Descargar

El cerebro es holográfico y la realidad inexistente


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. El cerebro
  3. Ondas Tetha y niños índigo
  4. Meditación y trance
  5. Neuroterapia
  6. El cerebro forma redes neuronales con patrones de acción
  7. Neurotransmisores
  8. La memoria
  9. Influencia de la física cuántica en el concepto cerebral
  10. Memoria holográfica
  11. La realidad es una ilusión
  12. Viejos conceptos en nuestra mente
  13. Seres sobrenaturales
  14. Causalidad de múltiples opciones
  15. Un cerebro que crea
  16. Leyendo el código de barras del universo
  17. Conclusión

LA CIENCIA EN LA ENCRUCIJADA

Introducción

Los avances de las neurociencias los últimos 20 años, son tan asombrosos, que todo lo que creíamos saber del ser humano, de su funcionamiento y del universo hasta hoy, ya no es como lo pensamos.

También está claro que esos avances son difíciles de comprender ya que de los conceptos originales del cerebro, nos enseñaron bastante poco, tal vez por que se tenía muy poca información acerca de él o por que no existe el hábito de transformar las investigaciones en información clara y sencilla, para que la gente común vaya comprendiendo cada vez más sus funciones cerebrales y en general su mundo.

Este libro entonces pretende dar un esbozo de las convicciones originales que la ciencia ha tenido acerca de la realidad fisiológica del cuerpo y de las funciones cerebrales, de la forma más simple posible, para luego desarrollar las diferencias conceptuales que se han introducido en la biología a partir de los últimos descubrimientos sobre el cerebro holográfico, explicamos de esa manera que dice la física cuántica del universo y como nos da eso una nueva perspectiva del cerebro.

Una concepción del universo basada en frecuencias, receptores de frecuencias, creaciones holográficas de una realidad inexistente, hologramas de un ser único llamado humanidad que nos constituye, explicando así fabulosamente la condición no sólo de los niños Indigo y de sus talentos que, en un universo concebido bajo las viejas explicaciones, no se llega a comprender, Si no de todas aquellas personas con talentos extraordinarios a nivel perceptivo, capacidades extraordinarias de nivel intuitivo y creativo y con una extraña comprensión del mundo que hace que ese ser se sienta como si vieran las cosas con otro prisma, o fuera otra realidad.

En este libro consideramos sobretodo, a esos seres que desde siempre han tenido la extraña sensación de poseer un alma, un alma que actúa como un constante y silencioso espectador, llevándolos a comprender su existencia desde la certeza que esos estados no ordinarios de conciencia en los cuales se trasciende a toda noción del espacio y del tiempo, estados contemplativos que nos dejan vislumbrar la eternidad, son lo único que vale la pena llamar real.

De esa eternidad trata este libro, y esa eternidad desde la ciencia, una eternidad que se ha infiltrado lentamente en los laboratorios de la ciencia, asombrando al ojo que mira el microscopio, es una nueva ciencia que nos hace saber que hay un universo en total orden que nos contiene, que todo transcurre según un orden establecido y esta todo bien, que la evolución de la humanidad es inminente que la evolución del universo transcurre inexorablemente, sin que podamos hacer nada, por que no la alcanzamos

Algunos seres, nacen con la cualidad de mirar por una ventana, donde esta realidad se muestra patente, como los Budas en meditación, eso los hace estar ausentes, aparentemente sin concentración o con déficit atencional; Seres mirando al otro lado casi todo el tiempo, comprendiendo la vida, en su concepto de totalidad, percibiéndola de la forma mas completa y verdadera.

El cerebro

Hubo un tiempo que el cerebro humano se diferenciaba del de las otras especies específicamente por la presencia de una zona que hacía que, además de conciencia individual, el hombre tuviera conciencia social o al menos eso parecía.

Se sabía que el ser humano tenía la capacidad superior de tener esta condición gracias a que se desarrolló en forma independiente su encéfalo, no como los otros mamíferos que lo tenían unido al cerebro. Eso, se estimó, nos hacía humanos, estas características físicas que nos permitían tener conciencia del otro.

Dentro de este desarrollo del cerebro se creyó específicamente que gracias al córtex cerebral, que es que es la parte externa del encéfalo que tiene una textura rugosa de color blanco ligeramente grisácea, parecida al aspecto de la mitad de una nuez, existía en nosotros el pensamiento abstracto, creencias y capacidad de previsión de futuro entre otras cosas. Lo confirmaba también el lenguaje, esa facultad presente únicamente en el hombre que estaría controlado por una serie de centros distribuidos en las periferias del lóbulo temporal del córtex, por eso entonces estaba claro que era precísamente ese cortex cerebral lo que diferenciaría a la especie humana del resto.

Nuestro cerebro funciona además con destellos, pequeños impulsos de corriente eléctrica de una potencia muy baja. La potencia de la electricidad que manejan nuestras neuronas (se mide en milivoltios) sin embargo esa es la potencia necesaria y suficiente para procesar, manejar, distribuir y usar cantidades inmensas de información y generar multiplicidad de respuestas (casi infinitas en posibilidades).

Este cerebro, que es una es una máquina de bajas frecuencias, que además de lo que ya sabemos tiene conciencia de sí mismo y del entorno, cambia sus frecuencias de funcionamiento según la actividad que necesite realizar. Cada potencial eléctrico es un diferente estado de conciencia.

Partes: 1, 2
Página siguiente