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Centurión y Pretoriano. ¿Existe alguna diferencia?


  1. Historia
  2. La primera Guardia
  3. Asuntos políticos
  4. Los últimos años de la Guardia
  5. La relación entre los emperadores y la Guardia Pretoriana
  6. Organización y condiciones de servicio

A pesar de ambos forman parte de la milicia romana tienen muy poco en común. Ahora veremos:

Centurión: En la milicia romana, jefe de una centuria.

El centurión romano (en latín, centurio y en griego hekatontarchos) es el rango que ha recibido una mayor atención por parte de los estudiosos del ejército romano.

Historia

Se trata de oficiales con un mando táctico y administrativo, siendo escogidos por sus cualidades de resistencia, templanza y mando. Comandaban una centuria, formada por 80 hombres, en función de las fuerzas en el momento dado y de si la centuria pertenecía o no a la Primera Cohorte (Agrupación), cada Cohorte está formada por 6 centurias excepto la primera cohorte que tiene doble numero de centurias.

Centuria

Pese a lo que se suele pensar, su nombre no procede de que en un principio constase de cien hombres, ya que es anterior al propio rango de centurión, sino que deriva de la propia centuria, unidad administrativa y política que en Roma tenía su propia vertiente civil. De hecho, la centuria en sí nunca adoptó un tamaño de cien hombres, sino que en época republicana osciló entre los treinta de una centuria de triarii (triarios) y los sesenta de los hastati y príncipes (lanceros y principales). Hacia finales del siglo II a. C., la centuria pasó a contar con unos ochenta hombres, cifra que se mantendrá a lo largo del Alto Imperio (siglos I-III), teniendo, así, la Legio Augustea sesenta centurias de ochenta hombres que hacían un total de cuatro mil ochocientos hombres. Más adelante, hacia la época Flavia, la primera cohorte duplicará los efectivos de sus centurias, pero se reducirá el número de las mismas a cinco, con lo que la legión contará ahora con cinco mil ciento veinte hombres de armas.

El grueso de la legión era dirigido por los centuriones, ya que cada cohorte contaba con seis de ellos para dirigir cada una de sus seis centurias. Cada uno de estos centuriones se acomodaba, dentro de cada cohorte, a una estricta jerarquía. Ésta, en orden ascendente, es: un hastatus posterior, un hastatus prior, un princeps posterior, un princeps prior, un pilus posterior y un pilus prior. Este último puede haber actuado, de facto, como comandante de la cohorte al completo en función de su veteranía. Por otro lado, esta estructura se altera en las primeras cohortes desde época Flavia, ya que sólo existen cinco centuriones, los primi ordines, de los que el primus pilus es el más valorado. Lo normal es que tras un año ejerciendo tal cargo, el primipilo lograse ser ascendido al ordo equestris. A mayores legiones, pueden existir más centuriones de lo que es habitual, y ello se debe a la presencia de veterani o supernumerarii que, si bien no ejercen un mando militar efectivo, sí tienen encomendada una función administrativa

Uniforme

De acuerdo con las fuentes iconográficas, reflejadas mayoritariamente en algunos relieves históricos –por ejemplo: Arco de Orange -, en algunos sarcófagos de los siglos II, III y IV, y en algunas inscripciones funerarias, el centurión romano se distinguía por su particular uniforme, que estaba constituido por:

  • Una túnica corta de color blanco (decursio albata), que en los climas fríos se complementaba con unos pantalones cortos.

  • Una armadura de cota de malla (lorica hamata) o de escamas (lorica squamata), muchas veces cubierta por phalerae o condecoraciones en forma de medallón y torquex o pulseras colgantes.

  • Portaba la espada corta –gladius– en el lado izquierdo en lugar del derecho, habitual en los simples milites, sujeta al cuerpo mediante un cingulus o cinturón con la funda del arma.

  • Usaba protecciones en las piernas (grebas)

  • Sobre el casco (cassis) lucía una cresta (crista), que cruzaba lateralmente la cabeza. Algunas teorías de historia militar atribuyen la disposición transversal de este penacho a la necesidad de hacerse visible por la espalda para sus soldados, pero en época imperial el resto de los soldados no utilizaba cresta ordinariamente, ya que se reservaba para las armaduras de parada, por lo que solamente los centuriones llevaban este vistoso elemento, que permitía identificarlos fácilmente. Carecemos de evidencias arqueológicas sobre su color aunque se barajan el blanco, negro o rojo.

