Introducción:
Era común que el autor terminara su carta con una apelación que rescatara su mensaje central e hiciera hincapié en él para impresionar los corazones de los lectores y su voluntad de apoyarlo. Esto es lo que Pablo hace aquí. Esta sección debe leerse a la luz de toda la epístola de Efesios, como un llamado a vivir en la práctica el evangelio de la reconciliación cósmica, no como un apéndice para aquellos que tienen un interés especial en demonología y guerra espiritual. Obsérvese que Pablo ha elegido reformular su mensaje como un llamado a la batalla: eso es, se dirige a toda la iglesia en forma corporativa como a un ejército, no a cada santo en particular. ¡Los soldados que andan solos son fáciles de eliminar! Obsérvese también que Pablo tiene en mente una clase de batalla en particular: la batalla por defender una plaza fuerte. Su exhortación no prepara a los soldados para efectuar un ataque de movilización rápida (faltan las dos armas clave de ataque de los soldados romanos, las jabalinas gemelas), sino para hacer frente (11), resistir (13), y permanecer firmes (14). Es como si ellos controlaran la parte alta de la colina, y el enemigo debe cansarse atacando constantemente colina arriba. La fortaleza que Pablo tiene en mente será clara para el lector: es nuestra unión con Cristo (Efesios 2:5, 6), la cabeza de todas las cosas (Efesios 1:22, 23), por encima de todos los principados y poderes (Efesios 1:21), y el poder de Dios que operó en la resurrección que actúa en nosotros (Efesios 1:19—2:7). Aun la armadura y las armas son una mezcla de las de Dios mismo (Isaías 59:17) con las de su Mesías (Isaías 11:4, 5). Y, sin embargo, Pablo no muestra triunfalismo aquí. La victoria decisiva ganada por Cristo ya es historia y el mismo hecho de que los creyentes ahora luchan del lado de Cristo es claro testimonio de esto (ver 2:1 -6); pero la victoria total es todavía un acontecimiento futuro. Mientras tanto, es el día malo (13) el que parece dominar la escena.
El pasaje se divide en tres partes: el llamado a colocarse la armadura de Dios para la batalla (10-13); los detalles de la armadura (14-17) y la necesidad de vigilar, orar e interceder (18-20).
Desarrollo
Texto
Efesios 6: 10-18
Contexto literario
Es fácil apara los creyentes, sobre todo en el mundo occidental donde la iglesia por lo general es próspera y respetada, sentirse complacidos y olvidarse de la seriedad de la batalla que se libra a su alrededor, y porque no decirlo, también en su interior. En nuestro ámbito (el del cristianismo) se habla mucho de "victorias" que no implican batallas y de "paz" que no son más que una mera ausencia de conflicto. Estas dos cosas, es decir la victoria y la paz, tristemente no son el resultado de la buena vida espiritual de la iglesia, al contrario, surgen de la evasión de la orden que Dios le ha dado para que tome las armas, surge de una actitud comparada con la del renegado que no quiere tomar las armas para combatir por su país. Es triste pero hay que reconocer que los cristianos de hoy no están interesados en la armadura porque sienten que no están involucrados en ninguna guerra.
El cristiano verdadero y lleno de bendiciones que se describe en efesios 1 -3, el cual vive la vida descrita en 4:1 -6:9, puede tener la seguridad de que estará involucrado en la guerra espiritual descrita en 6:10 -20. La vida cristiana fiel es una batalla; es una guerra en la escala máxima que se pueda imaginar, porque cuando Dios comienza a bendecir, Satanás comienza a atacar. Por eso no debemos olvidar que desde que aceptamos a Cristo eso implicaba que también tendríamos que servir en su ejército y que desde entonces participamos de una pelea incesante, de una pelea sin fin.
El ministerio de Jesús empezó con una gran batalla con Satanás que duró cuarenta días (Lc 4:2). Al finalizar el ministerio de Jesús, Satanás arremetió de nuevo contra Él en el huerto del Getsemaní, con tal ímpetu que Cristo llegó a sudar grandes gotas de sangre Lc 22:44. Entre muchas verdades instructivas, esos dos hechos nos enseñan que la batalla no se hace más fácil a medida que crecemos en obediencia a Dios. Si de algo podemos estar seguros es que Satanás intensificará sus esfuerzos en contra de aquellos que continúan sirviendo al Señor de manera efectiva. A medida que los creyentes crecen y se hacen mas fuertes, lo mismo sucede con lo ataques de Satanás. Esto nos debe hacer reflexionar en lo siguiente: Un cristiano que no tiene conflicto es un cristiano que ha retrocedido en la batalla y ha dejado su puesto en las primeras filas del servicio, es mas no es ni siquiera digno de ser llamado soldado, de ser llamado cristiano.
