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Pruebas espirituales II


  1. El propósito de la prueba
  2. Textos bíblicos relevantes sobre el propósito de la prueba de nuestra fe
  3. Conclusión

Dios nos prueba varias veces en la vida para hacer de nosotros verdaderos discípulos, a veces de forma intensa. Algunas pruebas que experimentamos parecen no tener sentido ni explicación. Una vez hemos pasado por ellas podemos sacar en claro el propósito de Dios. Otras pruebas nunca las entenderemos y nos parecerán ser castigos injustos que sólo entenderemos en la eternidad. Cuando confiamos en Dios y en Su justicia es cuando esperamos incluso a que en la eternidad podamos entender aquello que no entendemos ahora. Nuestra confianza en Dios es nuestra fuerza espiritual en estas circunstancias porque Él es nuestra esperanza, aun en las pérdidas más dolorosas o en las experiencias peores, el corazón Cristiano será sustentado por el Espíritu de Dios, porque Él es quien nos ha llamado a Su presencia por el Evangelio, por la revelación del Espíritu Santo, en la obra de Su amado Hijo Jesucristo.

El propósito de la prueba

LA FORJA DEL CARÁCTER CRISTIANO PARA LA PERSEVERANCIA EN JESUCRISTO

La prueba es absolutamente necesaria para forjar el carácter del hombre y sacar nuestra verdadera esencia. Nos enseña a nosotros mismos de qué estamos hechos, hasta donde podemos llegar, que siempre es mucho más lejos de lo podríamos imaginar, si estamos con Dios, nuestro Padre. No hay límite para Dios; sí lo hay para nosotros, y sólo nuestro Padre conoce el nuestro, porque Él hizo nuestro espíritu. La Biblia dice que el espíritu del hombre solo es conocido por el hombre, y el Espíritu de Dios es el único que conoce lo más profundo de Dios, 1Coríntios 2:10 y esto es lo que el Hijo nos revela del Padre y de nosotros mismos por Su Espíritu.

Mas nos vale que Dios pruebe nuestro corazón; si no nos prueba tenemos que preocuparnos. Él nos ama y nos disciplina en prueba, demora, desierto, exhortación, etc., hasta que estemos preparados para el siguiente paso en la vida. Las bendiciones demoradas, las que sabemos que Dios nos va a conceder, pero que se demoran en el tiempo, prueban la fe. La mayor prueba para nosotros es la del corazón, para ver si amamos a los hermanos, si amamos fraternalmente, no solo a Dios, sino a los que Él ama, a nuestro prójimo. No hay progreso sin esta prueba. Dios probó a Job hasta el final, hasta que pensaba que moriría, y a nosotros también nos probará porque sin prueba no hay crecimiento, así que confía en el Señor porque Él no ha escatimado morir por nosotros, así que no nos dejará ni nos desamparará, por muy dura que sea la prueba, aunque pensemos que hemos perdido la esperanza, la fe, la vida, aunque andemos en valle de sombra de muerte, no temeremos mal alguno porque Dios está con nosotros… Salmo 23. La gracia de Dios nos inundará de lo alto, todo es parte del propósito de Dios en nuestras vidas, confiemos en Él, aunque sea fácil de decir y difícil de hacer, ésto solo lo saben los que realmente han sido probados, pero con virtud nos levantamos y pasamos el valle de la sombra de la muerte, para venir a los lugares de delicados pastos a descansar, junto a las aguas de reposo en las que nos pastoreará el Señor.

Dios tiene un proyecto para cada persona. Nuestra labor es descubrirlo y vivirlo con Él. Es además el proyecto de cada uno lo que más nos llena, lo que está escrito en nuestro corazón desde antes de la fundación del mundo. Ningún otro proyecto nos llenará. Es como un programa informático, sólo puede desarrollarse completamente para hacer lo que está programado, aunque muchos usemos programas para otras cosas, porque también las pueden hacer. Con nuestras vidas pasa igual, podemos hacer distintas cosas, pero no es hasta que descubrimos nuestro proyecto de vida que estaremos satisfechos haciéndolo. Para esto sirve también la prueba, pero tenemos que dejarnos llevar en las manos de Dios, no luchar contra Él, dejarle hacer Su obra en nosotros, dejarle quitar aquello y a quienes nosotros tenemos apego, pero que no forman parte de nuestras vidas en el proyecto del Padre, y esperar a que Él ponga a quienes y aquellas cosas que sí son para nosotros. ¿Estaremos dispuestos y oraremos en este sentido hasta ver con claridad?.