  • Calzaba caligae o sandalias claveteadas, similares a las de sus hombres.

Los centuriones también llevaban un bastón de mando, habitualmente una vara de vid, llamada vitis, como símbolo de su autoridad, y que, durante las tareas de entrenamiento, utilizaban a discreción para golpear a los torpes y rezagados.

Suboficiales

Cada centurión era asistido en su centuria por un optio, un signifer y un tesserarius, suboficiales que reciben el nombre de "principales". El primero era el lugarteniente del centurión –lo ayudaba en la táctica y en el mantenimiento de la disciplina y la forma física de los soldados…-, el segundo era el portaestandarte y tesorero de la centuria, y el último se encargaba de suministrar las contraseñas y de actuar de oficial de enlace.

En el campo de batalla, el centurión se situaba en el extremo derecho de la primera fila de hombres de su unidad, junto al signifer, mientras que el optio se situaba en la retaguardia, para evitar, si era necesario, la desbandada de las tropas, y garantizar los relevos entre líneas típicos del orden cerrado utilizado por el ejército romano.

Superiores

Eran rangos superiores a los de centurión el de tribuno que solían ser los jóvenes de la clase senatorial que están realizando su primer servicio en la legión antes de recibir los cargos públicos en la vida civil aunque hay tribunos quienes han elegido la vida militar como la profesión (tanto augusticlavius -del orden ecuestre- como laticlavius -senatorial-) o el de praefectus castrorum -generalmente un antiguo centurión-, estando todos ellos subordinados al legado de la legión. En comparación a la organización militar moderna, podrían ser aproximadamente el equivalente a un comandante de una compañía de infantería, con el rango de capitán y siendo los centuriones de mayor antigüedad comparables al rango de mayor.

Pretoriano: (Del latín. praetorianus). Se dice de los soldados de la guardia de los emperadores romanos.

La Guardia Pretoriana (también, Guardia Praetoriana, en latín: praetoriani) era un cuerpo militar que servía de escolta y protección a los emperadores romanos. Antes de los emperadores, esta escolta era usada por los líderes militares aún desde los días de la familia de los Escipiones alrededor del año 275 a. C. Los miembros de la Guardia Pretoriana estaban entre las más diestras y célebres fuerzas militares de la Historia Antigua. Los soldados de las cohortes pretorianas recibían doble paga y gozaban de numerosos privilegios. Cada miembro, al abandonar la cohorte, recibía 20.000 sestercios después de 16 años de servicios.

Historia

El término "pretoriano" tiene su origen en la tienda de campaña del general o praetor de un ejército romano llamada praetorium. Muchos de los generales romanos tenían la costumbre de escoger entre las filas una fuerza privada de soldados para servir como escoltas (guardias) de la tienda o de la persona del general y consistía de una infantería y una caballería. Durante las guerras civiles aumentó el número de los soldados que integraban la Guardia Pretoriana. Con el pasar del tiempo, esta unidad (cohorte) se llegó a conocer como la cohors praetoria y varias figuras notables incluyendo Julio César, Marco Antonio y César Augusto tuvieron una. Julio César se dio cuenta que se necesitaba una unidad más peligrosa que las demás en el campo como la Legión X Equestris (o Legio X Gemina). Cuando Augusto se convirtió en el primer gobernante del imperio en el 27 a. C., decidió que tal formación era útil no solamente en guerra, sino también en política. Así, de las filas de las legiones de todas las provincias, Augusto reclutó a la Guardia Pretoriana. El campo ocupado por esta tropa se llamó «Castra Praetoria» (campamento pretoriano) y su comandante, designado por Augusto, prefecto del pretorio. Este cargo, puramente militar, no tuvo al principio gran importancia, pero la adquirió en la época de Tiberio. Los prefectos del pretorio se convirtieron poco a poco en primeros ministros del emperador. En un principio, había dos prefectos del pretorio.

