- Introducción
- Clasificación
- Enfermedad de Paget
- Osteítis fibroquística
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
INTRODUCCIÓN
Este trabajo muestra una de las muchas patologías de los huesos, la cual se considera importante por la diversidad de su clasificación y la extensión de sus variantes.
NO se puede dejar de mencionar la importancia de este estudio que pretende demostrar las diferencias al desarrollar cada una de las osteítis y las osteítis de las enfermedades sistemáticas del esqueleto humano.
El ser humano es una criatura con un sistema muy complejo formado por células, tejidos, órganos y sistemas, siendo a su vez un ente que necesita mucho cuidado y atención para su debido desarrollo, ya que éste puede ser afectado por muchas enfermedades y patologías que atacan a muchas de las estructuras de su cuerpo. Entre estas estructuras los tejidos del cuerpo pueden ser afectados por diversas causas, entre las cuales están las inflamaciones.
En la presente monografía se trata de un tejido y órgano en especial, siendo éste el óseo y el hueso, el cual puede ser afectado por muchas enfermedades, sin embargo se tratará de manera específica la osteítis.
Por etimología griega se sabe que la terminación " itis" nos lleva a pensar en la palabra inflamación y el término " osteos" , en huesos; se concluye que la osteítis es la inflamación del tejido óseo de los huesos.
OSTEÍTIS
DEFINICIÓN:
Es la inflamación del hueso, del tejido óseo.
CLASIFICACIÓN
Según la causa que provoca la inflamación, se pueden distinguir cuatro grandes grupos de osteítis:
a) Osteítis infecciosas o microbianas.
b) Osteítis micóticas o fungosas.
c) Osteítis parasitarias.
d) Osteítis tóxicas o por venenos.
Aparte de estos cuatro grandes grupos -que se tratarán a continuación- existen también las osteítis de las enfermedades sistemáticas del esqueleto:
1) La osteítis deformante progresiva o enfermedad de Paget.
2) La osteítis fibrosa de Recklinghausen, llamada también osteítis fibroquística generalizada u osteodistrofia fibrosa generalizada.
3) La osteítis hipertrófica neúmica de Fierre Marie,O Osteoartropatía hipertrófica neúmica de Pierre Marie.
Osteítis infecciosas o microbianas
En este gran grupo describiremos en particular las osteomielitis infecciosa aguda y crónica primitivas; las osteomielitis agudas secundarias a infecciones generales y locales; la osteítis tuberculosa; la osteítis sifilítica o luética; la osteítis leprosa.
Osteomielitis infecciosa aguda y crónica primitiva
Son inflamaciones agudas circunscritas del tejido óseo y de la médula interna provocadas, en la gran mayoría de los casos, por el estafilococo piógeno dorado; pero también otros microbios -como el estafilococo piógeno blanco (de menor virulencia), el estreptococo, el neumococo, el bacterium coli, etc.- pueden provocarlas.
Estas osteomielitis se denominan primarias o primitivas porque no son la consecuencia de enfermedades infecciosas generales (sarampión, escarlatina, tifus, pulmonía, fiebre de Malta; etc.), ni de focos sépticos locales (forúnculos, ántrax, abscesos, anginas, otitis media, etc.), ni tampoco de fracturas abiertas (es decir, con la piel y los tejidos blandos destrozados y saliendo los muñones óseos al exterior).
En estas formas primitivas se supone que el microbio responsable de la osteomielitis penetra en la sangre a través de una herida insignificante que ha pasado desapercibida; algunos autores -como, por ejemplo, Iselin -admiten la posibilidad de que el microbio penetre a través de la piel íntegra, insinuando por los conductos excretores de las glándulas sebáceas cutáneas.
La osteomielitis aguda primitiva se presenta preferentemente en la adolescencia y juventud con la frecuencia máxima entre los 12 y 17 años o sea, cuando el hueso se encuentra en –crisis de desarrolló y con poca resistencia a las infecciones.
Pero ni los adultos mayores de 25 años ni los niños se libran en forma absoluta de esta enfermedad; existe una osteomielitis del recién nacido provocada por los microbios (generalmente el estreptococo) introducidos durante el parto a través de cualquier herida de la piel o en la zona umbilical después de la sección del cordón.
Los huesos largos de las extremidades son los que se afectan más frecuentemente por el siguiente orden de mayor a menor frecuencia: fémur (del muslo), tibia (de la pierna), húmero (del brazo), radio y cubito (del antebrazo), peroné (de la pierna), falanges (de los dedos de las manos y de los pies). Pero también pueden sufrir esta infección los huesos cortos (astrágalo y calcáneo del pie, rótula de la rodilla cuerpos vertebrales) y los huesos anchos o planos (hueso ilíaco de la pelvis, escápula del hombro mandíbula).
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