3. Circunstancias que envolvieron la crisis de 1994-1995
Su antesala se comienza a manifestar entre finales de 1992 y principios de 1993, motivada por el primer intento de golpe de Estado de 1992 y la desaparición del shock externo favorable que significó la Guerra del Golfo Pérsico para Venezuela (entre 1990 y 1991) Estos dos factores generaron una serie de cambios macroeconómicos que afectaron con mucha fuerza al sistema financiero, entre ellos podemos citar:
La caída de la demanda de dinero, que hizo que las instituciones bancarias se vieran obligadas a liquidar activos para poder responder a la cancelación de los depósitos.
La situación anterior, generó una etapa de "Gestión a la desesperada", que se extendió muchas veces innecesariamente en aquellas instituciones, en las que se cometieron errores en la política de activos financieros otorgados por el BCV a través de Fogade durante 1994.
La crisis financiera se hace pública en Enero de 1994, cuando estalla la crisis del Banco Latino. Tal circunstancia, acompañada de los anuncios de política económica del nuevo gobierno, aceleraron la caída en la demanda de depósitos y generaron una fuerte devaluación, hasta la imposición del control de cambio de 1994.
Demora en la aprobación de la Ley de Bancos. Esta Ley fue aprobada cuando ya la crisis había comenzado en un buen número de instituciones. La Ley se aprobó en noviembre de 1993 y en enero de 1994, ya se habían hecho públicos los problemas graves que presentaba el Banco Latino. Esta reforma era importante para aumentar la capacidad de la Superintendencia de hacer cumplir las reglas y de aumentar la base patrimonial del sistema financiero. Aunque también, es importante reconocer la falta de fortalecimiento de la Superintendencia para detectar los riesgos y las magnitudes de las dificultades mucho antes de que ocurriera la crisis.
Una vez explicado el entorno en el que se desarrolló la crisis y las circunstancias que la propiciaron es importante señalar el enfoque reestructurador iniciado por la superintendencia al finalizar la crisis.
4. Objetivos Básicos De La Superintendencia – Reestructuración (1995)
Luego de culminar la crisis de 1994, la Superintendencia de Bancos y el Estado a través de la Superintendencia para la Promoción y Protección de la libre Competencia, decidió reforzar su desempeño, trazándose tres (3) objetivos fundamentales para iniciar su reestructuración:
Asegurar mediante la vigilancia y control, que las instituciones financieras lleven a cabo sus actividades de acuerdo a la normativa establecida.
Velar por la transparencia y estabilidad del sistema financiero.
Garantizar a los depositantes, la inversión de sus ahorros en operaciones propias de las instituciones financieras, para disminuir así el riesgo moral.
Para llevar a cabo estos objetivos, la Superintendencia de Bancos se ha propuesto un programa de evaluación de su personal, así como la exigencia de mayor responsabilidad a las juntas directivas de las entidades, a través de inspecciones periódicas, a las mismas, por técnicos de la superintendencia, entre otras.
La aplicación del nuevo enfoque de supervisión por parte de la Superintendencia, con apoyo de la Junta de Emergencia Financiera, y la actuación responsable de los accionistas y administradores de la banca, son factores que han contribuido al mejoramiento del sistema bancario nacional como lo evidencian los resultados producidos a partir de 199.
A nivel de reformas estructurales, la Superintendencia ha emitido nuevas normas prudenciales sobre creación de provisiones, registro de ingresos, calidad de activos, fusiones, creación de banca universal, entre otras. Por otra parte, se ha preparado un proyecto para modificar el Reglamento Interno de la Superintendencia, y la actual Ley General de Bancos y otras Instituciones Financieras, incorporando en esta última consideraciones de la Ley de Emergencia Financiera. Finalmente se instaló la Central de Riesgo, con la cual se toma el control de SICRI (anteriormente bajo control del Banco Central de Identificación de problemas y propuestas para solucionar las deficiencias del sector
Las crisis bancarias que han tenido lugar en Venezuela, se pueden entender desde distintos ángulos, lo cual conlleva a que las propuestas que se formulen tengan necesariamente que incluir aspectos tanto gerenciales, microeconómicos como macroeconómicos. A continuación, se presenta diversas propuestas que tengan como propósito un desarrollo estable de la intermediación financiera en Venezuela.