Abraham, creo que es el mejor ejemplo, el más completo de un hombre de Dios que se marcha de su tierra, de su parentela, y deja todo atrás, llevando sólo a su familia en busca de la tierra prometida por el Señor, hasta encontrarla. En el camino tiene que pasar muchas pruebas, pero el resultado es la bendición de Dios.

Rut es otro magnífico ejemplo de una mujer de Dios que se deja llevar por el proyecto de Dios para ella. Viuda y sin provenir, se marcha con su suegra con determinación, allí a donde ella vaya y a subsistir como ella le diga, siguiendo a su Dios. De nuevo las pruebas son grandes, y el final la bendición de Dios.

El Joven rico era justo en cuanto a la ley, cuando preguntó lo que le faltaba para heredar la vida eterna, Cristo prueba su corazón pidiéndole que venda todo lo que tiene y lo de a los pobres, él se entristece por sus riquezas y tenía que entender también que se desprendiese de su propia justicia y tomase su cruz y siguiera a Cristo. Marcos 10:21.

La prueba nos capacita para la Gran Comisión, para un ministerio, para servir a Dios bajo Sus criterios.

PRUEBAS DEL RECIÉN CONVERTIDO A CRISTO

¿Cuántos cristianos confirman que nunca les advirtieron de las pruebas que vendrían inmediatamente después de recibir a Cristo como Salvador?. En mi caso parece una constante oir esta confirmación de cada cristiano que conozco, es por ello que al predicar anuncio el Evangelio y las pruebas de la fe que vienen a continuación y son precisamente una confirmación de que el paso de fe ha sido real, no una mera experiencia social.

Problemas con la familia, tal y como anuncia Jesús: …y los enemigos del hombre serán los de su casa… Mateo 10:36. Seguido del reto de Cristo al referirse a quienes realmente Le van a seguir por encima de padre, madre, esposa, hijos, pertenencias, proyectos, y aun de sus propias vidas, Lucas 14:26, porque en todos y cada uno de los contextos de la vida y con cada una de las personas seremos probados en el momento en que demos testimonio de nuestra fe. Cualquier cristiano maduro ya lo ha experimentado y lo puede confirmar. Pero a los nuevos convertidos a Cristo ¿cuántos les anuncian las pruebas por las que el Señor les pasará?. Es nuestra obligación anunciarlo para que el nuevo cristiano ore al Señor para que le fortalezca espiritualmente y para que esté preparado. El hecho de ser perseguido y probado por amar a Cristo es una prueba indubitable de que hemos dado el paso verdadero ante Dios y es de gran gozo para el nuevo creyente, y de confirmación de que el mundo está en su contra y Dios de su parte. El Evangelio lo anuncia con claridad, nosotros haremos lo mismo por amor a los nuevos hermanos/as y para honrar la Palabra de Dios.

DIOS PRUEBA AL CRISTIANO QUE SE HA SECADO ESPIRITUALMENTE O SE HA QUEDADO TIBIO

Por otra parte encontramos a cristianos que por distintos motivos durante sus vidas, han dejado su primer amor a Cristo, se han secado viviendo en sus propios proyectos o se han hecho tibios, no comparten el Evangelio a su alrededor, ni con sus vecinos, solo acuden a congregarse por costumbre, por la pertenencia a la comunidad y han perdido el celo de Dios, y Dios es un Dios celoso, como Él mismo dice: Éxodo 34:14Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Yahweh, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. 15Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; 16o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas. 17No te harás dioses de fundición.

Pero como Dios no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó a muerte, y muerte de Cruz, no escatimará probar y disciplinar a todo hijo que se quede seco o tibio, porque este estado es una peligrosa antesala en la que muchos pierden la fe, para que no haya sido en vano la Sangre de Cristo que una vez recibió ese discípulo cuando se convirtió. …Porque el Señor al que ama disciplina y azota a todo el que recibe por hijo… Hebreos 12:6.