La primera Guardia

La primera guardia fue muy distinta a la guardia de los tiempos posteriores, la cual incluso llegó a asesinar emperadores. Aunque César Augusto comprendió la necesidad de tener guardaespaldas en el caos que era Roma, tuvo mucha precaución al preservar los ideales de la República. Augusto solamente permitió que se formaran nueve grupos de guardias. Originalmente contaban con 500 hombres cada uno pero finalmente permitió hasta 1.000, y solamente tres de estas divisiones se encontraban en estado activo dentro de la capital del imperio. Un número reducido de caballería, conocidos como la turmae, también se creó y cada batallón contaba con treinta hombres. La mayoría de los integrantes de esta primera guardia patrullaban el palacio y los edificios más importantes, mientras que otras divisiones estaban posicionadas en los pueblos que rodeaban Roma; se ha determinado que estas unidades eran demasiado pequeñas como para ser una amenaza para el imperio. Cuando dos prefectos pretorianos, Quinto Ostorio Scapula y Salvio Aper, ascendieron al poder en el año 2 a. C., se mantuvieron las mismas figuras en los números de divisiones, pero se mejoró el mando y la organización de tales.

Cuando César Augusto falleció, el 19 de agosto del año 14, el periodo de calma entre los pretorianos finalizó y a partir de ese momento comenzaron a usar su fuerza militar para ejercer presión sobre las políticas del imperio. Augusto fue el único emperador que gozó de la lealtad total de los pretorianos. Después de la muerte de Augusto, los pretorianos actuaron según sus intereses personales. Lucio Elio Sejano, un prefecto ambicioso, movió la base de la guardia a las barracas de Roma. En el año 23, Sejano logró convencer a Tiberio para que construyera la Castra Praetoria (el campo de los pretorianos) justo en las afueras de Roma. Uno de los grupos de la guardia mantendría un puesto permanente como guardia del palacio imperial. Desde ese punto de la historia en adelante, la guardia estaría bajo el control del césar, pero la guardia también obtuvo un buen grado de poder sobre el césar. En el año 31, Tiberio tuvo que enviar a su guardia personal, la cohors praetoria, en contra de aquellos ciudadanos y soldados que apoyaban a Sejano. Aunque la guardia le fue fiel a un Tiberio que se encontraba muy envejecido, el poder político de la guardia dejó de ser un secreto.

En las campañas militares, los pretorianos mantenían las mismas formaciones que el ejército romano. Ya en el año 69 se les empezó a enviar al campo de batalla y lograron destacarse en la batalla de Bedriacum bajo el mando de Otón. Los líderes Domiciano y Trajano enviaron a la guardia a que luchara en las guerras que tuvieron lugar en Dacia y Mesopotamia, mientras que Marco Aurelio los utilizó durante su campaña del Danubio. Durante el siglo III los pretorianos asistieron a los emperadores en sus diversas campañas militares.

Asuntos políticos

Luego que muriera Sejano, como parte del Donativum (regalo imperial) que Tiberio había prometido, la guardia comenzó a jugar un papel más ambicioso y sangriento dentro del imperio. La guardia se convirtió en una fuerza sobornable que – por la suma adecuada de dinero o por pura voluntad – estaba dispuesta a asesinar al césar. La guardia incluso llegó a ser una amenaza para sus mismos prefectos y para el mismo pueblo romano. En el año 41, Calígula fue asesinado en un complot orquestado por ciertos senadores y miembros de la guardia. Los pretorianos ayudaron a que Claudio tomara el puesto de emperador y retaron a que el senado se opusiera a su decisión.

Aunque la guardia contaba con el poder de matar al césar, sus funciones no incluían ningún papel administrativo, a diferencia del personal del palacio, el senado y la burocracia romana. En muchas ocasiones, las barbaries de la guardia fueron castigadas severamente por el emperador. En el año 193, Didio Juliano le compró el imperio a la guardia por una vasta cantidad de dinero luego que la guardia lo subastara al mejor postor. Ese mismo año, Septimio Severo marchó a Roma y se deshizo de los pretorianos ya existentes para que fuesen reemplazados por miembros de sus propias legiones panonias. En el año 69, Tito Flavio Vespasiano ya había sentado bases para este tipo de hecho: se deshizo de un gran número de guardias cuando llegó al trono después de que Vitelio ya se hubiese deshecho de varios de ellos. Como otra medida de seguridad, Vespasiano nombró a Tito Flavio Sabino Vespasiano, su hijo, como el prefecto del pretoriano. La turba romana luchó en varias ocasiones contra los pretorianos, como fue el caso durante el reinado de Maximino el Tracio.

