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La ombligada, hermandad con lo espiritual (página 2)

Enviado por carlos castillo


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Teniendo en cuenta que esta es una construcción occidentalizada de la religión cuando se convierte en un sentir colectivo, es necesario volver sobre otras posibilidades de abordar esta temática, por tanto, valdría la pena dar una mirada a otras maneras menos "racionalizadas" de relacionarse con el mundo sagrado, de manera que para este caso nos remitiremos a lo que podríamos considerar las más elementales (entendiendo elemental en términos de aparición en la vida de los sujetos, no referida a la complejidad implícita en ella) formas de acercarse al mundo no material, por consiguiente, nos referiremos a continuación al concepto animismo, el cual "… tiene por objeto los seres espirituales, los espíritus, almas, genios, demonios, divinidades propiamente dichas, agentes animados y conscientes como el hombre, pero que sin embargo se distinguen de él por la naturaleza de los poderes que se les atribuyen, y sobretodo, por la particularidad característica de que no afectan de la misma forma los sentidos: normalmente, no pueden ser percibidos por los ojos humanos"[3].

Aunque los anteriores conceptos nos ayudan a elaborar una percepción más consecuente con el hecho al cual pretendemos acercarnos en este documento, no lo podremos apreciar en su justa dimensión si nos negamos a ver que aunque las anteriores propuestas conceptuales nos acercan a nuestro objeto de estudio, hay algunos elementos que aun no aparecen en el escenario que pretendemos construir con el fin de comprender los significados que se han construido a lo largo de años en la tradicional ombligada entre los habitantes de esta zona. Evidentemente, las facultades que se pretenden obtener a través de este tradicional ritual, deben estar enlazadas con elementos tangibles, en los cuales se manifiestan los aspectos espirituales que guiarán la existencia de quienes son ombligados, en consecuencia, es menester tener en cuenta el concepto naturalismo, del cual afirmar Durkheim que esta "es una de ellas (religiones, que), se dirige a los objetos de la naturaleza, sea a las grandes fuerzas cósmicas, como los vientos, los ríos, los astros, el cielo, etc., sea los objetos de todas clases que pueblan la tierra, plantas animales, rocas, etc., por esta razón se le da el nombre de naturalismo"[4].

Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos llegar a afirmar que en el proceso de la ombligada, se presenta una conjunción del humano con los elementos sagrados que permiten su existencia, adquiriendo así una característica que además de hacer único al sujeto al cual se le confiere, debe permitirle sortear de manera segura las dificultades que puede llegar a encontrar a lo largo de su existencia (claro está, la decisión de que cualidades debe tener el pequeño al cual se le realiza, está mediada por las propias pretensiones e intereses de la madre).

Otro aspecto importante para resaltar es que la ombligada tiene implícita una función de higiene, pues otra de las tareas que realiza la partera, que es también la encargada de ombligar, es la mantener limpio el ombligo del recién nacido para evitar posibles infecciones, pues en algunos casos se presenta lo que se llama ombligo de clavo, el cual es especialmente delicado, por que en este "le queda (al recién nacido) una hebrita por toda la mitá del ombliguito, le queda una hebrita ahí, y esa es que tiene que caer, por que no se le puede tocar, no se le puede templar po que por ahí se desangra, que hay que ponele algo que le caiga".

Dado que esta es una práctica presente en toda la extensión de la costa pacífica colombiana, para llevarla a cabo se usan elementos producidos en este medio, como son las hojas del guayabo, el totumo, o de algunos animales como la hormiga arriera, la uña de la gran bestia (al término de esta investigación aun no se definía a que se le llama la gran bestia, pues aunque se le menciona de manera reiterada, nuestro sujeto de campo no aportó mayor información acerca de ella).

En este punto, consideramos apropiado citar a J. Arocha, para quien la ombligada busca que el infante pueda tener "Ciertas propiedades específicas de las bestias, que encuentran en grado menor su equivalente en el hombre, le pueden ser transmitidas a éste mediante la acción ritual de una persona que tiene el poder de ombligar […] no a la manera de una cosa que se toma, usa y deja, sino de un emparentarse […] en una comunión".[5]

Respecto a lo anterior, es necesario aclarar que aunque existen muchos seres que se mueven en el plano de lo supraterrenal para estas personas, solo se recurre a tangibles para ombligar, pues es en estos donde moran algunos de los seres que conforman la cosmovisión de las comunidades de donde originalmente viene esta tradición. "Las substancias utilizadas para ombligar son de distinta índole, pueden ir desde el polvo de la uña de la gran bestia, hasta el oro, la plata, la lombriz, la elección de una o de otra se dará de acuerdo a los efectos que se busca lograr en la persona que va ha ser ombligada, cada uno de los secretos utilizados relacionan las características del animal o mineral utilizado con un tipo de transferencia que se hará al menor ombligado"[6].