Propuestas de orden microeconómico-gerencial:
Fomentar la aplicación de nuevos productos y servicios financieros competitivos. En tal sentido podemos citar como ejemplo: el incremento del número de operaciones de la banca, realizadas por internet, banca en línea, así como la utilización del dinero electrónico, que a través de su funcionamiento off line no requiere de terminales que estén conectados en línea disminuyendo el tiempo de realización de las operaciones, reduciéndose algunos gastos de transformación.
Aumentar la participación de la cartera de crédito sobre el activo total, lo cual significa un aumento de la intermediación financiera. Esto se puede conseguir en parte a través de una mayor eficiencia, por medio de la implementación de sistemas de gestión basados en costos A,B,C que permitan la disminución de los gastos de transformación al localizar focos de ineficiencia.
Control de la morosidad de la cartera de crédito ante entornos desfavorables. Cuando existe un entorno macroeconómico inestable, el Banco Central de Venezuela tiende a utilizar los TEM (títulos marcadores de las tasas de interés en el mercado de dinero), como instrumentos de resguardo de los niveles de reservas internacionales, lo cual implica un aumento de sus rendimientos y montos a subastar. Si bien el precio de los créditos aumenta, también lo hace su riesgo y aunque parezca muy rentable debe ser medido y analizado según su rendimiento ponderado por riesgo. En este sentido se requiere analizar el flujo de efectivo de los demandantes de crédito, constatándose, bajo esa nueva tasa de interés, la garantía en el pago de intereses y los retornos de capital.
Estimular el ahorro por motivos transaccionales (mejorando los servicios financieros). El auge de las redes de cajeros automáticos (ATM), de puntos de venta, y de los sistemas de telecomunicaciones aumentarán el número de usuarios del sistema financiero (depositantes).
Capacitación y desarrollo del capital humano del sector. El sector financiero se caracteriza por tener un sistema de trabajo, básicamente operativo, lo que podría hacer pensar que el desarrollo y adiestramiento de su personal es poco optimizable. Pero debido a la importante participación de los gastos de nómina sobre el total de los gastos de transformación, conduce a pensar que una reducción de la nomina de empleados acompañada de un aumento de su eficiencia genera beneficios directos a la rentabilidad además de crear externalidades positivas para el país en general. Por otra parte la formación de los recursos humanos suponen un aumento de su productividad, que se relaciona directamente con un incremento de su remuneración afianzándose el sentido de pertenencia y compromiso del personal para con su empresa.
Propuestas de orden regulatorio:
Elevar los niveles de capitalización bancaria, con la finalidad de que la proporción de capital propio aportada por los banqueros se eleve, de esta forma se logra disminuir el riesgo moral en el proceso de intermediación financiera y se mantiene la credibilidad del sistema bancario.
Clasificar los bancos según el riesgo que corran. A través de la supervisión por riesgos –conocer más los bancos- cambiar sus sistemas de controles actuales. Una forma de hacer más efectiva la regulación mencionada ha sido a través de la creación de una Central de Riesgo autónoma al BCV, que ha permitido elevar la transparencia del sistema, disminuyendo las asimetrías de información y otorgando a los consumidores la posibilidad de obtener un mayor conocimiento sobre la estabilidad financiera de la institución en la que decidan colocar sus depósitos.
Los directores deben validar periódicamente los estados financieros y comprometerse personalmente ante los depositantes y la Superintendencia de Bancos. Esto es una forma de evitar que se produzcan nuevamente gestiones de maquillaje de los Estados Financieros, sin ser detectadas por la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras.
Propuestas de orden macroeconómico:
Tasa de inflación baja y estable, lo que supone un costo de oportunidad bajo a mantener saldos reales, permitiendo garantizar fondos prestables a disposición del sistema financiero.
Tasas de interés reales positivas y a bajos niveles, las cuales incentivan el ahorro como promesa de consumo futuro, a la vez fomentan el incremento de la demanda de crédito por parte de inversionistas potenciales a un menor riesgo.
La conjunción entre una gestión fiscal equilibrada y una subsecuente disminución de políticas monetarias restrictivas de títulos de astringencia monetaria, que compiten con los instrumentos de captación del sistema bancario.
