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La evaluación como un proceso participativo


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Breve caracterización del Proceso Docente Educativo
    3. Caracterización del Proceso de evaluación
    4. Conclusiones
    5. Bibliografía

    RESUMEN

    Abordar la evaluación educacional en estos tiempos, nos obliga a generar espacios de reflexión con el objeto de buscar alternativas que articulen los intereses y necesidades de los estudiantes y las prioridades sociales.

    En el presente artículo concebimos la evaluación como un eslabón del proceso docente educativo, este hecho, y basarnos en la naturaleza holística, dialéctica y consciente del proceso, así como en su carácter participativo y desarrollador, nos permitieron definir un sistema de categorías específico del proceso evaluativo que centra su atención en la participación activa del estudiante.

    Palabras Claves: Evaluación, heteroevaluación, coevaluación, autoevaluación.

    INTRODUCCIÓN

    La evaluación constituye una de las categorías didácticas que requiere atención dentro de cualquier proyecto educativo; ésta debe responder al modelo educativo vigente en la Institución Docente, es decir, debe responder al modelo de formación de los profesionales. No tenerla en cuenta significaría un grave error con consecuencias lamentables para los estudiantes, pues entraría en una contradicción entre los nuevos cambios que se introducen y una evaluación descontextualizada.

    Tenemos la certeza de que se manifiesta un reconocimiento de su importancia social y personal desde el punto de vista educativo y formativo, por el impacto que tiene el modo de realizar la evaluación y la forma en que el estudiante la percibe en el proceso docente educativo, sin embargo, esta tendencia, que se manifiesta en la conceptualización teórica, contrasta con cierta estrechez y rigidez que matizan su práctica en el interior del aula.

    En el presente trabajo partimos de la concepción de que el estudiante es sujeto de su formación, participando de forma activa y consciente en su proceso evaluativo y de formación en general, donde se plantea metas y propósitos, delimita sus problemas conjuntamente con sus profesores, en la misma dinámica en que se desarrolla el proceso docente educativo.

    Se requiere entonces de una reconceptualización de la evaluación, que permita transitar hacia un proceso evaluativo participativo y hacia una concepción que entienda que cualquier estrategia de evaluación sólo es sustentable si se basa en un modelo que se acerque a la naturaleza misma del proceso docente educativo, lo que requiere una profunda elaboración teórica que no deje el proceso de evaluación solo a su manifestación externa.

    DESARROLLO.

    1. Breve caracterización del Proceso Docente Educativo.

    El Proceso Docente Educativo se concibe como el proceso que de modo consciente se desarrolla en las instituciones, a través de las relaciones de carácter social que se establecen entre sus participantes, con el propósito de educar, instruir y desarrollar a los futuros profesionales, sistematizando y recreando de forma planificada y organizada la cultura acumulada por la humanidad y dando respuesta a las demandas de la sociedad. En fin, se considera el proceso docente educativo como un espacio de construcción de significados.

    De esta definición, se infiere el carácter social del proceso examinado y cuya realización se sustenta en el amplio sistema de interacciones y relaciones que se establecen entre los sujetos implicados en el mismo. Sujetos que no son sólo simples participantes del proceso, sino que devienen en artífices y protagonistas del mismo y por lo tanto en agentes del cambio, o sea, de la transformación del proceso.

    En la caracterización del proceso docente educativo reconocemos las categorías objetivo, objeto, problema, método, contenido y resultado como configuraciones del mismo y se definen también las categorías eslabones, los cuales están vinculados con el movimiento en el tiempo y en el espacio del proceso, precisando su dinámica y desarrollo, según su propia lógica interna y su carácter holístico. Estos eslabones están íntimamente relacionados y ellos existe un determinado orden o secuencia que de alguna manera orienta la actividad de los sujetos implicados en el proceso.

    Se identifican como eslabones del proceso docente educativo los siguientes:

    2. Caracterización del Proceso de evaluación.

    La evaluación como eslabón del proceso docente educativo, es consustancial a éste, teniendo la misma naturaleza de proceso como un todo. Si el proceso docente educativo es considerado como un espacio de construcción de significados, entonces el proceso de evaluación tiene que caracterizarse por ser altamente participativo.

