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Educación sexual


Partes: 1, 2

    1. Hombres y mujeres
    2. Desarrollo sexual
    3. Sexualidad y amor
    4. La primera vez
    5. Respuesta sexual humana
    6. Relaciones sexuales
    7. Contracepción
    8. Conclusiones
    9. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    La sexualidad es una función humana compleja y difícil de definir. Se puede manifestar de muchas formas en las personas y evoluciona a lo largo de la vida. En la actualidad, se considera que la sexualidad no es solo una función para la reproducción (para tener hijos), si no también un juego, un intercambio, una comunicación. Estos elementos contribuyen a una vida sexual serena, sin conflictos. Finalmente, la vida sexual adulta también esta influida por la educación recibida y por las experiencias que se a tenido desde pequeño y durante las adolescencia. Son muy importantes las experiencias positivas que acompañan al crecimiento: Los cuidados y la satisfacción de las necesidades primarias (como el hambre y el sueño), el contacto corporal (los mismos) y la relación cariñosa con los padres y la aceptación del propio cuerpo. En algún momento entre los 10 y 13 años, los cuerpos los niños empiezan a cambiar y se convierten en adultos. Todos los niños y los jóvenes sienten curiosidad y se hacen muchas preguntas sobre el sexo. El bienestar y la salud sexual requieren respuestas y, sobre todo, información.

    La sexualidad nace con el ser humano y le acompaña durante toda su vida. Empieza con el comportamiento natural e instintivo del bebé que se toca los genitales y continúa con el exploratorio juego de médicos y enfermeras de los niños. Pero es en la pubertad cuando se despierta activamente la sexualidad para recorrer un camino de aprendizaje y experimentación llamado adolescencia, que desembocará en la madurez sexual. Partiendo de la pubertad, este libro se divide en tres partes, según las distintas etapas del crecimiento: de once a catorce años; de quince a diecisiete años ya partir de los dieciocho años.   La Guía sexual para adolescentes es pensado para los jóvenes, pero que también puede convertirse en una herramienta muy útil para profesores y para los padres, lógicamente preocupados por saber lo que piensan, necesitan y quieren sus hijos acerca de la sexualidad. Si a alguien puede ayudarle, consideramos que ha valido la pena escribirlo.

    CAPÍTULO I

    HOMBRES Y MUJERES

    En la especie humana, igual que en las demás especies animales, los individuos se dividen en macho y hembras por las formas que tienen sus órganos genitales.

    La diferencia sexual permite establecer si se pertenece al sexo masculino o femenino, sin embrago, en los seres humanos la pertenecía a uno u otro sexo no esta definida solo por las diferencias físicas, sino que también es el resultado de la ecuación, las costumbres y las normas que se originan en la cultura de la sociedad. Después de nacer, el ambiente social propone, comportamientos y actitudes consideradas idóneas para cada sexo y lleva a la adopción de un rol sexual, masculino o femenino.

    El primer lugar estos roles sexuales toman forma y se transmiten en la familia. Incluso antes de nacer, durante el embarazo, los padres pueden conocer el sexo de su hijo (gracias a la ecografía) y preparar su habitación y su ropa, escogiendo los elementos que se adaptan mejor a un niño o una niña, A niños y niñas se les invita poco a poco comportarse. En casa y en la escuela, del modo que se considera adecuado a un sexo o a otro, por ejemplo, en la forma de vestir o en los juguetes. Las diferencias en las costumbres y en los modos de comportarse se diferencian cada vez más a medida que el niño o la niña crecen.

    Persona y sociedad

    No obstante, los roles sexuales que establece cada sociedad deben asumirse con condiciones. Cada persona tiene su propia sensibilidad y una tendencia natural a preferir ciertas actitudes y comportamientos. Por otro lado, las diferencian entre los individuos son las que permiten la renovación y la transformación de normas sociales que habían permanecido inmutable durante mucho tiempo.

    De hecho, en el seno de una misma sociedad los roles sexuales pueden cambiar con el paso del tiempo. La imagen y la condición de la mujer, por ejemplo, han cambiado a lo largo de la historia. Hasta pocos años, la niña era educada para su futuro papel de esposa y madre: aprendía a cocinar y a realizar las tareas domesticas, era poso frecuente que una chica estudiase, hiciera una carrera universitaria o ejerciera una profesión. En la actualidad, las cosas han cambiado en alguna medida, aunque no totalmente, ni en todas partes por igual.

    Muchos esquemas de comportamiento han variado profundamente. Dos ejemplos claros son el ideal de la belleza y la forma de vestir: cada uno viste como quiere, sin ceñirse a las reglas rígidas y la delgadez es hoy en día muy apreciada. También el en ámbito de los sentimientos y las emociones han cambiado muchas cosas, Las relaciones entre personas de la misma edad son mas abiertas, u la amistad entre jóvenes de ambos sexos se considera necesaria para un crecimiento equilibrado.

    Diferencia o desigualdad

    Hace poco tiempo que las mujeres han conquistado, aunque solo en parte todavía, la libertad, expresada como la autonomía para moverse, vestirse, votar, relacionarse o incluso decidir sobre sus proyectos en la vida, incluyendo en su vida sexual.

    Hay que hablar de diferencia y no de desigualdad entre ambos sexos. La sociedad debe moverse hacia la paridad en las tareas de hombres y mujeres y hacia la igualdad de sus cualidades.

    Esta progresiva igualdad en los derechos de ambos sexos debe establecerse tanto en el terreno laboral como social, político y familiar.

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