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Tiempos sombríos para las libertades públicas en el mundo (página 2)


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En Argentina, crecen los reclamos de los periodistas contra mayores niveles de agresiones, incluso físicas, que han padecido; el uso de la distribución de la publicidad oficial como instrumento de sumisión de la prensa; presiones gubernamentales sobre anunciantes privados para que no usen los servicios de determinados periódicos y de otros medios de comunicación vistos como "hostiles" al Gobierno; la restricción de acceso a la información periodística a aquellos que no son vistos como "simpáticos" al Gobierno; y el más importante: el uso de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) como productora de materiales periodísticos destinados a perjudicar opositores al Gobierno, omitiéndose, sin embargo, el origen de aquellos materiales.

Brasil también ha merecido la preocupación de organizaciones internacionales defensoras de la libertad de información periodística, en razón de la inexistencia de alguna legislación protectora del ejercicio de esa libertad por los periodistas, de la más absoluta falta de transparencia sobre los criterios de distribución de permisos y autorizaciones para la prestación de los servicios de comunicaciones, del elevado grado de concentración de los vehículos de información, de los reiterados intentos gubernamentales de creación de procedimientos y órganos burocráticos tendientes al control de las actividades periodísticas, y mismo lo que es visto como una forma de "abuso" de la distribución de demandas judiciales de responsabilidad civil y criminal contra los periodistas y los periódicos, lo que es comprendido como objetivo de carácter solamente intimidatorio.

Sin las libertades de información, expresión y opinión no es posible haber democracia, por absoluta imposibilidad de que las personas puedan ejercer plenamente su derecho fundamental de elección. Sin información, expresión y opinión, los individuos se transforman en cosas, dejan de ser sujetos para transformarse en piezas de las artimañas del Gobierno de ocasión. Quienes no tienen como ejercer enteramente aquellas libertades no hacen sus destinos, se pierden en él.

Son tiempos sombríos, muy preocupantes y amenazadores, esos que estamos empezando a vivenciar.

En Brasil, no tenemos razones para temer el terrorismo global, mientras actos de violencia conducentes a la desestabilización de las instituciones democráticas y del Estado, pero tenemos, sin duda, motivos para actuar contra la criminalidad, el tráfico internacional de narcóticos, de armamentos, el "lavado de dinero", la corrupción gubernamental, y otras manifestaciones criminosas que cada vez más son frecuentemente asociadas al terrorismo. El crimen también se ha globalizado.

En lo que se refiere a las libertades de información, expresión y opinión, tenemos la oportunidad de llamar a nuestra responsabilidad su defensa, según los valores más esenciales a una sociedad que intenta ser Democrática de Derecho, siempre respetando la integridad física y moral de los individuos, el ámbito de su intimidad, la su dignidad.

Todo y cualquier acto gubernamental o privado, que venga a ser practicado contra aquellas libertades, es merecedor del más pronto repudio, y sus actores deben ser responsabilizados según el debido proceso legal.

Es llegada la hora de que nosotros asumamos como algo de importancia esencial a nuestras vidas cotidianas la consideración a aquellas libertades, y de que aprendamos a convivir con nuestras diferencias, ya que somos diferentes unos de los otros, aún más aquí en Brasil, ese verdadero calderón multiétnico que es la sociedad brasileña.

Necesitamos una legislación post-moderna, inspirada en los valores democráticos y por la efectiva implementación de aquellas libertades, observados los limites propios de una sociedad democrática, cuando objeto de acciones judiciales de responsabilidad y, ¿ por qué no?, de una profunda reflexión también de parte de los periodistas y de los medios de comunicación sobre la importancia ético-social de sus funciones, de modo de evitarse que, por causa de la poca relevancia dada a aquellos limites éticos por los periodistas en sus rutinas cotidianas, no vengan a ser ellos los mayores responsables por la cada vez mayor fragilidad de aquellas libertades, que son también, y primero, y antes de todo, nuestras.

SUMARIO DE LA BIOGRAFÍA DEL AUTOR:

Especialista por la Universidade Federal Fluminense (UFF); Mestre y Doctor en Derecho por la Universidade Gama Filho (UGF); Juez Federal en Rio de Janeiro; Profesor Adjunto de la Universidade Federal Fluminense y de la UniverCidade/Sociedade Educacional São Paulo Apóstolo (RJ); autor de tres libros – "Medidas Cautelares Inominadas ou Justiça Cautelar" (1998); "Cidadania e Direito de Acesso aos Documentos Administrativos" (2003); y "Segurança – Nacional, Pública e Nuclear – e o Direito à Informação" (2006); autor de decenas de artículos publicados en revistas especializadas, impresas o en medio electrónico; varias intervenciones en palestras, seminarios y otros eventos.

 

 

 

Autor:

Alberto Nogueira Júnior

BRASIL, RIO DE JANEIRO, 28 DE ENERO DE 2008

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