DESCUBRIENDO LOS VERDADEROS HERMANOS EN LA PRUEBA

Otro de los resultados maravillosos de la prueba de Dios en nuestras vidas es que nos permite ver quienes son verdaderamente nuestros amigos en Cristo, nuestros verdaderos hermanos, los que están a nuestro lado cuando estamos en el desierto. Un verdadero amigo en Cristo te dirá la verdad, pero será misericordioso y compasivo, te ayudará, se ofrecerá a servirte. Por el contrario los que se llaman hermanos y solo están dispuestos a condenarte y cuando fallas, si pecas, aunque te arrepientas, siete o setenta veces siete, nunca te perdonan, solo sirven para tratar de hundirte más, guardan rencor toda la vida. De esta forma el Señor nos enseña quienes son verdaderos cristianos. Oraremos más por éstos y no daremos falso testimonio de ellos, porque son los que necesitan madurar más, y los que sin duda veremos en el desierto, en la prueba, en el horno de Dios, porque Dios al que ama disciplina y prueba a todo el que recibe por hijo.

Dios es el mejor Padre. No es como nosotros que somos más tolerantes y permisivos, por la debilidad de nuestro carácter para con los hijos. Recordemos esto, los verdaderos amigos en Cristo los encontraremos cuando nos hallemos en medio de la prueba, en la necesidad, en la enfermedad, en medio de los problemas. Cuando todo va estupendamente muchos vendrán a nuestro lado y se mostrarán amigos. Esperemos a la prueba para ver quienes son los verdaderos, y esperemos la prueba de ellos para mostrarnos amigos con aquellos que están en el desierto, seamos buenos amigos en Cristo, de verdad, sirvamos a quien lo necesite, exhortémosle con la verdad, pero nunca olvidemos que el Señor es misericordioso y nos habla la verdad con amor, aunque nos discipline, depende de la dureza de nuestro corazón. No somos mejores que los demás, ni estamos por encima de ellos. Sólo Cristo está por encima de nosotros.

DIOS ES LA PRUEBA MAS GRANDE PARA EL CORAZÓN

Dios demanda el primer lugar en nuestra vida, y es que sin Dios nada somos. Él nos ha creado y nos da la salvación, nos espera durante la vida, como al hijo pródigo para que nos volvamos a Él, como Padre. No escatimó dar a Su Hijo por nosotros para demostrarnos Su amor eterno. La pregunta para nosotros es evidente ¿amamos a Dios y Le buscamos a Él, o lo que buscamos son Sus bendiciones, que nos vaya bien en la vida, con un marido o esposa ideal, hijos sanos y bendecidos, amigos y familia estupenda, que nos conceda salud, felicidad, dinero, éxito, paz, etc.? Y todo esto nos concede Dios, pero éste es el mayor problema, porque todas estas cosas se suelen poner antes que a Dios, se convierten en ídolos, y Jesús es muy claro a este respecto: …El que ama a padre o madre más que ami, no es digno de mi; el que ama a hijo o hija más que a mi, no es digno de mi; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mi. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. Mateo 10:37. …Mas buscad el Reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas. Lucas 12:31.

La relación con Dios es tan fuerte que nos sobrepasa completamente. Cuando amamos a Dios no hay nada más fuerte que Él en nuestro corazón, en nuestros sentimientos, en nuestra mente, pero si dejamos enfriar el amor a Dios en Cristo y se anteponen otras personas o cosas, Dios, que es celoso, Éxodo 34:14, nos buscará.

Las bendiciones de Dios demoradas prueban nuestra relación personal con Dios además de la fe, como por ejemplo en el nacimiento de un hijo en la vida de Abraham, Génesis 15:2.5 en una larga espera por Isaac, de casi toda su vida, 21:2 pero una vez concedido le fue pedido en sacrificio, y una vez probado su corazón concedido definitivamente 22:8-14.

Obedeció a Dios. El don del Espíritu tardó un tiempo en venir sobre los apóstoles desde la ascensión de Cristo, hasta Pentecostés, Lucas 24:49. Otra prueba fue la muerte de Lázaro, amado amigo de Jesús, quien permaneció dos días más en el lugar cuando Le informaron que Lázaro estaba gravemente enfermo. María, la hermana desesperó, pero Jesús tenía el propósito de la resurrección, Juan 11:6, 32, 43, 44. Pablo perdió toda esperanza de salvarse tras la tempestad en el mar cuando vieron que no aparecía ni sol, ni estrellas por muchos días, pero puesto en pie anunció que ninguno moriría porque Dios le había visitado en medio de la tempestad y dicho que tendría que comparecer ante César, y se le habían concedido todos los que están con él en el barco, Hechos 27:20-44

