- Introducción y epidemiología
- Etiología
- Patogenia
- Manifestaciones clínicas
- Diagnóstico
- Tratamiento
- Complicaciones
- Prevención
- Absceso hepático amibiano
- Bibliografía
De la amibiasis extraintestinal, la localización más frecuente es la hepática, cuya incidencia por fortuna es menor en las edades pediátricas que en el adulto. La amibiasis invasora constituye un problema todavía de salud pública en determinadas áreas de América Latina, se calcula que el 10% de la población mundial está infectada por E. Histolytica. La mayor parte de las infecciones se producen en áreas de clima frío, templado y tropical, pero en este último es más frecuente. En cuanto a la edad se ha encontrado mayor frecuencia en escolares y preescolares, siendo menor en lactantes. La transmisión se efectúa por alimentos y agua contaminados, los manipuladores de alimentos o insectos como las moscas. La transmisión tiene lugar sobre todo por contacto fecal-oral.
La amibiasis corresponde a la infección por el protozoo-parásito Entamoeba hystolítica, cuyo habitad es el intestino grueso del humano. El parásito puede encontrarse en forma de quiste o trofozoito. Este último es la forma más activa o invasora del parásito. Una vez invadida la mucosa intestinal, las amibas pueden llegar al hígado a través de la sangre porta.
El ciclo evolutivo del parásito se inicia con la ingestión de quistes maduros que al llegar al íleon rompen su cáscara por acción de jugos digestivos y liberan una amiba metaquística de 4 núcleos, que se dividen en 8 trofozoitos que pasan al intestino grueso sonde si las condiciones son favorables, como la tensión de oxígeno bajo, potencial de oxidorreducción abatido por la flora intestinal, colesterol disponible para la amiba, ésta invade la mucosa, destruye el tejido, forma úlceras en botón y de aquí alcanza el hígado a través de la vena porta. La mayoría de los abscesos hepáticos se desarrollan en el lóbulo hepático derecho, cerca de la cúpula. La mayor afección del lóbulo derecho se debe tal vez al mayor tamaño de éste y a que recibe un mayor volumen de sangre portal procedente del colon.
El absceso hepático amibiano es una lesión bien delimitada que en un principio contiene un líquido de color café amarillento, que después toma un color anaranjado que se asemeja a la salsa de anchoas. El líquido representa tejido hepático necrótico mezclado con sangre. En general es inodoro, a menos que se encuentre infectado en forma secundaria. Contiene escasos neutrófilos o ninguno. Por esta razón el término absceso aunque tradicional, es rebatido por algunos, aunque en general se acepta. La pared fibrosa del absceso incluye material necrótico y hepatocitos comprimidos mezclados con células inflamatorias. Las amibas se encuentran más en la periferia del absceso y no se pueden identificar en el contenido aspirado de este. La lisis de los hepatocitos ocurren en las regiones periportales.
La presentación clínica inicia con un cuadro brusco de dolor en la parte superior del abdomen, acentuado y persistente, se irradia a la región escapular o al hombro derecho, hepatomegalia y fiebre. Aumentando con la tos, con la respiración profunda o cuando el paciente está acostado sobre el lado derecho. Cuando el absceso se localiza en el lóbulo izquierdo, el dolor se percibe sobre todo en el epigastrio. La fiebre varía entre 38 a 40°C y con frecuencia tiene un patrón en agujas. En la exploración física se encuentra un paciente pálido, emaciado, con hepatomegalia dolorosa. La digito presión intercostal y la puñopercusión del área hepática son dolorosas. Es frecuente encontrar disminuido el murmullo vesicular en la base pulmonar derecha, debido a reacción pleuropulmonar por contigüidad sobre todo cuando el absceso se encuentra en la parte alta del lóbulo derecho. La movilidad del hemidiafragma derecho está restringida.