El presente informe exegético resulta del estudio de efesios 6:10-20, este pasaje tuvo gran importancia para los cristianos de esa región porque a ellos les tocó vivir en una cuidad de casi medio millón de habitantes, en una metrópoli que era la tercera mas importante de su tiempo pero también una de las mas corruptas del imperio romano, un centro de idolatría pagana y de inmoralidad sin limite. Por estas razones el pasaje en cuestión era de gran importancia para los Efesios porque sin duda alguna tendría a cada momento una cruda oposición y constantemente estarían siendo atacados por Satanás y sus servidores. De allí que Pablo fue impulsado por el Espíritu Santo para que escribiera palabras de ánimo, instrucción y esperanza a aquellos cristianos que también se habían convertido en soldados a causa de la batalla espiritual en la que estaban envueltos. Nuestra realidad no esta distante de aquellos antiguos habitantes de aquella ciudad porque nosotros también servimos al mismo Cristo que ellos servían, no es de extrañar que seamos atacados por el mismo enemigo que con tanta fiereza les atacó a ellos. Pero también es una realidad que el Dios, su dirección, su poder y su armadura está todavía a nuestra disposición para que podamos vencer y estar de pie cuando ésta batalla de dimensiones cósmicas que se libra en nuestro planeta y en nuestras vidas termine.
Idea principal.
Es claro que Pablo hace un giro total en la línea de pensamiento y comienza la última etapa de los consejos que quiere darles a los cristianos de Efeso, pero para eso cambia completamente de escenario: hoy traslada a sus oyentes y/o lectores a un campo de batalla donde procede a explicar cada uno de los puntos descritos en el bosque jo sugerente que se presenta mas adelante. Los tiempos verbales, las alegorías propuestas y el escenario presentado en esta etapa de la carta no dejan duda de que ésta es una nueva sección de la epístola con la cual el apóstol pablo llega al clímax de todo lo que ha querido presentar y enseñar a lo largo de su epístola.
Traducción personal.
6: 10 y ahora, hermanos, háganse fuertes en unión con el señor, por medio de su fuerza poderosa.
6: 11 protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo.
6: 12 porque no estamos luchando contra gente de carne y hueso, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, la cuales tiene mando, autoridad y dominio sobre este mundo oscuro.
6: 13 por eso tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, y después de haberse preparado bien, mantenerse firme.
6: 14 así que manténgase firme, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud.
6: 15 estén siempre listos para salir anunciar el mensaje de la paz.
6: 16 sobre todo, que su fe sea el escudo que los libre de las flechas encendidas del maligno.
6: 17 que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el espíritu santo
6: 18 no dejen ustedes de orar rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el espíritu santo, manténgase alerta, sin desanimarse y oren por toso el pueblo de Dios.
Estructura.
Pablo en este pasaje expone la idea de la batalla espiritual comparándola con un inevitable encontronazo, un choque en el que, aquel que no esté firme y definido en el lado correcto, será llevado de encuentro. A fin de interpretar correctamente lo que el apóstol quiso darnos a entender cuando habló de la batalla en la que esta metido el cristiano se debe tener siempre en la memoria que la iglesia y Satanás son enemigos declarados, que nunca habrá paz entre los dos, que se lanzan el uno al otro y que cada vez que se encuentran chocan violentamente1. Con este fin el apóstol hace uso de varias metáforas derivadas de la armadura del hoplita romano, el legionario que iba fuertemente armado a la guerra.
Hay una etapa en la vida del creyente en la que, por su pequeñez espiritual, no puede hacer frente al enemigo, pero cuando Pablo nos ha ba aquí de que el Señor nos provee de una armadura es para que enfrentemos a nuestro enemigo cara a cara y sin temor. No se trata de esconderme o aislarme como lo han hecho muchos religiosos con el fin, según ellos, de vencer el pecado; tampoco se trata de esperar que otro enfrente mis enemigos y gane mis batallas.
En cuanto al origen de este pasaje es claro que el apóstol Pablo, tanto antes como después de escribir la carta a los Efesios, usó con frecuencia metáforas militares (2 Cor 10:4, Fil 2:5, Col 4:10, 1Tim 6:12), y que de manera específica en este pasaje de efesios, se apoyó en pasajes del A.T. tales como Is 11:5, 49:2, 52:5, Sal 18:30 -32, etc. Los cuales no copia al pie de la letra sino que los adapta a su propósito 2. Pablo menciona primero las armas que en una guerra física se consideraban defensivas, y reserva la espada como el arma más enfática y obviamente ofensiva para la culminación de este maravilloso y revelador escrito. Este pasaje describe lo grande y terrible que es la lucha en la que está sumido el hombre, y las tremendas desventajas que tendrá el que no tiene a Dios de su parte3.
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