La universalización de la educación superior en un municipio de Cuba

1. Resumen
3. Bibliografía

Resumen

La Universalización de la Educación superior ha llegado para ocupar un lugar que estaba incompleto en el sistema de Educación cubano y es un esfuerzo supremo para alcanzar toda la justicia social. Es un proceso joven, de una nobleza extraordinaria, que persigue multiplicar el saber y la cultura; pero no es un fin en sí, sino un medio de la Revolución cubana para ampliar y completar su política cultural.

En la educación superior cubana, la semipresencialidad es la modalidad pedagógica que posibilita el amplio acceso y la continuidad de estudios de todos los ciudadanos, a través de un proceso de formación integral, enfatizando más en los aspectos que el estudiante debe asumir por si mismo; flexible y estructurado; en el que se combina el empleo intensivo de los medios de enseñanza con las ayudas pedagógicas que brindan los profesores; adaptable en intensidad a los requerimientos de éstos y a los recursos tecnológicos disponibles para llevarla a cabo.( MES:2006)

La idea llegó en una situación en que nuestra economía estaba profundamente inmersa en las duras condiciones del Período Especial. Momento en que la crisis provocada por la desintegración de la URSS y el derrumbe del campo socialista causó la pérdida de casi el 85% de nuestro comercio internacional.

La idea surgida para darle continuidad a los esfuerzos para superar a los jóvenes de los Programas sociales priorizados y abrirles las puertas universitarias se ha convertido en una gran innovación social y crece y se multiplica posibilitando el vínculo Universidad -Territorio como una sementera inagotable.

Desarrollo

La Universalización es un proceso en ascenso y está llegando hasta las pequeñas comunidades y cada cubano recibe sus influencias directas e indirectas donde quiera que esté y tenga la edad que tenga. Como proceso joven necesita preparación y esclarecimiento; no solo es transformadora con respecto a los alumnos que gracias a ella resolverán su sueño de tener una carrera universitaria, sino que incide de una manera especial en las fuerzas profesionales del municipio, que se han visto sumergidos en la enseñanza y en la mayoría de los casos sin una preparación pedagógica pertinente, por lo que se un reto inmediato elevar la cultura pedagógica de nuestros profesores para acometer la noble tarea de enseñar al pueblo, mientras introducimos progresivamente actividades de postgrado que resuelven en gran medida las necesidades de aprendizaje constante de nuestros egresados.

En nuestra Sede, al definir la Política Científica, jerarquizamos esta tarea en primer lugar. Ahora pretendemos ofrecer algunas experiencias y reflexiones personales sobre la actividad docente y de manera particular sobre el papel del profesor y su relación con los alumnos.

Con respecto a los estudiantes es necesario desconstruir el mito de de la supuesta inferioridad intelectual con respecto a los alumnos de los cursos regulares diurnos que están en las Sedes centrales a tiempo completo. Aceptamos que los posibles defectos formativos que pueden presentar han sido consecuencias de insuficiencias institucionales, de errores y otras causas ajenas a su voluntad; pero forman parte en igualdad de oportunidades de la juventud cubana; por tanto si queremos realmente ayudarlos tenemos que abandonar posiciones extremas de actitud crítica, escéptica o de paternalismo y actuar con la objetividad y el sentido dialéctico necesario. Si comenzamos a enlazar las interrogantes sobre las causas que motivan la imperfección en el aprendizaje de los alumnos los profesores de manera ineluctable siempre apareceremos implicados. Si la roca es dura hay que cambiar de herramientas; cualquier objetivo se puede lograr si se plantea correctamente y se trazan las vías seguras para cumplirlo.

Queremos formar a un profesional de amplias perspectivas con un sentido de pertenencia a su comunidad; que sea capaz de vivir en una sociedad donde la universalización del conocimiento es una herramienta de desarrollo y que sea un sujeto activo de su propia transformación y enriquecimiento ético e intelectual, sin estimular futuras visiones personales que lo separen de su actual entorno social. En ningún caso es objetivo de este Programa regalar o facilitar títulos universitarios en detrimento de la calidad; el objetivo es crear las oportunidades.

Este reto es enorme y también inesperado, dadas las adversas condiciones económicas en la que la idea se gesta y materializa; por eso no nos podemos sentar a esperar por legajos tradicionales de Pedagogía, ni atenernos a rigurosas normas ya aprendidas y ensayadas profesionalmente durante años y que en su mayoría solo tiene valor precursor; la práctica impone acción y sobre ella hay que aprender y como somos pioneros en el sistema tenemos la obligación moral de socializar lo que vamos haciendo, divulgar lo positivo y lo negativo también para evitarles a otros colegas de cualquier lugar nuestros posibles tropiezos. Necesitamos construir entre todos los fundamentos reflexivos de esta nueva Pedagogía y cualquier idea puede ser muy valorada.