Contarle a Cristo nuestra situación en toda prueba es fundamental, la cual Él está compartiendo aunque no Le veamos, por lo que Le contaremos todas nuestras experiencias a Jesucristo: Nuestros peligros, Mateo 8:25. Nuestras preguntas, Mateo 24:3. Nuestras enfermedades, Marcos 1:30. Nuestras dificultades, Marcos 6:35,36. Nuestras necesidades, Marcos 10:51. Nuestros fracasos, Marcos 9:28. Nuestros problemas familiares, Lucas 9:38. Nuestras victorias, Lucas 10:27. Nuestras desilusiones, Lucas 24:18. Y nuestros desconsuelos, Juan 11:21.

LA PRUEBA DE LA VIDA MISMA

En la historia real narrada en la película "Buscando al Soldado Ryan" cuando llega al final de su vida, muy mayor, acompañado de toda su familia, Ryan visita la tumba del capitán Miller, en el Cementerio Americano de Normandía, y al llegar a la tumba, tras un acelerado ascenso por la colina, con ojos enrojecidos y respirando con dificultad, cae de rodillas ante la cruz con el nombre del capitán. Su esposa se le acerca y él le pregunta esperando recibir respuesta con lágrimas en los ojos: ¿He sido un buen hombre, he vivido una vida que haya merecido la pena?. Su esposa no entiende su pregunta pero le responde con toda la solemnidad posible: Sí, eres un buen hombre. Antes de marcharse con su familia, Ryan se cuadra en posición de firmes y saluda en honor a su capitán que le salvó la vida.

En la película, podemos recordar que Ryan es buscado justo después de la batalla del Día D, en la Segunda Guerra Mundial por un comando formado por siete hombres y el capitán Miller, que recibe la orden de llevarle a casa a salvo. Ryan es el cuarto de los hijos de una madre que ya había perdido a sus otros hijos en guerra, lo que produjo que el General Marshall personalmente, expresando que esta madre ya había contribuido bastante a su país con tres de sus cuatro hijos muertos en combate, diera la orden de enviar un comando especial para traerle con vida a casa y entregarlo a su madre. La historia real llega a su punto álgido, cuando el capitán Miller encuentra al soldado Ryan finalmente, junto a lo que quedaba de su Compañía, la 506 Baker en medio de un bombardeo, junto a un puente clave sobre un río alemán. Miller le explica la misión y le ordena que vuelva con ellos. Ryan le dice que de ninguna manera va a dejar a sus compañeros de combate y que no va de vuelta a casa. Lo que estaba a punto de suceder le convencerá, cuando el capitán le cuenta que ya han muerto por él casi todos los componentes del comando y definitivamente cuando el capitán muere en brazos de Ryan en medio de un ataque alemán, diciéndole a Ryan en su último aliento: "Ryan, gánese esto, gáneselo". Aquello que se había hecho por él sería una carga tan pesada en su vida que jamás olvidaría las palabras y la mirada del capitán Miller. Todo el comando murió por Ryan pero cumplieron su misión gracias a que en el mismo momento llegaron los refuerzos americanos. Ryan viviría el resto de su vida, sería un buen hombre, honrado, formaría una maravillosa familia y viviría una buena vida cristiana, pero con la carga de vivir una vida que realmente hubiera valido la pena aquel sacrificio, y luchó por merecérselo, por lo que necesitaba la respuesta a su angustiado esfuerzo.

Del mismo modo cada uno de nosotros al mirarnos al espejo, debemos preguntarnos lo mismo, y preguntarle a Jesucristo lo mismo, ¿estoy viviendo una vida que merezca la pena que Tú, oh Señor hayas muerto por mi?. ¿Estoy siendo el cristiano, la clase de discípulo y de hijo de Dios que Tú quieres que sea. El marido o esposa que debo ser. El padre o la madre de mis hijos que ellos merecen. El hijo o hija que mis padres merecen. El hermano o hermana que mis hermanos deben tener, tanto en la familia como en la Iglesia? Y todas aquellas preguntas que el Espíritu nos lleve a hacernos y a hacerle a Él.

