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La Comunicación en el proceso de desarrollo comunitario


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    La Comunicación en el proceso de desarrollo comunitario – Monografias.com

    La superación de la visión restringida de la comunidad como espacio físico-geográfico donde la interpretación de los fenómenos que acontecen es solo aplicable al lugar en el cual se desarrollan constituye una necesidad, lo que provoca que procesos humanos —como consecuencia de un acérrimo empirismo— carezcan de mayor alcance que donde se produjeron, quedando excluidos por no considerarlos universales.

    Como parte de este fenómeno resulta interesante detenernos en uno de estos procesos: la comunicación en el contexto comunitario, como elemento a tener en cuenta para estudio y valoración, preponderando los grupos sociales en transformación como puntos de referencia para el estudio de la sociedad en su conjunto.

    Hablar de trabajo comunitario pudiera parecer simple, mas no lo es, sobre todo porque este concepto, generalmente, solo es utilizado acertadamente por los estudiosos del tema. Similar ocurre con la definición de comunidad, encontrándola, casi siempre, empleada para referirse a una localidad, un barrio, y pocas veces, para calificar a "un grupo social que comparte espacio donde la participación y cooperación de sus miembros posibilita la elección consciente de proyectos de transformación dirigidos a la solución gradual y progresiva de las contradicciones de su autodesarrollo"[1].

    Igual sucede con el autodesarrollo comunitario, el que, según los investigadores del Centro de Estudios Comunitarios de la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas, se asume como "el proceso de gestación de lo comunitario, expresado en un crecimiento en salud, donde la participación y la cooperación son cada vez más conscientes"[2].

    Definiciones en las cuales la participación y la cooperación constituyen elementos esenciales, entendiendo el primero como la implicación sentida de los actores comunitarios en la identificación de contradicciones, en tanto, el segundo se asume como forma de actividad coordinada de dichos actores con arreglo a un plan[3]

    De esta forma, aunque no aparece de manera explícita, ambos momentos (participación y cooperación) son condicionados por el proceso de comunicación, dado el papel de este en la materialización de un cambio en el modo de pensar y actuar de los actores comunitarios, es por ello que resulta necesario detenernos en lo que hace de la comunicación en el ámbito comunitario un proceso universal.

    Cuando hablamos de comunicación, no nos referimos únicamente a los medios, aunque reconocemos que estos son aparatos culturales y no solo tecnológicos, y que se articulan a la conformación e intercambio de culturas, a la organización económico-social y a la construcción de consensos y disensos políticos en una sociedad. También rescatamos aquellas prácticas sociales de acción e interrelación de los sujetos, especialmente referidos a los movimientos sociales.

    Es necesario destacar que lo comunicativo es una dimensión básica de la vida de las relaciones humanas y socioculturales. Es el reconocimiento de la existencia de actores que se relacionan entre sí dinámicamente, a través de medios o no, donde existe un uno y un otro, o varios otros, con quienes cada sujeto individual o colectivo establece interacciones objetivas y principalmente subjetivas; es decir que se interpelan intersubjetivamente. Toda acción de desarrollo se sitúa, entonces, en relaciones intersubjetivas diversas y complejas. Así, por ejemplo, ser pobre puede significar para algunos ser inferior y, recibir una donación de alguien, una reproducción de la subvaloración. Como también una relación de cooperación puede estar generando sentimientos de rechazo o envidia entre los beneficiarios, incluso, sirven para definir nuevos modelos de comportamiento.

    No hay entonces hecho concreto de la vida y del desarrollo que no comprometa la subjetividad y la interacción entre varios. Son relaciones que van definiendo las identidades, los modos de incorporarse a los procesos de socialización y a la definición de la vida cotidiana y sus cambios. Los demás y el cómo nos acercamos a ellos, forman parte de nosotros mismos y del sentido de lo que hacemos, sea en la vida diaria concreta como en la elección de un proyecto de autodesarrollo.

    Esta comprensión corresponde a lo que los Mattelart han llamado "retorno al sujeto" al hablar de la nueva visión teórica, según la cual el proceso de comunicación se construye gracias a la intervención activa de actores sociales. La necesidad de identificar al otro tiende a ser reconocida como un problema decisivo[4]

    Generalmente la comunicación ha sido obviada de los proyectos de desarrollo, a pesar de que las organizaciones comprometidas admiten que los beneficiarios deben estar involucrados, no logran comprender que sin esta no puede establecerse un diálogo permanente con los grupos sociales.

    Con relativa frecuencia es concebida como propaganda, o en el mejor de los casos como difusión de información, pero rara vez como diálogo, concentrando sus esfuerzos en el uso de los medios masivos, bajo las directrices de la espectacularidad como producto de consumo.

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