Dado que hasta este momento hemos abordado diversos aspectos de este tema, es procedente tener en cuenta la manera de realizarse, esta empieza con el nacimiento del niño, por tanto, como se mencionó anteriormente, la persona que la realiza es la partera, e inicia "cuando el niño nace, uno le corta el ombligo, le pone ombliguero, le amarra la, pues la vil no, y ahora si, llega uno calienta puee se un machete, puese algo y ahora si se quema eso pa" que no se vaya desangrar, antonces eso se le pone cebo caliente, para, para el pajmo, y ya dejpuej de eso, cuando ya el ombligo cae, ya tiene uno su polvito para echarle, a al ombligo para curarlo". Otros de los cuidados que requiere el recien nacido es que "uno le está calentando ahí…..le está calentandito , le está, hasta que ya puej le sana el ombligo, y si también quiere echarle como me echaron la plata, o sea se le hecha la ejte, puej también uno le ejte, ya cuando, pero tiene que estarse pringandito"

Teniendo en cuenta lo anterior, podemos ver que existen dos momentos, que aunque están claramente definidos, se presentan muy cercanos el uno del otro: en primer lugar tenemos el momento del nacimiento, en el que la partera transmuta en ombligadora, es en este momento, cuando el menor ha salido del vientre de la madre, que se encarga la partera del corte del cordón umbilical y de aplicar los elementos necesarios para evitar infecciones, así como también cuando se le hace entrega de las características del ser con el cual se le emparenta en el momento de su nacimiento; el segundo momento de este ritual está comprendido en cada una de las visitas que realiza la partera con el fin de revisar al menor, así como también de asear y verificar que esté sano el ombligo.

Es necesario reconocer que esta práctica implica un proceso de aprendizaje para quien la realiza, pero esto nos lleva a un plano de enseñanza divergente al tradicional escolar occidental, donde lo académico es muchas veces el origen y la forma del conocimiento, en contraste con ello, encontramos que la ombligada obedece a las formas tradicionales de enseñanza, donde además de la oralidad, que es el vehiculo de transmisión de información entre comunidades ágrafas, en este caso el poder presenciar y participar como aprendiz en estas actividades, ha resultado ser una efectiva estrategia de enseñanza. "Este es un conocimiento que en muchas ocasiones se transmite desde la familia, de madres a hijas, de abuelas a nietas, sin embargo los lugares de aprendizaje son diversos, tal vez, marcados de alguna manera por relaciones solidarias, aprender ayudando, acompañando, asistiendo. Como un destino, como una vocación, como un don, las mujeres del río Santiago aprenden a partear. Asistir a la parturienta en el difícil tránsito de la vida en el nacimiento, es un trabajo valorado por todos y realizado por algunas. El desarrollo de este conocimiento, el aprendizaje del arte de la partería se consigue observando a las otras mayores….. Es un saber que se cultiva con la práctica, con la experiencia de ser madre, de ser tía, de ser abuela, de ser partera[7]

Uno de los aspectos característicos de los pueblos que habitan esta zona del país es la cercanía y el sentimiento de parentesco que prima sobre sus habitantes, el cual es reforzado constantemente en diversas formas, para este caso, la ombligada genera, además de la hermandad entre quien es ombligado con el elemento que es ombligado, una cercanía entre el recién nacido y la partera que ombliga, siendo que esta se convierte en madre de ombligada para el menor, relación que en las zonas rurales, dada la cercanía de las personas, se mantiene y cohesiona las comunidades, mientras que en el caso de las zonas urbanas, se le reconoce como madre en los primeros años del menor, posteriormente este parentesco pasa a ser olvidado por el menor, para quien la partera que lo ombligó deja de ser la mamá de ombligada, mientras que para esta con cada menor al cual cuidó se crea un estrecho lazo de afecto.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente en este documento, es posible aventurar un par de conclusiones a manera de epitome, para clausurar este trabajo.