Sabemos que nuestra vida cristiana está compuesta de unos fundamentos que componen el ministerio común a todos los cristianos, nuestro sacerdocio, 1Pedro 2:9. Éste se compone de la Gran Comisión, predicar el Evangelio a nuestro alrededor. El Gran Mandamiento, amando a Dios por encima de todos y de todo. La Regla de Oro, tratando a nuestro prójimo como a nosotros mismos y en toda buena obra. Y el fruto del primero y el último, el Mandamiento Nuevo, que nos amemos los unos a los otros como Él nos ha amado, de modo que sepan que somos Sus discípulos. Con estos cuatro pilares de la estructura de nuestro templo espiritual interior, les aseguro, como ya experimentan, que viviremos una vida de constante prueba de forja espiritual, una vida que llegará tarde o temprano a ser una vida de bendición y reflejo de Cristo, por la obra del Espíritu Santo en nosotros.

Estas notas de la historia son confirmadas en la forma en que Dios nos enseña al probarnos en la vida. Al probar nuestra vida interior tenemos a David hablando con Dios en el Salmo 17:3: …Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste… La prueba es un proceso de refinación necesario para nuestro corazón como vemos en Zacarías 13:9: …Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Yahweh es mi Dios… En la forma en que hemos construido nuestras vidas tendremos la prueba de la tormenta, Lucas 6:48: …Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. La prueba final la encontramos en 1Corintios 3:13: …la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada;… … y la obra de cada uno, sea cuál sea el fuego la probará. Santiago 1:12.

LA ÚLTIMA PRUEBA DE LA FE: LA MUERTE.

Ante la muerte muchas personas, incluso muchos cristianos, encuentran una prueba casi infranqueable. En realidad es una prueba de fe, si no creemos de verdad en nuestro corazón en la resurrección de Cristo, que hemos recibido Su salvación, que tenemos vida eterna en Su venida para establecer Su Reino, si no creemos todo esto de corazón, que vamos a ver a Jesús tras cerrar los ojos y abrazarle, la muerte será un muro infranqueable. Por el contrario, si nuestra fe en la obra del Hijo de Dios y su efecto en nosotros, si nuestra conciencia arrepentida está tranquila por nuestra vida ante Dios y ante el prójimo, sabiendo que somos hechos justos y perfectos por Cristo, y no por nuestros méritos, pero conscientes de nuestros frutos, entonces la muerte queda sin ningún poder, …dónde está oh muerte tu aguijón, oh sepulcro tu victoria… 1Coríntios 15:55, y esperamos en paz encontrarnos con Jesús y abrazarle para siempre en el seno del Padre, en la presencia del Espíritu Santo. (A dónde van los muertos? Debemos recordar el Texto sobre la resurrección de los muertos en Ezequiel 37 llamado el Valle de los huesos secos).

LA MAYOR PRUEBA DE TODAS: EL AMOR, Y AMOR DE DIOS.

La mayor prueba de todas es el amor. El amor es algo que tenemos delante de nosotros todos los días, y que está en nosotros darlo o no darlo, recibirlo o no recibirlo.

…Un mandamiento nuevo os doy; Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros… Juan 13:34. Este mandamiento es la prueba para nosotros de que amamos a Dios, y es también para Dios la prueba de que Le amamos. 1Juan 3:16 nos habla de nuevo de este mandamiento que Jesús nos enseña en Juan 13:31-35 cuyo último versículo muestra por qué Jesús nos enseña este mandamiento y lo llama nuevo, porque es el fruto de Su obra en la Cruz por nosotros: …En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros…

Probémonos a nosotros mismos, reconozcamos si amamos a los hermanos mirando nuestros frutos, nuestro trato, nuestro corazón, nuestros sentimientos, pues es aquí en nuestra intimidad del alma, donde no hay engaño, donde el único que tiene acceso, aparte de nosotros, es el Espíritu de Dios. Desgraciadamente hay muchos que no quieren mirar en su interior porque saben el estado de su alma y de su corazón, que se traducen en el estado de su espíritu.

Dios nos amó a nosotros primero, somos hechura Suya y Cristo se dio por nosotros antes que el mundo fuese creado, cuando vio con el Padre que el hombre se apartaría a vivir su propio proyecto. No obstante, conociéndonos, no nos abandonó y proveyó nuestra salvación esperando a nuestro arrepentimiento muriendo en la Cruz en nuestro lugar para darnos la esperanza viva de la resurrección y la vida eterna.

