La corrupción en la administración de justicia en el Perú, como señal de la crisis del Estado
Enviado por ELIAS JESUS PONCE SANZ
- Antecedentes específicos
- De las nefastas consecuencias que trae la corrupción
- Causas histórico-políticas de la corrupción en el Poder Judicial
- Partes involucradas en el manto de la corrupción
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
Una tarde de trabajo como cualquier otra, se vio interrumpida ese día por la noticia que en el Segundo Juzgado Civil del Módulo Básico de Justicia de Condevilla Señor del Distrito Judicial de Lima Norte, habían detenido al Juez y a su secretario judicial por haber solicitado la suma de dos mil nuevos soles para "diligenciar" una resolución a favor de uno de los litigantes, quien inicialmente accedió la propuesta por intermedio del citado auxiliar jurisdiccional, pero que en la segunda oportunidad en que iba a entregarle la suma convenida, tomó la precaución de comunicar a la Oficina de Control Interno de la Magistratura de dicha sede judicial y llevar consigo una grabadora minúscula, en donde quedó registrada la conversación y los pormenores de este acto comúnmente llamado "coima", para después de entregarle al secretario los billetes previamente empapados en reactivos químicos, el órgano de control y la policía de la Comisaría de Condevilla Señor, hicieran su trabajo.
No cabe duda que este Poder del Estado, pilar insoslayablemente necesario en todo estado democrático y más exactamente la administración de justicia en nuestro país, tiene un estigma en la "frente" de la que hasta la fecha no ha podido liberarse y es que la corrupción a todo nivel, es pan de todos los días, desde el más remoto Juzgado de Paz en un lejana provincia como en las capitales de provincia a nivel de los Vocales y Fiscales Superiores y con ello la desazón del ciudadano común y corriente que alguna vez creyó en la justicia, se da todos los días con la ingrata desazón en las narices, al ver que sus pretensiones a todas luces justas, han sido después de "sesudos" razonamientos jurídicos, simplemente rechazados, limitándose resignadamente a presentar su "recurso de apelación" y seguir esperando que el superior del magistrado que posiblemente se vendió como un mujer de calle, pueda ser revocado y por fin poder llegar a decir, ¡se hizo justicia!; sin embargo, le espera resulta tan injusta como la propia sentencia, hasta que el "justiciable", se cansa y lo único que le queda es maldecir y desear que ojalá haya pena de muerte para todos los corruptos y ladrones; porque al final se quedó sin nada, mejor dicho con deudas – hay que pagarle al abogado, que no lo asesoró tan bien bien como le ofreció y que le hizo firmar una letra en blanco como garantía – pero también rumiando una secreta esperanza: que a su rival, le ocurra algo grave en esos días y se muera.
Este pequeño ensayo, pretende escudriñar cómo desde los albores del Estado Peruano, la corrupción campeó en nuestro país, sustantivo éste, que implica no sólo una dádiva o "billetito" como le llaman, sino que se manifiesta de otras muchas maneras como el favor político, el chantaje sexual, el compadrazgo, entre otros y que florece tanto a nivel del peatón, como del congresista y funcionario público y hasta quizá del mismo Presidente.
I
Antecedentes específicos
El Distrito Judicial de Lima Norte que es el lugar que se ha puesto como ejemplo de cómo la corrupción se manifiesta vívidamente es una zona desconcentrada del Distrito Judicial de Lima, que comprende los distritos de San Martín de Porres, Los Olivos, Independencia, Carabaillo, Canta, Puente Piedra, distrito éste de la capital de la República, con un alto índice de criminalidad, siendo cotidiana la comisión de delitos graves como son robos agravados, secuestros al paso, violaciones sexuales, tráfico ilícito de drogas, en la modalidad de microcomercialización, proxenetismo, tenencia ilegal de armas de fuego, así como el pandillaje pernicioso, entre otros, que hasta hace cinco dos años atrás, constituía una sobrecarga laboral inmanejable tanto para las fiscalías de la sede central de este distrito judicial, como a la propia Corte Superior de Justicia de Lima, específicamente a los juzgados penales, lo que condicionó la creación de tres fiscalías penales y tres fiscalías mixtas, siendo la Tercera Fiscalía Provincial Penal la de más reciente data, creada en febrero del presente año y donde labora este modesto servidor público. Dicha fiscalía a la fecha, está a cargo de un Fiscal Provincial Provisional, cuyo cargo de carrera es la de Fiscal Adjunto al Provincial de Prevención del Delito, dos fiscales adjuntos, una nombrado por el Consejo Nacional de la Magistratura y la otra una Asistente en Función Fiscal promovida por el Decanato; asimismo, la integran dos Asistentes en Función Fiscal y uno Administrativo recientemente nombrados en mérito a un concurso público convocado a tal efecto.
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