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Cumanana y triste: tradición prehispánica Muchik


Partes: 1, 2

    1. Los cronistas
    2. Origen funerario del triste y cumanana
    3. Los Yaravíes
    4. Definición de cumanana
    5. El Triste
    6. Otras consideraciones sobre la música popular Muchik
    7. El Lundú
    8. Bibliografía

    Los dos géneros literarios y musicales han merecido hasta ahora, solo trabajos de tipo descriptivo y de recopilación o fichaje; la idea del origen africano de la Cumanana parte del escueto trabajo de Nicomedes Santa Cruz ("Cumanana"), quien ha distorsionado el verdadero origen de estos dos géneros nativos, acuñando términos como el de "socavón" para el triste (1,984:19) definiéndolo como "la música que acompaña a la décima"; de hecho, la décima, de origen hispano, no tiene música y es sabido que generalmente está compuesto por diez versos octosílabos –aunque no siempre-; hemos hecho el presente trabajo en base a visitas, entrevistas y recopilaciones principalmente en el área de fuerte raigambre muchik como las campiñas y villorrios de Batán Grande y pueblos anexos, en el mismo hábitat y, como diría Richard Schaedel, en el mismo contexto ekístico de la étnia que aún conserva tradiciones prehispánicas, conforme es el propósito de demostrar con el presente trabajo de investigación conviviendo con la misma esencia de este pueblo.

    Lo que fue el "Común de indios al otro lado del río Pativilca", como documentamos en los títulos originales de las ex haciendas Cicán o Batán Grande y La Viña de Sancarranco en expediente de remate fechado el 25 de Octubre de 1866, fojas 77, ADL); en efecto, el área conocida como Pativilca, a unos 20 kms al nor oeste del poblado de Batán Grande, parece ser la comunidad o "común" que ha conservado mejor los dos géneros: el triste y la cumanana; a diferencia de otras poblaciones como Motupillo, La Trapoza, Mayascón, La Zaranda, etc, encontramos en Pativilca mas homogeneidad étnica muchik, aunque los géneros se han conservado en todos estos centros poblados, que permiten apuntar y aprender los tristes, a diferencia de la cumanana, que es totalmente espontánea, que es su principal característica, aparte de ser expresiones poéticas de larga duración en la mayoría de los casos; he observado que en pueblos como Pativilca, que están al margen de la ruta costa-sierra, han conservado mejor varias tradiciones prehispánicas amenguando las características de criollaje, asegurando su continuidad cultural mediante matrimonios a veces endógamos de clan y de comunidad; los géneros paleo literarios y musicales muchiks-sicán, han carecido de estudios con recurrencia etnohistórica y cronical, en donde se encuentran precisas referencias que describen, sin denominarlos específicamente con nombre alguno (a excepción de las "endechas"), las formas cantadas por comunidades desde los tempranos años del siglo XVI; los cronistas no recogieron, lamentablemente versiones completas de los cantos –con letra y música- , ni sus originales denominaciones en lenguas nativas, especialmente en muchik ; lo mismo apreciamos en los investigadores incluso de los siglos XIX y XX.

    Los cronistas

    Sin embargo, algunos cronistas, especialmente los extirpadores de idolatrías, observaron con curiosidad estas expresiones musicales; ya en 1987 expusimos nuestra hipótesis sobre el origen prehispánico de estas prácticas festivas que se han conservado por espacio de cinco centurias de procesos inmigracionistas y de mestizaje (Maeda:"El triste y la cumanana"), pese a la influencia de múltiples factores como el intercambio cultural costa-sierra desde tiempos prehispánicos que endosa cobros de tributos, explotación de sus recursos naturales de sus diferentes pisos ecológicos, el proceso mismo de mitmakuna o especie de "destierros étnicos" en el período Inca provincial y el complejo acomodo de la organización colonial que empieza notoriamente con el fenómeno de Reducción de Indios por mandato virreynal del 21 de Marzo de 1551, pero efectivizado durante el gobierno0 de don Francisco de Toledo (1569-1581), aunque don Gregorio Gonzáles de Cuenca, miembro de la Real Audiencia de Lima, lo practicó en el área de Lambayeque por el año 1540 fundando "no menos de catorce pueblos" como asegura Jorge Zevallos Quiñónez (1995); factores que hacen difícil la definición sobre el orígen étnico de estas tradiciones y la posibilidad de un desarrollo paralelo con asimilación simbiótica de un conjunto de interacciones étnicas andinas.Sobre el trabajo de difusión y recopilación de tristes y cumananas, incluyendo décimas y otros géneros que datan de la colonia, es encomiable la mención del Prof. Pedro Delgado Rosado en Chiclayo; también hemos documentado un inédito trabajo e versos que podrían ser partes desglosadas de cumanas piuranas que me mostrara Guillermo Figueroa Luna; la documentación ha sido por demás, realmente precaria, escapándoseles el tema en sus apuntes a Ernest W. Middendorf, Bruning e incluso a Schaedel, quien ha estudiado sistemáticamente el archivo documental de Enrique Bruning en Hamburgo y Berlín (1989), refiriendo que al etnógrafo alemán "…no apuntó varios aspectos importantes del pueblo muchik" ( Schaedel: 1989) quizás aún habiendo observado presencialmente estos aspectos en varias comunidades muchik, dada la intensiva convivencia con la étnia fortaleciendo sus vínculos a través del "compadrazgo", práctica andina para entrelazar vínculos de amistad o familiaridad entre 13 ó 14 modalidades que existen aún hoy, para hacer "compadres espirituales", festejando con chicha, aguardiente y comidas que terminan en las campiñas, casi siempre, con cantos de tristes y cumananas; solo el trabajo pionero de Augusto León Barandiarán y el illimano Rómulo Paredes (1934) rescata algunos tristes y cumananas, así como una aproximación a su definición; algunas versadas o "contrapuntos", sin música, han sido apuntadas por don Nicanor de la Fuente Sifuentes ("Nixa") en "A Propósito" con prólogo de Monsieur Treville (Rómulo Paredes), como el titulado "Los versistas santarroseños", en donde recrea el "contrapunto" entre Desusillo Torres y el anciano pescador Miguel Palma (pág 5.; la Cumanana ha sido atribuida en su orígen al pueblo de Morropón en Piura, y por su fonética, Nicomedes Santa Cruz la relacionó con el costumbrismo negro, "africanizándose" así, una tradición netamente andina que en la costa nor- peruana, los muchik cultivan desde tiempos inmemoriales, alcanzando su esplendor después de organizarse por jerarquías o señoríos regionales quizás durante cinco siglos hasta el 550 d.C, para pasar a una estructura política piramidal con la concentración del poder político, religioso, administrativo y tecnológico o industrial metalúrgico en el sitio de Pomachaec o Pomach ("Lugar de Idolos o de Huacas", según nuestra transcripción ), estableciendo, después del intento Wari, el primer Estado del mundo andino preincaico.

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