Esa vida eterna tiene dos significados.

  • El primero es el que todos entendemos a primera vista, la vida eterna en el paraíso de Dios cuando venga el Reino de Dios, al regreso de Jesucristo.

  • El segundo, es menos conocido, aunque igualmente Bíblico, pero para el que hay que tener oídos para oir. Me refiero a la enseñanza de Jesucristo al orar al Padre en Juan 17:3 …Y esta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado…

Según Jesucristo la vida eterna es conocerle, no hay que esperarla, está delante de nosotros, es una vida con Dios para todos los días en Jesucristo. El Padre nos envía a Su Hijo para que creyendo en Él tengamos acceso a Su presencia. El Hijo nos lleva al seno del Padre para que por nosotros mismos podamos estar en la presencia de Dios de la mano del Espíritu. Se trata, en otra referencia del Nuevo Testamento, (bajo cuyo Espíritu hemos de entender toda la Biblia), de vivir en el Reino de Dios ahora. Sí, aunque parece algo difícil de entender, es precisamente de esto de lo que hablaba Juan el Bautista cuando clamaba: …Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado… Mateo 3:2, lo que el mismo Jesucristo no tardaría mucho en confirmar predicando del mismo modo: …Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado… Mateo 4:17 de que Aquel que es el Reino de Dios estaba en medio de ellos. Hoy también lo está en Espíritu para que tengamos una relación personal con Él.

Si comprendemos que la mayor de todas las pruebas es el amor, porque no nos es natural amar a hermanos desconocidos, y mucho menos a enemigos con la esperanza de que se salven, es entonces cuando comprenderemos la obra de Dios por nosotros.

Dios ha pasado y está pasando la mayor de todas las pruebas. Son tres personas en la Divinidad de Dios, el único Dios experimentando la prueba en tres personas.

  • En primer lugar el Espíritu está pasando diariamente la prueba de amarnos en nuestras debilidades, contra nuestra carne, contra nuestra mente y no deja de interceder con gemidos indecibles, Romanos 8:26, protegernos, abogar por nosotros, y consolar nuestro corazón para que caminemos firmes como cristianos. Sin Él sería imposible vivir una vida cristiana y permanecer en el Camino de la fe. El Espíritu Santo cumple cada día la mayor de prueba de amarnos.

  • En segundo lugar, Jesucristo pasó la prueba a la que se comprometió antes de la fundación del mundo, estando en el trono de la gloria con el Padre. El Hijo le dijo al Padre que estaba dispuesto a morir por nosotros para que tuviésemos vida eterna en Su Reino. La prueba de amor a la que se comprometió el Hijo de Dios llegó y el Hijo se hizo hombre, se hizo carne y habitó entre nosotros. Nació con el propósito de morir por nosotros. Lo llevó hasta el fin, pasó las pruebas de Su ministerio, pasó el desierto tentado por el diablo. Pasó la prueba del rechazo de Su pueblo, y todas las pruebas de fe a las que el Padre le entregó. Finalmente la última de las pruebas, la que nos da la vida, Su amor en la Cruz hasta dar Su vida por nosotros. En la resurrección tenemos la esperanza y la prueba del mayor amor que existe, y el Señor oró al Padre antes de morir: …Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese… Juan 17:5. Jesucristo cumplió y cumple la mayor prueba de amarnos.

  • Y en tercer lugar, el Padre pasó la mayor de las pruebas que una persona puede pasar, la de ver a Su Hijo, Su unigénito, siendo crucificado por amor a los enemigos, a los que Le aborrecieron y a los pecadores, todos nosotros, de todo tiempo y nación. …Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna… Juan 3:16. El sufrimiento del Padre nos fue narrado simbólicamente en Abraham cuando tuvo que obedecer a Dios y llevar a su hijo, a su único hijo de su amada Sara al monte para ofrecerlo en sacrificio. Dios le proveyó de víctima en su lugar, pero a Dios nadie le podía proveer de un sustituto por Su Hijo, aunque quisiéramos ofrecernos al Padre por Cristo. Dios nos amó y aceptó que Su Hijo se ofreciera por nosotros, y pasó la mayor de las pruebas hasta recibir el Espíritu de Cristo cuando murió en la Cruz: …Elí, Elí, ¿lama sabactani?… Mateo 27:46 y …Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu… Lucas 23:46 Dios Padre cumplió la mayor prueba de amarnos.

