Descargar

El currículum y la investigación como base de la enseñanza


Partes: 1, 2

    1. Marco teórico
    2. Conocimiento y desarrollo profesional
    3. La investigación como base de la enseñanza
    4. Relación de la teoría de Stenhouse con la problemática curricular
    5. Posibles objeciones a la investigación en la enseñanza
    6. Conclusiones
    7. Bibliografía

    Abstract

    El presente trabajo indaga acerca del origen del conocimiento y de las  estrategias formativas que son necesarias para su expansión, considerando como  principal variable al conocimiento profesional de los docentes.

    Asimismo, desarrolla la teoría de Stenhouse, quien propone a la investigación acción como estrategia efectiva para el desarrollo y perfeccionamiento de los profesionales de la educación.

    Por último, plantea algunos aportes para el área de formación docente, como una forma de contribución concreta para la mejora de la calidad educativa.

    Palabras clave: Construcción de conocimientos – Investigación acción – Teoría de Stenhouse – Formación docente

    Introducción

    "Ni la actividad escolar, ni la docencia pueden ser manejadas

         por control remoto desde lejos…

     Si los maestros y los directivos escolares no entienden el cambio

     o no llegan a comprometerse con él, no cambiarán."

    Elliot Eisner , 1998

    Si hay una palabra que ha sonado en mis oídos hasta el hartazgo en los últimos años, es el término "cambio"…Parecería ser que lo único estable en el mundo de hoy es, precisamente, la certeza de que todo se transforma a pasos agigantados y que nosotros estamos insertos en este proceso, lo queramos o no.

    Un rápido repaso por los avances tecnológicos, la recorrida por alguna bibliografía actualizada o, simplemente, el conocer los requerimientos de la Ley de Educación Superior, fueron haciéndome vislumbrar que, en el ámbito educativo, no todos estamos anoticiados de las características que conlleva este tan nombrado cambio y de los desafíos a los que el mismo nos enfrenta.

    Por añadidura, el hecho de reflexionar acerca de las recientes modificaciones en el diseño curricular de la formación docente me hizo tomar conciencia del largo camino de construcción que tenemos por delante.

    Es sabido que, en nuestro país, la institución escolar está atravesando tiempos de transformaciones muy significativas. Los educadores, como actores insustituibles en los procesos escolares, tienen su rol comprometido en una sociedad que, por un lado, les demanda constantes adaptaciones y, por el otro, no siempre les otorga la jerarquía que les corresponde.

    Otro elemento a tener en cuenta es la gestión política nacional e internacional que incluye en la agenda de discusión los nuevos parámetros con los que debe manejarse la educación. Uno de sus principales desafíos es encontrar métodos eficaces para brindar una formación de calidad no sólo a los alumnos, sino también a los enseñantes.

     Como consecuencia lógica de este diagnóstico, comenzó a crecer en mí la certeza de que sólo ampliando el desarrollo profesional de los docentes lograremos dar respuesta a las demandas que nos hace tamaña evolución.

    Cuando esta idea se me estaba transformando casi en obsesión y la ausencia de soluciones viables amenazaba con desesperanzarme, vino en mi auxilio la teoría crítica de curriculum diseñada por Lawrence Stenhouse (1984, 1987) acerca de la investigación como base de la enseñanza y como un medio eficaz para la mejora de la calidad educativa.

    Durante mucho tiempo sostuve intuitivamente la hipótesis de que los cambios en educación, para ser efectivos, deben partir del corazón mismo de la relación enseñante – alumno. Y ahora intentaré fundamentarlo desde una aproximación teórica a los textos de algunos investigadores que se han encargado de estas cuestiones.

    Sin embargo, antes de embarcarme en esa tarea creo oportuno hacer varias especificaciones semióticas acerca de algunos términos empleados en el presente trabajo. Ante todo, cabe señalar que, siguiendo los conceptos de García (1999), la palabra cambio se utilizará para connotar idea de desarrollo, evolución o progreso.

    Por otra parte, si bien para algunos investigadores argentinos son términos sinónimos, se descartarán los vocablos "reciclaje", "maduración" y "capacitación". Personalmente, entiendo que el reciclaje está estrechamente ligado a latas o a papeles viejos. En segundo lugar, la palabra maduración se refiere a algo estático, a cierto grado de inercia o a un tiempo de espera para que se logre, desde afuera, la madurez deseada. Esto sería más aplicable a una fruta prendida de un árbol, que al accionar educativo. Por último, sólo se hace necesaria la capacitación cuando uno es discapacitado o incapacitado y, lejos de hacer un comentario con sesgo discriminatorio, humildemente prefiero reservar este concepto para otros contextos.   

    Partes: 1, 2
    Página siguiente