En primer lugar, tendríamos que la ombligada es un ritual que se convierte en una práctica ancestral entre las comunidades tradicionalmente asentadas en la zona pacífica del país, de manera que es parte de un pasado común que entreteje la historia de las comunidades indígenas con la afrodescendientes.

Además de ser un nexo entre estos dos pueblos, es también posible considerarla también una estrategia que crea cohesión entre los miembros de una comunidad, ampliando y reforzando las relaciones de parentesco entre adultos, de la misma manera que adentraría al menor a la sociedad, siendo adoptado por la partera al realizarle la ombligada.

Un aspecto que consideramos importante tener presente en este ensayo es poder sugerir que este ritual es el último paso antes de que el recién nacido pueda ser considerado un sujeto individual, siendo que el momento del parto, cuando abandona el cuerpo de la madre y se encuentra con el mundo exterior es posible considerarlo el primer estadio, posteriormente encontramos el momento en el que se le separa definitivamente del cuerpo de la madre al cortarle el cordón umbilical, y se cierra este proceso, cuando mediante la ombligada se le da el carácter de ser individual al transmitirle mediante este ritual las cualidades más características del ser con el cual se le ha hermanado.

Podría ser posible entonces, que para las personas que realizan esta práctica, el cuerpo tenga significados mágico-espirituales, siendo considerado especialmente el ombligo, pues el ducto por el cual la madre le alimenta y permite vivir durante el tiempo que permanece en su interior, al ser ombligado con un elemento ajeno al cuerpo de la madre, podría ser una manera de continuar con un nexo con elementos externos a su propia corporalidad, pero que a través de esta parte específica del cuerpo, pueden conectarse, en consecuencia, para el rito de la ombligada, así como para quienes la realizan y ofrecen los hijos para ello, podría ser considerado el ombligo un punto en el cual las personas dejan se ser personas para convertirse en seres supraterrenales, pues como se mencionó anteriormente, es el nexo con elementos que poseen cualidades, poderes y son morada de los seres espirituales.

Glosario

  • Manteca de zorra (de chucha): grasa extraída de la zorra, se aplica a las niñas pequeñas en la zona de la cintura para prevenir dolores en el parto.

  • Ombligo de clavo: ombligo del recién nacido después de ombligar, del cual pende un hilo de alrededor de 5 milímetros.

  • Pando de cebo: porción pequeña de cebo usada para curar las heridas del ombligo del recién nacido.

  • Vil: es la que va pegada a la placente, y llega al ombligo del niño, o sea que la placente es como una, como le vengo a decir, una pelota de sangre, y allí pega y llega al ombligo del niño (es la que va del ombligo a la placenta).

Bibliografía

  • Arocha Rodríguez, Jaime. Los ombligados de Ananse

Editorial: Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogotá) Facultad de Ciencias Humanas Centro de Estudios Sociales, CES Enero de 1999

En: http://www.lablaa.org/blaavirtual/antropologia/omblig/present.htm

  • Durkheim, Emile. Las formas elementales de la vida religiosa.

Alianza Editorial. S.A., Madrid, 1993

  • Saberes propios, religiosidad y luchas de existencia afroecuatoriana

En: http://lasa.international.pitt.edu/members/special-projects/documents/ecuador.pdf

 

 

 

Autor:

Luz Amelia Chávez Oliveros

Carlos Castillo

Seminario Sociología del arte y la religión

Noveno semestre nocturno

21 nov. 2009

[1] Mito de la tradici?n Eperara Siapidara, seg?n el cual un hombre es transformado en hombre-saino para cuidar y velar por esto animales.

[2] Durkheim, Emile. Las formas elementales de la vida religiosa. Alianza Editorial. S.A., Madrid, 1993

[3] Durkheim, Emile. Las formas elementales de la vida religiosa. Alianza Editorial. S.A., Madrid, 2004

[4] Durkheim, Emile. Las formas elementales de la vida religiosa. Alianza Editorial. S.A., Madrid, 1993

[5] Arocha Rodr?guez, Jaime. Los ombligados de Ananse Editorial: Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogot?)Facultad de Ciencias Humanas Centro de Estudios Sociales, CES Enero de 1999

[6] Saberes propios, religiosidad y luchas de existencia afroecuatoriana. Quito, agosto

[7] SABERES PROPIOS, RELIGIOSIDAD Y LUCHAS DE EXISTENCIA AFROECUATORIANA en http://lasa.international.pitt.edu/members/special-projects/documents/ecuador.pdf pag. 8-9

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