Reducción de la volatilidad económica, a través de la implementación de un mecanismo de estabilización macroeconómica que proporciones a los agentes económicos confianza en la estabilidad del tipo de cambio, lo cual requiere que el marco que rige el Fondo de Estabilización no permita su uso discrecional tal como lo establece el esquema actual. En este sentido sería conveniente regresar al esquema original del mismo, el cual se calculaba en función del promedio anual de la cesta petrolera de los últimos cinco años y limitaba la intervención del Ejecutivo para utilizar dichos recursos de manera discrecional.
No sólo es suficiente reforzar la actividad financiera, a través de mejoras en la supervisión y regulación interna, también hay que buscar la creación de normas internacionales de control más efectivas, entre ellas:
Normas mínimas uniformes para todos los países (Comité de Basilea).
Acuerdos entre países para mejorar la supervisión consolidada, como presentar patrones estándares de estados financieros.
Sin embargo, por más sofisticados que sean los sistemas de regulación y supervisión, no evitaran la quiebra de los bancos si se acumulan los problemas y se retiene la salida de los cuasi-quebrados bancos, dando paso a las crisis. Una forma de evitar que estos bancos permanezcan en el mercado es en primer lugar entender que la quiebra debe verse como un proceso normal; es decir, no deben permanecer bancos con problemas en los sistemas financieros porque tarde o temprano fracasarán y mientras más tiempo se les deje actuar, mayor daño causarán al sistema. Por otra parte no se debe descartar la idea de crear bancos cada vez más grandes y más complejos o por lo menos fortalecer los existentes, a través de fusiones entre los más pequeños, para reducir costos de transacción y operación así como fomentar la credibilidad dentro del sistema bancario.
Las magnitudes de las perdidas producidas por la crisis bancarias fueron determinadas fundamentalmente por la erosión en el valor de muchos activos en manos de instituciones financieras que ocasionaron los anuncios y medidas económicas iniciales del nuevo gobierno y la condición de la crisis, particularmente en las etapas iniciales de la misma. Igualmente la calidad de muchos de esos activos se deterioró rápidamente cuando Venezuela entró en la etapa de inestabilidad política y económica a partir de 1992 ya que los mismos fueron adquiridos bajo un elevado perfil de riesgo en el periodo del boon económico de 1990-91 y mediante una altísima proporción de cartera relacionada en actividades que poco o nada tenía que ver con la intermediación financiera.
Mientras gran parte del país era totalmente ignorante de la delicada situación que vivía el sistema financiero y aunque el Banco Central hizo innumerables esfuerzos para que el efectivo nacional tomara las decisiones pertinentes para evitar una crisis de dimensiones considerables, ni el Ministerio de Hacienda, ni la Superintendencia de Bancos tomaron las medidas necesarias antes de que la crisis estalla por la insolvencia e iliquidez que se acumulaban en todo el sistema financiero desde 1992.
Todo esto, dejan entrever la incapacidad de los organismos reguladores en sus respectivas funciones y la regulación indulgente de los rectores de estos organismos para con los directivos de alguna de las instituciones en problemas.
La experiencia reciente de Cavendes, indica la vulnerabilidad que aún existe en el sistema y las fallas en las regulaciones financieras. La intervención de Cavendes se hizo a puertas abiertas, lo que no ocurrió con el Latino.
El Superintendente de Bancos, niega la posibilidad de una nueva crisis financiera, al mismo tiempo agrega que el ente que representa promueve una política para fomentar las fusiones y adquisiciones, maniobras que fortalecerán y favorecerán la eficiencia del sistema bancario nacional.
Por que Fusionarse: Es el grueso del mercado bancario esta concentrado en muy pocas instituciones del total de bancos comerciales y universales el 15% de ellos manejan casi el 90% de los recursos, de allí la necesidad de reducir el número de instituciones dentro del sistema mediante la vía de las fusiones o adsorciones de entidades pequeñas por parte de otras poderosas.
-Garcia, Gustavo con Rodríguez, Rafael, Lecciones de la crisis bancaria de Venezuela Ediciones IESA Caracas – Venezuela. -Vera, Leonardo- Gonzalez, Raúl, Quiebras bancarias y crisis financieras en Venezuela una perspectiva macroeconómica Cota 3385420987 V473 G-1 BCV 1977-Caracas. -La crisis financiera de 1994 opciones y decisiones por el BCV -Internet Pag. www.gloogle,com
Autor:
Ventas Aduanera El Puerto
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