Por este amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, con el que Dios nos ama, ¿cómo dudaremos de que estará a nuestro lado por muy duras que sean las necesarias pruebas?. Ahora es nuestro turno de vivir la prueba de amarnos en Cristo para que nos encuentre como Su verdadero pueblo antes de Su venida. No escatimemos esfuerzos para ganar de verdad los corazones, porque éste es el mayor tesoro, que al igual que el oro se purifica en el horno de fuego, símbolo de la prueba de la fe que obtiene un corazón limpio: …Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios… Mateo 5:8

Textos bíblicos relevantes sobre el propósito de la prueba de nuestra fe

ÉXODO 32

…Dijo más Yahweh a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande. 11Entonces Moisés oró en presencia de Dios, y dijo: Oh Yahweh, ¿porqué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?

DEUTERONOMIO 8

…Te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Yahweh, tu Dios, estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3Te afligió, te hizo pasar hambre y te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Yahweh vivirá el hombre.

ROMANOS 5

…Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

SANTIAGO 1

…Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. 5Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

1PEDRO 4

…Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 14Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 17Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 19De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. 

Conclusión

Puede que te encuentres en el final del año 40 de tu travesía por el desierto, a las puertas de la tierra prometida. Puede que te halles al final del séptimo año de hambre en Egipto, consumiendo las provisiones restantes, y no te quede nada, y no veas la solución, pero la situación está a punto de cambiar. Puede que te encuentres terminando la última noche del día 40 de tu prueba de tentación en el desierto y estés a punto de comenzar tu ministerio. O puede que estés llegando a tierra tras el naufragio de tu barco, mientras estabas sirviendo al Señor, y no sabes qué ha pasado. Quizá eres ya viejo y el Señor te está empezando a revelar como a Juan en Apocalipsis, escribe o sirve y compártelo con tu iglesia.

No te rindas, se valiente, lucha con el ángel del Señor como hizo Jacob hasta que te bendiga, pero las pruebas espirituales son métodos divinos para probar al creyente y hacerlo un discipulo. Hemos visto algunos de los ejemplos más claros, como pedir grandes sacrificios en Génesis 22:1: Aconteció después de estas cosas que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécemelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

Al guiar a los hombres por un camino difícil como en Deuteronomio 8:2: Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Yahweh tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. (un viaje de 11 días en 40 años). Al dar oportunidad para elegir en 1Reyes 3:5: Y se le apareció Yahweh a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: pide lo que quieras que yo te dé. Al proponer tareas difíciles como en Juan 6:5: Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.

Al permitir que los hombres sufran cuando son fieles como Pablo y Silas en Hechos 16:23: Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. O al permitir la tentación como enseña Santiago 1:12: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Sin olvidar lo que nos hace profundizar en nuestra vida, aumenta nuestra paciencia y confianza en Dios, las tardanzas divinas que son una gran prueba del valor y la paciencia de los hombres. …¿Hasta cuando, Yahweh? ¿Me olvidarás para siempre? Salmo 13:1. …¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? Salmo 40:17. …Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando en Dios. Salmo 69:3. …Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo: ¿Cuándo me consolarás? Salmo 119:82. …Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Juan 11:6. …Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Juan 11:21. …Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Santiago 5:7. …El Señor no retrasa su promesa según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2Pedro 3:9.

Podemos concluir entonces que todo logro en la vida tiene dos características comunes, si observamos la historia de los personajes Bíblicos, los históricos y que veremos en nuestras propias vidas: la prueba y la oposición que tuvieron para conseguir aquello que Dios puso en sus corazones, en primer lugar. En segundo lugar, la perseverancia y lucha ante la adversidad convencidos de lograrlo. Nosotros debemos hacer de igual modo, si estamos convencidos, si hemos orado y pedido señales a Dios, si hemos recibido confirmación y creemos en nuestra misión de vida, no podemos dejar de hacer aquello para lo que fuimos hechos antes de ser formados en el vientre de nuestra madre, como le dijo Dios a Jeremías.

La despedida del viaje por las pruebas Espirituales es nuestra esperanza, el final de Apocalipsis: …20El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.

 

 

Autor:

Carlos Padilla

Enviado por:

Jorge Edgardo Oportus Romero

(Adaptación)