En 271 Aureliano viajó al este, a Palmira en Siria, junto con sus legionarios, pretorianos y su caballería. Los palmirenses fueron derrotados fácilmente, pero este hecho cambió el modo en el que los pretorianos fuesen vistos. Diocleciano y sus colegas crearon el sacer comitatus (escoltas del emperador en el campo de batalla) que incluyó a unidades regulares que trabajaban bajo una estructura pretoriana, pero de una manera menos formal y contando con más unidades.

Los últimos años de la Guardia

Diocleciano cambió el rol de los pretorianos en el año 284. La guardia ya no desempeñó función alguna dentro del palacio una vez que Diocleciano trasladara la sede real a Nicomedia, a 60 millas de Bizancio en Anatolia. Dos nuevos cuerpos, los Jovianos y Herculianos (que derivaron su nombre de los del dios Jove, también conocido como Júpiter y de Hércules) reemplazaron a los pretorianos como los guardaespaldas del emperador y dicha práctica se mantuvo durante la tetrarquía. El 1 de mayo de 305 Diocleciano se retiró como emperador y ya para ese entonces la Castra Praetoria (las barracas de los pretorianos en Roma) solamente servía como una pequeña base de operaciones militares.

En el 306 Majencio, hijo de Maximiano, fue ignorado en la línea de sucesión como emperador y como resultado el ejército se movilizó, el 28 de octubre, e instauró a Majencio como emperador de Italia. César Flavio Valerio Severo, bajo órdenes de Galerio, intentó deshacerse de la guardia pero el resultado fue una rebelión de los pretorianos y estos acabaron uniéndose al ejército que comandaba Majencio. Cuando Constantino el Grande inició la invasión de Italia en el 312, su ejército se enfrentó a las fuerzas de Majencio en la Batalla del Puente Milvio. Una vez que Constantino derrotó a Majencio, se deshizo de los pretorianos, que habían compuesto la gran parte del ejército derrotado. Los soldados de la guardia fueron enviados a diversas partes del imperio y se demolió la Castra Praetoria. La "edad de la guardia", que duró unos 300 años, llegó a su fin el día en que el susodicho fuerte fue demolido por orden de Constantino.

El legado de la Guardia Pretoriana

Aunque se ha asociado el término "pretoriano" con la intriga, las conspiraciones, la traición y con asesinatos, se podría argumentar que durante los primeros dos siglos de su existencia, la guardia pretoriana ejerció una influencia positiva en el estado romano. Durante este tiempo, los pretorianos se encargaron de deshacerse de aquellos emperadores crueles, débiles y poco populares, mientras que los justos, fuertes y populares contaban con el apoyo y la lealtad de la guardia. Al proteger a estos monarcas y al detener los desórdenes y mantener un cierto grado de control sobre el senado, la guardia permitió que el imperio tuviese un periodo de estabilidad que se denominó como la Pax Romana . No fue hasta que terminó el reinado de Marco Aurelio, que de igual forma se considera el fin de la Pax Romana, que la guardia comenzó a deteriorarse al convertirse en mercenarios crueles, y por estos rufianes se recuerda a los pretorianos como aspecto negativo de Roma. Durante la dinastía de "los Severos" y luego durante la Crisis del tercer siglo, las legiones, el senado y el emperador empezaron a caer en la decadencia al igual que los pretorianos.

La relación entre los emperadores y la Guardia Pretoriana

Emperador

Año

Relación con la Guardia Pretoriana

César Augusto

27 a. C. – 14

Creador de la Guardia Pretoriana, contó con lealtad total.

Tiberio

14 – 37

Permitió que Sejano tomará poder como el Prefecto de la Guardia.

Calígula

37 – 41

Asesinado por la Guardia.

Claudio

41 – 54

Fue proclamado emperador por la Guardia.

Nerón

54 – 68

La Guardia lo abandonó.

Galba

68 – 69

Asesinado por la Guardia.

Otón

69

Elegido por la Guardia.

Vitelio

69

Depuesto y ejecutado por la Guardia.

Vespasiano

69 – 79.

Redujo el número de la Guardia después de su victoria en el 69.

Tito

79 – 81

Fue Prefecto de la Guardia antes de convertirse en emperador.

