Descargar

El papel emergente de la comunicación audiovisual en los entornos formativos

Enviado por Djamel Toudert

Partes: 1, 2

    1. Abstract

    Los autores (GIDAM, Grup d’Innovació Docent en Audiovisual i Multimèdia) apuestan por la comunicación audiovisual como forma de comunicación del futuro, integradora, versátil y con enormes potencialidades para ser aplicada a diversas profesiones, más allá del estricto marco mediático.

    Palabras claves· aprendizaje, competencia comunicativa, comunicación, comunidades virtuales, medios de comunicación.

    2. Introducción

    Desde los primeros estudios sobre comunicación de masas hasta las directrices de Bolonia y las licenciaturas piloto, las Ciencias de la Información / Comunicación han seguido un claro proceso de asentamiento y reafirmación que culminó, a principios de los ’90, con la implantación de un nuevo diseño curricular para distintas licenciaturas (Comunicación Audiovisual, Publicidad y Relaciones Públicas y Periodismo). Actualmente, el modelo está en crisis. Como en cualquier otro tipo de estudios, su evolución transcurre paralela a la del país (contexto histórico, político, social…). Repasando brevemente esta historia, podremos abordar con mayor rigor cuál es la situación actual.

    La "pre-historia" de la docencia de la comunicación se inicia en España, en su vertiente periodística, en 1932 con la creación de la Escuela de Periodismo de El Debate, obra y empeño de Angel Herrera Oria. Su inauguración había estado precedida, en años anteriores, por la organización de algunos cursillos y conferencias. De los cinco cursos de que constaba esa primigenia "carrera", la Guerra Civil se encargó de que quedara sólo en cuatro. La contienda también truncó la corta historia de los Estudis Comercials, nacidos en 1933, que la Generalitat republicana estableció y a la cual dotó de una cátedra de Estudis de Mercat i Publicitat.

    1941 es la fecha de la "oficialización" de los estudios de Periodismo con la creación de la Escuela Oficial de Periodismo, cuya máxima aportación académica consistió en exigir la militancia a alumnos y profesores y asegurar que los periodistas mantuvieran el espíritu fundador de aquellos que habían creado la Escuela y les permitían formarse en ella. Tal homogeneidad no se vio truncada por la aparición de la Escuela de Periodismo de la Iglesia en 1960 si bien la entrada en escena dos años antes del Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, dependiente del Opus Dei, sí supuso cuanto menos la ampliación del corpus teórico de tales estudios.

    Los estudios oficiales de cine aparecen en 1947 con la creación del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas en la Escuela Superior de Ingenieros de Madrid y tendrán su Escuela Oficial equivalente en 1962. La publicidad, por su parte, oficializa su situación de forma un tanto contundente el año 1964 con la aprobación del Estatuto de la Publicidad, en el que se hacía constar la creación del Instituto Nacional de Publicidad, del cual dependería la Escuela Oficial de Publicidad, creada por Decreto 2569/64 de 22 de agosto (BOE, 27 de agosto de 1964). De todas formas, existía ya desde 1960 la Escuela de Publicidad del Centro Español de Nuevas Profesiones, de carácter privado, legalmente reconocido y que tuvo que adaptarse a las pautas marcadas por la Escuela Oficial de Publicidad.

    La última en aparecer, 1967, fue la Escuela Oficial de Radiodifusión y Televisión. Con la aparición de las nuevas Facultades, iniciada la década de los '70, el IORTV (Instituto Oficial de Radio y Televisión, en Barcelona y Madrid) pasó a tener mayor protagonismo. El IORTV ya dependía de esta Escuela Oficial desde 1969.

    Periodismo, Cinematografía, Radiodifusión y Televisión y Publicidad: las cuatro escuelas oficiales (con treinta años de antigüedad la que más) sabrán de la cuenta atrás de sus respectivos cursos con la promulgación del Decreto 2070/1971 de 13 de agosto de creación de las Facultades de Ciencias de la Información. Las primeras fueron las Facultades de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y Autónoma de Barcelona, cuya actividad docente se inició entre finales de 1971 y 1972 (1) y la de la Universidad de Navarra, nacida de la transformación de su Instituto de Periodismo. Diez años más tarde nacería Ciencias de la Información en la Universidad del País Vasco, en 1988 la de la Universidad de La Laguna y la de la Pontificia de Salamanca. Desde principios de los noventa hasta ahora siguen apareciendo Facultades, ya no sólo dependientes de Universidades públicas sino también privadas, academias y otros centros que incluyen en su oferta docente estudios relacionados con la comunicación en cualquiera de sus ámbitos. Al fin y al cabo, la multiplicación de la oferta académica universitaria en estudios de comunicación ha respondido, y sigue haciéndolo, a su demanda social, tendiendo a un modelo que se fue especializando hasta el momento actual en el que se hace necesario una redefinición de las afinidades entre Facultad e industria.

    La Facultad de la UAB decidió cambiar su nombre histórico por el de Facultat de Ciències de la Comunicació en 1993. En el mismo DOGC (Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya)que autoriza tal cambio consta también la autorización para la implantación de los estudios conducentes a la obtención de los títulos de licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas, Periodismo y Comunicación Audiovisual. En la introducción del documento, queda resumida la filosofía que ha derivado en la adopción del nuevo nombre y los nuevos estudios: "La concurrencia de estas enseñanzas convierte a la Facultat de Ciències de la Informació de la Universitat Autònoma de Barcelona en una verdadera Facultat de Ciències de la Comunicació. Esta característica identificadora de la Facultad condiciona positivamente la definición de los estudios que en ella se imparten, ya que son concebidos como ramas del tronco común de la teoría y la práctica de la comunicación humana".

    Retomando la idea de que, como en todos los ámbitos, la comunicación en España es deudora de su particular avance histórico, es lógico que la apertura democrática junto con la neo-regulación en el sector de la comunicación, vivida en Europa a lo largo de los años '80, resultaran en el reconocimiento académico de una realidad ya imparable. El Periodismo ya no era la única y exclusiva representación de la comunicación y mucho menos en su vertiente de comunicación persuasiva. Las Facultades españolas supieron responder al reto de un ecosistema comunicativo cambiante que reclamaba nuevos perfiles profesionales (ejercidos ahora en libertad). En este sentido recordaba el Dr. Emili Prado (en Ràfols, 1996:17): "Este es un campo dinámico en el que se están creando nuevas ocupaciones que reclaman una formación dinámica y flexible y nosotros nos hemos preocupado de que el diseño de los planes de estudios de la Facultad respondan también a estas nuevas necesidades del mercado". Esta adaptación de las Facultades al nuevo ecosistema comunicativo estuvo acompañada de una mayor y mejor preparación y seguimiento del personal docente e investigador, lo cual se tradujo en una mayor y mejor producción teórica que contribuyó notablemente a la consolidación de estos estudios. Con aquella reforma se pretendía hacer más dinámicos los estudios de Comunicación, sin duda fue una gran impulso dirigido a satisfacer la demanda social y a adaptar las titulaciones a la realidad laboral de aquellos tiempos que daba fe de la voluntad de acercarse a los nuevos escenarios comunicativos, dando ya una gran importancia a la comunicación audiovisual. De esta forma, Emili Prado (1992:15) afirmaba que "lo audiovisual ha sido uno de los factores caracterizadores del espíritu de adecuación modernizadora que ha presidido la evolución de la Facultat de Ciències de la Informació de la Universitat Autónoma de Barcelona".

    Partes: 1, 2
    Página siguiente