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La verdad en la crónica (página 2)


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Por el lado de los cronistas mexicanos, destaca la prosa decididamente acomplejada de Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. "Decididamente acomplejada" parecería una aseveración grave si no se le comprobara con las múltiples ocasiones en que en su propia versión de la dominación española de Alva Ixtlilxóchitl señala a su tatarabuelo, el guerrero tlaxcalteca que compartió su apellido, como un no bien remunerado capital humano del hecho histórico de la Conquista: "Viéndose herido, cobró más ánimo y embistió con el general y le quitó la espada que traía (…)"[2], por citar sólo un ejemplo denotativo de la lealtad que el cronista demuestra de su antepasado a Cortés y su grupo. ¿Pero cómo pagarle a un muerto su labor?

Fernando de Alva Ixtlilxóchitl no utiliza la crónica únicamente como declaración de lo histórico; antes bien, hace de ella un inventario de deudas que la Corona tiene hacia su familia. Su crónica incluso no es restitución de la historia, sino reclamación de la misma.

Para finalizar, los múltiples cronistas españoles bien podrían dejarle su lugar a Bernal Díaz del Castillo sin que esto minara la calidad del subgénero, gracias a la crónica minuciosa y extendida que de la Conquista realizó el conquistador nacido en Medina del Campo el mismo año que el Descubrimiento de América, 1492.

Sus letras son, antes que una verdad nacida de la intención misma de contarla, una respuesta: Francisco López de Gómara, clérigo español, había escrito antes de 1551 su Historia de la conquista de México, libro que había, según la publicación Relatos e historias de México, despertado la necesidad en Díaz del Castillo de contar una versión mucho menos enaltecedora de la figura de Cortés y mucho más justa hacia el resto de los conquistadores.

Gómara no había hecho en su crónica más que un vaciado de las historias contadas por otros, incluido el mismo Cortés en sus cartas, esto sin salir de su natal España y cruzar el Atlántico. Bernal se propone entonces "derrocar" la versión de Gómara, que ya había cobrado cierta fama, y dar la cara por los españoles que sí participaron en el conflicto.

Es entonces, antes que la intención de entregar la verdad, la necesidad de la respuesta, aguerrida y defensora de sí y los suyos, lo que hace a Bernal mover la pluma y redactar su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. No la verdad a secas, sino la verdad dirigida a callar la voz de un no partícipe, voz con valor de verdad o no, pero al fin, a ojos de Bernal, voz proveniente de un no testigo de los hechos.

Es entonces nuestra historia un verdadero México Tenochtitlan: una obra gigantesca, sostenedora de toda una nación, construida sobre nada más que un suelo cuyas propiedades y factores determinantes bailan tentativamente sobre el lago verdadero que forman los hechos. Una chinampa de realidades diversas y casi todas postradas al individualismo de su cantor. Un crisol de verdades múltiples.

¿Y dónde queda entonces la literatura como fuente de la historia? En el valor de verdad que las múltiples repeticiones de los hechos históricos contados por varios cronistas puedan otorgarnos.

No es que un hecho repetido por muchos cronistas sea considerado verdad, sino que, estadística, y quizá con ello también científicamente hablando, es más fácil considerar certeza histórica el voto que sobre un acontecimiento dan dos o tres, que el que uno solo cuenta tapizado de su propia mitología. Entonces, gracias a la crónica, la historia en general se nos revela como el promedio de verdades muchas veces contadas. La verdad, al fin y al cabo, es una reconstrucción antes que una realización. Una restitución antes que una verdad única y satisfactoria.

Fuentes.

-          ALVA Ixtlilxóchitl, Fernando de. "Decimotercia relación de la venida de los españoles y principio de la ley evangélica" en Sahagún, Fr. Bernardino de. Historia general de las cosas de la Nueva España, Porrúa: México, 1999, 825-882 pp.

-          BENAVENTE, Fray Toribio de. "Libros de las cosas de la Nueva España", en Gran colección de la literatura mexicana. Los cronistas, la conquista y colonia. Promexa: México, 1985, 653-667 pp.

-          DÍAZ Del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Cap. CXXVI-CXXVIII. Porrúa: México, 2004, 247-262 pp.

-          VALDEZ Aguilar, Rafael. "Bernal Díaz del Castillo. Hombre de su tiempo", en Relatos e historias de México, septiembre 2005, 66-73 pp.

 

 

 

 

 

Autor:

Agustín Madrigal Cruz

Guadalajara, Jal.

Universidad de Guadalajara.

Lic. En Letras Hispánicas.

[1] BENAVENTE, Fray Toribio de. "Libros de las cosas de la Nueva España", en Gran colección de la literatura mexicana. Los cronistas, la conquista y colonia. Promexa: México, 1985, p.653.

[2] ALVA Ixtlilxóchitl, Fernando de. "Decimotercia relación de la venida de los españoles y principio de la ley evangélica" en Sahagún, Fr. Bernardino de. Historia general de las cosas de la Nueva España, Porrúa: México, 1999, p. 844.

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