Domiciano

81 – 96

Tuvo el apoyo de la Guardia al ser elegido, pero después fue asesinado por sus Prefectos.

Nerva

96 – 98

Fue humillado por la Guardia y murió durante un sitio contra él.

Trajano

98 – 117

Ejecutó a los oficiales pretorianos que lideraron la rebelión contra Nerva.

Adriano

117 – 138

Fundó la policía secreta (espías) llamados Frumentarii.

Antonino Pío

138 – 161

Marco Aurelio

161 – 180

Usó la Guardia en sus campañas contra las tribus germanas.

Lucio Vero

161 – 169

Cómodo

180 – 192

Asesinado por su Prefecto.

Pertinax

193

Asesinado por la Guardia.

Didio Juliano

193

Ofreció dinero por el imperio a la Guardia.

Pescennius Niger

193

Septimio Severo

193 – 211

Licenció a los soldados de la Guardia y los sustituyó por legionarios de las legiones de Panonia.

Caracalla

211 – 217

Asesinado en un complot por su Prefecto, Macrino.

Macrino

217 – 218

Heliogábalo

218 – 222

Asesinado en la Castra Praetoria por la Guardia.

Alejandro Severo

222 – 235

Elegido por la Guardia.

Maximino Trax

235 – 238

Gordiano I

238

Gordiano II

238

Balbino

238

Asesinado por la Guardia.

Pupieno

238

Asesinado por la Guardia.

Gordiano III

238 – 244

Fue proclamado emperador por la Guardia pero fue asesinado por su Prefecto, Filipo el Árabe.

Filipo el Árabe

244 – 249

Decio

249 – 251

Herrenio Etrusco

251

Hostiliano

251

Treboriano Gallo

251-253

Emiliano

253

Publio Licinio Valeriano

253-260

Galieno

260-268

Claudio II

268-270

Quintilo

270

Aureliano

270-275

Asesinado por las tropas pretorianas.

Marco Claudio Tácito

275-276

Floriano

276

Probo

276 – 282

Asesinado por las tropas pretorianas después de una revuelta

Caro

282-283

Carino

283-285

Numeriano

283-284

Diocleciano

284 – 305

Acabó con el poder de los pretorianos.

Maximiano

286 – 305, 307 – 308

Galerio

305-311

Constancio Cloro

305-306

Flavio Valerio (Severo II)

306-307

Majencio

306-312

Último emperador al mando de la Guardia.

Constantino I

306-337

Disolvió la Guardia y destruyó la Castra Praetoria (Castillo Pretoriano).

Organización y condiciones de servicio

Para pertenecer a la Guardia Pretoriana tenían que pasar las pruebas de selección del ejército, y generalmente ser de clase alta, léase hijos de patricios o senadores o estar muy recomendados dentro del ejército.

La guardia pretoriana en un principio, para diario o desfiles portaban el equipamiento de combate de la época republicana (casco de bronce, cota de malla, escudo ovalado), para combate lucían el mismo equipo y armamento que la legión. En casos especiales como en la época de Nerón, éste los uniformó como hoplitas griegos.

Como todas las legiones, la guardia también tenía un símbolo propio para sus estandartes, en este caso era un escorpión (signo zodiacal del emperador Tiberio).

Rango y jerarquía

Rangos de la Guardia Pretoria en Orden Ascendente

Milites

Soldados regulares.

Immunes

Después de 5 años se les permitía servir en la caballería (Equites pretorii) o como agentes especiales (Speculatores).

Principales

Administradores legionarios.

Evocati

Después de 16 años de servicio, se les otorgaba la jubilación, pero la mayoría decidían quedarse.

Centuriones

Eran soldados que habían sido transferidos a la Guardia Pretoriana después de haber servido en las legiones, los vigiles o la cohorte urbana.

Tribuni

Estos oficiales también provenían de las legiones y casi siempre de la clase ecuestre y comandaban una cohorte. Casi nunca se promovía a los centuriones al puesto de tribuni.

Procuratores

Un rango de la clase ecuestre.

Praefectus

Cargo disponible a los vigiles y las cohortes urbanas; era el rango mayor de la Guardia Pretoriana y el líder de tal.

 

 

Autor:

Jorge Alberto Vilches Sánchez