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Cuerpo, alma y espíritu

Enviado por Oscar Merino


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Bibliografía

Estimados hermanos, amigos y compañeros, reciban este análisis bíblico que estoy seguro que va a tocar sus corazones. Este análisis tiene como fin que Uds. conozcan al Dios que conocí ya hace algunos años. Este Dios que conocí es verdaderamente un Dios.

Lo digo de esta manera porque sé que nosotros como católicos no conocemos bien a Dios, aunque muchos pensamos conocerlo pero lamentablemente me temo que no es así.

Este análisis bíblico no es para mis amigos católicos, sino que puede divulgarse tranquilamente entre las diferentes religiones porque esto que vamos a ver no es religión, sino un análisis que cambia el punto de vista y la forma de pensar. Por eso mi análisis, para que llegue hasta Uds., así como a mí.

Una de las cosas de las que tenemos que partir, es que es importante conocer a Dios, pues dependemos de Él para todas las cosas.

Sé que para muchos esto no es así, porque creen que consiguen sus cosas con el esfuerzo de su trabajo, lo que es cierto, pero tenemos que darle cabida a Aquel que nos permite tener ese trabajo para poder adquirir todas las cosas que tenemos o anhelamos.

En la Iglesia siempre nos han dicho que Dios es bueno y misericordioso, que es un Dios de paz, de amor; sin embargo, estamos viviendo un tiempo de crisis mundial tan profunda que pareciera que la Iglesia se equivoca, y este el motivo por el cual acudimos con bastante frecuencia a brujos y hechiceros para que nos digan el "futuro", leemos el horóscopo, vemos programas de astrólogos, etc., etc. Esto porque lo que nos dice la Iglesia no nos satisface.

Tenemos que salir a buscar algo más, más allá de las fronteras eclesiásticas. Lo peor de todo es que la mayoría de estos astrólogos (los que se presentan en TV y los que escriben los horóscopos) son católicos como nosotros. ¿Qué pasa entonces? ¿Por qué nos hemos alejado de Dios y buscamos cosas alternas? Por eso es bueno preguntarse: ¿Realmente existe Dios?, y si existe, ¿por qué están pasando las cosas que perturban la paz en todo el mundo?

Poco a poco le vamos a ir dando respuesta a estas preguntas. Hubo un tiempo donde empecé a darme cuenta que nuestro Dios, el que profesamos los católicos, estaba como diluido en el tiempo; era como si los milagros realmente pasaron de moda para convertirse en parte de la historia.

Por otro lado, tuve amigos de diferentes religiones; entre las que más conocí se encuentran los anglicanos, luteranos, ortodoxos rusos, evangélicos, judíos, mormones, testigos de Jehová, musulmanes y budistas, sin mencionar a los hinduistas, zoroastraistas y otros religiones más pequeñas y con características orientales. Las tres primeras religiones son muy parecidas entre sí, al punto que para el que no las conoce mucho, es difícil establecer una diferencia bien definida, y además, se parecen mucho a nuestra religión católica.

De hecho, en cuanto al comportamiento humano se refiere, casi no se diferencian de nosotros, pueden pasar como católicos en cualquier sitio o iglesia católica. Una de las diferencias entre ellos y nosotros, por ejemplo, es que sus sacerdotes sí pueden casarse y tener prole. Las demás religiones son más dadas a ellas mismas, o sea, la gente le presta más importancia al tema de Dios, que nosotros. Son como más "fanáticos", o al menos así los llamamos nosotros, sin que la palabra "fanáticos" los describa realmente. Es simplemente que le dan más importancia a la existencia de un dios y existe el deseo de vivir para ese dios. Esto sucede muy poco en nuestras iglesias, y la gente que tiene ese deseo normalmente se va a estudiar a un seminario.

Una de las preguntas que me hacía era si esa era la manera de servir a Dios, siendo cura, pero mi dilema personal eran las mujeres. ¿Cómo ser sacerdote católico y no tener prole y mujer? ¿Será por esto que están saliendo a la luz pública sacerdotes católicos que violan niños, que son más fáciles de convencer diciéndoles que hagan lo que supuestamente Dios dice? ¿Y cuántos más habrá que no salen a la luz pública? Estadísticamente hablando, estos últimos son la mayoría.

Mis amigos evangélicos siempre están hablando de Dios y dando las gracias por todo lo que tienen, claro que no todos, pero en su mayoría. Me di cuenta que creen verdaderamente que hay un Dios por el cual vale la pena vivir. Mis amigos judíos son muy tradicionalistas y saben que hay un Dios por el cual se debería vivir; algunos lo hacen y otros no, pero conservan sus tradiciones y créanme que realmente las viven. Una de las cosas que me di cuenta de los judíos es que el paso del tiempo los ha secado en cuanto al significado verdadero de Dios. Ellos mismos piensan, en muchos casos, que las historias bíblicas son leyendas o cuentos que a lo mejor pasaron realmente, pero estamos en otra época de más modernidad y que esas cosas ya no pasan más. Mis amigos mormones saben que hay un Dios por el cual vale la pena vivir, pero sus esfuerzos son tantos para tratar de ser dignos de Él, que terminan por diseminarse en el camino; como que se fatigan.

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