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Francisco de Goya y Lucientes (página 2)

Enviado por Danislady Mazorra


Partes: 1, 2

Tanto el cromatismo como el dinamismo y la composición son un precedente de obras características de la pintura romántica francesa, uno de cuyos mejores ejemplos, de estética paralela al Dos de mayo de Goya, es La muerte de Sardanápalo de Delacroix.

Los fusilamientos del 3 de mayo en la puerta del Príncipe Pío

Solo las víctimas aparecen a la luz, son reconocibles como individuos, como personas que miran a la muerte a los ojos. A los soldados Goya los deja en el anonimato. Cada uno de las victimas tiene su propio movimiento: las manos cerradas en un puño o unidas para reza, cubriéndose el rostro o con los brazos abiertos como en el cuadro del Crucificado. En cambio los soldados están inmóviles, uno igual a otro. Para que nadie dude de en qué piensa el pintor al presentar a las víctimas con los brazos abiertos, les añade llagas y aclara el fondo de las cabezas como si fueran una aureola.

La noche, el dramatismo sin ambages, la realidad de la masacre, están situados también en una escala grandiosa. Además el muerto en escorzo en primer término, que repite los brazos en cruz del protagonista, dibuja una línea compositiva que comunica hacia el exterior del cuadro con el espectador, que de nuevo se siente implicado en la escena. La noche cerrada, herencia de la estética de lo Sublime Terrible, da el tono lúgubre al suceso, en el que no hay héroes, solo víctimas: unos de la represión y otros de la formación soldadesca.

En los Fusilamientos no se produce el distanciamiento, el énfasis en el valor del honor, ni se enmarca en una interpretación histórica que aleje al espectador de lo que ve: la brutal injusticia de la muerte de unos hombres a manos de otros.

Goya no pinta un cuadro realista, sino un lienzo de carácter religiosos; canoniza al pueblo que se libera del tirano, creando así un nuevo icono nacional de la resistencia española.

Pinturas Negras

En 1819 Goya compra una casa en las afueras de Madrid. Se retira del mundo de la comunicación urbana, en el que no puede participar a causa de su sordera. La nueva casa se denominará la "Quinta del Sordo".

Luego de sufrir una crisis grave de salud y estar cerca de la muerte por segunda vez, cubre dos salas de su nueva casa, pinta al oleo sobre revoque 14 cuadros visionarios, que no estaban destinados al público, y con los que Goya se recluye. Intenta, también en su obra, hallar la soledad.

El Aquelarre o El Gran Cabrón.

Esta era quizás la pintura más importante de toda la Quinta, aunque al ser pasada al óleo perdió gran parte de su extremo derecho (lo que provoca una extraña asimetría entre el espacio que queda a la izquierda del Gran Cabrón y el situado a la derecha de la joven sentada). La pintura, más que terrible, resulta desconcertante e incluso paródica. Resulta sugestivo comparar esta obra con aquella del mismo tema que Goya pintó en 1798 en la que la figura del macho cabrío, situada de frente al observador, es protagonista único de la composición, lo que no ocurre aquí.

Saturno devorando a sus hijos

Saturno temía que sus hijos le destronaran y por eso los devoró. Goya deja de lado todas las referencias al mito clásico; solo plasma un monstruo antropomorfo devorando, en delirios, un cadáver. : Goya trabaja con pinceladas gruesas y presenta la acción en toda su brutalidad, como si sucediera en el campo de acción del observador. Una visión terrible.

La romería de San Isidro.

Véase la diferencia con su cartón para tapiz. En aquel entonces se trataba de una tarde alegre; hoy, de una noche oscura con grupo de peregrinos cantando, que forman una torre amenazante. Ahora ve la romería a la ermita del santo como una lúgubre pesadilla.

Duelo a garrotazos

Dos hombres que luchan a bastonazos. Enterrados hasta las rodillas, no pueden escapar; tampoco está claro si el que sobreviva de los dos podrá liberarse. Ningún espectador, ningún sentido: un enfrentamiento absurdo en un paisaje árido.

Perro semihundido

La cabeza del perro solo ocupa un uno por ciento de la superficie del cuadro; el reto es color sin objetos no seres vivos. Nunca antes había osado un pintor hacer visible la soledad con una renuncia tan radical.

Friedrich pintó en Alemania un cuadro de similar radicalidad. También reduce el mundo, esta vez a tres capas dispuesta una encima de las otras. Irremediablemente se alza la duda ante tal naturaleza, a la que se ve expuesto y frente a la cual nada tiene que decir. Goya es aun más radical en su ruptura con las convenciones.

Conclusiones

El estilo de Goya fue formando y evolucionando lentamente bajo la influencia de los acontecimientos que le tocaron vivir y que le afectaron profundamente. Su arte se encuentra en permanente evolución: paulatino progreso en la técnica, búsqueda de nuevas formas expresivas, continua corrección y profundización. El arte de Goya se nos presenta lleno de contrastes: representaciones de fiestas alegres que exaltan la vida al lado de sucesos dramáticos y de muerte; retratos de la nobleza pero también de los ilustrados y de los "majos" y las "majas" que simbolizan lo popular.

En Goya apunta algo que, según Víctor Hugo, es propio del mundo moderno: lo grotesco. Se enfrentó con el academicismo de sus maestros y de sus contemporáneos, oponiéndose a la estética neoclásica. Fue pintor esencialmente colorista: la esencia de la pintura, para él es el color.

Goya no conoció límites para sus facultades y en esto se aprecia su romanticismo. Combina el realismo con la imaginación creando, a partir de lo real, un mundo propio en el que la fantasía y la crítica juegan un papel aún más importante que la realidad visual. Crea un arte testimonial y comprometido en el que lleva a cabo una crítica de todos los estamentos sociales: Corte, iglesia, nobleza, la sociedad en general.

Es indiscutible la importancia histórica de Goya: es contemporáneo de Luis David y sin embargo es el polo opuesto de su pintura. Influyó en muchos pintores españoles como Alenza y Lucas y, sobre todo, en pintores franceses del romanticismo y del realismo, especialmente en Manet y Courbet.

Anuncia, además, una serie de movimientos pictóricos posteriores:

• Romanticismo: por su individualismo, por la preocupación psicológica de sus retratos, por el apasionamiento y exaltación de algunos de sus temas. Ej.: La carga de los mamelucos.

Expresionismo: por su despreocupación por la forma para conseguir un mayor valor expresivo. Ej.: Las pinturas negras, Desastres de la guerra.

Surrealismo: por el mundo de fantasía que representa. Ej.: Disparates, Caprichos.

 

 

Autor:

Danislady Mazorra Ruiz

UNIVERSIDAD DE LA HABANA

Partes: 1, 2
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