El diagnóstico del absceso hepático se sospecha mediante la clínica; la citologías hemática revela en la mayoría de los casos leucocitosis moderada con neutrofilia, anemia con hematocrito menor de 35%; pruebas de función hepáticas anormales (fosfatasa alcalina, AST, bilirrubinas, albúmina)4. La placa PA de tórax suele mostrar elevación del hemidiafragma derecho e imagen de nuemonitis y/o pleuritis basal derecha, así como la hepatomegalia. El método diagnóstico que con mayor frecuencia se está utilizando es el ecosonograma hepático, tiene gran capacidad resolutiva, relativamente bajo costo y sobre todo por ser un procedimiento no invasivo; permite ver el sitio del absceso y si es uno o es múltiple. Otro método utilizado es la detección de anticuerpos antiamiba, el cual es útil, pero deben pasar 3-4 semanas de la invasión tisular para que aparezcan positivos.
4 Molly A. Hughes MD, PhD, William A. Petri Jr MD, PhD. Amebic Liver Abscess. Volume 14 • Number 3 • September 2000.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El absceso hepático puede confundirse con un tumor primario o metastásico de hígado, enfermedades infecciosas o parasitarias que afectan el sistema reticuloendotelial, así como enfermedades mieloproliferativas.
Para ver el gráfico seleccione la opción "Descargar"
Algoritmo del Diagnóstico y tratamiento del Absceso Hepático Amibiano
El tratamiento médico a base de nitroimidazoles (metronidazol) es el de elección en la mayoría de los casos de amibiasis invasora. La combinación de metronidazol y emetina es la que ha dado mejores resultados, con las siguientes dosis: Metronidazol 30-50 mg/kg/día IV fraccionada en tres dosis durante 10 días; Emetina 1 mg/kg/día IM por 10 días sin pasar de 60 mg.
En los casos con falta de respuesta al tratamiento en un plazo de 72 hrs, así como en los abscesos del lóbulo izquierdo, ruptura del absceso a cavidad vecina o durante el embarazo, puede ser útil el drenaje percutáneo guiado por ultrasonografía o TAC ó drenaje a cielo abierto.
En ocasiones el absceso hepático puede sufrir complicaciones del tipo del drenaje a cavidades vecinas (abdominal, pleural y pericárdica), lo que hace que el pronóstico sea más sombrío. Cuando el drenaje se efectúa a cavidad abdominal, se desarrolla una peritonitis amibiana cuyo cuadro clínico se caracteriza por dolor intenso y difuso de aparición brusca, vientre en madera, distensión abdominal y datos de oclusión intestinal. Si el absceso drena a cavidad pleural, las manifestaciones van a ser: insuficiencia respiratoria más o menos importante, dependiendo de la cuantía del pus drenado, tos irritativa, diseña, polipnea, hipomotilidad del hemitórax derecho, disminución en el murmullo vesicular. En caso de drenaje a cavidad pericárdica, las manifestaciones van a ser un taponamiento cardíaco, con presencia de diseña, ortopnea, datos de ICCV, sobre todo ingurgitación yugular, disminución en la intensidad de los ruidos cardíacos, taquicardia y precordio hiperdinámico. EL ECG puede mostrar complejos con disminución del voltaje. La placa de tórax revela una silueta cardiaca en garrafa.
Es conveniente la ingestión de agua potable, lavado cuidadoso de alimentos vegetales antes de ser consumidos, así como el aseo de las manos antes de comer y después de defecar.
Molly A. Hughes MD, PhD
William A. Petri Jr MD, PhD
La ambiasis es causada por la ingestión de quistes de E. Histolytica por vía fecal-oral. El humano es el principal reservorio. La contaminación puede ser mediante agua y alimentos. Los trofozoitos entran en el intestino delgado donde causan invasión de la mucosa y enfermedad subsecuente. La amibiasis es un problema que se desarrolla en los países tropicales donde la salud pública e higiene es subóptima . El absceso hepático amibiano es más común entre los 20-40 años, tiene preferencia por el sexo masculino.
