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Redes eléctricas inteligentes (REI) O Smart Grid

Enviado por Nelson Hernández


Partes: 1, 2

    1. Conformación y operación de una REI
    2. Los niveles de una REI
    3. Economías
    4. Conveniencia de medidores inteligentes
    5. El futuro
    6. Conclusiones
    7. Netgrafía

    edu.red

    Fuente Imagen: http://ge.ecomagination.com/smartgrid/#/landing_page

    Introducción

    Se ha iniciado una revolución en el sector de la energía eléctrica. Se trata de las redes eléctricas inteligentes, conocidas como "smart grids" que empiezan a transformar radicalmente la manera de producir, distribuir y consumir energía. La idea de reducir el consumo, limitar el uso de centrales eléctricas contaminantes e integrar millones de nuevas fuentes de energías renovables está presente en una REI.

      Esta visión de las REI, esta asociado a los retos que tiene la humanidad hoy en día para situarse en un desarrollo sostenible como son:

    – La preocupación social por el cambio climático y el ambiente, lo que conduce a una mayor utilización de energía alternas (eólica, solar, SBSP, marina, etc.)

    – La seguridad energética, condicionada por la geopolítica de la energía, aplicada por países "no amigables" como los ha denominado el G8.

    – La incertidumbre del precio del petróleo, lo cual incide directamente en el desarrollo de la economía a nivel global.

    Para el desarrollo de las REI, se requieren grandes inversiones, donde empresas ajenas al sector eléctrico empiezan a interesarse como: Microsoft, Google, IBM, General Electric, Oracle, Siemens, etc., quienes realizan investigación y desarrollo de equipos acordes con el principio de la REI. En otras palabras, replicar los conocimientos y operatibilidad de la red cibernética de información en una gran red eléctrica de productores, distribuidores y consumidores que maximice la eficiencia energética en todos los niveles.

    OBJETIVO

    El objetivo de las REI es mejorar el control y la comunicación/información de los diferentes actores y equipos implicados con objeto de favorecer la integración de tecnologías, presentes y futuras, y poder optimizar la red.

    La base de la REI son los "contadores o medidores inteligentes" que identifican cada uno de los equipos que producen o consumen energía y que, usando telecomunicaciones o Internet, envían dicha información no solamente al dueño de los equipos sino también al que produce o distribuye la electricidad. Tanto los dueños de los equipos como los productores de energía son capaces de detener temporalmente o arrancar equipos que no son indispensables, en función de la situación de la red y del precio de la electricidad. Aquí el balance entre la reducción de CO2 y la protección del ambiente global predomina sobre la libertad del individuo de usar indiscriminadamente sus artefactos.

    Conformación y operación de una REI

    Al igual que una red normal, la REI esta constituida por los productores, los transportistas, los distribuidores y los consumidores pero con la diferencia que a nivel del consumidor se incorpora el "medidor inteligente", cuya suma de estos van a actuar como el corazón de la REI. En este esquema el consumidor se transforma también en un productor o viceversa, de allí el termino "Prosumer", derivado de productor y consumidor. La característica primordial de este prosumer es que genera electricidad limpia vía energías alternativas, especialmente solar o eólica mediante equipos instalados en su vivienda.

    Es de aclarar que las redes eléctricas actuales no han cambiado desde hace más de 100 años. La idea básica consiste en hacer llegar grandes cantidades de energía a los usuarios finales en todo momento, tanto si lo necesitan como si no. Además, se trata de una relación unidireccional: los consumidores son receptores pasivos y no pueden participar como posibles productores domésticos.

    Otra de las desventajas de esta configuración actual es su baja eficiencia energética, con el consiguiente impacto ambiental que supone la producción de la electricidad si esta proviene de combustibles fósiles. Dicha eficiencia, en el mejor de los casos alcanza el 40 %. Es decir, por cada 10 unidades energéticas que se proporcionan en el lugar de generación solo 4 llegan al usuario final. Las 6 no utilizadas conforman las perdidas asociadas a la generación, transmisión y distribución de la electricidad.

    Existen cinco tecnologías fundamentales para conformar una REI:

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