas mediante la ecografía.

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El Centro Latinoamericano de Perinatología y Desarrollo Humano (CLAP-OPS/OMS) ofrece parámetros dentro de cuyo rango se consideran normales los valores de la altura uterina desde las 13 hasta las 40 semanas de gestación.

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? Una de las dificultades de la evaluación, el seguimiento y tratamiento de las alteraciones del crecimiento fetal reside en lo impreciso de su definición. La más común es aquella que considera que esta alteración en el crecimiento ocurre cuando "el peso al nacer es menor que el punto de corte específico basado en el peso para esa edad gestacional".

La definición más usada de retardo del crecimiento fetal intrauterino (CIUR) es la que incluye a aquellos recién nacidos cuyos pesos están por debajo del décimo percentil para su edad gestacional. No hay un acuerdo uniforme sobre el uso de este "punto de corte" y otros percentiles, como son el tercero y quinto, empleados por otros investigadores. Por otra parte, algunos investigadores han usado dos desviaciones estándar de una media como criterio de clasificación.

El término CIUR implica un proceso patológico que afecta el crecimiento normal del feto, que da como resultado un recién nacido cuyo crecimiento es menor que su potencial de crecimiento inherente.

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? Conducta ante el CIUR ? Es importante establecer que no existe ningún marcador "mágico" ni datos que puedan ser extrapolados a todas las situaciones. ? El seguimiento del CIUR se basa en los hallazgos sonográficos y en la indicación que motivó la remisión. Contribuyen al diagnóstico de CIUR: – Historia obstétrica de la gestante. – Sospecha clínica. – Combinación de datos clínicos relevantes. – Estudio Doppler de la arteria uterina anormal y de distintos vasos fetales. La tendencia actual para adoptar una conducta ante un CIUR depende de (Fig. 15.2): -Edad gestacional > 34 semanas y peso fetal ? 1 500 g: la conducta será la interrupción del embarazo. -Edad gestacional entre 30-34 semanas: dependiendo de la condición fetal y de los resultados de las pruebas de bienestar fetal (PBF, Doppler venoso), se interrumpirá o se prolongará el embarazo, teniendo también en cuenta las posibilidades de los servicios de neonatología. -Edad gestacional > 30 semanas: el balance entre la edad gestacional y el grado de compromiso fetal hace que cada decisión sea única

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