    La evaluación, presente a todo lo largo del proceso, ha de ser dinámica, transformándose en la misma medida en que el estudiante desarrolle su aprendizaje en la comunicación que se establece en el propio proceso.

    Vista de manera estrecha, la evaluación se interpreta como la constatación del grado de cumplimiento o acercamiento al objetivo, pero en su sentido más amplio debe comprender el grado de respuesta que el resultado da al proceso como un todo, o sea, en correspondencia al problema, al objetivo, al contenido y al método, entonces sí se evalúa el proceso en todas sus dimensiones. De este modo la evaluación identifica aquel eslabón del proceso en que se compara el resultado con respecto a las restantes configuraciones del mismo.

    2.1 Configuraciones del proceso de evaluación.

    El proceso de evaluación se desarrolla de manera compleja y multidimensional. Tiene como eje la comparación entre el resultado y el objetivo, aún cuando el resultado se tiene que evaluar respecto a las restantes configuraciones del proceso, evidenciándose el carácter multidimensional de la evaluación.

    Cuando consideramos el eslabón de la evaluación a partir de las configuraciones del proceso docente educativo, esto es, problema, objeto, objetivo, contenido, método y resultado, se considera al resultado como la categoría que sintetiza el proceso en la evaluación, al igual que el método lo constituye en la dinámica, el contenido en el microdiseño y el objetivo en el macrodiseño.

    El resultado es la configuración que expresa el estado final del proceso, el objetivo alcanzado, expresado en las realizaciones concretas que caracterizan ese estado final. Si el resultado es realización y logro, lo que lo caracteriza y por tanto se tiene que evaluar, es cómo en esos logros se manifiestan las restantes configuraciones del proceso, o sea, cómo se manifiestan en esos logros y realizaciones los objetivos, los contenidos el método y el problema, esto es, la necesidad a partir de la cual se concibió y se desarrolló el proceso.

    En este sentido, cuando relacionamos las configuraciones antes mencionadas, en el eslabón de la evaluación aparecen otras configuraciones de carácter más específico, propias de la evaluación, que expresan cualidades del proceso como un todo y del resultado en particular.

    Así la relación entre el resultado y el objetivo, o sea, cómo el objetivo está presente en el resultado, se expresa en la efectividad del proceso, esto es, la congruencia entre la aspiración, que constituye el objetivo y la realización y el logro expresadas en el resultado alcanzado, pero sin cuestionar si los métodos utilizados fueron adecuados, o si el resultado satisface las necesidades.

    La relación entre el resultado y el contenido expresa la eficacia del proceso, que se interpreta como la congruencia existente entre la selección y estructuración de los objetos de aquella parte de la cultura que se llevan al proceso y que constituyen el contenido y los resultados alcanzados.

    La relación entre el resultado y el método expresa la eficiencia del proceso, la cual da la valoración de cómo se emplean los recursos humanos, materiales, financieros y metodológicos en la obtención del resultado. Es decir, la eficiencia es la adecuación del camino seguido, del método empleado.

    El proceso docente educativo puede ser eficaz porque ha producido en los estudiantes el efecto buscado y se han asimilado y sistematizado los contenidos seleccionados, pero ello no implica que sea eficiente, ya que la eficiencia depende de los recursos humanos disponibles, así como de los recursos materiales, financieros y metodológicos empleados para obtener el resultado.

    Por último, la relación del resultado respecto al problema expresa el conjunto de rasgos que conforman las características del egresado y le confieren la aptitud para satisfacer las necesidades que generaron el problema, es decir, las expectativas que se tenían del proceso. A esta categoría la hemos denominado expectabilidad. En otras palabras, la expectabilidad expresa el nivel de expectativas alcanzado con el proceso, la capacidad y competencia del egresado para dar solución a los requerimientos o a las necesidades que dieron origen al problema.

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