Aproximadamente el 80% de los pacientes presentan síntomas que se desarrollan en pocos días, típicamente menos de 2-4 semanas. Se presenta anorexia, dolor en el cuadrante superior derecho, hepatomegalia, fiebre, nauseas. La hepatomegalia con dolor a la palpación es uno de los datos clínicos mas importantes del absceso hepático amibiano.
El diagnóstico incluye presentación del paciente, duración del problema, historia de viajes, malnutrición, taquicardia. Las anormalidades en la biometría son: leucocitosis moderada 16 000; anemia con hematocrito menor de 35%; pruebas de función hepáticas anormales (fosfatasa alcalina, AST, bilirrubinas, albúmina). El diagnóstico diferencial se debe de basar en la historia del paciente y en la presencia de signos y síntomas. Radiográficamente se encuentra elevación del hemidiafragma derecho, atelectasias. El Eco abdominal contribuye bastante en el diagnóstico de absceso hepático amibiano. La TAC es más sensible que en el ultrasonido, la TAC nos permite pero no es específico.
El tratamiento incluye medicamentos amebicidas, aspiración del absceso percutáneamente o por aspiración. El metronidazol es el tratamiento de la elección, es eficaz contra de la amibiasis intestinal como sistémica. La dosis es de 750 mg tomados en 3 dosis VO. Si no se responde al metronidazol se pueden dar quinolonas. La aspiración del absceso debe hacerse en pacientes con riesgo de ruptura inminente a cavidades, absceso con una talla mayor a 5 cm, lóbulo izquierdo del hígado, cuando se rompe a pericardio se asocia con una alta mortalidad. La complicación más común es el alto riego de ruptura a peritoneo, pericardio y cavidad pleural, íleo paralítico, colitis fulminante, megacolon. Dependiendo de la localización y del tamaño del absceso, compresión de vías biliares. En la mayoría de los casos con tratamiento desaparece la fiebre, dolor, anorexia. La amibiasis se previene interrumpiendo el ciclo fecal-oral, evitar comida contaminada, mucha higiene y terapia. Se esta desarrollando una vacuna.
CLINICAL REVIEW
Clinical evidence
BIBLIOGRAFIA
Behrman, Kliegman, Harbin. TRATADO DE PEDIATRIA: NELSON. MacGraw-Hill. Ed. 2000. Paginas: 867, 989, 922, 1904.
Abraham, M. Rudolph, Julien. RUDOLPH´S PEDIATRICS. Twentieth Edition, 1996.
R. Martínez y Martínez. LA SALUD DEL NIÑO Y EL ADOLSCENTE. Cuarta edición, 2001. Manual Moderno. Paginas: 630, 648, 985.
Jesús Kumate, Onofre Muñoz. MANUAL DE INFECTOLOGÍA CLÍNICA.. Decimosexta edición, 2001. Méndez Editores. Páginas 59-65.
James Larcombe.Urinary Tract Infection In Children. Clinical review. Clinical evidence. BMJ 1999;319:1173-1175 ( 30 October )
Syed M. Ahmed, M.D, M.P.H. Evaluation and Treatment of Urinary Tract Infections in Children. Amerycan Family Physician. April 1. 1998.
Molly A. Hughes MD, PhD, William A. Petri Jr MD, PhD. Amebic Liver Abscess. Volume 14 • Number 3 • September 2000.
MICHAEL LUSZCZAK, LTC, MC.. Evaluation and Management of Infants and Young Children with Fever. Amerycan Family Physician. Octuber 1, 2001.
Eric A Engelsa Matthew E Falagas,b Joseph Lau,c Michael L Bennish. Typhoid fever vaccines: a meta-analysis of studies on efficacy and toxicity. BMJ 1998;316:110-116 (10 January).
Imágenes de:
OLGA GARCIA